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PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: Madreselva arbórea

Andrés Rodríguez González Mayo 30th, 2023

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Madreselva arbórea. Lonicera arborea

Su descubridor científico fue Boissier.

Pertenece a la familia Caprifoliaceae.

Es un endemismo Ibérico magrebí que aparece al sur de la Península Ibérica y Noroeste de África. En Andalucía está presente en las provincias de Cádiz, Málaga, Almería, Jaén y Granada, si bien en estas dos últimas se concentran la mayor cantidad de poblaciones. En la Serranía de Ronda se la puede localizar en las cercanías del Cortijo de Quejigales en la Sierra de las Nieves, en el Parque Nacional. En la provincia de Málaga se puede encontrar de forma muy dispersa por todo el territorio, siempre asociadas a la media y alta montaña

Siempre aparece entre los 1.250 y los 2.000 metros de altitud. Crece en claros de bosques caducifolios como los quejigares. También en pinares y matorrales espinosos de alta montaña. Prefieren el sustrato calizo y pueden llegar hasta 1.800 msnm. Soporta muy bien las heladas y necesita lugares frescos y umbríos.

Relacionada con vegetación de matorral en las cercanías de los bosques de pinsapos. En zona de semisombra. Es bastante indiferente al tipo de suelo, prefiere substratos calizos y siempre que sean suelos bien desarrollados y frescos, incluso húmedos.

Es un arbusto que alcanza hasta 5 m de altura. Los tallos son fistulosos (huecos en su interior), al menos en las ramas jóvenes. Se ramifican desde la base, son de corteza fibrosa y grisácea, con pelos al principio y sin pelos después. La corteza se desprende con facilidad y es roja o púrpura en las ramas terminales. Tiene hojas opuestas, caedizas, enteras, pecioladas, de forma ovaladas o elíptica y flores en las zonas axilares en los extremos de las ramas. Su consistencia es herbácea (no endurecidas) y forma ovada o elíptica, con base redondeada.

Las flores son muy peculiares y de gran belleza. Tras ser polinizadas sufren un cambio de color, hasta el punto que se puede distinguir las que están fecundadas de las que no lo están por el tono. Muchas son aromáticas y producen néctar, lo que atrae a numerosos insectos. Algunos son polinizadores de hábito diurno, como abejas y los tabarros; otros son verdaderos ladrones de néctar, como los abejorros. Las especies ibéricas de madreselva son muy visitadas por las polillas durante el crepúsculo y la noche. Las formas de las flores pueden ser muy complejas, aparecen en pares en las axilas foliares de los extremos de las ramas. Son zigomorfas (un solo plano de simetría), de color blanquecino o rosado. Florece entre mayo y julio y fructifica a lo largo del verano. Los frutos son bayas (carnoso con varios huesos, como los arándanos), globosos, negro-azulados al principio y amarillo-anaranjadas en la madurez. Las aves son las principales dispersoras de los frutos. Tienen 1 o 2 semillas de superficie ondulada y negra.

Las madreselvas son plantas capaces de absorber más polución mejorando significativamente la calidad del aire a su alrededor. Las cultivadas pueden crecer fácilmente en cualquier parte, por eso y su capacidad de absorción de contaminantes aéreos ha sido propuesta para limpiar el aire de las grandes ciudades. Además, esta planta contiene una gran cantidad de biomasa que puede ser convertida en biocombustible (biodiesel). Una hectárea de madreselva puede producir hasta doce toneladas de biomasa lista para convertirse en biocombustible.

Bibliografía

https://www.malaga.es/

https://granadanatural.com/

NATURALISTAS EN LA SERRANÍA DE RONDA: Pablo Prolongo.

Andrés Rodríguez González Diciembre 26th, 2020

NATURALISTAS EN LA SERRANÍA DE RONDA

Pablo Prolongo. 

Nació en Málaga el 28 de Mayo de 1.806 y murió en nuestra ciudad el 13 de Junio de 1.885. Hijo de Juan Prolongo y Francisca García, una familia acomodada dedicada al comercio.

Hace sus estudios en el Seminario de Málaga hasta 1823, cuando entró como aprendiz en la farmacia de Félix Haenseler. Dos años después se desplaza a Madrid donde realiza estudia en la Universidad Central. En 1828, obtuvo el título de Bachiller en Artes, siguiendo al mismo tiempo cursos de Botánica, Zoología y Mineralogía en el Museo de Historia Natural. También realiza estudios de Química.  En 1830 alcanza el grado de Bachiller en Farmacia y poco después obtiene el título de Licenciado. Regresa de Madrid en 1832, durante esos años, recomendado por Félix Haenseler,  es habitual su presencia en el Jardín Botánico de Madrid y en el Museo de Historia Natural y establece sólidos contactos con Simón de Rojas Clemente Rubio y a Mariano Lagasca.

Una vez regresa a la ciudad de Málaga, establece una Botica en la calle Salinas esquina a la de San Bernardo el Viejo, donde se crea un prestigioso núcleo de conocimiento científico con el que contactan importantes botánicos europeos, como De Candolle y su alumno Boissier. En el año 1.839, E. Boissier vino a España, para realizar su trabajo de herborización del sur de la Península, es acompañado en Málaga por Pablo Prolongo y Félix Haenseler, con toda seguridad, le informaron de sus amplias herborizaciones en la provincia  y en todo el sur de Andalucía, incluido Gibraltar. Otros científicos importantes con los que Prolongo mantuvo contactos fueron Willkomm y Kelaart. Por dos veces Prolongo opositó a profesor de la Universidad Central de Madrid sin éxito.

En 1849 fue nombrado socio de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. En 1853 fue nombrado socio de mérito de la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga. En 1862 obtuvo el grado de Doctor en Ciencias, después ocupó la Cátedra de Física en el Instituto General y Técnico de Málaga. En el año 1.872 se produjo un hito importantísimo en el que Prolongo participo activamente, fue la fundación en compañía de D. Domingo Orueta y Aguirre de “La Sociedad Malagueña de Ciencias Físicas y Naturales”, una institución en la que abundaban los farmacéuticos, que suplió durante muchos años la falta de cultura científica de nuestra ciudad, a falta de Universidad, que  fue creada en Málaga en 1.972. Fue nombrado presidente honorario perpetuo de la Sociedad Malagueña de Ciencias en 1874, posteriormente, en 1884, fue elegido su presidente. En 1.878 fundó el “Colegio Oficial de Farmacéutico de Málaga”.

Además de investigaciones botánicas de conocimiento puramente científico, realizó múltiples estudios de botánica aplicada y otros que demuestran sus preocupaciones sociales para conseguir mejorar la calidad de vida de sus paisanos. Por ejemplo, en 1850 estudio la microscopia de los parásitos de la vid en la Axarquía, en 1854, durante la epidemia de cólera que arrasó la ciudad de Málaga, aporto soluciones eficaces y económicas al problema de la desinfección y en 1884 dirigió la comisión nombrada al efecto por la Sociedad Malagueña de Ciencias. Cuando en el año 1.878, la Filoxera invadió las vidas malagueñas, descubrió la causa de la enfermedad y propuso soluciones para atajarla, pero la mala gestión de los viticultores, derivada de su avarición, impidió que la plaga fuera atajada. Pablo Prolongo fue el primero en preparar cloroformo en Málaga, lo que suponía abandonar el peligroso éter en la anestesia. Prueba de su calidad humana es que cuidó los últimos años de su vida de su maestro y mentor, Felix Haenseler, aquejado de una dura y cruel enfermedad.

En 1868 uno de los incendios provocados durante la llamada “Revolución Gloriosa” arrasó su farmacia y domicilio por de 1.868, destruyendo también su biblioteca, y, sin duda, trabajos científicos no publicados.  Trasladó la farmacia a la calle Puerta del Mar nº 2, esquina a calle Martínez. Establecimiento que mantuvo abierto hasta 1882, cuando comenzó a padecer una enfermedad que le impedía caminar.

D. Pablo Prolongo falleció en la ciudad de Málaga el 13 de Junio de 1.885.

Obras de Pablo Prolongo.- Historia de los copos de azufre que salen mezclados con las aguas del manantial de Carratraca (Sulfuraria Caratraquensis), Málaga, 1874; Aguas de los Pozos de Málaga, Málaga, 1875; Monstruosidades del género Citrus y caracteres de este fruto, Málaga, 1875; con M. Casado, R. Larios y F. Mitjana, Dictamen de la Comisión sobre el proyecto de un jardín de aclimatación (ms), Málaga, 1878; con A. Prolongo, D. de Orueta L. Parody, A. Álvarez de Linera y E. J. Navarro, Propuestas para un plan higiénico contra el cólera, Las Noticias (Málaga), 1884.

Bibliografía

ALCOBENDAS, MIGUEL, Málaga, personajes en su historia. Málaga, Arguval, 1986.

CUEVAS, CRISTÓBAL, Diccionarios de escritores de Málaga y su provincia. Madrid, Ed. Castalia, 2002.

LAZA PALACIOS, MODESTO, El laboratorio de Celestina, Málaga, edita Instituto de Cultura de la Exma. Diputación de Málaga, 1958.

PÉREZ-RUBIN, JUAN, “El naturalista y farmacéutico germano-español Felix Haenseler Jeger (1780-1841) en la Málaga de su época”, Acta Botánica Malacitana tomo 37, 2012, pp. 141-162

RICO VÁZQUEZ, CARMEN, “Modesto Laza Palacios”, Revista Gibralfaro, nº 72, Mayo-Junio 2011.

http://dbe.rah.es/biografias/27278/pablo-prolongo-garcia

https://icofma.es/

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: DURILLO DULCE

Andrés Rodríguez González Octubre 17th, 2020

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

DURILLO DULCE Cotoneaster granatensis

También recibe los nombres vulgares de membrillera falsa y guillomera

Es un arbusto de hasta 3,5 m de altura, que raramente alcanza el porte de un árbol. Ramas jóvenes tomentosas. Es un valioso matorral que fue descubierto para la ciencia por Boissier.

Planta caducifolia sin espinas, sus ramas jóvenes son de color blanquecino al estar tapizadas por una suave pilosidad. Tiene hojas alternas, simples, enteras, con un peciolo muy corto de hasta de 40 x 30 mm, poseen un haz sin pelos y envés más claro y con pelos. Las inflorescencias se producen en junio y julio, en el extremo de ramillas laterales cortas, sobre pedicelos, produce unas pequeñas flores blancas de 8-11 mm de diámetro, hermafroditas, es decir con los dos sexos. El fruto es como una pequeñísima pera de 6-10 mm, rojo oscuro.

Aparece muy localizado en la Sierra de las Nieves, cerca de pinar en un barranco rocoso junto a un arroyo, con orientación norte. Está protegido por una valla metálica, actualmente se encuentra en expansión colonizando zonas adyacentes al escarpe rocos donde se encuenta que es de naturaleza granítica.  En una altitud de más de 1.100 metros aunque en otros lugares de Andalucía se encuentra entre los 1200 y 2100 m.

Es una valiosa planta endémica de las sierras béticas, desde la Sierra de Grazalema (Cádiz) hasta las sierras de Espuña (Murcia), Aitana (Alicante) y en Almería donde  se halla, además de en Sierra Nevada, en la Sierra de Lúcar y en la Sierra de María. Su conservación debe ser prioritaria, ya que si se deterioran no vuelven a regenerarse, siendo sustituidos por plantas perennifolias, como la encina, mejor adaptadas a las condiciones actuales. El ganado impide la regeneración natural de las poblaciones al consumir sistemáticamente todos los individuos jóvenes en las zonas más afectadas.

Está incluida en la Lista roja de la flora vascular de Andalucía, calificada como “Casi amenazada”.

Se ha utilizado como colonizador y estabilizador de terrenos y laderas, así como planta ornamental. Sus frutos y ramillas constituyen uno de los alimentos preferidos de la cabra montés.

Bibliografía

http://www.almerinatura.com/

http://www.floraprotegida.es/

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Linaria saturejoides

Andrés Rodríguez González Octubre 23rd, 2018

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Linaria saturejoides 

Esta especie fue identificada científicamente por el gran botánico Boissier cuando viajo a tierras de la Serranía de Ronda para descubrir para el mundo de laciencia el famoso Pinsapo. 

Pertenece a la familia de las Escrofulariáceas. Como todas las Linarias es sumamente bella y de aspecto delicado, aunque la realidad es que crecen en zonas rocosas, con matorral, a veces en suelos intensamente erosionados, pedregosos e incluso en carriles, es decir, zonas muy rústicas.

Es una planta anual que puede llegar a alcanzar hasta de 30 cm de altura.

Los tallos fértiles desarrollan unas hojas lineares, muy planas, las situadas en posición más inferior, crecen en grupos o verticilos de cuatro y las restantes se desarrollan en forma alterna. La inflorescencia es laxa, vista con detalle se ve ligeramente peluda y con glándulas, en esa inflorecencia se desarrollan un número de hasta dieciocho flores; posee brácteas lineares y agudas. Flores zigomorfas, hermafroditas, con un pedicelo bien patente. Su cáliz tiene cinco sépalos que no son iguales. Corola personada, violeta o lila claro rosado, con el paladar amarillo o anaranjado; tienen un espolón recto o algo curvado, más largo o de la misma longitud que el resto de la corola. Androceo o parte masculina productora de polen con estambres inclusos. Gineceo, asi llamada la parte femenina de las flores tiene un ovario de dos lóbulos y un estigma capitado. Cápsula globosa, de unos 5 mm, a veces sin pelos y otras con pelos que poseen una pequeña glándula en el extremo.

Produce numerosas semillas numerosas, en forma de disco, de unos 2 mm; disco liso o tuberculado, negro; ala de 0,4 a 0,8 mm de anchura, no engrosada, entera, blanca o gris blanquecina.

Vive en pedregales y arenales dolomíticos o calizos, hasta unos 1900 m. Endémica del SE peninsular, Málaga, Granada y Almería.

Florece entre finales de primavera a principios de verano.

El ejemplar fotografiado lo fue en el Parque Natural de la Sierra de Las Nieves, en el término municipal de El Burgo.

La foto es de Gonzalo Astete a quien agradezco que me permita usarla.

Bibliografía

http://www.almerinatura.com/

 

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Lonicera arbórea

Andrés Rodríguez González Julio 13th, 2018

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Lonicera arbórea. Madreselva arbórea. Caprifolium arboreum

 

Pertenece a la familia Caprifoliaceae.

Es un arbusto que puede alcanzar entre 3 y 5 metros de altura. En su elevado porte se basó su descubridor científico, el gran Boissier, cuando la describió.

Tiene hojas opuestas, caedizas, enteras pecioladas, de forma ovaladas o helíptica. Flores en las zonas axilares en los extremos de las ramas.

Es un endemismo Ibérico magrebí que aparece al sur de la Península Ibérica y Noroeste de África. En la Serranía de Ronda yo sólo conozco una pequeña población en las cercanías del Cortijo de Quejigales, pero me han informado de la existencia de otras poblaciones en la Sierra de Las Nieves.

Siempre aparece entre los 1.250 y los 2.000 metros de altitud. Relacionada con vegetación de matorral. La población que yo conozco se encuentra entre matorrales cerca del borde del pinsapar. En nuestra zona se encuentra en semisombra.

Bastante indiferente al tipo de suelo, prefiere substratos calizos y siempre que sean suelos bien desarrollados y frescos, incluso húmedos.

La foto es de Gonzalo Astete a quien agradezco que me haya permitido usarla.

 

Bibliografía

https://floressilvestresdelmediterraneo.blogspot.com

https://www.ecured.cu

Otros Naturalistas en la Serranía de Ronda. A. Barbey

Andrés Rodríguez González Julio 10th, 2018

Otros Naturalistas en la Serranía de Ronda.

A. Barbey

 La amputada década de los años 30 del siglo pasado supuso un gran desarrollo en la protección medioambiental de Andalucía en general y particularmente de la Serranía de Ronda.

Historicamente la visita de Barbey se enmarca en el final del reinado de Alfonso XIII y la Dictadura de Primo de Rivera, son “los años veinte” y  la “belle epoque”, un periodo de crecimiento económico en el que se tradujo en Andalucía algunos avances sociales como las comunicaciones, la educación pública o las primeras obras hidráulicas de cierta importancia como el Embalse de Montejaque construido entre 1930 – 1933. Pero con un efecto negativo muy importante, crecen considerablemente las cabañas ganaderas, en nuestra comarca vuelven a aumentar  especialmente las de caprino y ovino, que ramonean intensamente a sus anchas en las zonas montañosas, precisamente en los montes donde se desarrollan los pinsapos. En contraposición, la llegada de Boissier coincidió con uno de los periodos catastróficos en lo social, económico y medioambiental que han asolado España reiteramente.

En los años veinte y comienzos de los treinta se sentaron las bases de las políticas de protección que en las últimas decenas de años de la época actual se tradujeron en la amplia red de Espacios Protegidos que existe en la comarca y en Andalucía. Y no quiero decir con eso que yo me dé por satisfecho con lo que ahora existe; es necesario avanzar más sobre todo con los retos que el cambio climático nos  está planteando, concretamente como afecta a la conservación de nuestra joya botánica por excelencia: El Pinsapo.

En aquella época gloriosa para la protección ambiental de los referidos años treinta se publicaron diversos materiales que reactivaron el interés por la conservación delmedio. Precisamente unos años antes, la comarca de la Serranía de Ronda,  había levantado un gran interés en el ámbito científico y cultural con personajes como Simón de Rojas Clemente Rubio, Lagasca, Cavanilles, Charles E. Boissier, Antonio Laynez,  entre otros. En esos años treinta se publican artículos científicos fundamentales como los de Cuatrecasas y libros muy importantes como los de de Luis Ceballos sobre la vegetación forestal de las provincias de Cádiz y Málaga, para la primera provincia citada, escribió en colaboración con Manuel Martín Bolaños y para la provincia malagueña con Carlos Vicioso.

En 1931 se publica en Paris un libro fundamental titulado “A travers les forêts de Pinsapo d´Andalousie”, tal vez, a causa de que no fue traducido hasta muchos años después, es bastante desconocido incluso para el público iniciado en temas científicos o naturalistas de la Serranía. Es posible que el nombre de su autor A. Barbey,  no nos diga nada, pero si los europeos tuvieran la costumbre  tan española de respetar el apellido de las madres y colocarlo como segundo apellido, este señor desconocido ya sería otra cosa, porque su segundo apellido es “Boissier”. Efectivamente, fue nieto del descubridor científico del pinsapo. Y un nieto orgulloso y apasionado de su abuelo como demuestran las palabras escritas por él al comenzar la redacción de su obra a la que subtitula “Homenaje a mi abuelo”; también las continuas y cariñosas referencias que a su abuelo hace a lo largo de su obra, producto de que emprendiera una especie de viaje homenaje a Boissier que le llevó a los terrenos que su abuelo visitó e incluso a Grazalema, donde nunca llegó el famoso descubridor del pinsapo.

Barbey viene a la Serranía de Ronda siguiendo los pasos de su abuelo, pero no ese el único interés que le atrae, el autor del libro es especialista en Entomología, la ciencia que estudia los insectos; busca entrar en contacto con Manuel Aulló Costilla, director del Laboratorio de Fauna Forestal Española, Piscicultura y Ornitología, padre y primer presidente de la Sociedad Española de Ornitología. A este personaje dedica un insecto que descubre en los bosques de pinsapo, la Dioryctria aulloi, una mariposa parásita de nuestros abetos.

Como otros científicos de la época, Barbey es un hombre de ciencia muy completo, no sólo se preocupa por los insectos, o por la historia de su abuelo en la Serranía, también es un “forestal” importante. Comenta y se nota que le duele, los usos y abusos que del pinsapar se hace en la Andalucía de la época, la escasa consideración que de estos bosques se tiene traducida en un pastoreo excesivo que le obliga a hacer suya un frase de sus compañeros y amigos los científicos españoles Ceballos y Martín Bolaños cuando deja escrito en perfecto idioma español “son muchos los metros cúbicos de madera que las cabras han robado a los pinsapos”. Son las cabras, para Barbey, uno de los principales responsables del deterioro del pinsapar, su falta de continuidad y la ausencia de regeneración del bosque. Pero no sólo las acciones negativas de las cabras le preocupan, también la poda abusiva de ramas de los abetos para fabricar carbón, una práctica habitual y no sólo en los pinsapos, también en encinas y quejigos.  Además, en sus escritos, distingue perfectamente el carboneo anárquico y aniquilador que se realiza en los terrenos comunales de los Montes de Propios del Monte Pinsapar de la Sierra de Las Nieves, del “más regulado” que se practicaba en el pinsapar de Grazalema. Sin duda el que un monte fuera propiedad de la comunidad o de un particular influía poderosamente; desgraciadamente ya se sabe que el  carácter español castiga y esquilma las propiedades comunes  mientras los particulares cuidan lo propio. También analiza las causas naturales que dificultan el crecimiento y la regeneración del pinsapo como la sequía estival y los ataques de insectos, su conclusión es que si no se toman medidas urgentes para atenuar las agresiones humanas contra los pinsapos, estos bosques desaparecerían irremediablemente

Otras aportaciones importantes a resaltar son el aporte de fotografías que Barbey incluye en su libro, algunas han servido para comparar la evolución de los bosques de pinsapos desde su época a la actualidad y también los estudios que realiza sobre los insectos. No debemos  olvidar que Barbey fue un entomólogo de prestigio internacional autor de obras básicas de la materia como el “Traite d´Entomologie Forestière”, un estudio que mereció una mención especial de la Academia de Ciencias de Francia.

En el libro “A través de los Bosques de Pinsapo de Andalucía” despierta una especial emoción  el capítulo dedicado a Boissier y que lleva  por título “Homenaje a mi abuelo”; el autor aporta numerosas referencias personales y detalles enternecedores sobre la vida, el caracter, los viajes y los trabajos de Edmond Charles Boissier. Después Barbey describe los macizos montañosos con pinsapos y las poblaciones de la Sierra de Las Nieves, la Nava de S. Luis y la Sierra del Pinar en un extenso y documentado capítulo para el que, sin duda, le asesoraron Luis Ceballos y Carlos Vicioso.

En las conclusiones de su libro se encuentran propuestas tan contundentes como “el único medio, el más urgente, el más fácilmente realizable para asegurar la salvaguarda del pinsapar es alejar los rebaños casi nómadas de cabras, en cualquier caso más numerosos en las Sierras de Ronda”. También expresa el deseo de “crear, lo antes posible, en las Sierras Andaluzas, reservas forestales…”, y continúa “…es el deseo sincero que formula el nieto de Edmond Boissier, naturalista apasionado de la flora española”.

Sin duda un nieto que sería el orgullo de su abuelo, el gran Boissier y que contribuyo con su difcusión a la posterior llegada de la protección en forma de Espacios Naturales Protegidos para los pinsapares.

 

Bibliografía

A través de los bosques de pinsapo de Andalucía. “A travers les forêts de Pinsapo d´Andalousie”.  A. Barbey

Edita la Agencia de Medio Ambiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Traducción de Fernando Díaz del Olmo sobre el libro original editado en Paris y en Gembloux en el año 1931

Sevilla 1996.

 

Naturalistas en la Serranía de Ronda: Simón de Rojas Clemente y Edmond Boissier

Andrés Rodríguez González Abril 8th, 2018

Capítulo 5.-

Edmond C. Boissier, el botánico y Simón de Rojas Clemente y Rubio, el agrónomo: Dos científicos unidos por los pinsapos.

La referencia bibliográfica de García Guardia (1) es un ejemplo más del convencimiento del mundo botánico hispano hasta bien entrado el siglo XXI, que Simón de Rojas Clemente y Rubio había perdido la herborización realizada en “su viaje por la Serranía de Ronda y de sus observaciones hechas en el reino de Sevilla en 1.807, 1.808 y 1.809…”; pero no sólo fue García Guardia, casi todos los autores que escribieron sobre flora andaluza y española recogen la frase anterior de  Mariano de Lagasca y Segura, el botánico más ilustre de comienzos del siglo XIX, que además aseguró haber sufrido la destrucción de “lo más selecto de mi herbario y biblioteca y lo que es más, todos mis manuscritos, fruto de treinta años de observaciones”(2).Pero la transcripción del material elaborado por Simón de Rojas en sus viajes a Andalucía entre 1.804 y 1.809 para escribir una Historia Natural del Reino de Granada por parte de A. Gil Albarracín en el año 2.002 (3), han permitido una visión diferente a la que todos los investigadores y aficionados teníamos del tema.

Bien es cierto que la brutal represión desencadenada por Fernando VII en Madrid, extendió por toda España el ambiente antiliberal y anticientífico. En Sevilla, el 13 de Junio de 1.810,las turbas arrojaron al río Guadalquivir gran parte del conocimiento botánico de la época en forma de herborizaciones y de notas científicas del gran Lagasca.  Pero, contrariamente a lo que se ha pensado durante doscientos años, el material de Simón de Rojas no desapareció en el Guadalquivir, al menos la mayoría se salvó para  permanecer, olvidado y cubierto de polvo en los sótanos del Real Jardín Botánico de Madrid. El error parte de las palabras de Lagasca que escribió “…Sevilla es el sepulcro de varias producciones útiles de ciencias naturales. Allí perdió Clemente el resultado de su viaje por la Serranía de Ronda…”.

Clemente en sus viajes por Andalucía  para escribir la Historia Natural del Reino de Granada, había visto y nombrado el “pinsapo”. Concretamente, el 28 de agosto de 1.809 en la subida desde Grazalema al Pico de S. Cristobal, cita al Abeto como el árbol más común que todos juntos, llega hasta muy cerca de la cumbre.” .“El pinsapo sólo sirve  para tablas y vigas de casa y para leña”. “El guarda sólo custodia el quejigo, el alcornoque y la encina”. Más explícito es en sus manuscritos del 5 de septiembre de ese mismo año, al relatar en el tramo del camino entre Ronda y Tolox: “Entramos luego en el pinar en que hay algunos quejigos y todo lo demás pinsapos. Se parecen algo estos vistos a cierta distancia al ciprés por lo oscuro de su color y por su forma cónica, bien que el cono es de base más ancha y muy poco prolongado. Sus ramas salen casi horizontales y cuelgan por la punta arqueándose algo. Aquí se crían más altos (hasta más de 40 varas) que en el Pinar, al parecer por que a éstos del Pinar les cortan la guía de jóvenes para palas de hornos y otros usos, y los hay bastante gruesos. Uno de ellos, que llaman de las siete vigas, tiene en efecto siete ramas que suben muy altas y casi iguales muy perpendiculares, partiendo en cerco y con simetría alrededor del centro del tronco, que esta ileso; fenómeno hermoso que no deja de ser notable y que llama la atención cuantos pasan por este camino, hallándose por fortuna junto a él, a la izquierda, poco antes de llegar al Puertecillo de las Ánimas”. (3)

Así pues, Clemente, conoce y nombra el Pinsapo en 1.809, 28 años antes de la llegada de Boissier a Andalucía. Ya Calera y Montilla (4), en su estudio sobre el Pinsapar de Grazalema,  hablaron de esta posibilidad antes de la transcripción de Gil Albarracín, para ellos y cualquier conocedor de la personalidad de Simón de Rojas es imposible pensar que a una persona tan meticulosa, trabajadora y concienzuda como él se le escapara la presencia de un árbol tan llamativo como el pinsapo.

Una parte del material recopilado por Simón de Rojas Clemente si desapareció víctima de las revueltas populares, pero no el grueso del trabajo que Clemente guardaba celosamente, junto a otras cosas en su casa, Es el mismo Clemente quien escribe las siguientes palabras: “…los disturbios públicos me hicieron perder riquísimas colecciones fruto de una expedición hecha a tanta costa, así en Sevilla, como en toda la Andalucía Baja, y muchísimos apuntes importantes. (3).

Cuando muere Clemente, en 1827, diez años antes de que Boissier llegue a España, se ordena por medio de una real orden a la Directiva del Real Jardín Botánico (Institución de la que Clemente fue Bibliotecario y Presidente de la Junta Directiva entre otros cargos),“…se trasladen, sin pérdida de tiempo, de la casa mortuoria de Don Simón de Rojas Clemente los manuscritos, minerales y demás efectos pertenecientes a la Historia del Reino de Granada…“ . Sin embargo en el recibo no aparece referencia a los manuscritos que, doscientos años después fueron encontrados en los sótanos del Jardín Botánico apilado en ocho gruesos tomos encuadernados en pergamino.

 

 

Boissier, camino de regreso  a su tierra suiza después de su viaje por Andalucía, en octubre de 1837, descansa brevemente en Madrid, aprovecha para ver el Real Jardín Botánico y complementar algunas de sus observaciones botánicas, pero sobre todo, es la ocasión de visitar al venerable Lagasca, algo que le había encargado especialmente su maestro, Agustin-Pyrame de Candolle, profesor de la academia de Ginebra donde Boissier había realizado estudios. Encuentra Lagasca muy mayor y deteriorado; era un anciano que había vuelto de su exilio en Londres donde había partido con el regreso absolutista provocado por los Cien Mil Hijos de S. Luis, exilio desde 1823 hasta 1834. Tan sólo tres años antes de la llegada de Boissier, el venerable Lagasca había sido restituido a su puesto en el Jardín Botánico, y aún lamentaba la pérdida de su magnífico herbario y sus notas arrojados al río Guadalquivir, cosa de la que no se recuperó nunca. Boissier, no vio en Madrid el material del viaje de Clemente al que se la había perdido la pista al morir éste (3), tan sólo algunos pliegos con material botánico estaban en un armario del Jardín Botánico que estaban guardados bajo una llave que, los conserjes, según dijeron, no consiguieron encontrar. Al parecer, el “extravio” de notas, herbarios e investigaciones era frecuente y muchos de ellos acababan siendo presa de traficantes que los vendían a museos extranjeros. Escribe Boissier sobre Simón de Rojas: “…sus herbarios y sus manuscritos existen en parte en el Jardín Botánico de Madrid donde nadie ha pensado aún en desenterrarlos del polvo que los cubre. Nada se conoce de su viaje a excepción de algunas plantas descritas en el folleto de Lagasca…”. Boissier reconoció los méritos de Clemente al dedicarle una planta singularmente bella, la Linaria clementei.

Se ha especulado bastante, y yo mismo lo he llegado a creer en alguna ocasión, que Boissier se basó para su gran descubrimiento, la descripción científica del “Abeto del Sur”, el Pinsapo, en el material de Clemente que, evidentemente, conoció antes que Boissier, pero ahora estoy en condiciones de afirmar que el único conocimiento previo que Boissier pudo tener del Pinsapo fue alguna pequeña rama seca en el herbario de Haenseler. Y he aquí que la vida de Boissier, el gran botánico europeo, se vuelve a cruzar con  Clemente, el gran agrónomo español. Vidas que se cruzan en dos personajes con muchas cosas en común pero que no se conocieron nunca. En común tuvieron su pasión por las plantas, poseían gran capacidad de trabajo, el uso de metodología científica en sus investigaciones con la consulta de toda la bibliografía existente y de los eruditos locales, ambos eran de naturaleza bondadosa, personas humildes que conectaban perfectamente con las gentes del campo, ambos fueron viajeros incansables, científicos emprendedores,eran incansables si se trataba de buscar plantas hasta en las cumbres más inaccesibles o los abismos más peligrosos, apasionados del mundo musulmán (Boissier visitó Turquía y el norte de África varias veces, Clemente hablaba árabe y gustaba de usar atuendos árabes, por lo que popularmente se le conocía como “el sabio moro”), y sobre todo son dos científicos a los que unirá siempre el Abeto del Sur, el Pinsapo.

La ocupación francesa de Andalucía sorprendio a Clemente en su trabajo de profesor de Agricultura en el “Jardín Experimental y de Aclimatación de La Paz”, creado en Sanlucar de Barrameda por Godoy, viajo a Madrid y desde allí regresó a Andalucía para trabajar como secretario de Antonio de Zea, nombrado Prefecto de Málaga por las tropas francesas. Después de la recuperación del trono por parte de Fernando VII, sufre una depuración que le aparta de sus funciones en el Jardín Botánico de Madrid y le lleva, exiliado, pobre y desposeido de su sueldo, a su pueblo, Titaguas, en Valencía. En Málaga entabla amistad con el boticario Haenseler. Entre 1.812 y 1.815 busca desesperadamente que le rehabiliten en su puesto de trabajo y tiene que conseguir informes favorables con ese fin. Dice así una carta remitida por Antonio Cabrera (amigo de Clemente) a Lagasca: “…en Málaga, en la botica que llaman de la Espartería, cuyo dueño es un tal Santaella, se halla de oficial un suizo, que habiendo venido a servir al ejército, le dejo al principio de esta rebuxina y se puso a boticario, porque en su país había tenido algunos principios de eso. Se llama D. FelixHaenzeler. Cuando estuvieron en esa ciudad, Zea de Precefto y Clemente de Socio o Secretariosuyo, trabaron amistad. No hay duda que es aficionadísimo a la botánica, ellos me le hicieron conocer, o por decir mejor, fueron ocasión de que le conociese”. (5). La afición de Haenseler por la botánica se debe en gran parte a su amistad con Clemente, es muy probable que Clemente informará a Haenseler de la presencia del extraordinario abeto de la Serranía de Ronda. La explicación de como se hizo el boticario malagueño de una rama de pinsapo para su herbario, rama que posteriormente mostró a Boissier, es desconocida. En los intentos de Clemente de ser rehabilitado se conoce una carta que en 1.814 escribió a su amigo y colega Lagasca en la que le dice “…según me avisa el buen Haenseler mi justificación se hará en Málaga perfectamente, pero se necesita para ella algo de tiempo. No se ha pedido allí ningún informe para mí.Mívida allí fue tan retirada que, según dice Haenseler y yo me lo sabía ya, nadie me conoce allí ni mi nombre por mal y pocos me conocen por bien”. (5).

Podemos preguntarnos la razón por la cual Clemente nunca publicó sus manuscritos y actualmente, sería mucho más conocido de lo que es. Y otra pregunta que surge de inmediato es la razón de que no hubiera publicado la descripción del Pinsapo como nueva especie y los honores de tal hecho hubieran recaido en él y no en Boissier. Las razones pueden ser varias, Clemente era agrónomo y no botánico. Su obra cumbre es un fabuloso“Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía” de 1.807 y magníficamente ilustrado; también es muy conocido por un inacabado amplísimo estudio sobre los cereales españoles “CeresHispanica”. Es decir, fue bastante más agrónomo que botánico. Por eso sin duda, confundió el abeto Pinsapo con el abeto de los Pirineos, Abies alba, que al ser el mismo que el europeo ya estaba descrito. Clemente sufrió la incomprensión, la brutalidad y la incultura de una época triste de la Historia de España, los últimos años de su vida intentó publicar su Historia Natural del Reino de Granada pero no obtuvo financiación para ello y, es una hipótesis muy personal mía, tampoco tuvo mucho interés por hacerlo. Fue rehabilitado en 1815 a su puesto en el Real Jardín Botánico de Madrid, pero en 1818 sufre su segundo proceso inquisitorial, tanto de este como del sufrido en 1805 salió absuelto pero, sin duda, con mucho miedo acumulado. La dureza de la vida de exiliado en su pueblo  y el proceso inquisitorial debieron pesar lo suyo para no querer meterse en más lios, además en esas fechas estuvo gravemente enfermo de Vomito Negro. Pero sobre todo ellos debio primar que en sus manuscritos para la “Historia Natural del Reino de Granada” muestra gran preocupación por las cuestiones sociales como el origen de la miseria de los pueblos que atraviesa y la pobreza e incultura de las gentes humildes de Andalucía. Frases como “ lo mal puestas que están las haciendas en manos muertas”, “la sobra de frailes y canónigos”, “los mayorazgos son la ruina de la felicidad pública”,  “la yegua es más protegida de la ley que la mujer misma” ,  “En Motril, a pesar de contar con unos 10.000 habitantes no hay escuela gratuita de leer y escribir, los muchachos van por las calles desnudos y andrajosos, no hay casa de expósitos, no hay hospital”,  “que dureza, que inhumanidad, que trastornos de ideas en los amos”, incluso llega justificar la violencia por razones de necesidad “¿de otro modo que habría de hacer esta infeliz gente sino tirarse sobre los que podían suministrarles el pan necesario de grado o por fuerza”. Con semejante manera de pensar no es de extrañar que Simón de Rojas tuviera cierto miedo a publicar su magnífico trabajo y que éste quedara oculto en el Jardín Botánico de Madrid tantos años.

El personaje central en el descubrimiento para la ciencia del pinsapo es Charles Edmond Boissier. En la época en la que llega a España, el conocimiento botánico de la nación es bastante escaso; y los pocos estudios que se tenían había sido destruido como con el caso Lagasca o almacenado sin más como el material de Simón de Rojas, dos ejemplos de la torpeza y miopía política de la que se ha hecho gala en este país respecto al conocimiento científico. Con esta situación y la importancia de sus descubrimientos, no es de extrañar  que a Boissier, se le considere como el padre de la botánica andaluza.

Uno de los motivos por los que Boissier vino a Andalucía era la investigación ya que las posibilidades de descubrir nuevas especies en Europa estaban muy agotadas, pero también la visión romántica que otros viajeros habían trasmitido en Europa (6); efectivamente, el ginebrelino Boissier, forma parte de un grupo de científicos y viajeros que atraídos por la Andalucía y las posibilidades de nuevas descripciones de especies, viajan a nuestra región (7). Por fortuna, actualmente se sabe mucho más de este personaje que hace unos años cuando, sólo unos pocos afortunados relacionados con el mundo de la botánica conocían su extraordinario trabajo (8).

Por su nieto Auguste Barbey (9) conocemos la excepcional personalidad de Boissier; en su libro, “A travers les forêts de pinsapo d´Anadalusie”, traducido en el año 1.996, nos muestra a un científico cariñoso y entrañable que poseía una extraordinaria capacidad de observación y sólidos conocimientos botánicos, un sabio alegre, sociable, que reía casi siempre, animoso, trabajador incansable, abierto a todo el mundo, en sus viajes infundía fuerza física y moral a sus acompañantes, pero a la vez, era persona de extraordinaria modestia e indulgencia. Todo ello retratado por Barbey con extraordinario cariño y devoción.

Boissier fue un incansable viajero que recorrió España, Argelia, Grecia, Egipto, Siria y Australia. Había sido discípulo de botánicos insignes como Agustin-PyrameDe Candolle en Ginebra y de Philip BarkerWebb en París, este último había recorrido Andalucía en 1.827, año de la muerte de Clemente. Entre 1831 y 1833 Boissierpermanece en París con su familia, conoce a personajes importantes como el general San Martín o el gran compositor F. Liszt, también a exiliados españoles (afrancesados, o colaboracionistas con las tropas invasoras) y suramericanos con los que aprende el idioma; sin duda animado por su maestros De Candolle (que estaba en contacto con Lagasca) y Webb, preparó metódicamente su viaje, estudiando todos los detalles y aprendiendo español.  Un primo de su madre había estado con las tropas francesas en la Península, en la Serranía de Ronda concretamente y también le anima en su idea de visitar España. El Duque de Feria en 1836, a quien había conocido en París unos años antes, le anima a emprender el viaje informándole que había escrito a los encargados de los cinco grandes puertos del sur de España para que no pongan obstáculos a su viaje. 

En 1.837, con 31 años de edad llega a Motril y por caminos costeros continua hasta Málaga, donde contacta con el boticario Félix Haenseler y su discípulo Pablo Prolongo.También conoce en Málaga a Rambur, entomólogo francés que residió en esa ciudad. Haenseler era de origen bávaro y tenía contacto con los botánicos europeos, a él venía recomendado por De Candolle. Los farmacéuticos malagueños colaboraron entusiástica y desinteresadamente con Boissier. En el herbario de Haenseler vio por primera vez ramas y acículas de pinsapo. La atención y ayuda que Boissier encontró debió ser importante puesto que le dedicó algunas especies nuevas de plantas que descubrió.

El día 11 de mayo sube a la sierra de Mijas y continua hasta Estepona para buscar, el pino, picea o abeto cuyas ramitas le habían enseñado los farmacéuticos malagueños. En Sierra Bermeja pudo ver los pinsapos pero no vio ninguna piña, por lo tanto no podía describir la especie ni tan siquiera el género de aquel curioso árbol al que los lugareños llamaban “Pinsapo” o “Pinzapo”. Desde Estepona se dirige a Ronda con la idea fundamental de conocer la belleza de la ciudad de la que le habían hablado y su famosa Feria de Mayo. De Ronda marcha a Gibraltar y  regresa a Málaga donde descansa y ordena su material, de nuevo se pone en marcha herboriza en Sierra Tejeda antes de llegar a Granada. A lo largo de 16 días realiza su esforzado trabajo en Sierra Nevada, tan sólo al alcance de montañeros con experiencia y con gran fortaleza y absolutamente entusiasta en su misión botánica. Desde Granada, ya a finales de septiembre, se encaminó de nuevo a Málaga y sube ahora a la Sierra de Las Nieves acompañado de Haenseler y Prolongo para tratar de identificar científicamente el pinsapo, tiene la suerte de hallar árboles con piñas con lo que ya puede definir el género y la especie como “Abies pinsapo”, tiene el detalle de mantener el nombre popular, cualquier científico engreído le hubiera puesto su nombre propio.  La colaboración con los boticarios malagueños no quedo tan solo ahí, fue necesario que le enviarán piñas masculinas y femeninas obtenidas en la Sierra de las Nieves en la época de crecimiento y que de no ser por ellos, hubiera sido imposible obtenernas por parte del autor de la descripción de la nueva especie. A principios de octubre parte a Cádiz  desde donde marcha a Sevilla, viaja a Madrid donde conoce a Lagasca para después dirigirse a su país.

Sus descripciones son un modelo de rigor científico, un ejemplo de literatura histórica y de calidad literaria. Recoge gran cantidad de anécdotas ligadas a lo extraño que resultaba en los pueblos andaluces la presencia de un extranjero que se pudiera dedicar sólo a estudiar y recolectar plantas. A veces le confundieron con espía, otras por buscador de oro, hasta una familia de Trevelez le confundió con un pariente que, quince años antes, había emigrado a América. Pocos autores extranjeros han descrito una corrida de toros en la plaza de Ronda tan bien documentada, la vida de la ciudad en fiestas, el folklore popular, la vida en las posadas, su relación con los lugareños con tanta perfección, detalles y cariño como Boissier.

La descripción de la corrida de toros a la que asistió en Ronda es fiel reflejo de su caracter. Después de analizar con detenimiento la plaza y el público asistente se centra en el propio espectáculo, los atuendos y la lidia, utiliza expresiones en castellano cuando son necesarias y termina, como buen extranjero, con las siguientes palabras: “En Ronda teníamos como matador de toros al célebre Montes, la primera espada de España y la gloria de la tauromaquia; su fama había contribuido poderosamente a atraer a la corrida una afluencia considerable de gente y aquella tarde acabó con todos los toros que tenía que lidiar con una rara destreza y con el fragor de unos aplausos frenéticos. Seis toros y una docena de caballos perecieron en esta función que duró más de tres horas, el público se retiró, cada uno discutiendo, tomando partido por el mérito de uno u otro combatiente. Ni un solo torero fue herido, casi podría decir que lo sentí por lo odioso y cobarde que encontraba este combate tan desigual entre un grupo de hombres aguerridos y avezados que apenas se exponen, y un desgraciado animal irresistiblemente condenado a muerte y torturado a fuego lento.”

La descripción del descubrimiento del pinsapo es el punto central de toda la obra de Boissier. Acompañado por Prolongo y Haenseler en septiembre  sube a la Sierra de La Nieve pasando por Cartama, Casarabonela, Alozaina y Yunquera, desde allí se encaminan al Convento de Nuestra Señora de Las Nieves. Por las descripciones que hace se puede deducir que la vegetación arbórea estaba bastante esquilmada por el pastoreo y, tal vez, por las talas realizadas, años atrás, para alimentar los altos hornos de galena antimonial de las minas de S. Eulogio, muy próximas al convento.

Sin duda es mejor utilizar sus propias palabras para describir el momento en que localiza su objetivo: “El guía nos mostró desde lejos el primer pinsapo. Dando gritos de alegría corrimos llenos de emoción, pero, desgraciadamente, el árbol no tenía fruto. Un segundo, un tercer, me dan falsas esperanzas sucesivamente. Al fin, soy lo bastante afortunado como para encontrar uno, cuyas ramas superiores están cargadas de piñas tiesas. Nos apresuramos a trepar para cogerlas, y ya no nos queda duda sobre el género de este árbol singular. Era, ciertamente, un Abies, vecino de nuestro abeto blanco. El principal objetivo de mi excursión estaba logrado…”.

Su experiencia botánica en Andalucía se tradujo en la publicación de cinco obras

-          Elenchus plantarum novarum minus que cognjitarum, guas in itinerare Hispanicolegit (Ginebra, 1838)

-          Voyage  botanique dans la midi d’ Espagne pendant l’ annnèe 1837 (París, 1839-1845).

-          Diagnoses plantarum orientalium novarum (Ginebra, Leipzig, Paris, Como, 1842-1859).

En colaboración con Reuter

-          Diagnoses plantarum Hispanicum, praesertim in Castella Nova lectarum (Ginebra, 842) y Pugillus plantarum novarum Africae Borealis  Hispaniae que Australis (Ginebra 1852). Donde se relaciona la flora andaluza y la norteafricana.

Algunas especies andaluzas descritas por Boissier, aparecen  por primera vez en

-          Podromus systematis naturalis regni vegetavilis (Paris, 1824-1874) de A. P. de Candolle

Sin duda, la aportación más importante de Boissier al conocimiento botánico fue “Voyage botanique dans la midi de l´Espagne pendans l´ annne 1.837” publicado en París en un formato de dos volúmenes, espléndida obra de gran belleza, acompañada de geniales láminas dibujadas por M. Heyland, donde se la que muestra con rigor y detalle los acontecimientos de su viaje. El primer libro es un catálogo con 1.900 plantas de las cuales 236 especies y variedades se dieron a conocer por primera vez para la ciencia. (10)

 

Bibliografía:

(1) García Guardia, G . “Flores Silvestres de Andalucía”. Editorial Rueda 1.988.

(2) Pezzi Ceretto, M. Estudio preliminar del “Viaje Botánico al sur de España durante el año 1.937, de Charles EdmondBoissier. Edita Fundación Caja de Granada y Universidad de Málaga. 1.995.

(3) Clemente  Rubio, Simón de Rojas. “Viaje a Andalucía. Historia Natural del Reino de Granada. 1.801-1.809”. Editado por Antonio Gil Albarracin en el año 2.002. GBG Editora. Almería.

(4) Calera González, A. y D. Montilla Castillo. “El Pinsapar”. Educa nº 27 pag. 27-32. 1991.

(5) El Naturalista y Farmaceútico germano-español Feliz HaenselerJeger (1.780-1.841) en la Málaga de su época. Juan Pérez-Rubin. Acta Botánica Malacitana 37. 141-162

(6)  Garrido Domínguez, A. “Rondando Ronda y sus viajeros”. Edita Colectivo Cultural Giner de los Ríos”. Ronda 2.004.

(7) Jiménez, F. “El viaje botánico a Andalucía de Edmond Boissier”. Jábega nº 41 pág. 65-75. 1.983.

(8) Equipo Arrayán. Artículos publicados en la revista “Ronda y La Serranía” nº 15, 21 y 22.

(9) Barbey, A. “A través de los bosques de Pinsapos de Andalucía”. Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Sevilla 1.996. Traducido del original  editado en París en 1.931.

(10) Viaje Botánico al sur de España durante el año 1837. Charles Edmond Boissier. Edita Fundación Caja de Granada Universidad de Málaga. Colección Sierra Nevada y la Alpujarra Nº 13. 1.995

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Narciso blanco (Narcissus cantabricus)

Andrés Rodríguez González Enero 25th, 2018

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Narciso blanco. Narcissus cantabricus

Es una de las dos especies de Narcisos del Grupo Bulbocodium de color blanco de la Península Ibérica.
Es el primer Narciso que emerge en la Serranía de Ronda. Tiene poblaciones muy localizadas.
Etimologicamente “Narcissus” viene del griego Narkissos, nombre del jóven narcisista de la mitología griega, hijo del dios río Cephissus y de la ninfa Leiriope que se distinguía por su belleza; “cantabricus” es un error de catalogación botánica, ya que quien la describió (Alphonse De Candolle, el maestro de Boissier) en 1815, pensó que el material provenía de la zona de los Picos de Europa.
Es una planta herbácea bulbosa y sin pelos. Sus tallos son cilíndricos, lisos, macizos, sin hojas, erectos o algo inclinados y de 5-15 cm de altura. Hojas todas basales, estrechamente lineares, algo canaliculadas. Las hojas son normalmente solitarias de 15-30 cm x 1-1.5 cm de tamaño. El número de hojas, en ocasiones, es de dos lo que ha inducido a algunos taxónomos a sugerir la existencia de dos variedades “monophyllus ” y “biphyllus ” en base a estas características. La observación de una o dos hojas en individuos pertenecientes incluso al mismo clon de reproducción vegetativa, ha llevado a no considerar la existencia de tales variedades. La espata es lanceolada, envainante en la base, con varios nervios, membranácea y de un castaño obscuro. Las flores son blancas y verdosas en la base,  con pedicelo, en forma de embudo, más o menos horizontales, de 2-3 cm de longitud y muy transparentes y delicadas. El tubo del perianto, que se estrecha gradualmente hacia el ápice, es recto y blanco. Los tépalos son subiguales, de la mitad a un poco más largos que el tubo, lanceolados, blancos y a veces con el ápice verdoso. La corona es de sección circular y blanca. Los seis estambres son ligeramente más cortos que la corona, con un tamaño de 12-18 x 20-35 mm y márgenes curvados. Producen un polen anaranjado-amarillo intenso, la corona  es de color blanco. El fruto es una cápsula ovoide y las semillas son ovoides, negras y brillantes.
Aparce el más tempranero entre los Narcisos de la Serranía. Antes de finales de enero ya está presente,  permaneciendo como bulbo el resto del año. Es una especie bastante resistente a las bajas temperaturas (hasta -10 ° C).

La foto ha sido realizada por Gonzalo Astete a quien agradezco que me permita usarla

Bibliografia
acorral.es/malpiweb/

FAUNA DE LA SERRANÍA Meloncillo

Andrés Rodríguez González Junio 18th, 2017

FAUNA DE LA SERRANÍA
Meloncillo (Herpestes ichneumon)

El meloncillo es la única mangosta europea, está representado en la Península Ibérica por la subespecie Herpestes ichneumon widdringtonii,
Es un animal fácil de reconocer por su cuerpo alargado de cortas patas y cabeza fina, y por su larga cola, que puede llegar a medir hasta 45 cm, ancha en su arranque y rematada en un mechón negro.
Su cuerpo, de 51 a 55 cm de largo y 19 a 21 cm de altura en la cruz, está cubierto de un pelo negro con las puntas en amarillo cremoso, o pardo con la punta en gris plateado, lo que le da un aspecto jaspeado. Los machos son algo mayores que las hembras. El peso del meloncillo está entre 2,5 y 3,5 kg.
Sus pezuñas tienen cinco dedos con uñas que no son retráctiles.
Su cabeza es pequeña, puntiaguda y estrecha; no más ancha que el cuello. De ella sobresalen ligeramente sus orejas, cortas y anchas. Pero lo que más llama la atención son sus ojos, de color más bien claro y con una pupila horizontal, rasgo excepcional entre los carnívoros, que le confiere una mirada inquietante.
Su origen es africano. Ocupa el suroeste de la Península, siendo abundante sobre todo en el Algarve, Sierra Morena, Doñana y las serranías de Cádiz y Málaga. Actualmente está experimentando una ligera tendencia expansiva quizás favorecido por la densificación del matorral; se han localizado individuos en los Arribes del Duero.
Su hábitat típico es el monte bajo mediterráneo con encinas y alcornoques. En las zonas de cultivo se refugia en los sotos e islas de fresnos, adelfas y zarzas. También puede estar presente en bosques fluviales.
Aunque se sospecha que la salud de sus poblaciones puede estar amenazada, a veces es presa de los cazadores furtivos, que lo ven como un competidor en la caza del conejo.
El celo del meloncillo tiene lugar a alturas variables de la primavera. La gestación dura unos tres meses, después de la cual las camadas, de entre dos y cuatro crías, nacen principalmente en verano.
Las crías permanecen con la madre alrededor de un año, durante el cual la siguen caminando en fila india, pegados unos a otros, con el morro bajo la cola del individuo que le precede dando un aspecto al grupo de gran serpiente, lo que unido a su andar desgarbado, sin apreciarse las cortas patas, le hace parecer un reptil,. Quizás por ello se ha inventado una mitología ampliamente extendida en Andalucía y Extremadura acerca de un animal extraño llamado “Alicante” que es como una gigantesca culebra pero tiene pelos.

El meloncillo es un carnívoro que apenas sale por la noche, ya que disfruta de 15 horas ininterrumpidas de descanso. Sus momentos de mayor actividad son un poco antes del mediodía y hacia la media tarde.
Sus extremidades delanteras son bastante fuertes, lo que le permiten hacer marchas relativamente largas y, sobre todo, excavar con bastante pericia, ayudado por sus robustas uñas. Esto le permite adaptar antiguas madrigueras de conejos o incluso de tejones para usarlas como dormideros; también así cazan conejos que les sirven de alimento principal.
Además de estos jóvenes conejos, también se alimentan de reptiles,  pequeños mamíferos e insectos que sean capaces de capturar.
A su vez, sirven de alimento al lince, cuya predación sobre el meloncillo ha sido constatada en Doñana.
Sus huellas son semiplantígradas, de unos 3,5 cm de largo por 3 cm de ancho. En tierra blanda marcan los cinco dedos con sus correspondientes uñas, pero en sustratos duros el quinto dedo desaparece. En suelos arenosos además dejan tras de sí la estela de su larga cola.
Sus deyecciones son alargadas, cilíndricas y con estrangulaciones. Miden entre 10 y 15 cm de largo y son de color negruzco o grisáceo oscuro por contener pelo de conejo. Al secar quedan brillantes. Suelen estar depositadas en letrinas familiares en cruces de sendas y cerca de zarzas.
Aunque no son individuos estrictamente solitarios, tampoco son gregarios. Pasan las noches en familia en las madrigueras, pero cuando salen durante el día el grupo se desperdiga.
Mientras que los machos son territoriales, las hembras solapan sus áreas de campeo entre sí.
Algunos machos comparten su territorio con una sola hembra, pero otros pueden tener hasta cuatro o cinco hembras distribuidas por su zona de control.
El descubridor del meloncillo fue Félix Haenseler, según cita Boissier en su libro Voyage botanique dans le Midi de l’Espagne pendant l’année 1837. Haenseler estuvo en Estepona durante nueve años como farmacéutico, no precisando en que años. Fue allí donde descubrió un cuadrúpedo llamado popularmente “meloncillo” . (M. Haenseler, qui a séjourné près de neuf ans à Estepona, a découvert dans ces collines un quadrupède nouveau pour l’Europe, le Viverra Ichneumon qui n’était connu jusqu’ici qu’en Egypte et sur quelques points de la Barbarie; il vit dans des terriers et on lui donne dans le pays le nom de Meloncillo.)
Sobre si el Meloncillo ha sido introducido o no existen discrepancias, para unos fue introducido como animal de compañía por los árabes en el sur de España desde Marruecos, para otros su presencia es mucho más antigua y se basan para decir eso en restos fósiles.
Las fotos son de José María Canca a quien agradezco que me haya permitido su uso. Sus fotos, estas y otras muchas, son un ejemplo de su amor a la Naturaleza y su implicación en su protección.

Bibliografía
www.faunaiberica.org
www.esteponaensuhistoria.com Alemanes en la historia de Estepona.
por F. J. Albertos, 2014

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Retama blanca. Gayomba. Retama de olor.

Andrés Rodríguez González Febrero 16th, 2016

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Retama blanca. Gayomba. Retama de olor. Nombre científico o latino: Retama monosperma
La Retama blanca es una planta del grupo de las Leguminosas del género Retama de flores blancas.
El nombre delo género botánico “Retama” deriva del árabe andalusí ratama . “Monosperma” epíteto latíno que significa “con una sola semilla”.

Especie muy típica de las costas del suroeste ibérico (Andalucía Occidental, Portugal )  y noroeste marroquí.  Su hábitat natural es en zonas costeras sobre suelos arenosos, ya que son resistentes a ambientes salinos y donde se usa para laa retención de dunas móviles. En la Serranía de Ronda se ha introducido en jardines y en bordes de carreteras para fijar terraplenes. Poco a poco se ha naturalizado desplazando a la retama autóctona de la zona, la amarilla, sobre todo aprovechando la suavización del clima los últimos años ya que es una planta que no soporta las heladas fuertes.
Tiene forma de arbusto de 1 a 3 m de altura, con ramas tipo junco de color verde, estriadas longitudinalmente. Hojas alternas, unifoliadas. Flores blancas amariposadas, de 9-12 mm, dispuestas en racimos laterales cortos y con pocas flores. Su fruto es una legumbre de 14-18 mm, redondeada pero terminada en punta, de color pardo amarillento, que contiene 1 o 2 semillas. Para que germinen las semillas es necesario que se coloquen en agua hirviendo 5 segundos antes de sembrar
Las semillas contienen “Citisina”, un alcaloide tóxico.  CUIDADO CON LOS NIÑOS, PUEDEN LLEVARSELOS A LA BOCA E INTOXICARSE.
Retama monosperma fue descrita por (L.) Boiss. y publicado en Voyage botanique dans le midi de l’Espagne. El mismo libro donde describe el Pinsapo

BIBLIOGRAFIA
fichas.infojardin.com
Wikipedia

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