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FAUNA DE LA SERRANÍA Meloncillo

Andrés Rodríguez González Junio 18th, 2017

FAUNA DE LA SERRANÍA
Meloncillo (Herpestes ichneumon)

El meloncillo es la única mangosta europea, está representado en la Península Ibérica por la subespecie Herpestes ichneumon widdringtonii,
Es un animal fácil de reconocer por su cuerpo alargado de cortas patas y cabeza fina, y por su larga cola, que puede llegar a medir hasta 45 cm, ancha en su arranque y rematada en un mechón negro.
Su cuerpo, de 51 a 55 cm de largo y 19 a 21 cm de altura en la cruz, está cubierto de un pelo negro con las puntas en amarillo cremoso, o pardo con la punta en gris plateado, lo que le da un aspecto jaspeado. Los machos son algo mayores que las hembras. El peso del meloncillo está entre 2,5 y 3,5 kg.
Sus pezuñas tienen cinco dedos con uñas que no son retráctiles.
Su cabeza es pequeña, puntiaguda y estrecha; no más ancha que el cuello. De ella sobresalen ligeramente sus orejas, cortas y anchas. Pero lo que más llama la atención son sus ojos, de color más bien claro y con una pupila horizontal, rasgo excepcional entre los carnívoros, que le confiere una mirada inquietante.
Su origen es africano. Ocupa el suroeste de la Península, siendo abundante sobre todo en el Algarve, Sierra Morena, Doñana y las serranías de Cádiz y Málaga. Actualmente está experimentando una ligera tendencia expansiva quizás favorecido por la densificación del matorral; se han localizado individuos en los Arribes del Duero.
Su hábitat típico es el monte bajo mediterráneo con encinas y alcornoques. En las zonas de cultivo se refugia en los sotos e islas de fresnos, adelfas y zarzas. También puede estar presente en bosques fluviales.
Aunque se sospecha que la salud de sus poblaciones puede estar amenazada, a veces es presa de los cazadores furtivos, que lo ven como un competidor en la caza del conejo.
El celo del meloncillo tiene lugar a alturas variables de la primavera. La gestación dura unos tres meses, después de la cual las camadas, de entre dos y cuatro crías, nacen principalmente en verano.
Las crías permanecen con la madre alrededor de un año, durante el cual la siguen caminando en fila india, pegados unos a otros, con el morro bajo la cola del individuo que le precede dando un aspecto al grupo de gran serpiente, lo que unido a su andar desgarbado, sin apreciarse las cortas patas, le hace parecer un reptil,. Quizás por ello se ha inventado una mitología ampliamente extendida en Andalucía y Extremadura acerca de un animal extraño llamado “Alicante” que es como una gigantesca culebra pero tiene pelos.

El meloncillo es un carnívoro que apenas sale por la noche, ya que disfruta de 15 horas ininterrumpidas de descanso. Sus momentos de mayor actividad son un poco antes del mediodía y hacia la media tarde.
Sus extremidades delanteras son bastante fuertes, lo que le permiten hacer marchas relativamente largas y, sobre todo, excavar con bastante pericia, ayudado por sus robustas uñas. Esto le permite adaptar antiguas madrigueras de conejos o incluso de tejones para usarlas como dormideros; también así cazan conejos que les sirven de alimento principal.
Además de estos jóvenes conejos, también se alimentan de reptiles,  pequeños mamíferos e insectos que sean capaces de capturar.
A su vez, sirven de alimento al lince, cuya predación sobre el meloncillo ha sido constatada en Doñana.
Sus huellas son semiplantígradas, de unos 3,5 cm de largo por 3 cm de ancho. En tierra blanda marcan los cinco dedos con sus correspondientes uñas, pero en sustratos duros el quinto dedo desaparece. En suelos arenosos además dejan tras de sí la estela de su larga cola.
Sus deyecciones son alargadas, cilíndricas y con estrangulaciones. Miden entre 10 y 15 cm de largo y son de color negruzco o grisáceo oscuro por contener pelo de conejo. Al secar quedan brillantes. Suelen estar depositadas en letrinas familiares en cruces de sendas y cerca de zarzas.
Aunque no son individuos estrictamente solitarios, tampoco son gregarios. Pasan las noches en familia en las madrigueras, pero cuando salen durante el día el grupo se desperdiga.
Mientras que los machos son territoriales, las hembras solapan sus áreas de campeo entre sí.
Algunos machos comparten su territorio con una sola hembra, pero otros pueden tener hasta cuatro o cinco hembras distribuidas por su zona de control.
El descubridor del meloncillo fue Félix Haenseler, según cita Boissier en su libro Voyage botanique dans le Midi de l’Espagne pendant l’année 1837. Haenseler estuvo en Estepona durante nueve años como farmacéutico, no precisando en que años. Fue allí donde descubrió un cuadrúpedo llamado popularmente “meloncillo” . (M. Haenseler, qui a séjourné près de neuf ans à Estepona, a découvert dans ces collines un quadrupède nouveau pour l’Europe, le Viverra Ichneumon qui n’était connu jusqu’ici qu’en Egypte et sur quelques points de la Barbarie; il vit dans des terriers et on lui donne dans le pays le nom de Meloncillo.)
Sobre si el Meloncillo ha sido introducido o no existen discrepancias, para unos fue introducido como animal de compañía por los árabes en el sur de España desde Marruecos, para otros su presencia es mucho más antigua y se basan para decir eso en restos fósiles.
Las fotos son de José María Canca a quien agradezco que me haya permitido su uso. Sus fotos, estas y otras muchas, son un ejemplo de su amor a la Naturaleza y su implicación en su protección.

Bibliografía
www.faunaiberica.org
www.esteponaensuhistoria.com Alemanes en la historia de Estepona.
por F. J. Albertos, 2014

Otra especie invasora en la Serranía, Los Cerdos Asilvestrados.

Andrés Rodríguez González Diciembre 6th, 2013

Otra especie invasora en la Serranía

Cerdos Asilvestrados.

La triquinosis es una enfermedad que afecta al cerdo y que se considera erradicada de Europa, sin embargo periódicamente aparece algún caso que la devuelve a la actualidad. Hace unos pocos años, volvío a dar señales de existencia en algunos cerdos asilvestrados, animales que viven y se reproducen de forma natural y espontánea en muchos cotos de la Serranía. Uno de los últimos casos se localizó una montería cebrada en un coto perteneciente al término municipal de Benarrabá.

La preocupación por la presencia de triquina se centra casi exclusivamente en los cerdos asilvestrados que son una verdadera plaga por toda la Serranía y la provincia de Málaga. En especial, por las consecuencias que pueda tener para la salud si alguno de estos ejemplares es matado de forma incontrolada y termina siendo consumido por personas, lo que podría ocasionar la muerte. Y es algo que todos podemos suponer que puede producirse y más en tiempo de crisis como los actuales. Por ello se ha insistido por parte de los veterinarios y autoridades sanitarias en pedir que se faciliten la realización de controles, en especial, para aquellas familias que suelen realizar matanzas, y que con la crisis han introducido la fórmula de mezclar las carnes de los cerdos domésticos con los que han podido matar en el campo fuera de las monterías organizadas de forma oficial.

También, en periodo de caza, los agentes de Medio Ambiente extreman al máximo los controles en las monterías autorizadas para que ningún cerdo asilvestrado que sea abatido salga sin haber pasado por el protocolo sanitario de seguridad.

Fundamental es recomendar que únicamente se acuda a monterías autorizadas y con los pertinentes controles sanitarios, ya que la mayoría de los cazadores que asisten a las mismas que quieren llevar a casa las piezas cazadas.

Los cerdos asilvestrados son unos animales muy inteligentes, son omnívoros, es decir comen de todo; con una enorme capacidad para reproducirse y subsistir en condiciones muy precarias y, sobre todo, se reproducen casi como los conejos. El cerdo asilvestrado o guarro jabalí  es una plaga en la provincia de Málaga.

Arrasa con campos agrícolas, invade zonas ganaderas, campos de golf, propiedades privadas, devora crías de corzo, crías de perdices, conejos y lo que se tercie y levanta el terreno en busca de raíces, lo que está afectando a muchas fincas de la provincia.

Para controlar esta invasión de cerdos asilvestrados, un cruce de jabalíes con cerdos domésticos (por lo que también ponen en peligro la pervivencia de la especie pura de jabalí), las Delegaciones de Medio Ambiente de la Junta periodicamente utorizan batidas para controlar su expansión. Actualmente se desconoce la cifra exacta de cerdos hibridados sueltos en la naturaleza, pero se estima que miles, ya que su capacidad para reproducirse es tanto mayor como impuros sean, es decir cuanto más parecidos sean a los cerdos más crías tienen en una camada. Los jabalíes, por término medio, suelen criar cuatro o seis, y los cochinos silvestres pueden llegar hasta diez. Además, su capacidad para subsistir en el medio es altísima, ya que comen de todo, desde raíces hasta pequeños animales, hasta carroña.

Tampoco hay ningún predador en las sierras malagueñas que los elimine. Así que, en pocas palabras, el monte es suyo. Y no solo el monte, ya que han empezado a ser también un problema en las zonas costeras de Mijas, Marbella, Ojén y Estepona, donde rompen vallas y entran en urbanizaciones y campos de golf, que son levantados como si fueran arados. El jabalí puro empieza a ser una especie poco común en la provincia. No es fácil diferenciarlos, pueden ser casi del tamaño de los cerdos domésticos, con pequeños cambios, o tener los rasgos más propios de los jabalíes, que son fundamentalmente más oscuros, con pelos fuertes y largos, negros o canosos dependiendo de la edad, más estrechos que los cerdos y con un hocico más prominente. En común tienen un gran olfato que les lleva a percibir comida a gran distancia. Y como son listos y hábiles rompen vallas, vadean cercas y llegan hasta su cometido. De ahí que sean tan dañinos.

La Junta se resiste a considerarlos como especie cinegética, el no tener enemigos naturales, junto a su gran capacidad reproductiva hacen que su población sea sencillamente enorme.

Voy a hacer una propuesta que seguramente levantará una polvareda, para controlar los cerdos asilvestrados nada sería mejor y más barato que reintroducir unos pocos lobos en la Serranía, de donde fueron eliminados a principios del siglo XX (los últimos en Tolox). Algunas personas dirán que los lobos pueden atacar al ganado doméstico pero sólo unos de cada veinte ataques de lobo es a las especies domésticas y, en ese caso, se debería proceder a compensar económicamente a los ganaderos que los sufrieran, siempre sería más barato que las enormes pérdidas económicas que originan los cerdos asislvestrados, además del problema sanitario de la Triquina.