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Fauna de la Serranía de Ronda: Eslizón tridáctilo ibérico, (Chalcides striatus).

Andrés Rodríguez González Mayo 17th, 2014

Fauna de la Serranía de Ronda

Eslizón tridáctilo ibérico, (Chalcides striatus).

Dentro de los Reptiles la la familia de los Escíncidos son un grupo diverso y relativamente amplio de Lagartos. Existen más de 1.200 de ellos, son el segundo mayor grupo de lagartos en el mundo. Estos lagartos pueden variar en longitud desde sólo un par de centímetros a varios metros. La cola alargada que poseen hace que muchas personas los confundan con serpientes.

Su cola es larga y afilada, pueden deprenderse de ella varias veces a lo largo de su vida, y que luego le volverá a crecer. También puede ser utilizada como arma defensiva, la desprenden y mientras el depredador se entretiene con ella el eslizón huye.

La distribución de este lagarto es por muchos lugares, por las montañas, las sabanas, en el desierto, e incluso en las praderas. Pueden ser difíciles de encontrar, ya que tienden a camuflarse entre la hierba o a quedarse quietos o incluso excavan galería en la tierra que les ayudan a pasar desapercibidos.

Algunas especies de eslizón llevan a sus jóvenes en su cuerpo y “paren” a sus hijos. Desde el  momento que nacen son autónomos, tienen que encontrar alimento y refugio por su cuenta ya que la madre no muestra ningún instinto maternal. Otras especies de eslizones ponen sus huevos. La madre creará un tipo de nido, donde se incuban solos los huevos, este debe ser caliente y estar alejado de los depredadores. Estos nidos pueden ser de sólo unos pocos huevos o hasta 100. El período de incubación puede ser de unas pocas semanas a un par de meses.

El eslizón ibérico tiene, como todos, aspecto de serpiente, una cabeza ancha, de forma triangular, apenas diferenciada del cuello y un hocico redondeado. Los ojos son pequeños tienen párpados móviles y poseen el orificio auditivo grande. El cuerpo es alargado, cilíndrico, presenta extremidades muy pequeñas de 4-7 mm con únicamente tres dedos. Ambos sexos son similares, sin embargo las hembras presentan mayor longitud y grosor que los machos. Las escamas del cuerpo son grandes y  lisas, se hallan dispuestas en 20-26 hileras en el centro del cuerpo. Presenta una coloración dorsal del fondo del cuerpo y de la cola pardusca, olivácea o bronceada, en ocasiones grisácea, el vientre es mucho más claro, con tonalidades uniformes blanquecinas o grisáceas. Tiene nueve, a veces once líneas dorsales longitudinales marrones, a lo largo de todo el cuerpo, borrosas en ocasiones y delimitadas con series de puntos o rayitas negras. Este diseño es mayoritario tanto en la Península Ibérica, como en el sur de Francia y el noroeste de Italia, aunque en el sur de la Península Ibérica hay ejemplares con una coloración homogénea y sin diseño dorsal.

Su grado de conservación para España, catalogado como de Preocupación Menor por la IUCN.

La pérdida y alteración de los hábitats favorables por el excesivo desarrollo del matorral y las quemas de rastrojos, lindes y ribazos afectan negativamente a la especie. Debido a su parecido morfológico con los ofidios y a la creencia popular de que son venenosos, en muchos lugares sufren la persecución directa del hombre.

Sería recomendable, como medidas de conservación, el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas extensivas que favorezcan el mantenimiento de un mosaico diverso de hábitats, la reducción del uso de herbicidas y plaguicidas, el mantenimiento y restauración de márgenes y linderos de tierras y caminos y el control de la quema de rastrojos. La vigilancia sobre el establecimiento de especies vegetales invasoras debería ser una prioridad de conservación en determinadas zonas.

El eslizón tridáctilo ibérico se distribuye ampliamente por toda la Península Ibérica, aunque parece estar ausente de gran parte del este de España y en el interior de la Meseta Norte su presencia es puntual. Existen poblaciones insulares en las islas costeras atlánticas de Galicia que son particularmente sensibles a cualquier alteración del medio. Presente desde el nivel del mar, raramente supera los 1.800 m. de altitud.

Especie característica de vegetación herbácea, se encuentra tanto en la región Eurosiberiana como en la Mediterránea, si bien en esta última es más frecuente en zonas de elevada humedad, generalmente áreas de montaña del interior peninsular y comarcas costeras del sudoeste, faltando o siendo muy escaso en territorios con precipitaciones inferiores a los 500 mm.

La dieta está compuesta por diversos grupos de artrópodos, entre los que destacan los arácnidos, coleópteros y hemípteros, siendo similar entre machos y hembras. Los juveniles sustituyen parcialmente los arácnidos y gasterópodos por insectos y crustáceos. La talla de las presas oscila entre 1 y 36 mm, con un tamaño medio variable. Machos y hembras tienen tamaños de presas diferentes, mayores en las hembras. La talla media varia estacionalmente, incrementándose de marzo a junio y disminuyendo de julio a septiembre.

La madurez sexual posiblemente se alcance al tercer o cuarto año de vida. La especie española es vivípara, es decir pare a sus crias, se reproduce anualmente y las hembras tienen un solo parto. Tienen una placenta compleja que permite la alimentación materna de los embriones, pariendo entre 1 y 14 crías por parto. El periodo de celo comienza poco después del reposo invernal, el periodo de gestación es largo, dura entre 58 y 86 días y el parto se produce a los 29-63 días después de la última cópula. Los partos tienen lugar entre junio y agosto, dependiendo de las diferentes áreas geográficas. El número de crías por parto varía, existiendo correlación entre el tamaño de las hembras y el número de crías alumbradas.

Entre los depredadores, destacan varias especies de culebras, las víboras y varias especies de aves lo incluyen en su dieta. Entre los mamíferos se citan zorros, meloncillos, ginetas y erizos.

El eslizón tridáctilo ibérico es una especie que se desplaza con gran rapidez y agilidad entre la vegetación cuando alcanza la temperatura óptima de actividad, refugiándose a la menor señal de alarma en las zonas más frondosas, debajo de grandes piedras o en galerías u oquedades del terreno. Especie diurna, la actividad de esta especie puede extenderse de febrero a noviembre, con un máximo entre abril y junio, sin embargo, en la mitad norte peninsular la actividad se acorta temporalmente entre marzo y septiembre. En cuanto a la actividad horaria, el mayor número de individuos suele observarse en las horas centrales del día, si bien en los meses más calurosos su número aumenta a primeras y últimas horas.

El ejemplar fotografiado se localizo en una ladera tapizada de hierba en Benaocaz.

Bibligrafia

www.lagartopedia.com

www.vertebradosibericos.org

Un recorrido por las Orquídeas del P.N. Sierra de Grazalema

Andrés Rodríguez González Abril 20th, 2014

Un recorrido por las Orquídeas del P.N. Sierra de Grazalema

Uno de los días señalados de Semana Santa he realizado un corto y a vez agradable recorrido por los alrededores de Benaocaz, un pueblo incrustado en pleno Parque Natural de Grazalema. Queríamos conocer las orquídeas de este parque. Al menos las florecidas en esta primavera.

Se cumplió el objetivo gracias a que la ruta había sido perfectamente preparada por www.rutaalternativa.es. Puedo decir que fue un recorrido magnífico. Muy bien organizado y acompañados de Manolo Canto y Jesús F. Rodríguez, expertos conocedores del medio, pudimos disfrutar de un muy agradable paseo y de sus enseñanzas.

Recomiendo Ruta Alternativa para cualquiera que quiera conocer la naturaleza del Parque Natural de Grazalema.

Las orquídeas son la familia botánica más interesante tanto biológicamente como económicamente. Habitan en todo el planeta excepto desiertos de arena y Polos. Las tropicales son epifitas, es decir viven sobre otras plantas a las que utilizan como soporte, esas son las que se venden comercialmente. En zonas templadas son terrestres y de tamaño más reducido pero no de menor belleza. En Europa viven más de  350 especies, en la Península Ibérica sobre 150 especies y en el Parque Natural Sierra de Grazalema existen 35 especies. En los alrededores de Benaocaz, localizamos el Jueves Santo, 11 especies. Su diseño y colorido está totalmente adaptado a la reproducción, engañan a los insectos para atraerlos y una vez posados en las flores, recojan el polen que, inconscientemente, llevan a otra flor para ser fecundada.
A continuación voy a mostrar fotografías de las especies localizadas señalando su estrategia de atracción al insecto. -

1.- Ophrys lutea lutea.

Engaño visual, atrae a los abejorros con sus colores y forma.

2.- Ophrys lutea minor.

Una subespecie de la anterior con el mismo objetivo y diseño. Como su hermana, son las más abundantes de la Serranía de Ronda. -

3.- Ophrys speculum.

Practica también el engaño visual, atrae a escarabajos voladores y a abejorros. Cuando el sol le da en determinada posición refleja sus rayos pudiendo verse a gran distancia, por eso se le llama popularmente “Espejo de Venus”. -

4.- Ophrys bombiliflora.

Atrae a los insectos himenópteros  llamados “Bombus” por su gran parecido con ellos.

5.- Orchis langei (maculata).

Esta delicada y bella orquídea posee un espolón detrás que consigue engañar a los insectos ya que buscan la existencia de néctar en ese espolón (algo que si ocurre en otras muchas especies vegetales). En la mayoría de las orquídeas ese néctar no existe pero los insectos son engañados y penetran en el espolón llenándose de polen. Se ha descubierto que en el espolón existe más temperatura que en el exterior por lo que los insectos pasan las noches frescas de primavera en su interior. Otro recurso más para atraer insectos (Comunicación personal de Juan Ríos, excelente botánico de Arriate).

6.- Ophrys atlántica.

También utiliza la atracción visual. Existe una pequeña población de esta rara orquídea que se encuentra catalogada en la Lista Roja de las plantas de la península como “en peligro de extinción”. Manolo Canto y Jesús Rodríguez comentaron como han visto disminuir su número en los últimos años, de algunas docenas se ha pasado a solo encontrar ocho ejemplares.

7.- Orchis tenthredinifera.

Su parecido a determinados insectos hace que sea muy visitada.

8.- Ophrys olviensis.

Presenta una amplia variedad de colorido que va desde el blanco al azul claro pasando por rosa. La presencia de espolón nos indica que ofrece un cobijo a los insectos y que además los engaña ofreciendo un néctar que no tiene.

9.- Orchis morio.

Igual que la anterior presenta espolón, por lo tanto su atracción la realiza en un doble sentido, un cobijo y falso néctar.

10.- Hymantoglosum robertianum.

Puede alcanzar una altura de hasta 20 cms, coronada con un penacho de abundantes y bellas flores es sin duda la más llamativa y grande de las orquídeas de la península. En la zona floreció hace un tiempo y solo encontramos algunos ejemplares con flores ya pasadas.

11.- Aceras antropophorum.

Conocida popularmente como “la flor del hombre ahorcado” por la forma de sus flores, es de las pocas orquídeas que contiene una pequeña cantidad de néctar para atraer los insectos.

BIBLIOGRAFÍA:

Miniguía visual de orquídeas del P.N. Sierra de Grazalema. www.rutaalternativa.es

Guía de campo de las orquídeas silvestres de Andalucía. Manuel Becerra Parra y Estrella Robles Domínguez. Editorial La Serranía.

www.micogest.com

Ruta desde el Puerto de El Boyar hasta Benaocaz por el Salto del Cabrero. Regreso por la Casa del Dornajo.

Andrés Rodríguez González Enero 28th, 2012

Ruta desde el Puerto de El Boyar hasta Benaocaz por el Salto del Cabrero. Regreso por la Casa del Dornajo.
Aprovechando este tiempo tan benigno que estamos teniendo en enero, acompañado de con 30 alumnos de 1º de Bachiller del Instituto Profesor Gonzalo Huesa y los profesores Pilar y Pedro, hemos realizado esta magnífica ruta con un enfoque didáctico y de disfrute del paisaje.
Dejamos atrás el pueblo de Grazalema y ascendemos casi dos kilómetros hasta llegar a un merendero en una amplia curva o a unos metros más arriba donde existe un mirador que nos ofrece una magnifica vista por la izquierda del llamado Corredor del Boyar, un panel nos informa de las sierras que desde aquí se ven, estamos a 1103 metros de altura).  Es más amplio el merendero a efectos de dejar el vehículo.
Como siempre, recordamos los objetivos de la ruta, damos una breve explicación del paisaje que divisamos e insistimos en las medidas elementales de seguridad que debemos tomar tanto para evitar pérdidas y accidentes en el grupo, también que estamos en un Parque Natural donde no debemos molestar a los animales domésticos ni salvajes, no recolectar flora ni salirse de los caminos, no dejar basura y dejar las angarillas y cancelas como las encontremos.
Comenzamos a andar sobre las 9 horas 45 minutos. Una pequeña cancela de hierro situada junto al mirador de la curva, nos permite avanzar en un carril que se adentra hacia el Salto del Cabrero entre pinares y algunos gruesos quejigos, a la izquierda nos acompañan las paredes rocosas de la Sierra del Endrinar. En suave descenso llegamos a las cercanías del Cortijo de las Albarranas, dedicado a una explotación de cabras, muy cerca del cortijo, que queda a unos 50 metros de distancia, en la pared de piedra se abre por la izquierda una estrecha vereda cerrada con una angarilla que es nuestro camino, nos acompañan grandes encinas y quejigos junto a vegetación de matagallos y majuelos, con mucha piedra suelta y grandes bloques de caliza, llaneamos hasta llegar a una explanada que es una gran dolina, un lugar llano entre rocas calizas con fondo de arcillas producto de la descomposición de las calizas. En las laderas de la zona de solana que rodean a la dolina son abundantes los acebuches que crecen entre las rocas aprovechando en escaso suelo que se desarrolla en las grietas de las piedras. Las dolinas son lugares donde se acumula agua en momento de grandes precipitaciones (no olvidemos que estamos en uno de los lugares donde más llueve de España), pero a través de los sumideros el agua caída desaparece bien pronto. Esta gran dolina es el Llano de D. Fernando, dicen que aquí acampó el rey católico cuando conquistó estas tierras.  Descendemos por la derecha junto a una pared de piedra debidamente señalizada hasta llegar al impresionante Salto del Cabrero (934 metros de altura), que presenta paredes verticales de más de 80m de altura, separada por una garganta de 50 m de ancho, en cuyas grietas pueden observarse nidos de buitres y águilas perdiceras.

En realidad es una falla con desplazamiento de enormes dimensiones, dicen que la más grande de Andalucía. Los buitres leonados nos acompañan en nuestra parada. Existen varios paneles informativos. Cuenta la leyenda que un cabrero que vivía en las proximidades del Salto del Cabrero, dio un salto de una pared a otra para llevar leche a su hijo enfermo y sin derramar ni una gota.
Regresamos hasta el llano grande de antes, al de D. Fernando. Desde el Puerto del Boyar hasta el Salto del Cabrero tenemos menos de cuatro kilómetros de distancia. Marchamos ahora por una vereda en dirección sur, una suave cuesta nos lleva hasta el Puerto de Don Fernando, paraje que recibe tal denominación con motivo del paso de los Reyes Católicos por Benaocaz. Cuenta la historia, que estando los monarcas acampados en este lugar recibieron la visita de las mujeres del pueblo, que le hicieron entrega de sus joyas como contribución a la conquista de Granada. Desde entonces, “en Benaocaz, la hembra lo más”. Otros dicen que las mujeres tuvieron que dar la cara ya que los hombres se quitaron de en medio por puro miedo.

En el descenso la senda entre arcillas se transforma en un pedregal. Pronto encontramos una calera bien conservada. La vegetación es escasa y se adosa a las rocas intentado que los afilados incisivos de las cabras no la devoren. Ya se ve el pueblo de Benaocaz.. El descenso se complica, a los lados las paredes rocosas albergan buitres que nos sobrevuelan a corta distancia. Estamos en la parte menos agradecida del recorrido y la más peligrosa ya que al caminar entre piedras sueltas en cualquier momento puede producirse una caída o golpe. Descendemos la Sierra de Don Fernando. Pasamos el puentecito sobre el arroyo Pajaruco, absolutamente seco lo que nos da una idea de la sequía que padecemos. Tras caminar por un pequeño bosque de encinas donde campan los cochinos y las cabras entramos en el pueblo de Benaocaz donde los alumnos hacen un juego de localización.
Tras descansar un rato en la plaza del pueblo salimos de él a través de las ruinas del barrio morisco por el camino de las fuentes. Superamos una fuente de frías aguas, pasamos dos cancelas, a nuestra derecha tenemos la Sierra del Caillo, seguimos en ascenso, el carril se convierte en sendero que atraviesa el arroyo Pajaruco que por aquí lleva agua. El camino a veces no está bien marcado, hemos de extremar las precauciones y buscar los hitos y piedras pintadas de azul. Nosotros cogimos un desvio y no vimos la fuente de las siete pilas aunque si la fuente de Fardela, que pierde el agua y no sale por el caño. Las vistas de los valles y montañas son preciosas, afloramientos de rocas calizas y grandes encinas acompañan a la estrecha vereda hasta llegar a una fuente de tres pilas de piedra, es la fuente del Dornajo donde paramos a comer. Encontramos muchas plumas de gran tamaño, un ala y huesos de un buitre muerto. El camino continúa junto a las ruinas de la casa del Dornajo, a partir de aquí, grandes piedras coronadas por palos verticales marcan el camino que ya no tiene perdida. Muchas dolinas y formas peculiares que la erosión ha provocado en las rocas calizas dan formas caprichosas que parecen esculturas. Ascendemos y encontramos en las zonas umbrías restos de la pasada nevada que sirven para que los alumnos entablen una pequeña batalla de bolas de nieve. Seguimos buscando las pinturas azules, el sendero es ahora una vereda muy estrecha que va girando hacia la derecha. Ya en descenso se ve la carretera de Grazalema a Benamahoma. El descenso se hace más pronunciado hasta llegar a una calera recuperada, desde ahí es necesario tener cuidado con no escurrirse ya que el camino coincide con uno de los arroyos de la cabecera del Guadalete y siempre tiene agua. Tras una corta y brusca bajada llegamos al Merendero y al Mirador del Boyar, fin de la ruta. Son casi las 17 horas. Hemos hecho 17 kilómetros y medio.

Las fotografías que ilustran el texto son de Cristobal Benitez.