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Ruta de Ronda a Villaluenga

Andrés Rodríguez González Enero 24th, 2013

ARACA presenta

Ruta de Ronda a Villaluenga por Benaojan, los Llanos de Libar y los Llanos del Republicano.

Es una interesante ruta que discurre por algunos de los paisajes más abruptos de la Serranía de Ronda.

El pasado día 20, dieciocho marchadores, justo después de que pasará una potente tormenta, realizamos un espectacular recorrido entre Ronda y Villaluenga a través del camino antiguo que atraviesa los Llanos de Libar y los Llanos del Republicano. Fueron unos 29 Kms de ruta que comenzaron en el barrio de la Dehesa de Ronda, salimos de la ciudad y descendimos hasta la Indiana pasando por los restos del vertedero de residuos en que se convirtió el Arenal de Santander y dejando a la izquierda la depuradora de Ronda. Pasamos por delante de la antigua escuela rural de la Indiana y trá recorrer unos pocos centenares de metros junto a la carretera que va de Ronda a la Estación de Benaojan, abandonamos la carretera por la derecha justo antes del puente sobre el río Guadalevin. Pronto pasamos sobre el puente sobre el río Guadalcobacin que viene de Arriate y se une al Guadalevin para formar el Guadiaro, por la derecha se recibe el arroyo del Cupil, de inmediato llegamos a las vías del tren donde empieza el Parque Natural Sierras de Grazalema. Una vez pasadas las vías tomamos el primer carril a la izquierda, el carril marcha paralelo a las vías del tren teniendo a la derecha los campos de cultivo de Cortijo Grande y la mole caliza del Cerro Mures. Después de dejar atrás un enorme freno que sirvió como punto de referencia para arrojar los fardos de contrabando de las matuteras que años atrás, trapicheaban por el tren de Algeciras, llegamos a la “Pasá de Gibraltar”, donde se cruzaba las vías del tren, la Cañada Real del Campo de Gibraltar y el río Guadiaro,  aún llevamos las vías a nuestra izquierda, pero, poco a poco las abandonamos para ascender por la ladera de la Sierra de Juan Diego a través de una vereda bastante bien conservada, es el Camino Viejo de Benaojan a Ronda, las laderas están cubiertas de esparraguera blanca, zarzaparrilla, palmitos (que son indicadores de clima suave), acebuches y retamas, algunos lirios y jacintos indican que la primavera ya apunta maneras aunque el frío aún la hará esperar. Ascendemos hasta el Puerto de Ronda, son dignos de destacar los cuidados olivares que en la parte alta de la sierra, que se desarollan con los suelos de margocalizas, desde ahí, una brusca bajada por un ancho camino empedrado nos lleva hasta el pueblo de Benaojan.

Atravesamos el pueblo hasta la plaza, seguimos en subida por las calles de su barrio más típico y salimos del pueblo por la calle La Línea, de inmediato encontramos la carretera que va de Benaojan a Cortes de la Frontera, la cruzamos para encontrar en el otro lado un poste indicador del camino que va desde Benaojan a los Llanos de Libar. Continuamos la vereda en ascenso, pasamos dos cancelas de hierro que debemos dejar siempre cerradas para evitar que se salga el ganado. Al pasar la segunda cancela comienza una vereda poco marcada que continúa por una ladera con poco matorral donde va disminuyendo cada vez más según se asciende. A la izquierda queda la carretera de Cortes y la cercana Cueva de la Pileta, a la derecha las grandes alturas del pico Ventana con su característica muesca en el perfil que le da nombre, el ascenso termina en el Llano del Pozuelo donde los espeleólogos investigan grietas y simas que bajan a muchos centenares de metros de profundidad, pasamos por los restos de algunos cortijos, el pozo y abrevadero del Pozuelo con su limpia y fría agua nos proporciona un leve descanso. En los alrededores de los cortijos vemos algunos olivos y almendros, son indicadores del esfuerzo y la dureza de la vida en estos terrenos. Las grandes vacas retintas y algunas ovejas pastando en los alrededores encharcados de lo que fue el cortijo de Gloria nos acompañan hasta que abandonamos el carril para, por la derecha coger una vereda que nos conduce a una empedrada cuesta, es La Escalereta, el camino en el que ahora nos encontramos es el antiguo y ha sido sustituido en uso por el carril que aunque da más vueltas permite un recorrido más cómodo y fácil, de éste camino ya existen referencias en 1.575 (según Manuel Becerra Parra), el camino nos lleva al Puerto de Cufría, con vistas espectaculares sobre las Sierras de Grazalema, una pared de piedra y una angarilla nos permiten pasar a la otra ladera, ya estamos en la provincia de Cádiz, la vegetación vuelve a ser más abundante, quizás a causa de que se pastorearon menos estos terrenos,  o tal vez por ser laderas más umbrías al estar orientadas al norte o quizás sea que los quejigos y encinas fueron respetados y no se convirtieron en carbón.

Llegamos a los llanos de Cufría donde retomamos el ancho carril, pronto llegamos al arroyo que desciende imponente desde el Tunio y al último y más grande de los Llanos, del que todos toman el nombre, el Llano de Libar con el cortijo refugio del  mismo nombre.  Vemos enormes y característicos quejigos de troncos huecos. Una breve parada para comer es interrumpida por un fuerte chubasco de granizo y una brusca bajada de temperaturas, desde el Cortijo de Libar hasta el cortijo del Correo todo el suelo está encharcado y el desplazamiento se ve ralentizado por la lluvia, las bajas temperaturas, los arroyos y el suelo encharcado, abandonamos el llano por la derecha y hasta que no llegamos a la cima del Puerto del Correo no deja de llover, desde allí comienza una peligrosa bajada por la vereda ya que las piedras mojadas resbalan considerablemente, entre aulagas, matorrales de coscoja y encinas de gran porte descendemos hasta los Llanos del Republicano, a la derecha se encuentra la Sima del mismo nombre que ya veremos en otra ocasión. Buscamos afanosamente, ya que empieza a llover de nuevo, el carril que  os conducirá al pueblo de Villaluenga del Rosario. Unas tas de ricos callos, cerveza y café junto a una caliente chimenea nos ayudan a recomponernos de la dura ruta que hemos realizado antes de que el autobús nos traiga de vuelta a Ronda.

 

La ruta en pocas palabras:

Distancia recorrida: 29 kilómetros

Altitud min: 500 metros, max: 1.100 metros

Grado de dificultad:  Alto, incrementado por las inclemencias meteorológicas

Tiempo:   7 horas

Fecha:  20 de enero de 2013

Finaliza en el punto de partida (circular):   No

Por los Llanos de Libar

Andrés Rodríguez González Enero 18th, 2008

Llanos de Libar

Tipo de ruta: lineal.
Modalidad: a pie o bicicleta de montaña, aunque esta última modalidad es recomendable solo a personas bien entrenadas.
Recorrido: lineal de 17 km., será necesario contar con un par de vehículos, uno en Montejaque y otro en Cortes de la Frontera, o bien utilizar el tren entre las estaciones de Benaoján (la más cercana a Montejaque) y la de Cortes.
Grado de dificultad: medio, solo plantea algo de dificultad la subida de Montejaque al Llano del Pozuelo.
Tiempo aproximado: unas 6 horas. Añadir dos horas más en caso de utilizar el tren.
Época recomendada: Todo el año, excepto los días calurosos de verano.

 

Cortijo de Libar

Se trata de un itinerario con unos especiales atractivos en el campo de la Geología, en él podremos disfrutar de espectaculares formaciones calizas que, en todo el recorrido, se muestran con toda su espectacularidad. Encontraremos uvalas, torcales, dolinas, simas, valles ciegos, cuevas… etc. Sin olvidar en ningún momento el valor paisajístico, botánico y zoológico que la zona presenta.
La ruta discurre por las sierras de Cortes y Montejaque pertenecientes al Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Entre estas montañas, a caballo entre la vecina provincia de Cádiz y el rió Guadiaro, existen una serie de valles alargados situados a unos 1.000 metros de altitud, conocidos como los “Llanos de Libar”, en ellos  la actividad ganadera se complementa con el aprovechamiento de la típica dehesa mediterránea.
Podemos partir tanto del pueblo de Montejaque como de Cortes de la Frontera, vamos a iniciar el recorrido desde el primero.
Montejaque es un pueblo que se encuentra a 18 Kms de Ronda, con unos 1.000 habitantes y situado a 650 m. de altitud.
Desde la calle El Tajo, situada en la parte alta del pueblo, parte un ancho carril que en ascenso discurre entre escasos campos de cultivo y algunos olivares que pronto dejan espacio a enormes pedregales que alternan con escasas vaguadas donde pastorean ovejas y cabras.  El camino deja al Oeste la Sierra de Montalate y los enormes Cerros del Hacho y Cachuelo donde vuelan buitres y los, cada vez más escasos alimoches.
A unos 4 Kms. del pueblo comienzan a verse las primeras encinas y encontramos los primeros valles llamados aquí popularmente llamados “Llanos”. Al Este queda la Sierra de Juan Diego que alberga fantásticos torcales.    Una vez superado el primer puerto se extienden ante nosotros dos poljes, el de los “Llanos del Pozuelo” y el de los “Llanos del Baldío”. Los Poljes son valles situados entre montañas calizas, rellenados de material procedente de la erosión de estas rocas y en los que la mayoría de las veces los arroyos no tienen una salida y son absorbidos por sumideros y grandes simas. El primer llano grande que atravesamos es “El Pozuelo”, cerca del cortijo, a la derecha existen dos profundas simas que actualmente están en catalogación. Es conveniente solicitar permiso al dueño para visitar las bocas de las simas ya que suele haber ganado suelto por toda la zona.   
Al primer valle le suceden otros cubiertos de encinas y enormes quejigos de troncas huecas, en suave ascenso terminan en un enorme llano denominado de Libar, cuando los atravesemos hemos de tener buen cuidado en dejar las angarillas cerradas para evitar que el ganado se escape. En la dehesa cercana al “Llano de Libar”, en las cercanías del agua, sobre todo en la fuente de la “Cufría” es frecuente encontrar unas bien pobladas poblaciones de pájaros de diversas especies.
A algo más de 1 Km del Cortijo de El Pozuelo, en el más grande de los poljes que estamos visitando se encuentra el Cortijo de Libar, y junto a él la Fuente de Libar. El Llano de Libar se encuentra flanqueado por las sierras del Palo al Este y la Sierra de Libar y Mojón Alto al Oeste, en la zona existe una evidente riqueza faunística con frecuente presencia de ver las raras chovas piquirrojas, águilas culebreras y la señorial cabra montes.    El carril circula paralelo a una alambrada y pasa junto a un abrevadero llamado Fuente de Libar, atravesamos la larga llanura de un terreno salpicado por escasas encinas, dejamos el cortijo del Correo a cierta distancia a la izquierda y a la derecha la salida natural hacia los Llanos de Villaluenga y el pueblo del mismo nombre, el Puerto del Correo. Ya andando en una vereda hemos de buscar una angarilla en una pared de piedra. Sí la época es de lluvias, un rápido arroyo hace curvas entre los grandes quejigos buscando el sumidero de agua que se lo traga. Cerca del camino y entre unas enormes encinas encontramos la Sima de Cortes.
Un suave ascenso entre encinas nos lleva junto a la Fuente del Moro, algo más retirado se ve el Cortijo de Edmundo, justo en el collado que da acceso al polje de Libar. Llegamos junto a los Hoyos de Cortes, dos pequeñas dolinas situadas a unos 1.000 metros de altitud. Tras la subida culminamos en el Puerto de Libar, a 900 m. de altitud, desde el cual podemos gozar de unas magníficas vistas: las crestas calizas del Peñón de Libar y el pico de Martín Gil, el valle del Guadiaro, la sierra de los Pinos, la de Benadalid, el pico del Hacho y los pueblos de la Cañada del Real  Tesoro y Gaucín. En el puerto encontramos una señal indicadora de una ruta propuesta por el Parque Natural, que no debemos seguir y que se dirige a la sierra de los Pinos, dejamos la señal a la derecha y abandonamos la estrecha vereda por un carril. En el descenso pronto encontramos una zona llamada popularmente “El Valle”. En  este lugar, situado a 760 m. sobre el nivel del mar, se localiza el antiguo asentamiento humano de Cortes de la Frontera, denominado Cortes el Viejo. En las inmediaciones algunos bancales indican el uso agrícola que se le daba a la zona, también podemos encontrar algunos almendros aunque el uso actual de estos terrenos es el ganadero. Muy cerca mana una fuente que mantiene agua en su pilar incluso en época estival, es este un buen lugar para descansar junto al viejo huerto.
El descenso termina en el kilómetro 1 de la carretera de Cortes a Jimera de Libar.