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Recuperación de pinsapos en Sierra Hidalga y Puerto de Lifa.

Andrés Rodríguez González Marzo 26th, 2021

Recuperación de Pinsapares en Sierra Hidalga y Puerto de Lifa.

En terrenos del Parque Natural Sierra de las Nieves, una vez superado el Puerto de Lifa, desde la derecha del camino, se extiende una amplia zona que podríamos limitar por las cumbres de Sierra Hidalga, el Carramolo del Queso, Puerto Frío llegando incluso a las proximidades del Cerro La Yedra, ya cercano al Refugio Félix Rodríguez de la Fuente. Es un páramo pedregoso con gran cantidad de rocas calizas  muy erosionadas aflorando entre pequeñas dolinas. Por toda la zona existen pequeños rodales de pinsapos incrustados en las grietas de las rocas buscando el escaso suelo, la mayoría de ellos han sido despuntados por las cabras, pero también existen algunos pocos ejemplares de gran porte que se presentan muy envejecidos, además aparecen restos de madera de otros ya muertos y algunos rodales con protectores instalados por los voluntarios de Sierra de las Nieves hace ya varios años. En otras zonas vecinas pertenecientes a la finca de Los Peñoncillos también se ven algunos ejemplares de gran porte, pero ya situados fuera de los límites del Parque Natural Sierra de las Nieves. En esta finca existen manchas de matorral importantes que sin duda, protegen los pinsapos de pequeño tamaño, si bien la dura competencia por la luz y los escasos recursos del suelo, impiden su normal desarrollo. Las dificultades de acceso a la propiedad privada no nos han permitido ver el estado de los pinsapos de la finca Los Peñoncillos.

Son los restos del Pinsapar más cercano a la ciudad de Ronda. Las causas de su decrepitud fueron el pastoreo excesivo de cabras y el uso de la madera de pinsapo fundamentalmente para carboneo, una práctica habitual en tiempos pasados aprovechando la relativa facilidad para sacar el carbón obtenido hacia la ciudad de Ronda.

Actualmente ya no pastorean los rebaños de cabras y la zona se dedica al pastoreo extensivo de ovejas. El efecto producido en la vegetación natural de la zona de Lifa ha sido muy positivo. Existen abundantes brotes de encinas que están adquiriendo una cierta altura y los pinsapos parecen querer emerger de entre las grietas de las rocas donde se protegen de los dientes de los rumiantes.

A efectos de una posible regeneración de los pinsapos, parece lo más adecuado la colocación de protectores de plástico alrededor de los pinsapos incrustado entre piedras para conseguir que las yemas de crecimiento alcancen una altura suficiente en la que se encuentren a salvo de las ovejas. Dadas las dificultades del terreno y que necesariamente deben hacerse los trabajos sin ayuda mecánica alguna se propone que la actuación se haga por fases empezando por los pinsapos más cercanos al camino de Lifa dentro de la finca del mismo nombre. Se colocarían unos 40 – 50 protectores de plástico con dos varas grías de metal por protector en los matorrales de pinsapo más recortados y comidos, se aprovecharían los protectores existentes de otras actuaciones y se liberarían aquellos pinsapos que hubieran desarrollado un porte suficientemente alto para ser considerados como libres del peligro de ser destrozada su yema de crecimiento.

Todo ello contando con el permiso de la propiedad del terreno ya que se trata de una finca privada, trámite que intentamos gestionar en la actualidad.

BIENESTAR CON ÁRBOLES: TAJO DEL CANALIZO

Andrés Rodríguez González Septiembre 17th, 2020

BIENESTAR CON ÁRBOLES

TAJO DEL CANALIZO

04 OCTUBRE 2020

Sin duda uno de los paseos por la Sierra de las Nieves con más contenido sobre las influencias de la actividad humana en el Parque Natural. Casi siempre negativas pero que aquí tienen algunos aspectos positivos, se conservó el pinsapar (aunque muy deteriorado), las Tres Cañadas de Ronda sirvieron de base para la creación primero de la Reserva de Caza y luego del Parque Natural Sierra de Las Nieves y veremos una población de una especie en peligro de extinción ya nombrada e principios del siglo XX.

Veremos el antiguo cortijo Las Tablas trasformado en Refugio Félix Rodríguez de la Fuente, un Área de Acampada de cuando los Parques se gestionaba de una forma diferente a la actual, restos de la cabaña del guarda del pinsapar Frasquito Molina, veremos una placa conmemorativa a dicho guarda que colocaron la Junta Rectora del Parque y la Asociación Senderista Pasos Largos, la fuente de Frasquito sobre el viejo pilar del mismo nombre, el camino que separaba los Montes de Propios del Pinsapar de Ronda con las propiedades particulares, la vertiente contraria a la que se ve desde Ronda de Sierra Hidalga donde se elimino totalmente el pinsapar, veremos la rarísima Atropa baetica, pariente cercano de la Belladona, una planta interesantísima, el espectacular Tajo del Canalizo y sus vecinos los grandes pinsapos y el pilar del mismo nombre. Además de los restos de los pozos ventisqueros o pozos de la nieve.

ÁRBOLES NOTABLES: CORNICABRO DEL PEÑÓN DEL MURES II

Andrés Rodríguez González Enero 10th, 2020

CORNICABRO DEL PEÑÓN DEL MURES II

El Cornicabro del Peñón del Mures también llamado Torvisco Macho del Mures es un árbol situado en una propiedad privada que tiene como pueblo más cercano Montejaque, pero pertenece la término municipal de Ronda. Está enclavado en el Parque Natural Sierras de Grazalema.

El Cerro Mures es una montaña de 839 metros de altitud situada al Oeste – Noroeste de la ciudad de Ronda, domina el Valle de Guadalcobacin y la zona de la Indiana. Presenta un entorno privilegiado,  y desde lo alto, es un mirador de singular belleza. Hacia el norte encontramos el cerro calizo donde se asientan las ruinas de Acinipo, algo más al Oeste se extiende un hermoso alcornocal llega hasta el pueblo de Grazalema, ya claramente al Oeste del Mures, el Embalse de Montejaque o de Los Caballeros se encuentra muy cercano, también los impresionantes cerros Tavizna y el Hacho de Montejaque, algo más alejados, las montañas del Parque Natural Sierras de Grazalema. Hacia el Oeste-Suroeste, la Sierra de Libar y el Jarastepar. Ya más al sur el Almola y la Sierra del Oreganal y cerrando la Meseta por el Este, la Sierra Hidalga y Blanquilla a cuya espalda se sitúa la Sierra de Las Nieves. El Mures es una fortaleza natural, especialmente limitada por el norte con el cortado por donde discurre el arroyo del Cupil un barranco tapizado de quejigos con un bosque en galería de fresnos y chopos.

La parte superior del Mures es una semillanura con abundantes afloramientos de rocas calizas muy meteorizadas con huecos rellenos de arcillas producto de la descomposición de las calizas.

La cobertura vegetal es escasa, tan solo algunas encinas, acebuches y cornicabras arbóreas que aquí son verdaderos arboles. Entre el matorral destacan las retamas y majuelos. Presencia de cardos y espárragos blancos. Es una zona tradicionalmente pastoreada de ovejas u cabras aunque en la actualidad también se ven vacas.

El Cornicabro tiene dos pies que surgen como independientes del suelo aunque debe tratarse de un único ejemplar, su altura máxima es de 10, 5 metros, copa circular con una proyección sobre el suelo de 113 metros cuadrados. El perímetro en la base del pie situado al este tiene 3,90 metros y el del pie al oeste 3,60 metros.

Siempre se ha pensado que el Cornicabro es un híbrido de Cornicabra, Pistacea terebinthus y Lentisco Pistacea lentiscus, pero ya en 2.004 en el libro “Árboles y Arboledas singulares de Andalucía”, editado por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, se identifica como perteneciente a la especia Pistacea lentiscus, es decir, un Lentisco. El hecho sumamente extraño de tener porte arbóreo y no de matorral que es lo usual puede deberse a la acción humana a base de podas parea conseguir altura suficiente,  y con ello sombra y cobijo para el ganado. Los excrementos del ganado que se guarnecía debajo sin duda contribuyeron a convertir un matorral en un hermoso árbol.

Bibliografía

Árboles y Arboledas singulares de Andalucía, editado por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía. 2004.

Baños de Bosque III: Lifa.

Andrés Rodríguez González Diciembre 16th, 2019

Baños de bosque III, en Lifa.

Un valle con valores medioambientales absolutamente maravillosos. Alberga un bosque de Cornicabras arbóreas que goza de alta protección en el Parque Natural Sierra de las Nieves. Dedicado a la ganadería de ovejas y algunas cabras que habitan en los cortados rocosos, con pequeñas zonas de cultivo en los terrenos más llanos y fértiles. En la ladera de Sierra Hidalga y en los roquedos más escarpados algunos hermosos y escasos pinsapos indican que allí existio un bosque de esta especie, entre las grietas de las rocas calizas aún algunos minúsculos pinsapos siguen intentando recobrar pasados esplendores, un sueño mientras los dientes de las cabras no lo consientan. Los potentes arroyos que se forman con las lluvias torrenciales se reúnen en el Arroyo de Lifa que presidido por los restos de una torre vigía árabe, recoje aguas para el río Turon. En el regreso siempre se puede tener la suerte de ver algún venado de Los Peñoncillos.

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA ALADIERNO

Andrés Rodríguez González Diciembre 11th, 2018

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

ALADIERNO Rhamnus  alaternus

 

El aladierno es un arbusto que puede crecer hasta llegar a ser un arbolito ampliamente distribuido en gran parte de la Península Ibérica y las Baleares; falta o es rara en el cuadrante noroccidental y en la parte alta de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y sistemas Ibérico y Central.

En la Serranía es frecuente tanto en matorrales a baja altitud como en zonas de montaña como la Sierra de Las Nieves. El ejemplar fotografiado es el de un árbol de Aladierno situado cerca del cortijo del Hoyoncillo, en la parte posterior de la Sierra Hidalga en el antiguo camino que se dirige al cortijo de Quejigales por Cueva Bermeja.

Es muy ramoso y bastante variable en su aspecto, pues se le puede ver desde rastrero o apenas levantando del suelo, hasta alcanzar el porte de un árbol que puede llegar hasta los 9 metros de altura.

Su crecimiento es rápido y forma un tronco liso y gris en los ejemplares jóvenes, pero en los adultos se agrieta y recuerda al de la encina.

Las hojas son coriáceas, duras, persistentes, simples y alternas. Las hojas sin el rabillo miden 8-60 mm de ancho, alcanzando en ocasiones 80 mm, y 8-50 mm de largo, tienen forma lanceolada, oval, a veces casi orbicular, con 1-5 pares de nervios secundarios bien visibles y a veces con pelillos sólo en la base, mientras que el margen puede ser levemente dentado, aserrado, con espinitas blandas o entero. El haz de las hojas es verde oscuro, a veces grisáceo, lustroso o mate, y el envés generalmente de un verde claro o amarillento, mate, a veces con manchas oscuras, de color hierro oxidado. 

El aladierno es una planta dioica, es decir existen individuos masculinos con y otros femeninos. Las flores aparecen entre marzo y abril, formando racimos. Tienen cuatro pétalos y son muy olorosas, pequeñitas y verde-amarillentas. Produce frutos pequeños, rojizos al principio y negros a la madurez, miden alrededor de 5 mm de diámetro, son redondeados, aunque con dos o tres surcos poco marcados, lampiños, carnosos y de color rojizo que torna al negro al madurar.

Crece en las orlas y claros de encinares, quejigares, coscojares, pinares, arenales costeros, setos, matorrales mediterráneos, sabinares, roquedos, pedregales, etc., siempre que no falte algo de humedad y sombra. Es una planta termófila, indiferente al sustrato, que puede aparecer desde el nivel del mar hasta los 1300 m de altitud aproximadamente.

 

La facilidad de reproducción del aladierno, también su rápido crecimiento, añadido a lo atractivo de su fruto y de sus hojas, ha popularizado esta planta en jardinería, donde es fácil encontrarlo formando setos, ya que soporta muy bien la poda.

Sus frutos son muy apetecidos por los pájaros, por lo que también se cultiva para atraerlos y favorecer su presencia en un  territorio de forma natural.

El pequeño porte del aladierno, desaconseja el aprovechamiento de su madera, la que es buena calidad, pesada, dura y homogénea, por lo que se ha usado para tornería y ebanistería, también para la fabricación de objetos o utensilios pequeños, como mangos de herramientas, antiguamente de ella se obtenía un apreciado carbón para la fabricación de la pólvora.

Su corteza y los frutos se han utilizado en la antigua farmacopea, ya que son purgantes, pero hay que usarlos con precaución porque pueden producir intoxicaciones. La corteza, rica en taninos, también se ha usado para teñir de castaño o amarillo la piel y los tejidos.

 

Bibliografía

http://www.sierradebaza.org

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Merendera androcymbioides

Andrés Rodríguez González Febrero 2nd, 2018

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Merendera androcymbioides

En 1978 Benito Valdes describía la nueva especie, Merendera androcymbioides con ejemplares de la Serranía de Ronda, concretamente decía que el material para la descripción de la nueva especie había sido encontrado en “las cercanías de Ronda”.  Desde entonces las citas en la Serranía de Ronda son escasas por no decir casi nulas.
Existen muy pocas referencias de la presencia de esta interesante especie, así Manuel Becerra Parra localizó la planta en el Puerto de Quejigales en 2.006. Posteriormente, J. L. Mangana, vuelve a encontrar esta vez en forma de una pequeña población no lejos del Picurucho de Pompeyo, en el Parque Natural Sierra de Las Nieves. Cuando Juan Ríos Pimentel, botánico aficionado pero no por ello menos riguroso que cualquier científico titulado,  me comunicó que haciendo una ruta por Sierra Hidalga había localizado ejemplares a últimos de diciembre de 2014 de esta rara especie, me apresuré a hacerle compromiso de volver a buscarlos. El día 6 de enero de 2.015, acompañados de Gonzalo Astete,  otro buen naturalista de la Serranía, hicimos un recorrido para intentar ver esta joya botánica. Localizamos primero un ejemplar suelto a 1.015 m de altitud sobre el nivel del mar y más tarde a más altura, 1.214 m, una población bastante abundante (quizás entre 70 a 100 ejemplares) en una ladera con fuerte pendiente orientada al sur- sureste, sobre arcillas procedentes de descomposición de calizas, mucha piedra suelta y vegetación tipo matorral. También dentro del Parque Natural Sierra de Las Nieves. A pesar de nuestros esfuerzos a lo largo de los años trascurridos ha sido imposible localizar nuevos ejemplares. Sin duda el corto periodo de floración, apenas una semana y la variabilidad del momento de aparición de dicha floración ha influido en el poco éxito de nuestras búsquedas. Siempre aparece en terrenos fuertemente erosionados, con poca presencia de árboles, con matorral, zonas calizas, muy pedregosas, dominio de encinares.

El uno de febrero de 2.018, Gonzalo Astete Martín y Gonzalo Astete Sanchez han localizado una importante población en número de ejemplares cerca de Ronda. De esa población proceden las fotografías que amablemente me han cedido para esta entrada del blog.
Valdes designó el epíteto “androcymbioides” en alusión al parecido con Androcymbium : (…las poblaciones de la Serranía de Ronda deban considerarse como especie independiente. Por ello se describe aquí como Merendera androcymbioides , que alude al aspecto de Androcymbium que tienen los ejemplares sin flores de esta especie.) Resulta evidente el parecido morfológico de muchas plantas aún estando alejadas taxonómicamente, conocido es de sobra el fenómeno de la convergencia adaptativa por el cual especies alejadas adquieren similares adaptaciones.
Aunque pertenecen a la misma familia, Colchicaceas, las posibilidades de observarlas creciendo juntas serían nulas . Actualmente presentan diferente hábitat y área de distribución . Mientras que Androcymbium gramineum se cría preferentemente en terrenos costeros almerienses y norteafricano  entre 0 y 200 m, la Merendera androcymbioides es un endemismo del sur peninsular que crece en pastizales y matorrales basófilos de montaña entre los 600 y los 1600 m de algunas Sierras Béticas del interior andaluz. Presentan diferencias morfológicas apreciables, flores, porte, fenología…
Pero ambas son ejemplos de geófitos, esas plantas que hacen frente a las condiciones ambientales más adversas con órganos de reserva y resistencia subterráneos. Un biotipo con éxito en la región Mediterránea que ha colonizado medios tan diferentes como pueden ser las frías praderas de montaña o los cálidos arenales costeros.
Las dos son de temprana floración en su medio: Androcymbium comienza su ciclo floreciendo de noviembre a Febrero, aprovechando esa humedad y escasas precipitaciones invernales de la árida costa almeriense; mientras que la Merendera única en su género de floración primaveral, comienza su desarrollo en Febrero con el suelo aún saturado y tras el deshielo de las primeras nieves. Pero los ejemplares localizados en la Sierra Hidalga habían florecido a finales de diciembre y conservaban sus flores el día 6 de enero de 2015.
En un hábitat o en otro estos geófitos con frecuencia crecen en llamativos grupos y destacan al ser las primeras en emerger sus bellas formas, flores blanquecinas que contrastan con el verde de sus hojas, bien sea sobre la arena, la arcilla o la nieve.

Bibliografía
www.mirandoplantas.com
institucional.us.es/revistas/lagascalia/

Cabañuelas enero 2018

Andrés Rodríguez González Enero 1st, 2018

CABAÑUELAS FIN AÑO 2017 Y ENERO 18
En enero, bufanda, capa y sombrero.
Según las Cabañuelas de mi pueblo, Garbayuela en la Sibería extremeña, aplicadas a la Serranía de RondA, El fin de año se presenta con estabilidad atmosférica, ausencia de lluvias y temperaturas algo más suaves que las que nos proporcionaron las heladas del mitad de diciembre.
Los primeros días de enero seguirá la estabilidad y ausencia de lluvias, si bien las temperaturas tendrán tendencia a caer de nuevo, como corresponde a éste mes. Pero pasada la primera semana vendrá un cambio con lluvias que no serán importantes. La segunda quincena será  de tiempo frío, con heladas y ausencia de lluvias.
Una imágen del amanecer del último día del año 2017, sobre las sierras orientales de la Meseta de Ronda, Sierra Balanquilla y Sierra Hidalga sirven para acompañar graficamente estas predicciones.

Paisajes de la Serranía de Ronda: Cortijo de la Viborilla.

Andrés Rodríguez González Enero 19th, 2017

Paisajes de la Serranía de Ronda
Cortijo de la Viborilla.

Entre la Sierra Hidalga y la Sierra de Las Nieves existen una serie de “cortijos” que son impresionantes. No por parecerse a los cortijos andaluces del Valle del Guadalquivir, sino por todo lo contrario. Estos no están rodeados de fértiles tierras sino de esterilidad y rocas desnudas. Cortijos son el nombre con el que se les conoce, pero son actualmente una ruina con cuatro paredes que apenas se levantan del suelo, al lado suelen tener una menguada fuente, algún moribundo o fallecido árbol y una pequeña “era”, testimonio de que los escasísimos suelos con poca pendiente entre rocas eran cultivados. Cuando estaban habitados, sus condiciones no debían ser mucho mejores, la dureza del clima con frecuentes y duras nevadas, la incomunicación a la que estaban sometidos sus habitantes, con veredas maltrechas y empinadas, la escasez de agua con menguados nacimientos  y, a veces, alejadas fuentes, debían hacer muy duras las condiciones de vida. La pobreza de estos terrenos áridos, de calizas y margocalizas, con fuertes pendientes, contrasta con los suelos de la otra ladera de Sierra Hidalga, la que mira a Ronda, de suelos fértiles y con horizontes bien desarrollados. En los terrenos que hoy nos ocupan la mayoría de la superficie está cubierta por piedras y rocas que carecen de suelos, entre los escarpes rocosos serpentean pequeños torrentes que vierten sus escasas aguas hacia la cabecera del río Guadalevín o su principal valedor, el arroyo Carboneras que recoje aguas de las Cañadas del Cuerno y de Enmedio del Pinsapar de Ronda y de La Fuenfría.

El agua está presente en épocas de lluvias pero en verano, gran parte de la primavera y bien avanzado el otoño, aquellos terrenos bien pueden confundirse con una zona desértica o un predesierto de Almería. En determinados lugares, el agua filtrada en el suelo o la caída en forma de nieve, aflora al exterior cuando las arcillas impermeabilizan el terreno, y lo hace en forma de escasas fuentes; cerca de ellas, si el escaso suelo lo permitía, a veces existen restos de pequeñas albercas y lo que debieron ser pequeños huertos. Y entre los minúsculos llanos con un poco de tomo de suelo, se adivina, con mucha imaginación, que eran los dedicados a los cultivos de cereales, cultivos casi artesanales que debían hacerse con arado romano y mulo o burro como toda ayuda, en un intento de arañar algo productivo a la tierra esteril.
Siempre que visito estos cortijos, la Sardina Baja y Alta, el Hoyoncillo, Malillo, Cobatillas, Colmenarejo… tanto si entro por Manaderos como si lo hago por Lifa o por el arroyo Carboneras junto al Refugio de Quejigales, pienso en la dureza de la vida de los aparceros que por aquí sobrevivían.  Y digo bien, sobrevivir, por que vivir aquí no es vivir. Veo a los pastores cuidando rebaños de los señoritos de Ronda, pensando cómo justificar ante ellos no poder pagar la aparcería por la sequía, la enfermedad o la espantá de los rebaños por los truenos y tormentas, veo a los muchachos mal vestidos y peor calzados, ocupados todo el santo día en buscar la oveja o la cabra “paria” que no aparece, en evitar que las cabras invadan el huerto o se coman los cultivos de cereales; pienso en las muchachas ayudando a la madre en sus múltiples obligaciones, tal vez soñando con un hombre que les saque de allí para llevarles a una vida mejor; pero sobretodo, pienso en las mujeres que aquí vivieron, aquí parieron, lloraron a sus hijos muertos al nacer o picados por víboras, despeñados en algún tajo; tal vez soñando con que alguno de sus hijos pudiera irse a Ronda como “aprendiz” de algún oficio o alguna de sus hijas a casa de los señoritos a “servir”. Imagino mujeres duras, descalzas por darles sus zapatillas a las hijas, temerosas por el futuro de sus hijos y a la vez valientes para vivir el día a día. Y sobre todo pienso en las mujeres que vivieron en el cortijo de La Viborilla. ¿Y por qué en éste? Porque desde aquí se ve Ronda, que representaría el paraíso prometido, el lugar donde se iba un par de veces al año. Donde vivían parientes y quizás, algún novio que trabajaba en una tienda de la calle La Bola, un mozo que le prometío una vida mejor cuando viniera de “la mili”, y que no pudo cumplir su promesa porque antes el amor fue truncado por una suegra que le arreglo el matrimonio con alguna vecina, una “casi suegra” que le jodio la vida y, a la vez, le dio los sueños de la vida que nunca vivirá.


Imagen de Josep Cuatrecasas del año 1930, cuando vino a realizar una visita a los pinsapos.

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Merendera androcymbioides

Andrés Rodríguez González Enero 11th, 2017

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Merendera androcymbioides
En 1978 Benito Valdes describía la nueva especie Merendera androcymbioides con ejemplares de la Serranía de Ronda, concretamente decía que el material para la descripción de la nueva especie había sido encontrado en “las cercanías de Ronda”.  Desde entonces las citas en la Serranía de Ronda son escasas por no decir casi nulas. Tan solo tenemos referencia de que Manuel Becerra Parra localizó la planta en el Puerto de Quejigales en 2.006. Por lo tanto cuando Juan Ríos Pimentel, botánico aficionado pero no por ello menos riguroso que cualquier científico titulado, me comunicó que haciendo una ruta por Sierra Hidalga había localizado ejemplares a últimos de diciembre de 2014 de esta rara especie, me apresuré a hacerle compromiso de volver a buscarlos. El día 6 de enero de 2.015, acompañados de Gonzalo Astete,  otro buen naturalista de la Serranía, hicimos un recorrido para intentar ver esta joya botánica. Localizamos primero un ejemplar suelto a 1.015 m de altitud sobre el nivel del mar y más tarde a más altura, 1.214 m, una población bastante abundante (quizás entre 70 a 100 ejemplares) en una ladera con fuerte pendiente orientada al sur- sureste, sobre arcillas procedentes de descomposición de calizas, mucha piedra suelta y vegetación tipo matorral. Dentro de terrenos del Parque Natural Sierra de Las Nieves. Este año no ha sido posible su localización a pesar de nuestros esfuerzos.

Valdes designó el epíteto “androcymbioides” en alusión al parecido con Androcymbium : (…las poblaciones de la Serranía de Ronda deban considerarse como especie independiente. Por ello se describe aquí como Merendera androcymbioides , que alude al aspecto de Androcymbium que tienen los ejemplares sin flores de esta especie.) Resulta evidente el parecido morfológico de muchas plantas aún estando alejadas taxonómicamente, conocido es de sobra el fenómeno de la convergencia adaptativa por el cual especies alejadas adquieren similares adaptaciones.
Aunque pertenecen a la misma familia, Colchicaceas , las posibilidades de observarlas creciendo juntas serían nulas . Actualmente presentan diferente hábitat y área de distribución . Mientras que Androcymbium gramineum se cría preferentemente en terrenos costeros almerienses y norteafricano  entre 0 y 200 m, la Merendera androcymbioides es un endemismo del sur peninsular que crece en pastizales y matorrales basófilos de montaña entre los 600 y los 1600 m de algunas Sierras Béticas del interior andaluz. Presentan diferencias morfológicas apreciables ,flores , porte , fenología…
Pero ambas son ejemplos de geófitos, esas plantas que hacen frente a las condiciones ambientales más adversas con órganos de reserva y resistencia subterráneos. Un biotipo con éxito en la región Mediterránea que ha colonizado medios tan diferentes como pueden ser las frías praderas de montaña o los cálidos arenales costeros.
Las dos son de temprana floración en su medio: Androcymbium comienza su ciclo floreciendo de noviembre a Febrero, aprovechando esa humedad y escasas precipitaciones invernales de la árida costa almeriense; mientras que la Merendera única en su género de floración primaveral, comienza su desarrollo en Febrero con el suelo aún saturado y tras el deshielo de las primeras nieves. Pero los ejemplares localizados en la Sierra Hidalga habían florecido a finales de diciembre y conservaban sus flores el día 6 de enero de 2015.

En un hábitat o en otro estos geófitos con frecuencia crecen en llamativos grupos y destacan al ser las primeras en emerger sus bellas formas, flores blanquecinas que contrastan con el verde de sus hojas, bien sea sobre la arena, la arcilla o la nieve.

Bibliografía
www.mirandoplantas.com
institucional.us.es/revistas/lagascalia/

Un árbol singular de la Serranía de Ronda: El torvisco Macho del Mures.

Andrés Rodríguez González Junio 21st, 2016

Situado en el Cerro Mures, una montaña caliza situada cerca de Ronda que posee excelentes vistas sobre la ciudad, Acinipo, las montañas de Grazalema y de Montejaque, Sierra Hidalga. Existen en las cercanías algunos hermosos ejemplares de Cornicabra de porte arbóreo, pero este árbol en concreto es un híbrido de Torvisco y Cornicabra, que, además presenta un tamaño descomunal para tratarse de estos matorrales.

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