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Plantas de la Serranía de Ronda: Centranthus nevadensis “Valeriana de Sierra Nevada”

Andrés Rodríguez González Septiembre 22nd, 2015

Centranthus nevadensis “Valeriana de Sierra Nevada”
Una es las “Joyas botánicas de la Sierra de Las Nieves”
Centranthus es un género de plantas con flores de la antigua familia Valerianaceae, ahora subfamilia Valerianoideae según Angiosperm Phylogeny Website, que comprende hierbas y arbustos del sur de Europa. Comprende 36 especies descrita y de estas, solo 11 aceptadas. El género fue descrito por Augustin Pyrame de Candolle y publicado en Flore Française. Troisième Édition 4: 238. 1805.2. De Candolle fue el maestro en Botánica de Boissier, por lo que no es de extrañar que éste, buscara y encontrara la “Valeriana de Sierra Nevada” en su viaje botánico a Andalucía que tan importante fue para la ciencia.
Centranthus es el nombre del género que deriva de las palabras griegas “kéntron” “aguijón, espolón” y “ánthos”  “flor”. Las flores, en este género, efectivamente tienen un espolón.


Centranthus nevadensis, la “Valeriana de Sierra Nevada”, es una planta algo leñosa en su base con hojas basales abundantes que forman un especie de césped. Vive entre fisuras de rocas por encima de 1.500 metros hasta 2.500 metros de altitud. Vive en zonas de las cumbres pero en exposiciones no soleadas. Además de Sierra Nevada se ha citado en otras sierras béticas, entre ellas la Sierra de Las Nieves y en Marruecos. Es una especie vulnerable, ya que su distribución es dispersa y es consumida frecuentemente por el ganado. Tiene propiedades medicinales como antiespasmódica y se usa como calmante nervioso. Cuando se deseca desprende un característico olor a pies producido por el ácido valeriánico.
Sus flores son hermafroditas, que significa que tiene partes masculinas y femeninas en la misma flor, con inflorescencias cimosas compuestas y parciales densas. Florece entre julio y agosto. Posee un Cáliz con dientes lineares, enrollados durante la antesis, acrescentes, plumosos y persistentes en la fructificación en forma de vilano. Corola con tubo largo, cilíndrico, con una gibosidad o espolón corto hacia la mitad o con un espolón bien desarrollado cerca de la base, y 5 lóbulos más o menos desiguales. Androceo con 1 estambre. Estigma capitado o trífido. Frutos con las 2 cavidades estériles apenas desarrolladas.
Durante mucho tiempo y aún hoy en día alguna bibliografía así lo recoge, se creía exclusiva de Sierra Nevada. Emociona verla crecer en cortados rocosos de la Sierra de Las Nieves. (Al menos a mí).

Bibliografía
www.floravascular.com/
https://es.wikipedia.org/

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: Durillo dulce, Membrillera falsa, Cotoneaster granatensis

Andrés Rodríguez González Octubre 30th, 2013

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Durillo dulce, Membrillera falsa, Cotoneaster granatensis

Es una planta descrita por el gran botánico Boissier.

Se trata de un arbusto de hasta 3,5 m de altura, muy raramente alcanza el porte de un árbol. Posee unas ramas jóvenes tomentosas. Sus hojas son caducas, es decir se caen en invierno, de forma entre ovaladas y elípticas aunque existen algunas plantas con hijas casi redondeadas, su haz es casis siempre de color gris y cubierto de pelos, la parte del envés es sin pelos  y de color azulado o blanco-tomentoso. Posee inflorescencias, es decir grupos de flores, con hasta 10-12 flores de hasta 10-12 mm de diámetro. Flores hermafroditas, es decir con los dos sexos. Sépalos anchamente triangulares, pubescentes. Pétalos de anchamente obovados a suborbiculares, blancos. Estambres 10-20. Fruto en pomo, de hasta 10 mm de diámetro, piriforme, rojo oscuro o violáceo. Semillas 2 en cada fruto. Florece  entre junio y julio y fructifica entre agosto y septiembre.

Vive al pie de roquedos y en suelos de poca calidad con muchas rocas y en barracos, formando parte de los arbustos de bosques en zonas altas y húmedas, en lugares umbríos orientados al norte, entre los 1.500 metros hasta 2.000 metros de altura y tiene preferencia por los suelos calizos, especialmente en la Sierra de Las Nieves. Algunos Arces, como Acer granatense,  y el Acer monspessulanum, suelen ser especies que acompañan al Durillo dulce.

Es una especie endémica, es decir, única y característica de las montañas béticas y del sudeste de la Península Ibérica desde Grazalema hasta las sierras de Murcia donde es escasísimo.

Su presencia en zonas protegidas y en lugares relativamente inaccesibles, hace que la especie no presente amenazas directas. Sin embargo, las sequías han provocado una fragmentación acentuada de las poblaciones.

La foto es de Gonzalo Astete.

Plantas de la Serranía de Ronda: Armeria colorata

Andrés Rodríguez González Junio 22nd, 2013

Armeria colorata

Es una pequeña planta herbácea perenne que puede llegar a alcanzar un tamaño máximo de cuarenta centímetros.

Vive en taludes, grietas y salientes rocosos, también en llanos  con matorral, crece entre los 800 y los 1.500 metros de altitud, siempre en terrenos con humedad, casi exclusivamente en las laderas norte.

Podemos preguntarnos la razón de traer a un medio de comunicación como La Voz, de información general, a una planta que no llega a medio metro de altura y que no tiene ni nombre común. Pues bien, esta plantita es un endemismo exclusivo de las sierras peridotíticas de la provincia de Málaga, exclusiva de la Serranía de Ronda y en concreto de las Sierra Bermeja de Estepona, Sierra Real y Sierra Palmitera. Dada su escasez está incluida en la Lista roja de la flora vascular de Andalucía, catalogada como “Vulnerable” por parte de la Junta de Andalucía, “En Peligro” (UICN) y en el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España. Es devorada por los animales herbívoros y que ha sufrido importantes mermas por los incendios forestales. Por esa razón este protegida por unos vallados de alambre en las cercanías de algunos carriles que atraviesan las Sierras Bermejas.

La planta tiene una raíz ramificada, sus ramas son de cierta longitud, más o menos verticales, a veces cubiertas de restos  rojizos de otras hojas. Presenta unas llamativas flores de corola blanca en la parte terminal de un tallo que son más atas que la propia planta.

Fue descrita por el botánico valenciano Carlos Pou y Español en 1.922. La encontró en Sierra Bermeja de Estepona, en el Cerro Real. Pou llama la atención de que Boissier (el descubridor científico del pinsapo) la cita como Armeria allioides. En junio de 1922 Pou subió por el Barranco de las Minas al Cerro Real y al Cerro de los Pinsapos donde le llamó la atención la escasez de estos árboles (No pasaran de un centenar).

Boissier

Andrés Rodríguez González Diciembre 15th, 2007

CHARLES EDMOND BOISSIER       

…muy cerca de allí, el guía nos enseño desde lejos el primer pinsapo; dando gritos de alegría corrimos llenos de emoción, pero por desgracia el árbol no llevaba ningún fruto, un segundo, un tercero me dieron sucesivamente falsas esperanzas, al fin tuve bastante suerte y vi uno cuyas ramas superiores estaban cargadas de conos erguidos. Nos apresuramos a trepar para recogerlos y ya no quedaron dudas sobre el género de está árbol singular. Era ciertamente un Abies próximo a nuestro abeto común…

Con estas palabras describe Boissier el segundo encuentro con los pinsapos que le permite descubrir que se trata de un abeto desconocido hasta entonces para la ciencia. Un  descubrimiento, que para un científico, llena sus aspiraciones más elevadas. Pero Boissier no era sólo un botánico excepcional, verdadero descubridor de la flora andaluza, era también un hombre excepcional, un observador agudo de la sociedad andaluza que encuentra en su viaje y también un magnífico analista del paisaje de la Serranía de Ronda.       
Agotadas las posibilidades de descubrir nuevas especies en  Europa, y mientras la mayoría de españoles sólo tienen ojos para América, Charles Edmond Boissier forma parte de una pléyade de botánicos y viajeros que atraídos por la visión romántica  de Andalucía y las posibilidades de nuevas descripciones de especies, viajan a nuestra región.        
Llega a las costas de Granada en 1.837, con 31 años de edad, y desde el primer momento realiza un trabajo metódico, muy científico, con claras descripciones y extraordinarios dibujos que provocaron la admiración de sus contemporáneos y de los botánicos que le siguieron. Boissier que poseía una extraordinaria capacidad de observación y sólidos conocimientos botánicos, tuvo la inmensa suerte de contactar  con Pablo Prolongo y Félix Haenseler, dos farmacéuticos malagueños y con Rambur un entomólogo (estudioso de los insectos) francés  que vivía sobre esa época en Málaga. Los farmacéuticos, muy aficionados a la botánica, de forma entusiasta y desinteresada le mostraron sus herbarios en los que vio por primera vez ramas y acículas de pinsapo.
Boissier había nacido en Ginebra en 1.810, murió en 1.885, fue discípulo del célebre botánico De Candolle y de P. Barker Webb que habia recorrido Andalucía en en 1.827 y que sin duda, le inculcó el interés por esta tierra.        
En su aspecto personal era un hombre de fé, un cristiano activo, un ser sociable, simpático, risueño, abierto, de gran fortaleza física y moral que sabia infundir a sus acompañantes en sus largas expediciones, a pesar de sus inmensos conocimientos no era un sabio pedante, muy al contrario, era modesto, amable y servicial.  Antes de venir a Andalucía había preparado con detalle el viaje y había aprendido español. Con tales atributos no es de extrañar que se granjeara el afecto de cuantos le conocieron.        
Sus conocimientos botánicos le vinieron de sus buenos maestros y de sus muchos viajes, recorrió España, Argelia, Grecia, Siria, Australia y Egipto, publicó excelentes trabajos y llegó a reunir uno de los mejores herbarios de Europa.        
En 1.836 Boissier comienza su exploración botánica en Andalucía, publicó sus primeros hallazgos en 1.838 (“Notice sur l´Abies pinsapo”), después vendrían nuevas campañas de exploración y la publicación por entregas entre 1.839 y 1.845 de la espléndida obra en dos tomos “Voyage botanique dans le midi de l`Espagne” acompañada de geniales láminas dibujadas por M. Heyland. En el primer volumen de la obra narra sus impresiones y los sucesos del viaje, describiendo 1.900 especies en el reino de Granada de las que 236 las dio a conocer por primera vez para la ciencia. En el segundo volumen se incluye la descripción latina de las especies e interesantísimas observaciones sobre cada una de ellas.   

   

  
En Estepona, en Mayo de 1.837, localiza los primeros pinsapos o pinzapos, (de ambas formas le llamaban los naturales de la zona), que ya conocía por los herbarios de sus amigos malagueños Haenseler y Prolongo, pero al no tener piñas los árboles en ese momento, no puede identificar la especie. Después de viajar y recolectar infinidad de especies en Sierra Nevada, regresa a La Serranía de Ronda y por fin puede localizar pinsapos con piñas, esta vez en Septiembre, en la Sierra de Las Nieves (ver el inicio).        
En sus viajes por Andalucía le ocurrió casi de todo, le tomaron por espía, le confundieron en Trevelez con un paisano del pueblo que había emigrado a América, creyeron que era un buscador de oro, en sus escritos comenta que lo único que no tuvo fue un encuentro con los bandoleros que , en aquellos tiempos, asolaban los caminos.       
 Sus descripciones son un modelo de rigor científico y también un ejemplo de literatura histórica. Pocos autores extranjeros han descrito las corridas de toros, el paisaje de Ronda, las fiestas populares, la vida en las posadas, los personajes y sus trajes de “majos” (en castellano en el original),  etc. con tanta perfección y detalle como Boissier.       
 La descripción de la corrida de toros que presenció Boissier en mayo de 1.837 en Ronda es un claro ejemplo de la calidad y perfección en los textos de este sabio como he comentado anteriormente, incluso tratándose de algo tan ajeno y novedoso para un botánico y, además, extranjero, que como tal, toma partido por el toro cuando dice en un párrafo de su detallada descripción “… Ni uno sólo de los toreros resulto herido; diré que, a punto estuve de lamentarlo, tan odioso y ruin me parecía este combate desigual entre una banda de hombres aguerridos y entrenados que apenas se exponen y un desdichado animal irresistiblemente condenado a muerte…”. Para más detalle y deleite recomiendo a los lectores tanto el libro de Boissier traducido en 1.995 como el artículo Edmundo Boissier aparecido en la revista Ronda y la Serranía en 1.982.        
Casi un siglo después del recorrido de Boissier por Andalucía, llega a la Serranía su nieto A. Barbey, que publica en 1.931 un libro titulado “A travers les Forests de Pinsapo d’Andalusie”, libro que, incomprensiblemente, no se ha traducido al castellano hasta el año 1.996. Se describen los bosques de pinsapos y su fauna parásita de insectos y va acompañado de varias fotografías de personas relacionadas con el pinsapar y otras que permiten apreciar las diferencias entre los pinsapares de aquella época, en absoluta decadencia y la situación actual. En uno de los capítulos del libro, titulado “Homenaje a mi abuelo” describe con tal cariño a nuestro personaje, cuenta anécdotas familiares, recoge documentos que engrandecen a Boissier, que vuelvo a no tener mas remedio que recomendar su lectura.
Para terminar quiero pedir un reconocimiento público a Edmond Boissier aún sabiendo que a él le daría igual y recoger las palabras que uno de sus biógrafos le dedico en su muerte “…Nunca jamas hizo ostentación de sus convicciones; era su rara perfección moral la que le indicaba cómo debía ayudar. A pesar del asiduo trabajo en el cual se volcaba, Boissier siempre tuvo el aire y las formas de un sabio que no vive nada más que para sus libros. Era el hombre más sonriente, sociable, todo amabilidad, abierto a todos los interesados, accesible a todo el mundo, abrazando de corazón el bien de la iglesia libre de Valleyres, como si fuera un hombre que no hubiera tenido otra ocupación.”.

Bibliografía.
“Viaje Botánico al Sur de España durante el año 1.837″. Charles Edmond Boissier. Traducción Francoise Clementi. Edita Fundación Caja de Granada. Universidad de Málaga. 1.995.
“A través de los Bosques de Pinsapo de Andalucía”. A Barbey. Traducción de Fernando Diaz del Olmo. Edita Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. 1.996.
“Edmondo Boissier”. Equipo Arrayan. Revista Ronda y la Serranía. Septiembre de 1.982.

La Serranía de Ronda. Patrimonio ambiental

Andrés Rodríguez González Diciembre 14th, 2007

Introducción a La Serranía de Ronda

Parece claro para todo el mundo que el patrimonio monumental de la ciudad de Ronda constituye en la actualidad el principal recurso económico y que es necesario preservarlo y explotarlo racionalmente. Sin embargo, los mismos turistas se están quejando de la excesiva masificación que existe en las mañanas rondeñas en la zona monumental y el centro.
Algunos queremos demostrar que ese no es el único recurso, estamos convencidos que nuestro patrimonio medioambiental es de una enorme riqueza y que explotado con racionalidad puede ser tan importante como la riqueza monumental de la ciudad.
El patrimonio medioambiental de la Serranía tiene su principal exponente en la diversidad de paisajes. Producto a su vez de una enorme complejidad geológica que permite, en unos límites geográficos relativamente pequeños, mostrar varias zonas con características muy diferentes. Tenemos claramente diferenciadas una serie de unidades paisajísticas, a saber: El Valle del Genal, las Sierras Blancas o Sierras Calizas, las Sierras Bermejas o Rojizas, la Meseta de Ronda donde se asienta la ciudad que le da nombre y por último los llamados Montes de Cortes.
Repartidos por toda la Serranía, poseemos una buena cantidad de lugares que por su interés y valores podrían ser utilizados como Recurso Turístico. Lugares en los que se pueden practicar deportes de montaña, o bien zonas con indudables valores paisajísticos, geológicos, botánicos, culturales, arqueológicos, históricos, etnográficos, gastronómicos o simplemente las posibilidades que ofrece el recorrer una densa red pecuaria. Para algunas personas las posibilidades de explotación justifican su conservación, otros estamos convencidos de la necesidad de conservar “per se” pero no hacemos ascos a la ayuda y justificación que pueden aportar las personas con criterios más economicistas. No podemos olvidar que en la Serranía estamos hablando de un tipo de turismo de interior que preferentemente engloba actividades de ocio y deportivas con un componente importante: la temática medioambiental .
Por la historia sabemos que el turismo no es algo reciente. Las consultas a los oráculos, la celebración de festivales, juegos y competiciones eran un motivo para frecuentes desplazamientos de viajeros en la Grecia clásica. Se sabe que Herodoto era un viajero incansable. La culturas cristianas y árabes incluyeron el aspecto religioso en los desplazamientos. Se puede apreciar un cambio a través del tiempo respecto a las motivaciones que han llevado a las personas a moverse, pero, casi siempre han sido motivos económicos o religiosos.
En la Comarca Serranía de Ronda los desplazamientos por pastoreo de entre zonas fronterizas en la época de la Reconquista son conocidos y citados por Acien Almansa en su estudio sobre la Comarca en tiempos de los Reyes Católicos. Las clásicas ferias de ganado han sido acontecimientos económicos y sociales importantes durante muchos años para los pueblos de la comarca. Un componente particular en esta zona es la existencia de una actividad de desplazamientos continuos por parte de arrieros, neveros (hombres que extraían nieve en la sierra), pastores trashumantes entre pastos de verano de la Sierra de La Nieve y pastos de invierno en La Sauceda, también desplazamientos frecuentes eran por causas agrícolas, sobre todo, venta de frutas y hortalizas. De estos orígenes se ha pasado en la actualidad a turistas de ocio y moda verde. Pero en esta transformación ha habido un paso intermedio formado por turistas cuya motivación eran las expediciones científicas a las que se unía un cierto afán de aventura, recordar a este respecto el viaje al sur de España del descubridor científico del pinsapo, Edmond Boissier que siguió los pasos de Simón de Rojas Clemente Rubio o el nieto de Boissier, A. Barbey. En nuestra comarca, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, existe una bien conocida pléyade de viajeros románticos unidos a desplazamientos por parte de importantes científicos como José Macpherson, Domingo de Orueta, José Cuatrecases, Luis Ceballos, por sólo citar algunos.
Referido a los Recursos hemos de descartar una industria que ya no vendrá, pasada la época de la minería que una vez fue importante, con un clima duro, una agricultura poco productiva y una ganadería en declive, el sector de servicios parece ser el único recurso que le queda a esta comarca.
Existe una amplísima variedad de posibilidades que por solo dar algunas, podrían ser las siguientes:
- Senderismo de reconocimiento arqueológico e histórico.
- Senderismo en zonas de especial atractivo botánico
- Rutas por los árboles notables de la Serranía.
- Rutas en zonas de interés geológico.
- Senderismo en zonas de interés paisajístico.
- Rutas de bandoleros, contrabandistas y maquis.
- Rutas en bicicleta por cañadas, veredas y coladas de la red pecuaria comarcal.
- Rutas a caballo.
- Rutas por antiguas minas.
- Rutas por las aguas medicinales de la comarca.
- Más la amplia gama de deportes de montaña como, espeleología, escalada, parapente, vuelo sin motor, descenso de cañones, piragüismo y otros.
La competencia directa con la zona turística por excelencia, la Costa, no es el camino más acertado. Hemos de ser complementarios en nuestra oferta hasta conseguir por medio de originalidad un modelo propio para un público peculiar.
Uno de los recursos más ampliamente utilizados en actividades turísticas es la realización de rutas, recorridos o itinerarios. Los guías de itinerarios urbanos son un modo de vida para determinadas personas, pero también son un arma de preservación; estas rutas turísticas son frecuentes y están normalmente estandarizadas, profesionalizadas y muy adaptados a las características y peculiaridades del lugar donde se realizan.
Los recorridos por el rico patrimonio natural de la comarca tomando como punto inicial la ciudad de Ronda pueden servir para diversificar y potenciar la oferta turística y permitir complementar las posibilidades que presentan ciertas zonas de interés en aspectos de naturaleza con otros culturales, urbanísticos, históricos y deportivos de algunas áreas, zonas que por no estar en los itinerarios monumentales clásicos pasan frecuentemente desapercibidos, a la vez servirían para descargar la ciudad de un turismo que la está masificando. La Empresa Municipal de Turismo de Ronda ya ha publicado algún material de esta índole, por otra parte yo mismo llevó años trabajando en ésta línea y he publicado libros de rutas y gran cantidad de artículos de este contenido.
Los itinerarios tienen la gran ventaja de que son poco costosos, sencillos de organizar y, en general, gustan a todo el mundo. Al estar diseñados casi siempre por los propios monitores de la localidad pueden transformarse en un recurso económico más dentro de una oferta turística global. Sus objetivos serían varios, entre otros, potenciar un tipo de oferta turística de carácter diferente, mostrar valores patrimoniales de zonas que alberguen a la vez interés natural, geológico, botánico, paisajístico, histórico, artístico, etc. y que son muy poco conocidas para el turista habitual, también abrir unas posibilidades de mercado diferentes y complementarias a la industria turística predominante en la actualidad, mostrar actividades productivas tradicionales y otras que permitan al turista contactar directamente con la realidad social de la zona que se visita y conseguir que el visitante se implique afectivamente con la zona a través de la cual discurre la ruta. Para la práctica senderista un buen lugar podrían ser las Vías Pecuarias, no presentan problemas de propiedad y una justificación para su mantenimiento sería recuperar para este uso la bicicleta de montaña y el caballo.

En el Puerto de Los Coloraos, al fondo la Sierra de La Nieve.

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