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NATURALISTAS EN LA SERRANÍA DE RONDA: MODESTO LAZA PALACIOS

Andrés Rodríguez González Octubre 27th, 2019

MODESTO LAZA PALACIOS

A finales de la década de los setenta cuando el botánico rondeño Daniel Montilla encontró una farmacia a nombre de Modesto Laza Palacios en la Calle Larios de Málaga; Daniel realizaba una tesis doctoral sobre la Flora de las Sierras Occidentales Rondeñas y le llamó la atención el nombre ya que M. Laza Palacios era autor de un artículo titulado “Algunas observaciones geobotánicas en la Serranía de Ronda” publicado en 1.936 y, por lo tanto, del máximo interés para Montilla. Intrigado por esta coincidencia, llamó por teléfono a la farmacia y pregunto por el Sr. Laza, su sorpresa fue mayúscula cuando localizó al autor del artículo del año 1.936. Efectivamente, se trataba de Modesto Laza Palacios. A partir de ahí se entablo una relación de profesor-alumno entre el joven doctorando y el venerable anciano.

Por méritos propios Modesto Laza forma parte de la élite intelectual que la provincia ha dado al conocimiento botánico con sus investigaciones geobotánicas sobre la flora y vegetación de las sierras Tejeda y Almijara, algunos enclaves de la Serranía de Ronda y otros lugares de la provincia. Pero sus inquietudes le llevaron a participar en otros campos, como el farmacéutico y la literatura. Es de resaltar que por un breve espacio de tiempo, intervino también en la política local al proclamarse la II República en 1931, cuando resulta elegido concejal del Ayuntamiento de Málaga.

Modesto Laza Palacios nació en Vélez Málaga el 24 de marzo de 1901, pero vivió practicamente toda su vida en Málaga capital ya que siendo aún muy niño, quedó huérfano de ambos progenitores. Esta circunstancia motivó que se trasladase a Málaga capital, a casa de su tío Enrique Laza Herrera, hermano de su padre, sin hijos y farmacéutico de profesión. Laza Palacios estudia con brillantes notas el Bachillerato en el Instituto General y Técnico de Málaga. Concluidos estos primeros estudios, sin duda influido por el ambiente en que se desenvolvía su tío Enrique, investigador y miembro de la Sociedad Malagueña de Ciencias, se traslada a Granada, donde inicia la carrera de Farmacia, licenciatura que concluirá en la Universidad de Madrid.

A partir de 1923, el joven Modesto decide realizar un proceso de ampliación de sus estudios universitarios con la realización de cursos que le especializan en las técnicas de laboratorio de análisis clínicos, técnicas que puso en marcha con gran prestigio en Málaga al hacerse cargo de la farmacia de su tío. Pero sus inquietudes científicas le hicieron recibir también otros cursos especializados sobre temas relacionados con la síntesis orgánica, la microbiología, la bacteriología y las técnicas microanalíticas.

A partir del año 1930, comienzan sus estudios de ecología botánica en la flora y vegetación de las sierras Tejeda y Almijara y la Serranía de Ronda. Emplea una metodología fitosociológica absolutamente novedosa llamada de “Huguet del Villar», así llamada por haber sido iniciada por el eminente investigador en ecología botánica Emilio Huguet del Villar (1871-1951).

Una vez proclamada en España la II República, su preocupación social y política le lleva a presentar su candidatura en las elecciones municipales de abril de 1931, formando parte de la lista del Partido Republicano Radical Socialista de Alejandro Lerroux, en las que resulta elegido concejal, en representación del distrito 32 de Málaga.

Durante el periodo inmediatamente anterior a la Guerra Civil de 1936, prepara su doctorado, pero la lectura de su Tesis Doctoral queda interrumpida con la llegada de la guerra. Concluida la contienda en 1939, es represaliado sufriendo prisión en Burgos y destierro en Valladolid. En 1940 es puesto definitivamente en libertad y puede presentar su tesis doctoral en la Universidad de Madrid que obtiene, por unanimidad, la calificación de ‘sobresaliente’.

A partir de entonces se establece definitivamente en Málaga, se dedica al laboratorio y farmacia de su tío que por motivos de salud, se retira de sus labores farmacéuticas.

Las investigaciones realizadas por Laza Palacios son variadas y abundantes, van desde estudios estrictamente botánicos a los de crítica literaria y trabajos periodísticos vinculados a temas malagueños. Es digo de resaltar su interés y esfuerzo en la salvaguarda de instituciones y entornos particulares de Málaga y su provincia.

Entre sus trabajos botánicos destaca por su importancia, la publicación de “Algunas observaciones geobotánicas en la Serranía de Ronda”, que vió la luz en el Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, 1936 y que representa un primer avance para el conocimiento de la composición florística de la comunidad de los pinsapares.

De ese trabajo extraigo un párrafo que define a la perfección el espíritu conservacionista y las dotes de observación de nuestro personaje con especial incidencia en el sobrepastoreo que fue el origen del estado de absoluto deterioro que encontró Laza en 1.935 en la foresta de La Nava de S. Luis; los pinsapos eran  eliminados por los rebaños y  una oruga parásita; a pesar de todo el autor muestra cierto optimismo sobre la regeneración si se protegiera el pinsapar “por la gran vitalidad y capacidad de resistencia que da muestras este bosque”.

La Nava de S. Luis ha sido rebautizada en la actualidad como La Nava de Los Pinsapos. Dedicada tradicionalmente al pastoreo de ovejas y cabras, los dueños actuales han realizado una magnífica gestión en los últimos treinta años, han conseguido hacer compatible la explotación sostenible del medio con la conservación. Esa magnífica gestión tiene continuidad se ve complementada actualmente con el apoyo técnico de sus herederos que redundará, sin duda, en una mejor explotación de la finca si cabe.

Otro trabajo suyo es Notas geobotánicas de la provincia de Málaga, publicado ese mismo boletín y el mismo año.

En 1940 hace su discurso de entrada en la Real Academia de Farmacia, con el título de Flórula farmacéutica malacitana, publicado en los “Anales” de dicha institución, y constituye un trabajo de extraordinario interés científico. Su calidad queda contrastada al ser intensamente citado por el profesor leridano Pio Font i Quer (1888-1964), (a quien Laza consideraba uno de sus maestros), en su Dioscórides renovado(1961).

En 1942 son publicados dos trabajos dignos de mencionarse: Notas sobre un herbario de plantas andaluzas de don Simón Rojas Clemente y Estudios sobre la flora andaluza. En el primero, Laza Palacios pone de manifiesto el origen del herbario elaborado por el botánico Simón de Rojas Clemente y Rubio (1777-1827) y llama la atención sobre el conjunto de pliegos que llevan la anotación “Ex collecione D. Clemente”, y, en el segundo, una continuación del ensayo anterior, realiza un estudio sobre 545 pliegos de plantas andaluzas y marroquíes recolectadas por Schousboe, Cabrera, Haenseler, Prolongo y Muñoz Capilla, entre otros estudiosos, que se hallaban archivados en el herbario de la Sociedad Malagueña de Ciencias.

En su artículo “Estudios sobre la flora y la vegetación de las Sierras Tejeda y Almijara. Publicado en Anales del Jardin Botanico de Madrid. Tomo VI-Volumen II: (217-395) en al año 1946 hace mención al terrible estado de conservación de los Tejos con las siguientes palabras: “En la actualidad son tan escasos que yo solamente he podido ver y fotografiar uno protegido por una profunda grieta rocosa lo bastante ancha para que a su fondo pueda descender un hombre. El ejemplar en cuestión no alcanza la talla arbórea y parecía, por el diámetro de su tronco y escaso espesor de su corteza, joven.

Modesto Laza publica Pau y la flora malacitana, en el que recoge especies, variedades y formas nuevas que  el ilustre botánico Carlos Pau Español (1857-1937) había descrito de la flora malagueña, muchas de las cuales procedentes del intercambio de pliegos que Modesto mantuvo con éste todavía en vida.

A 1946 corresponden dos trabajos suyos, el titulado Apuntes para el estudio de la farmacopea popular malagueña, aparecido en la Revista Médica de Málaga, y Estudios sobre la flora y la vegetación de las sierras Tejeda y Almijara, publicado en los «Anales del Jardín Botánico de Madrid». Estos estudios representan un extraordinario esfuerzo de síntesis de la flora de esta zona malagueña, pues constituyen un espléndido catálogo de 541 especies, entre las que define y cataloga cinco nuevas para la ciencia en general, además de citar y confirmar la existencia de siete nuevos taxones para la provincia de Málaga; incluyen también una síntesis fitosociológica del territorio.

En la década de los cincuenta, Laza Palacios se encuentra en una época muy prolífica, ya que de esta época son las publicaciones que se realizaron en la revista «Farmacia Nueva» con los títulos de Miscelánea botánica retrospectiva y Una publicación importante, referida esta última a la edición por el Instituto de España de la obra La materia médica de Dioscórides, traducida y comentada por el médico y humanista Andrés Laguna y Segovia (1499-1559).

Su pasión por los temas malagueños tiene su inicio en 1950 cuando dirige la tesis doctoral de Manuel Sánchez Garro bajo el título de Una farmacia malagueña del siglo XVIII, trabajo que supone también el inicio de sus incursiones en la literatura en las que destaca por su fino estilo literario . Nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Farmacia, el insigne botánico malagueño intensifica sus trabajos sobre crítica literaria e historia, trabajando siempre en temas relacionados con su especialidad.

En 1955, Laza Palacios da comienzo a la publicación de una serie de estudios en la revista «Farmacia Nueva» que van a constituirse en el germen de la que posteriormente será su más renombrada obra literaria, El laboratorio de la Celestina, en la analiza todos los términos de la inmortal obra referentes a plantas que son utilizadas para la preparación de pócimas y ungüentos mágicos. De esta publicación parte la relación epistolar que mantiene con el pintor Picasso a través del poeta barcelonés Jaime Sabartés Gual (1881-1968), ya que su libro, editado con el patrocinio de la Diputación Provincial de Málaga, ve la luz con una reproducción a color del famoso cuadro La Celestina en la sobrecubierta.

Otras publicaciones significativas de esta etapa son La hidrofilia hispánica, en la que hace una especial referencia a las virtudes de las aguas de Carratraca (Málaga), y Los fármacos afrodisíacos en un autor castizo del siglo XV, en la que continúa un tema ya tratado con anterioridad en otro trabajo publicado en la revista «Gibralfaro» con el título de El ungüento de las brujas, en el cual, tras una recopilación de datos sobre dicho famoso y oculto ungüento, deduce su fórmula y realiza un comentario crítico y científico sobre las plantas utilizadas en la elaboración de dicho producto; todo ello, enmarcado en un fino estilo literario.

Esta incursión en el mundo mágico y literario la hace simultánea con sus investigaciones científicas y sus preocupaciones por los temas malagueños como la protección de la finca La Concepción, entonces abandonada. Lo que nos da una idea de la enorme capacidad de trabajo creativo por parte de Modesto Laza.

En 1956, publica “Vegetación rupícola y formaciones frutescentes de altura en la provincia de Málaga” en los «Anales de la Real Academia de Farmacia”, una obra de gran interés para la geografía botánica, ya que en ella tipifica algunas de las comunidades florísticas más características de nuestra provincia.

En el libro “Málaga y su flora ornamental” publicado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga se publica una conferencia pronunciada por Modesto Laza en el Ateneo de Madrid proponiendo la recuperación y conservación de La Concepción. En ella esboza una semblanza de destacados personajes malagueños, así como de ilustres extranjeros afincados aquí atraídos por las excelencias de Málaga,  además realiza un recorrido histórico de la provincia, ensalza su clima y da a conocer las maravillas de la ciudad, de tal modo que la flora ornamental de Málaga aparece al final de su conferencia casi como un tema forzoso.

Enamorado del tema malagueño, se dedicó en especial a la historia de Málaga y sus vinos, lo que pone de manifiesto en 1970, cuando pone el prólogo a la obra Postales Malagueñas. Álbum con Poesía, de la poeta Julia Romero Porras.

También escribe artículos para varias revistas malagueñas, entre cuyos títulos cabe destacar «Don Carlos Pan Español», en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1941), «Los Medicamentos de nuestros abuelos», en Farmacia Nueva (1954) o «Nuestro Parque», en Jábega (1972), entre otros.

A Modesto Laza Palacios se debe en gran parte que la finca de La Concepción sea actualmente el maravilloso jardín que es. A él y a otros muchos que trabajaron por esa noble causa, les muesto mi reconocimiento más sincero.

Como reconocimiento a su ingente labor fue nombrado Profesor Honorario de Botánica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, a la que había donado con anterioridad un valiosísimo herbario con más de 3.000 mil pliegos, fruto del trabajo que él había realizado por las sierras andaluzas y de los intercambios que mantuvo con renombradas figuras botánicas nacionales y extranjeras. En 1963 fue nombrado presidente de Sociedad Malagueña de Ciencias, de la que lo fue hasta su fallecimiento. En 1965 resultó elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, y, en 1978, fue nombrado presidente de honor del III Simposio Nacional de Botánica Criptogámica celebrado en Madrid.

Por último, es de justicia recordar recordarse el gran empeño y la decidida defensa de Laza Palacios en favor de la creación de una universidad para Málaga, Universidad que, convertida en realidad a comienzos de la década de los años 70 y agradecida a este hombre por tan noble anhelo, le concedió a título póstumo, en 1982, la Medalla de Oro que sólo otorga a personajes muy distinguidos.

Su fallecimiento ocurió en 1981, tras una larga y penosa enfermedad que lo tenía apartado casi por completo de toda actividad cultural. Su muerte dejaba un importante vacío en el mundo de la investigación geobotánica de muy difícil relevo por la extraordinaria capacidad humana, científica y cultural que Modesto Laza Palacios poseía, y de la que, hasta el último momento, supo dar cumplida muestra

Bibliografía

ALCOBENDAS, Miguel (1986): Personajes en su historia. 2.ª ed., Ed. Arguval, Málaga

CUEVAS, Cristóbal (2002): Diccionarios de escritores de Málaga y su provincia.1.ª ed., Ed. Castalia Bibliografía, Madrid.

GARCÍA DE LA LEÑA, CECILIO. Disertación en recomendación y defensa del famoso vino malagueño Pero-Ximen y modo de formarlo. Reimpresión de la edición de Málaga, Luis de Carreras, 1792. Palabras preliminares de Modesto Laza Palacios.

http://cementeriosanmiguel.malaga.eu/

http://dbe.rah.es/biografias/

http://www.fortunecity.es/metal/canje/112/nabusimake6.html

LAZA  PALACIOS, Modesto (1936): Algunas observaciones geobotánicas en la Serranía de Ronda”. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Tomo XXXVI

LAZA PALACIOS (1946) Estudios sobre la flora y la vegetación de las Sierras de Tejeda y Almijara.

LAZA PALACIOS, M. 1946. Estudios sobre la flora y la vegetación de las sierras de Tejeda y la Almijara. Anal. Inst. Bot. A.J. Cavanilles, 6(2): 217-370.

LAZA PALACIOS, MODESTO. El laboratorio de Celestina. Málaga. 1958.

RICO VÁZQUEZ, Carmen. Modesto Laza Palacios. Revista Gibralfaro nº 72 Mayo-Junio 2011

PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA MADROÑO.

Andrés Rodríguez González Octubre 26th, 2019

PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA

MADROÑO. Arbutus unedo

Es una planta que tiene la mala fama de que al ingerir sus frutos las personas se emborrachan. Esta creencia popular no va del todo descaminada ya que los frutos del madroño al madurar, fermentan y contienen cierta cantidad de alcohol, por lo que su consumo excesivo puede provocar mareos y dolores de cabeza.

“Arbutus” es el nombre que los romanos daban al madroño y a sus frutos; “unedo” procede de “edo”, que significa comer, “unus o uno”, es decir, “comer sólo uno”, aludiendo a la propiedad de emborracharse con sus frutos si se abusa de ellos.

El madroño es una especie fundamentalmente mediterránea que también se distribuye por las islas atlánticas de Irlanda, Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde. En la Península y Baleares aparece en casi todas la provincias, pero escasea o falta en las zonas más continentales y frías del interior. En la Serranía busca zonas que no sean excesivamente frías, como algunas zonas protegidas del frío intenso de La Nava y Conejeras y otras más cálidas como el Valle del Genal o la parte de la carretera de San Pedro cercana al Alcuzcuz.

El madroño es un arbusto o pequeño arbolito que alcanza los 8 m de altura si se le deja crecer. Tiene una copa densa y globosa que genera mucha sombra. La corteza es pardo-rojiza, agrietada y escamosa, se desprende en plaquitas. Las ramillas jóvenes son rojizas, si bien al madurar se tornan grisáceas. Las hojas son persistentes, simples, alternas, lanceoladas, de color verde intenso, brillantes por el haz y mate por el envés, de 8-10 cm de largo por 3-4 de ancho y de margen serrado. Las flores son blancas o rosado-claras, aparecen en grupos colgantes al final del otoño o a comienzos del invierno y tienen forma de campanita cerrada. Los frutos al madurar tienen un aspecto granulado, carecen de piel, son carnosos, redondeados, de 2-3 cm, rojos o de naranja intenso en el exterior  y amarillo-anaranjados por dentro. En invierno se puede ver al madroño con flores y frutos maduros a la vez.

Es una planta propia de los bosques de hoja persistente del clima mediterráneo. Crece sobre todo asociada a los alcornocales, con los que comparte área de distribución en las zonas de sustrato ácido, si bien el madroño además se distribuye por los terrenos básicos. La encontramos desde el nivel del mar hasta los 1200 m, siempre que las heladas no sean excesivas. Aunque prefiere los suelos bien desarrollados y frescos, a veces aparece en terrenos pedregosos. Por otro lado, la protección que ofrece de su copa y la presencia de frutos en invierno, hacen del madroño una planta muy importante en los ecosistemas como refugio y alimento para la fauna.

La madera es densa, muy dura, de excelente calidad como leña y muy apropiada para hacer carbón vegetal. Sirve para tallar pequeñas piezas como cuencos y cubiertos; sin embargo no se usa mucho para tornear si no está bien seca porque tiende a retorcerse.

Las hojas y la corteza se han empleado como curtientes por su alto contenido en taninos; su raíz, para teñir de rojo, y en medicina para combatir diarreas  al tener propiedades astringentes, favorecer el tránsito de la orina, al tener diuréticas y limpiar, como desinfectante, las vías urinarias.

Además, a pesar de que crece lentamente, es una planta muy interesante desde el punto de vista ornamental por el colorido de sus hojas, flores y frutos. Asimismo se usa para restaurar los ecosistemas mediterráneos degradados y en los ramos de flor cortada por el verde lustroso de sus hojas. También se llaman madroños a las borlas ornamentales de los vestidos goyescos que se asemejan al fruto.

El uso más conocido del madroño se debe a sus frutos, que se pueden comer solos o bien elaborar con ellos compotas, vinagres y aguardientes, muy apreciados en Portugal, Extremadura, Asturias y Madrid. Recordemos que en el escudo de esta última ciudad figura el madroño junto a un oso.

El madroño aparece en los catálogos de flora amenazada o protegida de las comunidades de Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y Valencia, mientras que en Andalucía figura como una especie regulada para su explotación en los terrenos forestales privados.

Bibliografía

http://www.arbolapp.es

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Escarabajo pelotero

Andrés Rodríguez González Octubre 11th, 2019

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

Escarabajo peloteroScarabaeus laticollis.

  

Son insectos del enorme grupo de los coleópteros y su característica principal es que se alimentan de excrementos.

Son de tamaño medio, color negro brillante con las patas fuertes y peludas,  élitros lisos (los élitros son las dos alas exteriores que se han adaptado a la protección del animal en lugar de servirle para volar), tienen el cuerpo deprimido, con cabeza en forma de rombo y dentada por delante, patas anteriores desprovistas de tarsos. Son muy características en estos insectos las antenas, que son lameladas, formadas por once artejos, de los cuales los tres últimos forman una masa en forma de lámina. Sus patas son de tipo caminador y excavador. 

Aunque la mayoría de las especies son coprófagos, también existen algunas que consumen carroña, hongos, fruta podrida y otro material en descomposición. Los machos de algunas especies tienen grandes cuernos cefálicos y otras protuberancias parecidas a cuernos en el torax.

El Scarabaeus laticollis es el más conocido de los escarabajo peloteros pero existen otros de la subfamilia pertenecientes a los género Scarabaeus, Sisyphus, y Phanaeus vindex. El color de los peloteros suele ser negro, pero también aparece el azul, verde, pardo, incluso el amarillo, a veces iridiscente, metálico, brillante o contrastado con marcas oscuras.

Después del ocaso los escarabajos peloteros llegan volando en grandes enjambres con un zumbido intenso. El excremento es utilizado por los escarábidos de dos maneras diferentes: los escarabajos coprófagos se alimentan del líquido rico en microorganismos que se encuentra en el excremento de mamíferos y usan el material más fibroso para criar a sus larvas. Es decir, muchas especies comen los excrementos y otras juntan el material para hacer una bola de estiércol, la modela, la hace rodar hasta el sitio en donde la instalara, apoyándose en las patas anteriores y empujando con las patas posteriores de una manera particular; entierra entonces la bola y en ella depone un único huevo. En la época de puesta, la hembra deposita un único huevo dentro de la boñiga. La larva queda totalmente cubierta, y en este entorno se desarrolla hasta hacerse adulta.

El escarabajo pelotero tiene una función muy importante para la agricultura y el medio ambiente como limpiador del suelo. Con su actividad subterránea hace airear más el suelo, retarda la difusión de los parásitos y de los agentes patógenos y reduce al mismo tiempo el número de las moscas. Además facilita la dispersión de semillas y el reciclaje de nutrientes, mantienen la integridad del ecosistema; en sistemas agrícolas incrementan la productividad primaria y suprimen los parásitos del ganado.

El escarabajo pelotero tuvo en el antiguo Egipto un papel muy destacado como animal simbólico de protección, ya que representaba la inmortalidad del alma a través de los ciclos de reencarnaciones.

La acción de los coleópteros coprófagos, que desgajan, reparten y entierran las heces, aceleran extraordinariamente este proceso, a la vez que fertiliza el suelo. Sin su actuación, la acumulación de los excrementos sería insoportable para los ecosistemas. Se ha calculado que los coprófagos entierran 1,5 toneladas de excrementos por hectárea y al año.

 

Bibliografía

https://www.ecured.cu

 

SETAS DE LA SERRANIA DE RONDA Seta de Chopo

Andrés Rodríguez González Octubre 8th, 2019

SETAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Seta de Chopo Agrocybe aegerita 

Aparece en grupos compactos y apretados sobre los tocones, raíces y troncos viejos de olmos, álamos y chopos y, a veces, en las mimbreras. Se distribuye por sotos, riberas y alamedas. Siempre en lugares húmedos, a menudo usados para cultivar huertas, es la razón por la que puede ser recolectada en temporadas más amplias, fuera del tradicional otoño de búsqueda de setas.

Por su localización no ofrece muchas dudas de identificación. El árbol más productor es el chopo lombardo (Populus nigra var. italica). Es al año siguiente de cortar los chopos cuando se produce la mayor cantidad de setas, manteniéndose la producción durante los diez años siguientes.

El sombrero mide de 2 a 10 cm de diámetro, primero es semiesférico y marrón oscuro y más adelante aplanado y blanquecino. Las láminas son al principio de color blanquecino y después se oscurecen y toman un color tabaco con olor a fruta pasada o avinagrada. El pie es largo y esbelto de hasta 15 cm de longitud de color blanquecino o parduzco. Está provisto de un anillo membranoso. Las esporas son de color ocre o tabaco.

Se puede obtener  durante casi todos los meses del año, excepto los meses de invierno. La mejor época tiene lugar en agosto, septiembre y octubre tras las lluvias. Una de sus ventajas es que, en tiempo seco como el presente otoño, a veces, se convierte en la única seta comestible que puede encontrarse al fructificar a expensas de la humedad que contiene la madera, aunque se agusana antes que en el otoño. Su recolección resulta muy agradecida, pues en un mismo setal se desarrollan numerosos ejemplares, densamente agrupados.

Como medidas convenientes para promocionar y conservar la producción de estas setas, en los lugares donde antaño eran abundantes se puede plantar chopo lombardo en las zonas donde se vayan a implantar chopaledas, mantener una serie de pies adultos sin apear, favorecer la entrada del ganado para evitar la presencia de vegetación competidora y mantener los tocones tras la corta durante un mínimo de diez años.

Algunas personas también conocen como seta de chopo, a veces llamada seta de chopo gris, similar en su morfología a la seta cultivada Pleurotus ostreatus, especie típicamente lignícola que fructifica en troncos y tocones de diversos árboles, pero de sabor más marcado y que se diferencia de Agrocybe aegerita  claramente, por sus láminas blancas, bien decurrentes  y pie excéntrico carente de anillo.

Bibliografía

https://www.valdorba.org/

Baños de Bosque en el Pinsapar de Parauta

Andrés Rodríguez González Octubre 7th, 2019

El primer baño que hemos realizado ha sido en un lugar muy especial para mí. Fue donde  me llevó Julián de Zulueta la primera vez que yo vi la Nava de los Pinsapos, el pico Alcojona, el Llano de la Laguna y el Pinsapo de la Escalereta.

Treinta y cinco años después, el Pinsapo de la Escalereta se está muriendo por causas naturales, cuando entonces era un ejemplo de fortaleza y vitalidad; D. Julián ya no está con nosotros; el Pinsapar de Parauta ha crecido sin gestión ni ordenación alguna, todo lo contrario que el de La Nava y se eso nota en el monte; la cabecera de Río Verde que  corresponde a las rocas peridotitas del Cerro Abanto, entonces cubiertas de espesos pinares y pinsapos, intentan recuperarse del terrible incendio del año 1.991; la soledad del Llano de la Laguna es hoy un inevitable aparcamiento y el Pinsapo de la Falsa Escalereta, asume el rol de rey ante la muerte del verdadero y abandona su papel de secundón que entonces tenía. Tan sólo el Alcojona parece inmutable al paso del tiempo.


Semillas de Lirio apestoso


La Nava de los Pinsapos


Cabecera de Río Verde


Bosque de pinsapos


Pinsapo Escalereta

Los sentidos se activan, nos integramos en el bosque de pinsapos que nos aporta bienestar físico y espiritual.

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: Cica

Andrés Rodríguez González Octubre 2nd, 2019

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Cica, Palma de Sagú, Cyca revoluta, Sagú del Japón Cycas revoluta

Una planta muy antigua, un fósil viviente con más de 300 millones de años de existencia que apareció antes que los dinosaurios

Es una curiosa planta de la familia de las Cicadáceas. Su origen se encuentra en las islas Ryukyu, en el sur de Japón. Son plantas muy longevas, pueden vivir más de 200 años.

Su aspecto recuerda a una palmera, pero no tiene nada que ver con las palmeras. Tienen un crecimiento muy lento, hasta 20 o 30 años para crecer un metro. Puede llegar a tener cinco metros de altura, incluso más en suelo y en condiciones climáticas favorables pero en general se cultiva en maceteros donde no suele alcanzar los dos metros de alto. Posee hojas perennes de 50 a 150 cm de largo, palmeadas, rígidas y punzantes, coriáceas, de color verde brillante y dispuestas en forma de roseta. Las hojas viejas mueren gradualmente y las nuevas que las reemplazan son cada vez un poco más largas que las anteriores. Produce flores en inflorescencias de conos unisexuales, con frecuencia peludas, se forman en el cogollo o parte central de la planta. Hay plantas masculinas y femeninas. La masculina tiene en su centro una piña mientras que la femenina produce una masa de ovarios que tras la fertilización se convierten en semillas lanosas de color amarillo anaranjado y del tamaño de una habichuela grande. Permanecen abiertas en el centro de la planta.

En Java se cultiva esta planta para extraer el sagú, la médula comestible de su tallo.

Para cultivarlas requieren mucha luz, pero debe estar protegida contra el fuerte sol de primeras horas de la tarde. Una luz tenue dará lugar a unas hojas largas, mientras que con luz intensa obtendremos hojas más cortas.

En interior debemos girar la planta con frecuencia, un cuarto de vuelta, hasta que las nuevas hojas se endurezcan. De no ser así, la cyca se inclinará hacia la luz.

En verano es conveniente sacarla al aire libre y colocarla cerca de un árbol de follaje ligero para que permanezca a una sombra no muy intensa.

Es conveniente rociar con agua las hojas pero no el cogollo de la planta.

No gusta del frío intenso aunque puede tolerar las heladas suaves si está en el suelo. No requiere mucho riego pero son muy sensibles a su falta cuando emiten nuevos verticilos. El agua estancada es muy perjudicial para la Cica. Necesita suelos con un buen drenaje. Es frecuente que sean atacadas por las cochinillas por exceso de riego. Si la planta amarillea o se secan las hojas puede ser por exceso de agua o suelo poco drenado.

Se puede multiplicar por hijuelos que se pueden recolectar a principios de la primavera. Se cortan los hijuelos que salen de la base de la planta madre lo más limpiamente posible con un cuchillo muy afilado y nunca con sierra. Es recomendable lavar las heridas aplicarles azufre en polvo o un funguicida. Se deja los hijuelos en un sitio fresco y seco de 1-3 semanas hasta que se cicatrice el corte. Se puede impregnar la zona de corte con polvos enraizantes, posteriormente se plantan en un suelo bien drenado y después se pueden transplantar a una maceta con substrato adecuado para cicas.

Son plantas dioicas, tienen las flores masculinas y las flores femeninas en pies separados.

También se pueden reproducir por medio de semillas, en este caso se ponen en remojo las semillas un par de días, se siembran enterrándolas sólo la mitad y se riega en abundancia para mantener la maceta siempre húmeda. La maceta se deja en su lugar cálido. La germinación dura varios meses.

Bibliografía

http://articulos.infojardin.com