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NATURALISTAS EN LA SERRANÍA DE RONDA: Pablo Prolongo.

Andrés Rodríguez González Diciembre 26th, 2020

NATURALISTAS EN LA SERRANÍA DE RONDA

Pablo Prolongo. 

Nació en Málaga el 28 de Mayo de 1.806 y murió en nuestra ciudad el 13 de Junio de 1.885. Hijo de Juan Prolongo y Francisca García, una familia acomodada dedicada al comercio.

Hace sus estudios en el Seminario de Málaga hasta 1823, cuando entró como aprendiz en la farmacia de Félix Haenseler. Dos años después se desplaza a Madrid donde realiza estudia en la Universidad Central. En 1828, obtuvo el título de Bachiller en Artes, siguiendo al mismo tiempo cursos de Botánica, Zoología y Mineralogía en el Museo de Historia Natural. También realiza estudios de Química.  En 1830 alcanza el grado de Bachiller en Farmacia y poco después obtiene el título de Licenciado. Regresa de Madrid en 1832, durante esos años, recomendado por Félix Haenseler,  es habitual su presencia en el Jardín Botánico de Madrid y en el Museo de Historia Natural y establece sólidos contactos con Simón de Rojas Clemente Rubio y a Mariano Lagasca.

Una vez regresa a la ciudad de Málaga, establece una Botica en la calle Salinas esquina a la de San Bernardo el Viejo, donde se crea un prestigioso núcleo de conocimiento científico con el que contactan importantes botánicos europeos, como De Candolle y su alumno Boissier. En el año 1.839, E. Boissier vino a España, para realizar su trabajo de herborización del sur de la Península, es acompañado en Málaga por Pablo Prolongo y Félix Haenseler, con toda seguridad, le informaron de sus amplias herborizaciones en la provincia  y en todo el sur de Andalucía, incluido Gibraltar. Otros científicos importantes con los que Prolongo mantuvo contactos fueron Willkomm y Kelaart. Por dos veces Prolongo opositó a profesor de la Universidad Central de Madrid sin éxito.

En 1849 fue nombrado socio de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. En 1853 fue nombrado socio de mérito de la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga. En 1862 obtuvo el grado de Doctor en Ciencias, después ocupó la Cátedra de Física en el Instituto General y Técnico de Málaga. En el año 1.872 se produjo un hito importantísimo en el que Prolongo participo activamente, fue la fundación en compañía de D. Domingo Orueta y Aguirre de “La Sociedad Malagueña de Ciencias Físicas y Naturales”, una institución en la que abundaban los farmacéuticos, que suplió durante muchos años la falta de cultura científica de nuestra ciudad, a falta de Universidad, que  fue creada en Málaga en 1.972. Fue nombrado presidente honorario perpetuo de la Sociedad Malagueña de Ciencias en 1874, posteriormente, en 1884, fue elegido su presidente. En 1.878 fundó el “Colegio Oficial de Farmacéutico de Málaga”.

Además de investigaciones botánicas de conocimiento puramente científico, realizó múltiples estudios de botánica aplicada y otros que demuestran sus preocupaciones sociales para conseguir mejorar la calidad de vida de sus paisanos. Por ejemplo, en 1850 estudio la microscopia de los parásitos de la vid en la Axarquía, en 1854, durante la epidemia de cólera que arrasó la ciudad de Málaga, aporto soluciones eficaces y económicas al problema de la desinfección y en 1884 dirigió la comisión nombrada al efecto por la Sociedad Malagueña de Ciencias. Cuando en el año 1.878, la Filoxera invadió las vidas malagueñas, descubrió la causa de la enfermedad y propuso soluciones para atajarla, pero la mala gestión de los viticultores, derivada de su avarición, impidió que la plaga fuera atajada. Pablo Prolongo fue el primero en preparar cloroformo en Málaga, lo que suponía abandonar el peligroso éter en la anestesia. Prueba de su calidad humana es que cuidó los últimos años de su vida de su maestro y mentor, Felix Haenseler, aquejado de una dura y cruel enfermedad.

En 1868 uno de los incendios provocados durante la llamada “Revolución Gloriosa” arrasó su farmacia y domicilio por de 1.868, destruyendo también su biblioteca, y, sin duda, trabajos científicos no publicados.  Trasladó la farmacia a la calle Puerta del Mar nº 2, esquina a calle Martínez. Establecimiento que mantuvo abierto hasta 1882, cuando comenzó a padecer una enfermedad que le impedía caminar.

D. Pablo Prolongo falleció en la ciudad de Málaga el 13 de Junio de 1.885.

Obras de Pablo Prolongo.- Historia de los copos de azufre que salen mezclados con las aguas del manantial de Carratraca (Sulfuraria Caratraquensis), Málaga, 1874; Aguas de los Pozos de Málaga, Málaga, 1875; Monstruosidades del género Citrus y caracteres de este fruto, Málaga, 1875; con M. Casado, R. Larios y F. Mitjana, Dictamen de la Comisión sobre el proyecto de un jardín de aclimatación (ms), Málaga, 1878; con A. Prolongo, D. de Orueta L. Parody, A. Álvarez de Linera y E. J. Navarro, Propuestas para un plan higiénico contra el cólera, Las Noticias (Málaga), 1884.

Bibliografía

ALCOBENDAS, MIGUEL, Málaga, personajes en su historia. Málaga, Arguval, 1986.

CUEVAS, CRISTÓBAL, Diccionarios de escritores de Málaga y su provincia. Madrid, Ed. Castalia, 2002.

LAZA PALACIOS, MODESTO, El laboratorio de Celestina, Málaga, edita Instituto de Cultura de la Exma. Diputación de Málaga, 1958.

PÉREZ-RUBIN, JUAN, “El naturalista y farmacéutico germano-español Felix Haenseler Jeger (1780-1841) en la Málaga de su época”, Acta Botánica Malacitana tomo 37, 2012, pp. 141-162

RICO VÁZQUEZ, CARMEN, “Modesto Laza Palacios”, Revista Gibralfaro, nº 72, Mayo-Junio 2011.

http://dbe.rah.es/biografias/27278/pablo-prolongo-garcia

https://icofma.es/

Boissier

Andrés Rodríguez González Diciembre 15th, 2007

CHARLES EDMOND BOISSIER       

…muy cerca de allí, el guía nos enseño desde lejos el primer pinsapo; dando gritos de alegría corrimos llenos de emoción, pero por desgracia el árbol no llevaba ningún fruto, un segundo, un tercero me dieron sucesivamente falsas esperanzas, al fin tuve bastante suerte y vi uno cuyas ramas superiores estaban cargadas de conos erguidos. Nos apresuramos a trepar para recogerlos y ya no quedaron dudas sobre el género de está árbol singular. Era ciertamente un Abies próximo a nuestro abeto común…

Con estas palabras describe Boissier el segundo encuentro con los pinsapos que le permite descubrir que se trata de un abeto desconocido hasta entonces para la ciencia. Un  descubrimiento, que para un científico, llena sus aspiraciones más elevadas. Pero Boissier no era sólo un botánico excepcional, verdadero descubridor de la flora andaluza, era también un hombre excepcional, un observador agudo de la sociedad andaluza que encuentra en su viaje y también un magnífico analista del paisaje de la Serranía de Ronda.       
Agotadas las posibilidades de descubrir nuevas especies en  Europa, y mientras la mayoría de españoles sólo tienen ojos para América, Charles Edmond Boissier forma parte de una pléyade de botánicos y viajeros que atraídos por la visión romántica  de Andalucía y las posibilidades de nuevas descripciones de especies, viajan a nuestra región.        
Llega a las costas de Granada en 1.837, con 31 años de edad, y desde el primer momento realiza un trabajo metódico, muy científico, con claras descripciones y extraordinarios dibujos que provocaron la admiración de sus contemporáneos y de los botánicos que le siguieron. Boissier que poseía una extraordinaria capacidad de observación y sólidos conocimientos botánicos, tuvo la inmensa suerte de contactar  con Pablo Prolongo y Félix Haenseler, dos farmacéuticos malagueños y con Rambur un entomólogo (estudioso de los insectos) francés  que vivía sobre esa época en Málaga. Los farmacéuticos, muy aficionados a la botánica, de forma entusiasta y desinteresada le mostraron sus herbarios en los que vio por primera vez ramas y acículas de pinsapo.
Boissier había nacido en Ginebra en 1.810, murió en 1.885, fue discípulo del célebre botánico De Candolle y de P. Barker Webb que habia recorrido Andalucía en en 1.827 y que sin duda, le inculcó el interés por esta tierra.        
En su aspecto personal era un hombre de fé, un cristiano activo, un ser sociable, simpático, risueño, abierto, de gran fortaleza física y moral que sabia infundir a sus acompañantes en sus largas expediciones, a pesar de sus inmensos conocimientos no era un sabio pedante, muy al contrario, era modesto, amable y servicial.  Antes de venir a Andalucía había preparado con detalle el viaje y había aprendido español. Con tales atributos no es de extrañar que se granjeara el afecto de cuantos le conocieron.        
Sus conocimientos botánicos le vinieron de sus buenos maestros y de sus muchos viajes, recorrió España, Argelia, Grecia, Siria, Australia y Egipto, publicó excelentes trabajos y llegó a reunir uno de los mejores herbarios de Europa.        
En 1.836 Boissier comienza su exploración botánica en Andalucía, publicó sus primeros hallazgos en 1.838 (“Notice sur l´Abies pinsapo”), después vendrían nuevas campañas de exploración y la publicación por entregas entre 1.839 y 1.845 de la espléndida obra en dos tomos “Voyage botanique dans le midi de l`Espagne” acompañada de geniales láminas dibujadas por M. Heyland. En el primer volumen de la obra narra sus impresiones y los sucesos del viaje, describiendo 1.900 especies en el reino de Granada de las que 236 las dio a conocer por primera vez para la ciencia. En el segundo volumen se incluye la descripción latina de las especies e interesantísimas observaciones sobre cada una de ellas.   

   

  
En Estepona, en Mayo de 1.837, localiza los primeros pinsapos o pinzapos, (de ambas formas le llamaban los naturales de la zona), que ya conocía por los herbarios de sus amigos malagueños Haenseler y Prolongo, pero al no tener piñas los árboles en ese momento, no puede identificar la especie. Después de viajar y recolectar infinidad de especies en Sierra Nevada, regresa a La Serranía de Ronda y por fin puede localizar pinsapos con piñas, esta vez en Septiembre, en la Sierra de Las Nieves (ver el inicio).        
En sus viajes por Andalucía le ocurrió casi de todo, le tomaron por espía, le confundieron en Trevelez con un paisano del pueblo que había emigrado a América, creyeron que era un buscador de oro, en sus escritos comenta que lo único que no tuvo fue un encuentro con los bandoleros que , en aquellos tiempos, asolaban los caminos.       
 Sus descripciones son un modelo de rigor científico y también un ejemplo de literatura histórica. Pocos autores extranjeros han descrito las corridas de toros, el paisaje de Ronda, las fiestas populares, la vida en las posadas, los personajes y sus trajes de “majos” (en castellano en el original),  etc. con tanta perfección y detalle como Boissier.       
 La descripción de la corrida de toros que presenció Boissier en mayo de 1.837 en Ronda es un claro ejemplo de la calidad y perfección en los textos de este sabio como he comentado anteriormente, incluso tratándose de algo tan ajeno y novedoso para un botánico y, además, extranjero, que como tal, toma partido por el toro cuando dice en un párrafo de su detallada descripción “… Ni uno sólo de los toreros resulto herido; diré que, a punto estuve de lamentarlo, tan odioso y ruin me parecía este combate desigual entre una banda de hombres aguerridos y entrenados que apenas se exponen y un desdichado animal irresistiblemente condenado a muerte…”. Para más detalle y deleite recomiendo a los lectores tanto el libro de Boissier traducido en 1.995 como el artículo Edmundo Boissier aparecido en la revista Ronda y la Serranía en 1.982.        
Casi un siglo después del recorrido de Boissier por Andalucía, llega a la Serranía su nieto A. Barbey, que publica en 1.931 un libro titulado “A travers les Forests de Pinsapo d’Andalusie”, libro que, incomprensiblemente, no se ha traducido al castellano hasta el año 1.996. Se describen los bosques de pinsapos y su fauna parásita de insectos y va acompañado de varias fotografías de personas relacionadas con el pinsapar y otras que permiten apreciar las diferencias entre los pinsapares de aquella época, en absoluta decadencia y la situación actual. En uno de los capítulos del libro, titulado “Homenaje a mi abuelo” describe con tal cariño a nuestro personaje, cuenta anécdotas familiares, recoge documentos que engrandecen a Boissier, que vuelvo a no tener mas remedio que recomendar su lectura.
Para terminar quiero pedir un reconocimiento público a Edmond Boissier aún sabiendo que a él le daría igual y recoger las palabras que uno de sus biógrafos le dedico en su muerte “…Nunca jamas hizo ostentación de sus convicciones; era su rara perfección moral la que le indicaba cómo debía ayudar. A pesar del asiduo trabajo en el cual se volcaba, Boissier siempre tuvo el aire y las formas de un sabio que no vive nada más que para sus libros. Era el hombre más sonriente, sociable, todo amabilidad, abierto a todos los interesados, accesible a todo el mundo, abrazando de corazón el bien de la iglesia libre de Valleyres, como si fuera un hombre que no hubiera tenido otra ocupación.”.

Bibliografía.
“Viaje Botánico al Sur de España durante el año 1.837″. Charles Edmond Boissier. Traducción Francoise Clementi. Edita Fundación Caja de Granada. Universidad de Málaga. 1.995.
“A través de los Bosques de Pinsapo de Andalucía”. A Barbey. Traducción de Fernando Diaz del Olmo. Edita Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. 1.996.
“Edmondo Boissier”. Equipo Arrayan. Revista Ronda y la Serranía. Septiembre de 1.982.