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ÁRBOLES NOTABLES DE LA SERRANÍA DE RONDA: PINO DE LA ALAMEDA. DESCRIPCIÓN

Andrés Rodríguez González Noviembre 18th, 2020

ÁRBOLES NOTABLES DE LA SERRANÍA DE RONDA

Pino Piñonero Pinus pinea

Pino gigante de la Alameda

Pinos abetos cipreses están entre los más conocidos de la familia de las Pináceas.

Los Pinos Piñoneros son árboles de robusto aspecto por su característica copa redondeada, pueden alcanzar los 30 metros de altura. El tronco es cilíndrico de corteza gruesa que se desprende en grandes placas, hojas en forma de aguja, conos masculinos alargados agrupados al final de las ramas, mientras que los conos femeninos forman piñas con escamas anchas hacia el borde, debajo de cada escama lleva dos grandes piñones comestibles de color oscuro. Las piñas maduran al tercer año, soltando los piñones en la primavera del siguiente. Las piñas abiertas pueden permanecer en el árbol varios años.

Adquiere máximo desarrollo cuando los suelos son frescos y profundos, pero también vive en todo tipo de suelos, siempre en zonas muy iluminadas y las temperaturas no sean muy bajas.

Vive en toda la península ibérica excepto en el norte y noreste, son muy característicos en zonas costeras donde, a veces se han usado para fijar dunas, aunque puede llegar hasta 1.000 m. de altitud. Son muy abundantes en Doñana.

Los pinos piñoneros parecen ser originarios de Asia Menor, ha sido introducido en todo el Mediterráneo desde la más remota antigüedad. En la comarca se ha usado mucho para marcar las lindes de los terrenos.

Uno de los principales aprovechamientos de este árbol son los piñones que se suelen recolectar en invierno, las piñas se tuestan o se conservan hasta la primavera para sacar los piñones con el calor del sol. Los piñones son muy cotizados en confitería y se usan en la elaboración de abundantes platos de cocina; en medicina popular se usaron como balsámicos para curar la tos, en enfermedades del pecho y también llegaron a usarse como afrodisiacos.

La madera se usa en la construcción y en carpintería, es muy resistente a la humedad. La corteza se ha usado para curtir cueros. Las yemas tiernas se han utilizado contra el escorbuto. Muy usado en jardinería en todo el Mediterráneo por sus pocos requerimientos de agua, su porte elegante y el aroma que desprende.

Según algunos autores fue introducido por los fenicios y los romanos en la península donde ocupa unas 300.000 hectáreas de extensión.

El pino está dedicado a la diosa Cibeles. De ella se dice que se refugió en uno cuando Atys murió y fue transformado en pino por Zeus. Los piñones están considerados como frutos de Cibeles.

Las hojas están distribuidas en fascículos de a dos, son de color verde claro,  de unos 10 a 20 cm de largo, por 0,1 a 0,2  cm de ancho.

Produce Piñones comestibles que se presentan por pareja en cada escama.

El ejemplar de la Alameda de Ronda tiene una altura de 26 metros. El perímetro del tronco es 4,30 cm. Altura, 26 m. Proyección de la sombra 94 metros cuadrados. Se estima una edad de unos 220 años.

Este extraordinario ejemplar se encuentra en la Alameda de Ronda, muy cerca de la Casa del Guarda, goza de la consideración de Árbol Notable de la Provincia de Málaga. Su extraordinario desarrollo, altura y grosor del tronco lo achaco a que muy próxima se encuentra ligeramente en alto con respecto al resto del jardín se encuentra la antigua alberca que suministraba agua a la Alameda mediante riegos por inundación  a base de pequeñas acequias. Sin duda las fugas de esa alberca suministraron agua abundante al cercano pino y facilito su enorme crecimiento.

Bibliografía

Árboles de Málaga. Ejemplares notables de Málaga y su provincia. Ernesto Fernández, Alberto Cuevas, Juan Antonio Valero y Arturo Fernández. Primtel Ediciones. Málaga 1995.

La Guía de Incafo de los árboles y Arbustos de la Península Ibérica. Gines López González. Edita Incafo. 1982.

https://malagapedia.wikanda.es/

www.laserranianatural.com

Boissier

Andrés Rodríguez González Diciembre 15th, 2007

CHARLES EDMOND BOISSIER       

…muy cerca de allí, el guía nos enseño desde lejos el primer pinsapo; dando gritos de alegría corrimos llenos de emoción, pero por desgracia el árbol no llevaba ningún fruto, un segundo, un tercero me dieron sucesivamente falsas esperanzas, al fin tuve bastante suerte y vi uno cuyas ramas superiores estaban cargadas de conos erguidos. Nos apresuramos a trepar para recogerlos y ya no quedaron dudas sobre el género de está árbol singular. Era ciertamente un Abies próximo a nuestro abeto común…

Con estas palabras describe Boissier el segundo encuentro con los pinsapos que le permite descubrir que se trata de un abeto desconocido hasta entonces para la ciencia. Un  descubrimiento, que para un científico, llena sus aspiraciones más elevadas. Pero Boissier no era sólo un botánico excepcional, verdadero descubridor de la flora andaluza, era también un hombre excepcional, un observador agudo de la sociedad andaluza que encuentra en su viaje y también un magnífico analista del paisaje de la Serranía de Ronda.       
Agotadas las posibilidades de descubrir nuevas especies en  Europa, y mientras la mayoría de españoles sólo tienen ojos para América, Charles Edmond Boissier forma parte de una pléyade de botánicos y viajeros que atraídos por la visión romántica  de Andalucía y las posibilidades de nuevas descripciones de especies, viajan a nuestra región.        
Llega a las costas de Granada en 1.837, con 31 años de edad, y desde el primer momento realiza un trabajo metódico, muy científico, con claras descripciones y extraordinarios dibujos que provocaron la admiración de sus contemporáneos y de los botánicos que le siguieron. Boissier que poseía una extraordinaria capacidad de observación y sólidos conocimientos botánicos, tuvo la inmensa suerte de contactar  con Pablo Prolongo y Félix Haenseler, dos farmacéuticos malagueños y con Rambur un entomólogo (estudioso de los insectos) francés  que vivía sobre esa época en Málaga. Los farmacéuticos, muy aficionados a la botánica, de forma entusiasta y desinteresada le mostraron sus herbarios en los que vio por primera vez ramas y acículas de pinsapo.
Boissier había nacido en Ginebra en 1.810, murió en 1.885, fue discípulo del célebre botánico De Candolle y de P. Barker Webb que habia recorrido Andalucía en en 1.827 y que sin duda, le inculcó el interés por esta tierra.        
En su aspecto personal era un hombre de fé, un cristiano activo, un ser sociable, simpático, risueño, abierto, de gran fortaleza física y moral que sabia infundir a sus acompañantes en sus largas expediciones, a pesar de sus inmensos conocimientos no era un sabio pedante, muy al contrario, era modesto, amable y servicial.  Antes de venir a Andalucía había preparado con detalle el viaje y había aprendido español. Con tales atributos no es de extrañar que se granjeara el afecto de cuantos le conocieron.        
Sus conocimientos botánicos le vinieron de sus buenos maestros y de sus muchos viajes, recorrió España, Argelia, Grecia, Siria, Australia y Egipto, publicó excelentes trabajos y llegó a reunir uno de los mejores herbarios de Europa.        
En 1.836 Boissier comienza su exploración botánica en Andalucía, publicó sus primeros hallazgos en 1.838 (“Notice sur l´Abies pinsapo”), después vendrían nuevas campañas de exploración y la publicación por entregas entre 1.839 y 1.845 de la espléndida obra en dos tomos “Voyage botanique dans le midi de l`Espagne” acompañada de geniales láminas dibujadas por M. Heyland. En el primer volumen de la obra narra sus impresiones y los sucesos del viaje, describiendo 1.900 especies en el reino de Granada de las que 236 las dio a conocer por primera vez para la ciencia. En el segundo volumen se incluye la descripción latina de las especies e interesantísimas observaciones sobre cada una de ellas.   

   

  
En Estepona, en Mayo de 1.837, localiza los primeros pinsapos o pinzapos, (de ambas formas le llamaban los naturales de la zona), que ya conocía por los herbarios de sus amigos malagueños Haenseler y Prolongo, pero al no tener piñas los árboles en ese momento, no puede identificar la especie. Después de viajar y recolectar infinidad de especies en Sierra Nevada, regresa a La Serranía de Ronda y por fin puede localizar pinsapos con piñas, esta vez en Septiembre, en la Sierra de Las Nieves (ver el inicio).        
En sus viajes por Andalucía le ocurrió casi de todo, le tomaron por espía, le confundieron en Trevelez con un paisano del pueblo que había emigrado a América, creyeron que era un buscador de oro, en sus escritos comenta que lo único que no tuvo fue un encuentro con los bandoleros que , en aquellos tiempos, asolaban los caminos.       
 Sus descripciones son un modelo de rigor científico y también un ejemplo de literatura histórica. Pocos autores extranjeros han descrito las corridas de toros, el paisaje de Ronda, las fiestas populares, la vida en las posadas, los personajes y sus trajes de “majos” (en castellano en el original),  etc. con tanta perfección y detalle como Boissier.       
 La descripción de la corrida de toros que presenció Boissier en mayo de 1.837 en Ronda es un claro ejemplo de la calidad y perfección en los textos de este sabio como he comentado anteriormente, incluso tratándose de algo tan ajeno y novedoso para un botánico y, además, extranjero, que como tal, toma partido por el toro cuando dice en un párrafo de su detallada descripción “… Ni uno sólo de los toreros resulto herido; diré que, a punto estuve de lamentarlo, tan odioso y ruin me parecía este combate desigual entre una banda de hombres aguerridos y entrenados que apenas se exponen y un desdichado animal irresistiblemente condenado a muerte…”. Para más detalle y deleite recomiendo a los lectores tanto el libro de Boissier traducido en 1.995 como el artículo Edmundo Boissier aparecido en la revista Ronda y la Serranía en 1.982.        
Casi un siglo después del recorrido de Boissier por Andalucía, llega a la Serranía su nieto A. Barbey, que publica en 1.931 un libro titulado “A travers les Forests de Pinsapo d’Andalusie”, libro que, incomprensiblemente, no se ha traducido al castellano hasta el año 1.996. Se describen los bosques de pinsapos y su fauna parásita de insectos y va acompañado de varias fotografías de personas relacionadas con el pinsapar y otras que permiten apreciar las diferencias entre los pinsapares de aquella época, en absoluta decadencia y la situación actual. En uno de los capítulos del libro, titulado “Homenaje a mi abuelo” describe con tal cariño a nuestro personaje, cuenta anécdotas familiares, recoge documentos que engrandecen a Boissier, que vuelvo a no tener mas remedio que recomendar su lectura.
Para terminar quiero pedir un reconocimiento público a Edmond Boissier aún sabiendo que a él le daría igual y recoger las palabras que uno de sus biógrafos le dedico en su muerte “…Nunca jamas hizo ostentación de sus convicciones; era su rara perfección moral la que le indicaba cómo debía ayudar. A pesar del asiduo trabajo en el cual se volcaba, Boissier siempre tuvo el aire y las formas de un sabio que no vive nada más que para sus libros. Era el hombre más sonriente, sociable, todo amabilidad, abierto a todos los interesados, accesible a todo el mundo, abrazando de corazón el bien de la iglesia libre de Valleyres, como si fuera un hombre que no hubiera tenido otra ocupación.”.

Bibliografía.
“Viaje Botánico al Sur de España durante el año 1.837″. Charles Edmond Boissier. Traducción Francoise Clementi. Edita Fundación Caja de Granada. Universidad de Málaga. 1.995.
“A través de los Bosques de Pinsapo de Andalucía”. A Barbey. Traducción de Fernando Diaz del Olmo. Edita Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. 1.996.
“Edmondo Boissier”. Equipo Arrayan. Revista Ronda y la Serranía. Septiembre de 1.982.