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FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA Taladro de las Encinas. Escababajos perforadores de las encinas.

Andrés Rodríguez González Febrero 7th, 2018

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA
Taladro de las Encinas. Escababajos perforadores de las encinas. Cerambys welensii, Cerambyx cerdo

Los cerámbidos  son unos escarabajos xilófogos (comedores de madera) especializados en la familia de las Querqus: Encinas, Alcornoques, Robles, Rebollos y Quejigos.

Los más activos y conocidos en las dehesas de encinas son el Cerambyx welensii y el Cerambyx cerdo. Son La muerte silenciosa del encinar

Estos coleópteros alcanzan los 6 cm de longitud por algo más de 1 cm de anchura.  Las hembras son de mayor tamaño que los machos y sus antenas notablemente más cortas. Dispone de fuertes mandíbulas, sus patas están provistas de potentes ganchos, junto a su oscuro color completan un resumen de este eficaz escarabajo.

Su ciclo biológico comienza cuando los adultos aparecen a finales de primavera, en verano o a principios de otoño. Tras la fecundación las hembras ponen los huevos en el tronco de los árboles, los huevos se transforman en larvas  de gran tamaño 9 cm de larga y de la anchura de un dedo)  que excaban anchas y profundas galerías a la vez que se van alimentando. Esta fase puede llegar hasta los 3 años o incluso 4 años y ella, la larva, recorre y atraviesa todo el tronco de la querqus que habita. Cuando se acerca el momento de la formación de la pupa y posterior salida al exterior se acomoda en un habitáculo algo más ancho que las galerías y próximo a la corteza.

Los cerámbidos cumplen una importante función en el equilibrio de la naturaleza. En bosques y dehesas ataca a los individuos viejos o enfermos, completan el proceso hongos e insectos que colonizan las galerías para acelerar la descomposición de los viejos árboles, que formaran parte de la tierra y darán paso y espacio a los jóvenes. Cumple pues un importante papel en la regeneración de la masa arbórea.

El problema  viene planteando cuando ese equilibrio se altera profundamente.

Desde mitad del pasado siglo, la dehesa está sufriendo una profunda alteración, se han arrancado millones de encinas y alcornoques, enormes extensiones adehesadas han sido transformadas o eliminadas. La tasa de reposición de arbolado es raquítica. Las subvenciones europeas no han solucionado para nada el tema ya que al estado español como a sus autonomías la salud de las dehesas bien parece importarles muy poco para plantear un política valiente de inversión, inversión poco lucida porque es a largo plazo y el largo plazo y el voto son incompatibles. Otro peliagudo problema que padece la dehesa es la sobreexplotación,  ganadera, agrícola y forestal, que agota tanto al suelo como al arbolado, haciéndola más vulnerable y asequible a parásitos como los cerámbidos.

Tenemos pues una ingente masa de árboles susceptibles de ser atacados por el escarabajo, su despensa se multiplica y ellos con ella.

Soluciones: El Cerambyx tiene sus enemigos naturales que se encargan de tener su población a raya. El pájaro carpintero, rapaces nocturnas, erizos y zorros. A su vez esta escuadrilla sanitaria se ha visto mermada sustancialmente por la acción humana. Solo el zorro en función de su dieta omnívora carece de problemas de subsistencia hoy por hoy.

Los Cerambyx se muestran inmunes al veneno de los insecticidas, no así otros insectos que erróneamente pagan el pato del escarabajo y que pueden ser colaboradores del equilibrio natural de las dehesas.

Recapitulando tenemos por un lado los perdedores; arbolado débil, depredadores esquilmados, dehesas debilitadas… Y un ganador involuntario de todo este desaguisado; el Cerambyx.

Y en el caso que tratamos dos vencedores iguales pero diferentes.

Desde el principio hemos hablado de dos tipos distintos, Cerambyx welensii y Cerambyx cerdo, distintos pero de aspecto muy semejante, de hecho solo los expertos son capaces de distinguir uno del otro.

Para añadir complicación a la historia, el Cerambyx cerdo está estríctamente protegido por el convenio de Berna de 1979, que fue ratificado por el estado español el 13 de mayo de 1986.

Tenemos dos circunstancias a tener en cuenta para la tardía solución del problema, por una parte considerar que en las dehesas extremeñas, parte de las andaluzas y salmantinas el escarabajo que pululaba a sus anchas era el “cerdo”, cuando en realidad, según estudios recientísimos (2008) era el welensii.

A partir de 2009, comprobado que el enemigo a batir ya no estaba protegido, se ensayan distintas fórmulas para frenar el avance del  welensii y la más eficaz es la más sencilla y barata.

El “taladro”, así se conoce al escarabajo en el campo, se caza de la siguiente fácil y barata manera.

Una botella de 5 litros de agua, una vez vacía, se corta a un 75% de su altura, la parte superior, invertida se mete en la inferior que rellenaremos con alguno de estos compuestos:

1º Melón piel de sapo y agua con ácido cítrico (limón por ejemplo). El melón entero se tritura. Se añade igual volumen de agua y un 5% de ácido cítrico.

2º Vino común, azúcar, agua y sal común- Un litro de vino, 300 gramos de azúcar, se deja reposar 48 horas a temperatura ambiente. Al cabo de ese tiempo le añadimos 300 gramos de sal común y 1 litro de agua.

3º Cerveza común, azúcar, agua y sal común. Para un litro de cerveza se toman 300 gramos de azúcar. Dejamos reposar 48 horas a temperatura ambiente, después añadimos los 300 gramos de sal común y 1 litro de agua.

La botella la sujetaremos al tronco (con una cinta de embalar por ejemplo) próxima a la parte superior del árbol, y el insecto atraído por estos combinados se cuela en la botella y no puede salir.
Las fotos están realizadas por mi paisano José María Calderón en Extremadura. El escarabajo ha sido identificado por el prestigioso ecólogo y entomólogo Dr. Rafael Obregón. Las fotos de las botellas están tomadas del blog “espíritudelarbol”

Bibliografia
http://espiritudearbol.blogspot.com.es

Paisajes: Sierra de Las Nieves. Meseta de Quejigales.

Andrés Rodríguez González Noviembre 29th, 2016

Sierra de Las Nieves. Meseta de Quejigales.
Planicie ondulada por efecto de la erosión de los torrentes, se encuentra situada entre los 1.600 y 1.800 metros de altitud, su vegetación potencial seria un pinsapar con presencia de quejigos de montaña, así lo atestiguan los pinsapos que se encuentran protegidos por plantas espinosas o los que han crecido en los antiguos vallados que se han eliminado recientemente. Los pastores eliminaron el bosque natural de pinsapos y han dejado un quejigal muy aclarado con arboleda formada de quejigos de montaña con poca regeneración que producen bellotas y dejan pasar sufiente luz para que se desarrolle un pastizal que mantiene los rebaños de ovejas que, en mi opinión, no deberían estar en la Meseta que tiene la catalogación de Zona de Reserva del Parque Natural Sierra de Las Nieves.

La visión hacia el Parque Natural de Los Alcornocales (suroeste), como todas las que se ven desde este maravilloso oteadero, es sencillamente espectacular.

Paseos por La Serranía de Ronda: Benadalid, en el Valle del Genal.

Andrés Rodríguez González Noviembre 11th, 2016

Paseos con imágenes: Benadalid, en el Valle del Genal.

Benadalid es un pequeño pueblo de origen árabe como su nombre indica.
Precioso pueblo situado, como la inmensa mayoria de los pueblos del Valle del Genal en el contacto de materiales geológicos de pizarras, esquistos y cuarzos que forman el fondo del valle y son los restos de la Isla Kabilia, los más antiguos de la Serranía de Ronda, con las rocas calizas muy fisuradas, situadas más altas.

El contacto entre las calizas que se cargan de agua cuando llueve y los materiales impermeables del fondo del valle, origina fuentes y surgencias alrededor de las cuales se han establecido estos pueblos. Lo primero que destaca en el pueblo es el curioso castillo, utilizado como cementerio, sin duda debe a ese uso el haberse conservado hasta la actualidad.

El cultivo del castaño ha sido tradicionalmente el principal recurso del Valle, pero el turismo rural a través del Ceder Serranía de Ronda se ha desarrollado extraordinariamente, por eso se han rehabilitado y cuidado en extremo algunas casas recuperando el uso de la madera de castaño, la forja, la talla, el trabajo de la piedra en fachadas, la teja árabe y otros materiales propios de la zona.

La integración del pueblo en el paisaje es total y absoluta, de echo, forma parte del paisaje.

Destacan los cultivos de castaños, cultivos realizados en marcadas pendientes, donde hasta hace bien poco se araba con arado de vertedera.

Los castaños que quizás fueran traidos por los árabes, encuentran aqui un suelo profundo, con humedad, temperaturas moderadas hasta en inviernos duros, se desarrollan extraordinariamente y han sustituido a la vegetación natural del Valle formada por


alcornoques, quejidos, encinas, brezos, chopos y abundante matorral mediterráneo entre los que destacan los majuelos, la clematis y los apetecibles madroños.

El zumaque, que aqui se desarrolla hasta formar pequeños árboles, quizás también fue introducido por los árabes, y si no, fue potenciado su cultivo ya que fue usado por los para teñir tejidos.

Los castaños son cultivados con esmero, podados despues del derribo y la extracción de las castañas de sus “erizos” de pinchudas puas. Un trabajo duro y manual.

Lástima que estas excelentes castañas no sean reconocidas en muchos lugares. Es triste ver como venden castañas en algunos sitios de Andalucía como si fueran de Galicia en lugar de decir claramente que son del Valle del Genal, en la provincia de Málaga. Vamos como si esta provincia no pudiera ofrecer nada más que playas y campos de golf. Dimos un agradable paseo por el Camino de La Cruz, donde existe un pequeño monumento a los paisanos muertos por los franceses en la Guerra de la Independencia.

Pero no solo tenemos excelentes paisajes o frondoso bosques de castaños en Benadalid, también merece la pena asomarse a ver el viejo lavadero y la fuente Romana que le aportaba agua.

Y para terminar, un excelente y abundante comida en el precioso pueblo de Atajate, en un magnífico restaurante llamado Audalazar, totalmente recomendable, dio un perfecto fin a este paseo. Para rematar me encontré en el restaurante a tres antiguas alumnas con la alegría que eso supone para mí.

Imágenes de un Otoño que se muere.

Andrés Rodríguez González Diciembre 19th, 2012

Serranía de Ronda, país de contrastes.

Con esas palabras definía el gran geólogo alemán Durr, el paisaje de la Serranía.

Contrastes que se manifiestan con toda su belleza en un el otoño que llega a su fin,

y con toda su dureza, cuando el otoño, además, es lluvioso.

Es entonces cuando las setas crecen por doquier

y las piñas de los pinsapos se abren,

dejando volar su simiente, como vienen haciendo los últimos millones de años.

Pasa la vida, como vienen unas aves y se van otras.

Los días nacen con intensas heladas o espesas nieblas que son un mar de nubes,

y dan paso, en tan solo una línea que asemeja al borde mareal costero,

a una luz intensa con una atmósfera nítida limpiada por las lluvias intensas.

La Sierra de las Nieves mira por encima del mar de nubes a su hermana gemela la Sierra de Grazalema.

Y en un momento, el cielo se cubre de nuevo de oscuras nubes,

los chubascos intensos empapan la saciada tierra,

los regueros se transforman en atrevidos torrentes,

y el arco iris ilumina el cielo como presagio,

de que los dioses están siempre presentes, porque nacieron para servirnos.

Y las abejas, aprovechando las pocas horas de calor,

recogen néctar y polén de las flores que los atrevidos nísperos,

se atreven a exponer a las heladas, junto a los madroños,

son únicos árboles que desafían con sus adornos las bajas temperaturas,

para, con los maduros membrillos, los duros quejigos y las doradas hojas marchitas de los castaños,

aportar la nota de colores diferentes a los intensos verdes que dominan el paisaje de la Serranía de Ronda,

en el País de los Contrastes donde los días de otoño se mueren con las puestas de sol más maravillosas del mundo.

Donde hasta el subsuelo es bello y agreste a base de simas y cuevas.

Sol y sombras, montañas desnudas y frondosos bosques, muerte y vida, luz y niebla, nieve y de nuevo, sol.

Contrastes que forjan la personalidad de la Serranía de Ronda.

Ruta desde el Puerto de El Boyar hasta Benaocaz por el Salto del Cabrero. Regreso por la Casa del Dornajo.

Andrés Rodríguez González Enero 28th, 2012

Ruta desde el Puerto de El Boyar hasta Benaocaz por el Salto del Cabrero. Regreso por la Casa del Dornajo.
Aprovechando este tiempo tan benigno que estamos teniendo en enero, acompañado de con 30 alumnos de 1º de Bachiller del Instituto Profesor Gonzalo Huesa y los profesores Pilar y Pedro, hemos realizado esta magnífica ruta con un enfoque didáctico y de disfrute del paisaje.
Dejamos atrás el pueblo de Grazalema y ascendemos casi dos kilómetros hasta llegar a un merendero en una amplia curva o a unos metros más arriba donde existe un mirador que nos ofrece una magnifica vista por la izquierda del llamado Corredor del Boyar, un panel nos informa de las sierras que desde aquí se ven, estamos a 1103 metros de altura).  Es más amplio el merendero a efectos de dejar el vehículo.
Como siempre, recordamos los objetivos de la ruta, damos una breve explicación del paisaje que divisamos e insistimos en las medidas elementales de seguridad que debemos tomar tanto para evitar pérdidas y accidentes en el grupo, también que estamos en un Parque Natural donde no debemos molestar a los animales domésticos ni salvajes, no recolectar flora ni salirse de los caminos, no dejar basura y dejar las angarillas y cancelas como las encontremos.
Comenzamos a andar sobre las 9 horas 45 minutos. Una pequeña cancela de hierro situada junto al mirador de la curva, nos permite avanzar en un carril que se adentra hacia el Salto del Cabrero entre pinares y algunos gruesos quejigos, a la izquierda nos acompañan las paredes rocosas de la Sierra del Endrinar. En suave descenso llegamos a las cercanías del Cortijo de las Albarranas, dedicado a una explotación de cabras, muy cerca del cortijo, que queda a unos 50 metros de distancia, en la pared de piedra se abre por la izquierda una estrecha vereda cerrada con una angarilla que es nuestro camino, nos acompañan grandes encinas y quejigos junto a vegetación de matagallos y majuelos, con mucha piedra suelta y grandes bloques de caliza, llaneamos hasta llegar a una explanada que es una gran dolina, un lugar llano entre rocas calizas con fondo de arcillas producto de la descomposición de las calizas. En las laderas de la zona de solana que rodean a la dolina son abundantes los acebuches que crecen entre las rocas aprovechando en escaso suelo que se desarrolla en las grietas de las piedras. Las dolinas son lugares donde se acumula agua en momento de grandes precipitaciones (no olvidemos que estamos en uno de los lugares donde más llueve de España), pero a través de los sumideros el agua caída desaparece bien pronto. Esta gran dolina es el Llano de D. Fernando, dicen que aquí acampó el rey católico cuando conquistó estas tierras.  Descendemos por la derecha junto a una pared de piedra debidamente señalizada hasta llegar al impresionante Salto del Cabrero (934 metros de altura), que presenta paredes verticales de más de 80m de altura, separada por una garganta de 50 m de ancho, en cuyas grietas pueden observarse nidos de buitres y águilas perdiceras.

En realidad es una falla con desplazamiento de enormes dimensiones, dicen que la más grande de Andalucía. Los buitres leonados nos acompañan en nuestra parada. Existen varios paneles informativos. Cuenta la leyenda que un cabrero que vivía en las proximidades del Salto del Cabrero, dio un salto de una pared a otra para llevar leche a su hijo enfermo y sin derramar ni una gota.
Regresamos hasta el llano grande de antes, al de D. Fernando. Desde el Puerto del Boyar hasta el Salto del Cabrero tenemos menos de cuatro kilómetros de distancia. Marchamos ahora por una vereda en dirección sur, una suave cuesta nos lleva hasta el Puerto de Don Fernando, paraje que recibe tal denominación con motivo del paso de los Reyes Católicos por Benaocaz. Cuenta la historia, que estando los monarcas acampados en este lugar recibieron la visita de las mujeres del pueblo, que le hicieron entrega de sus joyas como contribución a la conquista de Granada. Desde entonces, “en Benaocaz, la hembra lo más”. Otros dicen que las mujeres tuvieron que dar la cara ya que los hombres se quitaron de en medio por puro miedo.

En el descenso la senda entre arcillas se transforma en un pedregal. Pronto encontramos una calera bien conservada. La vegetación es escasa y se adosa a las rocas intentado que los afilados incisivos de las cabras no la devoren. Ya se ve el pueblo de Benaocaz.. El descenso se complica, a los lados las paredes rocosas albergan buitres que nos sobrevuelan a corta distancia. Estamos en la parte menos agradecida del recorrido y la más peligrosa ya que al caminar entre piedras sueltas en cualquier momento puede producirse una caída o golpe. Descendemos la Sierra de Don Fernando. Pasamos el puentecito sobre el arroyo Pajaruco, absolutamente seco lo que nos da una idea de la sequía que padecemos. Tras caminar por un pequeño bosque de encinas donde campan los cochinos y las cabras entramos en el pueblo de Benaocaz donde los alumnos hacen un juego de localización.
Tras descansar un rato en la plaza del pueblo salimos de él a través de las ruinas del barrio morisco por el camino de las fuentes. Superamos una fuente de frías aguas, pasamos dos cancelas, a nuestra derecha tenemos la Sierra del Caillo, seguimos en ascenso, el carril se convierte en sendero que atraviesa el arroyo Pajaruco que por aquí lleva agua. El camino a veces no está bien marcado, hemos de extremar las precauciones y buscar los hitos y piedras pintadas de azul. Nosotros cogimos un desvio y no vimos la fuente de las siete pilas aunque si la fuente de Fardela, que pierde el agua y no sale por el caño. Las vistas de los valles y montañas son preciosas, afloramientos de rocas calizas y grandes encinas acompañan a la estrecha vereda hasta llegar a una fuente de tres pilas de piedra, es la fuente del Dornajo donde paramos a comer. Encontramos muchas plumas de gran tamaño, un ala y huesos de un buitre muerto. El camino continúa junto a las ruinas de la casa del Dornajo, a partir de aquí, grandes piedras coronadas por palos verticales marcan el camino que ya no tiene perdida. Muchas dolinas y formas peculiares que la erosión ha provocado en las rocas calizas dan formas caprichosas que parecen esculturas. Ascendemos y encontramos en las zonas umbrías restos de la pasada nevada que sirven para que los alumnos entablen una pequeña batalla de bolas de nieve. Seguimos buscando las pinturas azules, el sendero es ahora una vereda muy estrecha que va girando hacia la derecha. Ya en descenso se ve la carretera de Grazalema a Benamahoma. El descenso se hace más pronunciado hasta llegar a una calera recuperada, desde ahí es necesario tener cuidado con no escurrirse ya que el camino coincide con uno de los arroyos de la cabecera del Guadalete y siempre tiene agua. Tras una corta y brusca bajada llegamos al Merendero y al Mirador del Boyar, fin de la ruta. Son casi las 17 horas. Hemos hecho 17 kilómetros y medio.

Las fotografías que ilustran el texto son de Cristobal Benitez.

Por los Llanos de Libar

Andrés Rodríguez González Enero 18th, 2008

Llanos de Libar

Tipo de ruta: lineal.
Modalidad: a pie o bicicleta de montaña, aunque esta última modalidad es recomendable solo a personas bien entrenadas.
Recorrido: lineal de 17 km., será necesario contar con un par de vehículos, uno en Montejaque y otro en Cortes de la Frontera, o bien utilizar el tren entre las estaciones de Benaoján (la más cercana a Montejaque) y la de Cortes.
Grado de dificultad: medio, solo plantea algo de dificultad la subida de Montejaque al Llano del Pozuelo.
Tiempo aproximado: unas 6 horas. Añadir dos horas más en caso de utilizar el tren.
Época recomendada: Todo el año, excepto los días calurosos de verano.

 

Cortijo de Libar

Se trata de un itinerario con unos especiales atractivos en el campo de la Geología, en él podremos disfrutar de espectaculares formaciones calizas que, en todo el recorrido, se muestran con toda su espectacularidad. Encontraremos uvalas, torcales, dolinas, simas, valles ciegos, cuevas… etc. Sin olvidar en ningún momento el valor paisajístico, botánico y zoológico que la zona presenta.
La ruta discurre por las sierras de Cortes y Montejaque pertenecientes al Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Entre estas montañas, a caballo entre la vecina provincia de Cádiz y el rió Guadiaro, existen una serie de valles alargados situados a unos 1.000 metros de altitud, conocidos como los “Llanos de Libar”, en ellos  la actividad ganadera se complementa con el aprovechamiento de la típica dehesa mediterránea.
Podemos partir tanto del pueblo de Montejaque como de Cortes de la Frontera, vamos a iniciar el recorrido desde el primero.
Montejaque es un pueblo que se encuentra a 18 Kms de Ronda, con unos 1.000 habitantes y situado a 650 m. de altitud.
Desde la calle El Tajo, situada en la parte alta del pueblo, parte un ancho carril que en ascenso discurre entre escasos campos de cultivo y algunos olivares que pronto dejan espacio a enormes pedregales que alternan con escasas vaguadas donde pastorean ovejas y cabras.  El camino deja al Oeste la Sierra de Montalate y los enormes Cerros del Hacho y Cachuelo donde vuelan buitres y los, cada vez más escasos alimoches.
A unos 4 Kms. del pueblo comienzan a verse las primeras encinas y encontramos los primeros valles llamados aquí popularmente llamados “Llanos”. Al Este queda la Sierra de Juan Diego que alberga fantásticos torcales.    Una vez superado el primer puerto se extienden ante nosotros dos poljes, el de los “Llanos del Pozuelo” y el de los “Llanos del Baldío”. Los Poljes son valles situados entre montañas calizas, rellenados de material procedente de la erosión de estas rocas y en los que la mayoría de las veces los arroyos no tienen una salida y son absorbidos por sumideros y grandes simas. El primer llano grande que atravesamos es “El Pozuelo”, cerca del cortijo, a la derecha existen dos profundas simas que actualmente están en catalogación. Es conveniente solicitar permiso al dueño para visitar las bocas de las simas ya que suele haber ganado suelto por toda la zona.   
Al primer valle le suceden otros cubiertos de encinas y enormes quejigos de troncas huecas, en suave ascenso terminan en un enorme llano denominado de Libar, cuando los atravesemos hemos de tener buen cuidado en dejar las angarillas cerradas para evitar que el ganado se escape. En la dehesa cercana al “Llano de Libar”, en las cercanías del agua, sobre todo en la fuente de la “Cufría” es frecuente encontrar unas bien pobladas poblaciones de pájaros de diversas especies.
A algo más de 1 Km del Cortijo de El Pozuelo, en el más grande de los poljes que estamos visitando se encuentra el Cortijo de Libar, y junto a él la Fuente de Libar. El Llano de Libar se encuentra flanqueado por las sierras del Palo al Este y la Sierra de Libar y Mojón Alto al Oeste, en la zona existe una evidente riqueza faunística con frecuente presencia de ver las raras chovas piquirrojas, águilas culebreras y la señorial cabra montes.    El carril circula paralelo a una alambrada y pasa junto a un abrevadero llamado Fuente de Libar, atravesamos la larga llanura de un terreno salpicado por escasas encinas, dejamos el cortijo del Correo a cierta distancia a la izquierda y a la derecha la salida natural hacia los Llanos de Villaluenga y el pueblo del mismo nombre, el Puerto del Correo. Ya andando en una vereda hemos de buscar una angarilla en una pared de piedra. Sí la época es de lluvias, un rápido arroyo hace curvas entre los grandes quejigos buscando el sumidero de agua que se lo traga. Cerca del camino y entre unas enormes encinas encontramos la Sima de Cortes.
Un suave ascenso entre encinas nos lleva junto a la Fuente del Moro, algo más retirado se ve el Cortijo de Edmundo, justo en el collado que da acceso al polje de Libar. Llegamos junto a los Hoyos de Cortes, dos pequeñas dolinas situadas a unos 1.000 metros de altitud. Tras la subida culminamos en el Puerto de Libar, a 900 m. de altitud, desde el cual podemos gozar de unas magníficas vistas: las crestas calizas del Peñón de Libar y el pico de Martín Gil, el valle del Guadiaro, la sierra de los Pinos, la de Benadalid, el pico del Hacho y los pueblos de la Cañada del Real  Tesoro y Gaucín. En el puerto encontramos una señal indicadora de una ruta propuesta por el Parque Natural, que no debemos seguir y que se dirige a la sierra de los Pinos, dejamos la señal a la derecha y abandonamos la estrecha vereda por un carril. En el descenso pronto encontramos una zona llamada popularmente “El Valle”. En  este lugar, situado a 760 m. sobre el nivel del mar, se localiza el antiguo asentamiento humano de Cortes de la Frontera, denominado Cortes el Viejo. En las inmediaciones algunos bancales indican el uso agrícola que se le daba a la zona, también podemos encontrar algunos almendros aunque el uso actual de estos terrenos es el ganadero. Muy cerca mana una fuente que mantiene agua en su pilar incluso en época estival, es este un buen lugar para descansar junto al viejo huerto.
El descenso termina en el kilómetro 1 de la carretera de Cortes a Jimera de Libar.

Ruta por las Cañadas de Ronda

Andrés Rodríguez González Enero 12th, 2008

RUTA POR LAS CAÑADAS DE RONDA

Se trata de un recorrido circular, es decir con el mismo punto de partida y llegada de poco más de seis Kilómetros, no presenta especiales dificultades por lo que, tranquilamente, podemos hacer la ruta en unas tres horas.
Los efectos del pastoreo excesivo de cabras, los incendios provocados con el fin de conseguir terrenos de cultivo y pastos para el ganado y la explotación irracional del bosque (madera para carbón, esparto, neveros…) llevada a cabo durante siglos se dejan notar en la poca regeneración de los pinsapares y la avanzada edad de sus árboles. El recorrido se hace por zonas bastante transitadas, lo que contribuye, aún más, al deterioro del pinapar, por todo ello es de recomendar que no nos apartemos de los senderos marcados por el Parque Natural.
El recorrido se puede hacer durante todo el año, pero como siempre que exista niebla no es aconsejable por la posibilidad de perderse.

Es un recorrido por los antiguos Montes propiedad de los Propios de Ronda que en el año 1.943 fueron vendidos al Patrimonio del Estado en 200.000 pesetas de aquella época, por parte del Ayuntamiento de la ciudad de Ronda, es el núcleo de pinsapar que sirvió de base para la declaración del Parque Natural Sierra de Las Nieves.
Terrenos habitualmente dedicados al pastoreo, carboneo y extracción de nieve y esparto, el deterioro fue considerable hasta que empezaron a estar protegidos. La regeneración actual de los bosques es buena aunque lenta. Recorreremos cuatro pequeños bosquetes ubicados en las Cañadas del Cuerno, de Enmedio, de las Ánimas y Hoyos de la Caridad.
Partimos del área recreativa de Quejigales donde hemos llegado desde la carretera de Ronda a San Pedro de Alcántara; en el Km. 11, a la derecha si vamos desde Ronda, parte el camino de Quejigales.
A 1.5 Km. del inicio del carril de Quejigales parte a la derecha un carril que ya conocemos al realizar la ruta de La Fuenfría. Continuamos por el carril principal que pasa por la puerta de La Nava. A unos 7 km. Parte, a la derecha el carril del Puerto de las Golondrinas; nos llevaría al Pinsapo de La Escalereta y a Río Verde. Lo dejamos para otro día y continuamos ascendiendo por el carril principal, atravesamos el Puerto del Hombre, parte a la derecha otro carril cortado por una cadena que se dirige al Puerto de los Pilones, muy cerca ya encontramos las instalaciones del Cortijo de Quejigales, antiguo Cortijo de las Tablas. Desde la carretera hasta Quejigales hay un total de 10 Km.

Retrocedemos unos 200 m. por el carril de Quejigales hasta llegar al cruce con el carril del Puerto de Los Pilones e iniciaremos una suave subida pasando por la cadena que corta el tránsito a los vehículos, a nuestra derecha encontramos Llanos de Ductor, sin duda el nombre de algún pastor; el carril actual sustituyó al antiguo camino de las Las Vigas, posiblemente llamado así por que se utilizaba para transportar las vigas de Pinsapo y Quejigo que se utilizaban en la construcción de casas. Toda la zona que estamos recorriendo es conocida como Las Turquillas, presenta una gran deforestación con escasos pinsapos viejos y sin regeneración alguna.
Alcanzamos la cota 1.500, por la izquierda parte un pequeño sendero que debemos tomar, abandonamos, así, el carril principal. Este camino atraviesa un terreno desforestado con presencia de pequeños pinsapos.
Según avanzamos por el camino los pinsapos comienzan a ser más frecuentes, encontramos la vereda que sube por la Cañada del Cuerno; ascendemos por ella, encontramos otra bifurcación cuando estamos en el punto que la senda más se aleja del torrente. Hacia arriba continua hasta Pilones y nosotros tomaremos la de la izquierda, una valla metálica paralela a nuestro camino será indicadora de que vamos por buen camino. Esta valla impide el acceso de animales para evitar que se coman los pinsapos jóvenes. En este tramo encontramos los ejemplares más viejos del pinsapar.
Los pinsapos vuelven a escasear otra vez y nuestra senda se divide en dos, nosotros seguimos por la izquierda, cuyo camino nos adentrará en la cabecera de la Cañada de Enmedio. Arriba aparece por momentos la torreta de comunicaciones del Cerro de Pilones, las vistas hacia el oeste nos permiten visualizar Sierra Hidalga y Sierra Blanquilla; se ven procesos de erosión intensos que en algunos casos han eliminado la capa superficial de suelo. La zona que atravesamos es conocida como los Riscales de la Zorrera, es frecuente la presencia de cabras monteses.
Nuestra vereda acaba conectando con la senda de la Cañada de Las Animas, donde se encuentra el pinsapar mejor conservado del término municipal de Ronda; su descenso es rápido y pronto nos dejará en los Hoyos de la Caridad donde crecen los pinsapos más altos del Parque Natural, seguimos en descenso ahora por un camino en zona despejada donde solo encontramos algunos Espinos Majoletos o Majuelos) invadidos de Muerdago, una planta parásita relacionados con la brujeria, pronto llegamos a un carril más amplio que pasando por la Fuente de Molina nos permitirá, entre una repoblación de pinos y nuevos Espinos Majoletos, acercanos al fin de la ruta, el Cortijo de Quejigales.
 

Muerdago sobre Majuelo