Archive for Septiembre, 2015

Plantas de la Serranía de Ronda: Azufaifo. Jinjolero.

Andrés Rodríguez González Septiembre 23rd, 2015

Plantas de la Serranía de Ronda
Azufaifo. Jinjolero.
El fruto que despide el verano.
Contrariamente a lo que se piensa, que es la uva quien despide el verano, no es sino la Azufaifa, el fruto del Azufaifo, quien los hace.
Su nombre científico es Zizyphus jujuba M.
Es un arbolito de pequeño tamaño originario de China pero cultivado en las zonas templadas del Mediterráneo desde los tiempos de los romanos.
Plinio relata que fue introducido en Roma desde Siria en tiempos de Augusto. El origen del nombre es muy curioso, mientras que el nombre vulgar “Azufaifo” parece ser de raíces árabes, el científico del género “Zizyphus”, lo relacionan con una derivación griega del nombre oriental “Asafifa”.
Pertenece a la familia Rhamnaceas, plantas leñosas de tipo arbustivo, con pinchos, a veces trepadoras, sus flores son muy pequeñas y los frutos en forma de “Drupa”. De esta familia son también otras plantas abundantes en la Serranía como el Espino Negro y el Sanguino. Algunas son medicinales, otras se han usado industrialmente.
Del mismo género y muy relacionado con el Azufaifo está el “Arto” propio de zonas semidesérticas Mediterráneas, en España, de forma natural, se da en zonas cálidas de Almería y Murcia, se distingue bien, el Arto es más pinchudo y su fruto es menos sabroso que el Azufaifo. En estas provincias se suele injertar el Azufaifo sobre pies de Arto resultando una planta vigorosa y de frutos muy apreciados.
En la Serranía el Azufaifo es frecuente encontrarlo en las antiguas huertas, a veces asilvestrado en riberas de arroyos y acequias, como continuamente salen brotes de su base no es planta que se pierda fácilmente. Se reproduce con facilidad a partir de esos renuevos, se consiguen ejemplares nuevos ya que la semilla es muy difícil que germine, lo usual en la Serranía era sacar los arbolitos futuros de esos pequeños brotes.
Los frutos son ricos en mucílago, por lo tanto tienen propiedades laxantes y se han usado también como pectorales. Maduran al final del verano, pasan de un color verde claro a un intenso rojo, son de pequeño tamaño, la semilla está situada el en centro del fruto.
Se usa frecuentemente como planta de jardín por sus hojas de intenso color verde y la presencia de los pequeños frutos, de muy agradable sabor. Es de hoja caduca, perdiéndola con los primeros fríos del otoño.
Existen magníficos ejemplares en algunos jardines por la zona de la carretera de Campillos.
Es una de esas plantas que ya no está de moda como la higuera. Antiguamente toda casa de campo con huerta tenía uno o varios Azufaifos. Una lástima que se pierdan estás plantas que forman parte de nuestra historia. Y que sean sustituidas por otras que sólo dan problemas.

Según información recibida de Pedro Granado sobre el Azufaifo no parece relegarse tan sólo al sur y sureste de la Península, también aparece en Levante y Cataluña,  y existe aislado desde hace siglos en el corazón de las dos Castillas, concretamente en el Valle del Tiétar, en la cara sur de Gredos. En esta zona, principalmente en el pueblo de Pedro Bernardo (Ávila), existe desde hace siglos, y su fruto se consume típicamente en las fiestas del Santísismo Cristo dela Vera Cruz, a medidados de septiembre. Se pueden observar varios árboles de azufaifo de hasta 10 metros de altura, y troncos cuyo diámetro puede llegar a los 70 cm. de diámetro, teniendo en cuenta el lentísimo crecimiento de su madera nos podemos hacer una idea de su antigüedad. Sin duda han sobrevivido gracias a que estaban en huertas del casco urbano, detrás de las casas, y no han sucumbido a incendios, talas ni abandonos.
Ejemplares más pequeños, se encuentran en algunas huertas de los alrededores. En algunos casos han quedado asilvestrados por el abandono de las fincas, pero hoy existe un espíritu de recuperación que ha llevado a multiplicar su plantación a partir de los esquejes de esos antiguos azufaifos. Es digno de resaltar como se puede ver el azufaifo creciendo al sur de la Sierra abulense de Gredos, entre castaños, robles y avellanos y constatar su altísima capacidad de adaptación al clima, que en esa zona castiga en invierno con poderosas heladas y nevadas.

Plantas de la Serranía de Ronda: Centranthus nevadensis “Valeriana de Sierra Nevada”

Andrés Rodríguez González Septiembre 22nd, 2015

Centranthus nevadensis “Valeriana de Sierra Nevada”
Una es las “Joyas botánicas de la Sierra de Las Nieves”
Centranthus es un género de plantas con flores de la antigua familia Valerianaceae, ahora subfamilia Valerianoideae según Angiosperm Phylogeny Website, que comprende hierbas y arbustos del sur de Europa. Comprende 36 especies descrita y de estas, solo 11 aceptadas. El género fue descrito por Augustin Pyrame de Candolle y publicado en Flore Française. Troisième Édition 4: 238. 1805.2. De Candolle fue el maestro en Botánica de Boissier, por lo que no es de extrañar que éste, buscara y encontrara la “Valeriana de Sierra Nevada” en su viaje botánico a Andalucía que tan importante fue para la ciencia.
Centranthus es el nombre del género que deriva de las palabras griegas “kéntron” “aguijón, espolón” y “ánthos”  “flor”. Las flores, en este género, efectivamente tienen un espolón.


Centranthus nevadensis, la “Valeriana de Sierra Nevada”, es una planta algo leñosa en su base con hojas basales abundantes que forman un especie de césped. Vive entre fisuras de rocas por encima de 1.500 metros hasta 2.500 metros de altitud. Vive en zonas de las cumbres pero en exposiciones no soleadas. Además de Sierra Nevada se ha citado en otras sierras béticas, entre ellas la Sierra de Las Nieves y en Marruecos. Es una especie vulnerable, ya que su distribución es dispersa y es consumida frecuentemente por el ganado. Tiene propiedades medicinales como antiespasmódica y se usa como calmante nervioso. Cuando se deseca desprende un característico olor a pies producido por el ácido valeriánico.
Sus flores son hermafroditas, que significa que tiene partes masculinas y femeninas en la misma flor, con inflorescencias cimosas compuestas y parciales densas. Florece entre julio y agosto. Posee un Cáliz con dientes lineares, enrollados durante la antesis, acrescentes, plumosos y persistentes en la fructificación en forma de vilano. Corola con tubo largo, cilíndrico, con una gibosidad o espolón corto hacia la mitad o con un espolón bien desarrollado cerca de la base, y 5 lóbulos más o menos desiguales. Androceo con 1 estambre. Estigma capitado o trífido. Frutos con las 2 cavidades estériles apenas desarrolladas.
Durante mucho tiempo y aún hoy en día alguna bibliografía así lo recoge, se creía exclusiva de Sierra Nevada. Emociona verla crecer en cortados rocosos de la Sierra de Las Nieves. (Al menos a mí).

Bibliografía
www.floravascular.com/
https://es.wikipedia.org/

Fauna de la Serranía de Ronda: Lagartija colilarga.

Andrés Rodríguez González Septiembre 14th, 2015

Fauna de la Serranía de Ronda: Lagartija colilarga.
Según el magnífico naturalista de la Serranía de Ronda, Carlos Guerrero Barragán, casi con total seguridad, el ejemplar fotografiado en la Meseta de Quejigales, se trata de Psammodromus jeanneae la lagartija colilarga oriental, si bien en la foto no se aprecian bien las características que las diferencian y en nuestras sierras confluyen las dos especies. En cualquier caso parece un macho, pero no con los colores de reproducción. La clave identificatoria está en las dos líneas supraciliares y las otras dos supralabiales de color claro (blancuzco o amarillento) con una linea negra entre ellas. Por la longitud de la cola y el engrosamiento en la base de la cola debe tratarse de un macho.
La bibliografía  dice que en la Península Ibérica se habrían diferenciado dos linajes, uno oriental y otro occidental, hace unos 3,6 millones de años. Las poblaciones norteafricanas estarían emparentadas con el linaje occidental, de las que se habrían diferenciado hace unos 1,9 millones de años. Si bien otros autores proponen el aislamiento reproductivo entre las poblaciones ancestrales de P. algirus a ambos lados del estrecho de Gibraltar tuvo lugar hace unos 2,98-3,23 millones de años, y que la separación entre las poblaciones del centro y del sur peninsular tuvo lugar hace 1,4-1,54 millones de años.
Presenta coloración del dorso pardo clara, pardo cobriza u olivácea. Dos líneas supraciliares y otras dos supralabiales blancuzcas o amarillentas. Entre la supraciliar y la supralabial de cada lado se dispone una banda oscura. En muchos ejemplares se distingue una línea vertebral oscura con una línea clara a cada lado. También hay ejemplares en los que el diseño falta por completo. A cada lado del cuerpo dispone de ocelos axilares de color azulado, de tamaño decreciente hacia la parte posterior del cuerpo. Inferiormente son blancuzcos. Los machos grandes presentan en primavera los lados de la cabeza y la garganta de color naranja y amarillo. Las hembras en celo muestran color amarillento en la garganta.
Emite chillidos de escasa frecuencia y duración.
Presenta dimorfismo sexual los machos tienen la cabeza mayor que las hembras y la cola es más larga. El número de poros femorales es más alto en machos. Las hembras son algo más grises que los machos. Los ocelos laterales son más grandes y más abundantes en machos (2-7 ocelos) que en hembras (1-3 ocelos).
Puede llegar a alcanzar 93 mm de longitud de cabeza y cuerpo. La longitud de la cola alcanza 230 mm.

Bibliografía
Carlos Guerrero Barragán
www.vertebradosibericos.org

Plantas de la Serranía de Ronda: Azufaifo. Jinjolero.

Andrés Rodríguez González Septiembre 14th, 2015

Plantas de la Serranía de Ronda

Azufaifo. Jinjolero.

El fruto que despide el verano.

Contrariamente a lo que se piensa, que es la uva quien despide el verano, no es sino la Azufaifa, el fruto del Azufaifo, quien los hace.

Su nombre científico es Zizyphus jujuba M.

Es un arbolito de pequeño tamaño originario de China pero cultivado en las zonas templadas del Mediterráneo desde los tiempos de los romanos.

Plinio relata que fue introducido en Roma desde Siria en tiempos de Augusto. El origen del nombre es muy curioso, mientras que el nombre vulgar “Azufaifo” parece ser de raíces árabes, el científico del género “Zizyphus”, lo relacionan con una derivación griega del nombre oriental “Asafifa”.

Pertenece a la familia Rhamnaceas, plantas leñosas de tipo arbustivo, con pinchos, a veces trepadoras, sus flores son muy pequeñas y los frutos en forma de “Drupa”. De esta familia son también otras plantas abundantes en la Serranía como el Espino Negro y el Sanguino. Algunas son medicinales, otras se han usado industrialmente.

Del mismo género y muy relacionado con el Azufaifo está el “Arto” propio de zonas semidesérticas Mediterráneas, en España, de forma natural, se da en zonas cálidas de Almería y Murcia, se distingue bien, el Arto es más pinchudo y su fruto es menos sabroso que el Azufaifo. En estas provincias se suele injertar el Azufaifo sobre pies de Arto resultando una planta vigorosa y de frutos muy apreciados.

En la Serranía el Azufaifo es frecuente encontrarlo en las antiguas huertas, a veces asilvestrado en riberas de arroyos y acequias, como continuamente salen brotes de su base no es planta que se pierda fácilmente. Se reproduce con facilidad a partir de esos renuevos, se consiguen ejemplares nuevos ya que la semilla es muy difícil que germine, lo usual en la Serranía era sacar los arbolitos futuros de esos pequeños brotes.

Los frutos son ricos en mucílago, por lo tanto tienen propiedades laxantes y se han usado también como pectorales. Maduran al final del verano, pasan de un color verde claro a un intenso rojo, son de pequeño tamaño, la semilla está situada el en centro del fruto.

Se usa frecuentemente como planta de jardín por sus hojas de intenso color verde y la presencia de los pequeños frutos, de muy agradable sabor. Es de hoja caduca, perdiéndola con los primeros fríos del otoño.

Existen unos magníficos ejemplares en algunos jardines por la zona de la carretera de Campillos.

Es una de esas plantas que ya no está de moda como la higuera. Antiguamente toda casa de campo con huerta tenía uno o varios Azufaifos. Una lástima que se pierdan estás plantas que forman parte de nuestra historia. Y que sean sustituidas por otras que sólo dan problemas.

Según información recibida de Pedro Granado sobre el Azufaifo no parece relegarse tan sólo al sur y sureste de la Península, también aparece en Levante y Cataluña,  y existe aislado desde hace siglos en el corazón de las dos Castillas, concretamente en el Valle del Tiétar, en la cara sur de Gredos. En esta zona, principalmente en el pueblo de Pedro Bernardo (Ávila), existe desde hace siglos, y su fruto se consume típicamente en las fiestas del Santísismo Cristo dela Vera Cruz, a medidados de septiembre. Se pueden observar varios árboles de azufaifo de hasta 10 metros de altura, y troncos cuyo diámetro puede llegar a los 70 cm. de diámetro, teniendo en cuenta el lentísimo crecimiento de su madera nos podemos hacer una idea de su antigüedad. Sin duda han sobrevivido gracias a que estaban en huertas del casco urbano, detrás de las casas, y no han sucumbido a incendios, talas ni abandonos.

Ejemplares más pequeños, se encuentran en algunas huertas de los alrededores. En algunos casos han quedado asilvestrados por el abandono de las fincas, pero hoy existe un espíritu de recuperación que ha llevado a multiplicar su plantación a partir de los esquejes de esos antiguos azufaifos. Es digno de resaltar como se puede ver el azufaifo creciendo al sur de la Sierra abulense de Gredos, entre castaños, robles y avellanos y constatar su altísima capacidad de adaptación al clima, que en esa zona castiga en invierno con poderosas heladas y nevadas.

La denuncia: Nuevo búho electrocutado cerca de Ronda.

Andrés Rodríguez González Septiembre 13th, 2015

La denuncia
Nuevo búho electrocutado.

Es verdad es que la comarca Serranía de Ronda comarca es un paraíso para la Naturaleza, pero también un infierno. Y parte de ese infierno es la aparición periódica de aves electrocutadas. Especialmente rapaces. Parece mentira que a estas alturas y con los que ya se sabe sobre aislamiento de líneas eléctricas aún ocurran estas cosas.
El búho apareció muerto el día 8 de septiembre en el camino que baja desde El Cuco a la Fuente de D. Pedro. Miembros de Silvema Serranía de Ronda tomaron los datos morfológicos del búho muerto por electrocución y la Patrulla Verde levantó acta del percance.
Si se exigiera responsabilidad a las todopoderosas empresas eléctricas españolas cada vez que estas realidades ocurren, y que esa responsabilidad fuera con fuertes sanciones económicas que es lo único que les duele, estoy seguro que se solucionaría el problema.

La foto me la ha proporcionado Gonzalo Astete, a quien doy las gracias.

A la búsqueda de las Atropas marroquíes en flor (I)

Andrés Rodríguez González Septiembre 9th, 2015

A la búsqueda de las Atropas marroquíes en flor (I)
cómo Marcel Proust se lanzó a buscar a “las muchachas” así nos marchamos Juan Ríos y yo a Marruecos, pero para localizar las especies Atropa baetica y Atropa belladona que nos habían dicho que cohabitaban en el Parc National de Talassemtane. Norte de Marruecos.
Días antes, localizando nuevas poblaciones de Atropa baetica, o Tabaco Gordo en lenguaje popular, ya bien metidos en el Parque Natural de Sierra de las Nieves (para lo que tenemos el correspondiente permiso), yo había destrozado el carter de mi Renault Clio contra unas piedras en el carril que accede a la fuente de Frasquito el guarda. Afortunadamente el hijo de Juan Ríos pudo remolcar el coche hasta Conejeras, unos doce Kms, donde nos recogió una grúa. Lo que parecía una simple rotura del tapón de esa fundamental pieza metálica del coche, solucionable con una simple soldadura, se transformó en una avería mayor y entre la paralización de la actividad en la ya de por si semiparalizada Ronda a causa de la feria y la necesidad de buscar un carter de segunda mano, fue necesario desplazarnos a Tarifa en otro coche menos fiable, pero que ha cumplido tanto en la ida como en la vuelta. Cuento esto para que los lectores vean que el tema ya olía a aventura.
A la mañana siguiente de un paseo por la feria, un día 4 de septiembre, con una mar en calma, tomamos el ferry que nos condujo desde Tarifa al puerto de Tanger. Llegar a Tanger ciudad en lugar de al nuevo macropuerto de Tanger Med es un verdadero placer, los edificios coloniales aún conservan ese aire tan añejo, la ciudad permite disfrutar de las grandes avenidas mezcladas con el colorido y el bullicio de la medina, del puerto, de los restos aún en pie de edificios de otras épocas, una ciudad tan cercana al mundo occidental y a la vez tan sumida en la tradición, donde cualquiera te puede intentar vender cualquier cosa en castellano, inglés, francés, árabe o bereber si estás dispuesto a regatear por supuesto. Mi amigo Amed, persona a quien aprecio sobremanera, hospitalario y amable como siempre, esperaba nuestra llegada con su incombustible Mercedes aparcado a pocos pasos del lugar donde nos dejó el ferry. Una extraordinaria y copiosa comida a base de excelente Couscous, pollo al horno, frutos secos variados y salsa de intenso sabor a hierbas aromáticas, nos esperaba en la casa familiar de su esposa. Para mí es muy difícil, por no decir imposible describir la hospitalidad, amabilidad, amistad y generosidad con las que siempre me trata, tanto si voy con la familia como ahora, que iba con mi compañero en tareas investigadoras y amigo, Juan Ríos Pimentel. Una vez más, gracias Amed, tanto a ti como a toda la familia.
Por la tarde cambiamos el proyecto inicial que era ir a la Cueva de Hércules y acantilados de la zona, al estar cerrada, por un recorrido por la costa atlántica para observar dunas costeras y marismas en la carretera que se dirige a la hermosa ciudad de Assilah.  Salimos del caótico tráfico de Tanger esquivando motocarros, camiones a toda velocidad, peatones que cruzan por cualquier lugar, grand y petit taxi que cambian de carril o frenan según donde estén los usuarios que van recogiendo según circulan, hasta completar o sobrepasar los límites humanos y mecánicos, en el punto que hasta ocho personas conté subidos en un grand taxi.
Gran problema el que se tiene en todo el norte de África, Marruecos incluido, con los plásticos, existen por todas partes, más en los alrededores de las ciudades, no se salvan ni las zonas costeras de la invasión de todo tipo de plásticos y envases, es absolutamente injustificable tanta suciedad y si estos países quieren hacer del turismo costero unos de sus recursos, antes deben asumir que esa forma de contaminación debe ser solucionada.

Muchas plantas tenían ya pasada la floración, pero pudimos ver algunas Arenaria y Calistegia en flor pero sobre todas destaca el hermosísimo Pancratium maritimum, popularmente conocido como Azucena de Mar o Lirio de Mar, de preciosas flores que aquí presentan gran tamaño, pudimos encontrar plantas con muchos pies, muchas ya con enormes frutos pero vimos también algunas flores retrasadas que nos mostraron esa planta de gran belleza que vive en zonas costeras, siempre muy cercana al agua.

Mientras disfrutamos de la belleza del mar, buscamos plantas, hacíamos fotografías y nos dejábamos envolver por la luz intensa de la tarde, yo, al menos, no reparé en un coche que había parado a unos metros del nuestro ni en los tres individuos que de él bajaron. Volvimos a encontrarlos cuando regresamos de un paseo por una zona de marismas cercana.  Ya en el coche nos disponíamos a regresar cuando uno de ellos se acercó a Amed y entabló con él una conversación que terminó cuando el marroquí (el único que llevaba chilaba por cierto) le dio un número de móvil que Amed gravó en el propio. Después de la despedida de rigor a base del consabido “Sala’ malicum malicum sala’ ”, Amed reanudo la marcha entre movimientos de cabeza, sin abandonar su eterna sonrisa pero exclamando repetidamente “incroyable” “incroyable” “incroyable”….Los marroquíes habían creído que eramos BUSCADORES DE TESOROS y le habían ofrecido su ayuda a cambio de una compensación económica sobre lo encontrado.

Como decía Amed, Increíble, Increíble, Increíble… Pero yo pienso que más increíbles sería para ellos la explicación de que tres tíos grandes como carros estaban por allí buscando plantas y hormigas. Sea como fuere, la anécdota nos proporcionó risa y disfrute hasta mucho más allá de la cena, que como la comida, resultó sumamente apetitosa y exquisita.
(continuará)