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PAISAJE DE LA SERRANÍA DE RONDA: Foto del levantamiento del cadaver del bandolero Pasoslargos

Andrés Rodríguez González Febrero 5th, 2017

PAISAJE DE LA SERRANÍA DE RONDA
Foto del levantamiento del cadaver del bandolero Pasoslargos


De nombre Juan José Mingolla Gallardo, fue siempre un ser huraño y solitario. El padre de mi amigo Andrés Albarracin, de nombre Antonio Albarracin Durán, me pasó esta foto hace varios años, su padre (abuelo por tanto de mi amigo Andrés), de nombre Andrés Albarracín Molina, era taxista y llevó al juez de Ronda, D. Miguel Rubira Carbonell y el médico forense D. Vicente Narvaez para que hicieran el “levantamiento del cadaver” hasta el cortijo de la Breña, cuyas ruinas aún pueden verse cerca del Puerto del Viento, allí se concentraron varios coches con los “notables” de la ciudad y otros curiosos. Hasta el cortijo de La Breña sacó el cadaver a lomos de su mulo un pastor de Cuevas del Becerro, llamado Manuel Torres, de apodo “Manuel Galán” desde la Covacha de Sopalmito, cerca del cortijo de Lifa, donde había muerto en un enfrentamiento con la guardia civil, aunque Manuel Galán y otros muchos siempre defendieron la teoría de que lo mato un rampero furtivo para congraciarse con la guardía civil. En el momento de su muerte Pasoslargos no tenía cuentas pendientes con la justicia puesto que había sido indultado de sus delitos por el gobierno de la república. Los guardías civiles y el comandante de puesto de Ronda fueron condecorados. Pasoslargos vivio sus últimos años como siempre quiso vivir, solo, en el monte, furtiveando.
Andrés Albarracín Molina es el primero que se ve por la izquierda de la foto. Más información en el libro de mi querido amigo Isidro García Ciguenza titulado Bandoleros en la Serranía de Ronda.

Del Puerto del Viento a El Burgo por Los Empedraos, La Añoreta y el Boquete de Roque.

Andrés Rodríguez González Febrero 23rd, 2012

Del Puerto del Viento a El Burgo por Los Empedraos, La Añoreta y el Boquete de Roque.

Nos desplazamos en coche hasta el Puerto del Viento. En los Llanos de las Margaritas, poco antes de las rampas que coronan el puerto, encontramos a la izquierda las ruinas del cortijo de La Breña. Un lugar con historia ya que fue el lugar donde el juez y los notables de Ronda esperaron a que sacaran el cadáver de Pasos Largos, una vez muerto en la Cueva de Sopalmito, situada en la vertiente de Sierra Blanquilla que da al sur, hacia Lifa. Dejamos los coches en el mirador situado en lo alto del puerto.
Estamos a unos 10 Km. del cruce de la circunvalación de Ronda. A nuestra izquierda queda el Cancho La Pepa, que uno de los senderistas llamaba “el Cancho de los Rojos”, sin duda por alusión a la Guerra Civil española, de aquella funesta época quedan también restos de trincheras en las laderas del Cancho. El Puerto del Viento tiene 1.190 metros de altitud, el frío y el viento son compañeros habituales de viaje en estas tierras. Descendemos un tramo de 1,2 km por alguna de las estrechas veredas del ganado dejando la carretera a la izquierda. No conviene ir por la carretera ya que es estrecha y el arcén no existe, llegamos junto a un puente de la carretera, lo pasamos, a la izquierda  encontramos la cancela de entrada al Cortijo del Nogal y una alambrada, desde hace pocos años se intenta repoblar esta zona con desigual éxito.
Avanzamos siempre con la carretera a la izquierda unos 150 metros hasta próxima curva, encontramos entonces unos grandes matorrales de Espino Majoleto; en la carretera, que aún tenemos al lado, se marca el punto kilométrico 13, el viejo camino empieza a hacerse notar, poco a poco dejamos la carretera cada vez más alejada por nuestra izquierda que siga su ruta a El Burgo y suavemente comenzamos a ascender, los primeros 500 metros de camino están muy poco marcados por lo que debemos evitar perderlo, unos grandes bloques de piedras nos servirán de hitos. El camino se hace cada vez más evidente, seguimos ascendiendo, la vereda del comienzo es ya un camino bien marcado con piedras a los lados y vierteaguas para evitar que la erosión de escorrentía destroce el camino, a tramos se conserva el empedrado original, todo esto nos indica que debió ser un camino transitado por pastores, arrieros, bandoleros y todo tipo de gentes que se movían entre el Valle del Guadalhorce y la Serranía de Ronda. Cuando estamos a unos 800 metros de la carretera, justo en el momento que el sendero comienza la parte final de ascenso, a la derecha en dirección a las grandes paredes de rocas, se encuentra el magnífico pilar de la Fuente de La Alberquilla, sus aguas son limpias y tan frías que las encontramos cubiertas de una gruesa capa de hielo, es de admirar la perfección y las dificultades de la construcción.

Regresamos al viejo sendero, ahora ya muy bien marcado, ascendemos hacia el Puerto de Los Empedrados, en la parte más alta en camino casi se pierde ya que está lleno de aulagas, que por otra parte, es el escaso matorral que ha quedado en la zona después de siglos de duro y erosivo pastoreo. La zona alta del Puerto de Los Empedrados en un canchal de rocas calizas donde quedan las ruinas del ventorrillo, absolutamente ruinoso con dos construcciones, en una de esas míseras cabañas nació el día 4 de mayo de 1.873 el bandolero Pasos Largos”, de nombre Juan José Mingolla Gallardo. La humildad de las casuchas nos indica la dureza de la vida que la familia de Pasos Largos debió llevar en estos estériles terrenos; los restos de las construcciones son de piedra sobrepuesta sin argamasa alguna, al lado, otros restos de construcción indican lo que debían ser las cuadras o zahurdas; a unos cincuenta metros hacia Levante, una pequeña oquedad es conocida como la Cueva de Pasos Largos. Desde la portada del Cortijo del Nogal hemos recorrido 1,7 Kms.

El camino, hasta lo alto del Puerto se conserva relativamente bien, es de construcción medieval según Bartolomé Nieto, aunque no es descartable que se construyera sobre un viejo trazado romano.
Dejamos a nuestra espalda las ruinas del Ventorrillo y debemos andar unos cuatrocientos metros por un camino poco marcado que gira en el descenso hacia la izquierda ligeramente, encontramos una alambrada que la superamos a través de una angarilla de hierro de grandes dimensiones, a nuestros pies se abre un carril bien dibujado, lo tomamos hacia la izquierda, en el suave descenso encontramos una repoblación de pinos parasitada por las orugas “Procesionarias”; estamos en Los llanos de La Añoreta; el camino nos deja en una cancela que atravesamos dejándola de nuevo cerrada. En el camino es frecuente encontrarse bolas de mineral de hierro. Cruzamos la carretera y buscamos el viejo camino que gira a la derecha, al Este. Nos vamos alejando de la carretera que queda a nuestra izquierda, desde el Puerto de los Empedraos hasta la carretera tenemos 2,8 Kms.  El camino, en la otra parte de la carretera, se encuentra al principio poco marcado pero con cuidado no lo perdemos, poco después aparece perfectamente dibujado, entre algunos pinos de repoblación y rebaños de ovejas, lo seguimos, poco después de que por la izquierda se le una otro camino, nos conducirá hasta el Cortijo de La Añoreta, con su pozo y varios pilones de piedra revestidos de cemento, vemos las ruinas de la gran cortijada y el pequeño nuevo cortijo, unos grandes árboles dan sombra, destaca un sauce llorón de enorme tronco, continuamos unos metros hasta encontrar un amplio carril que cruza el nuestro, (si continuáramos por él llegaríamos a los Cortijos de La Vívora Alta y La Vívora Baja), andamos unas pocas decenas de metros a la izquierda a través del amplio carril y giramos a la derecha, nuestras referencias serán una era cuadrada enmarcada por grandes piedras, un olivo y la presencia de algunas encinas pequeñas, apenas hemos circulado nos centenares de metros el camino aparece claro y cuando los primeros pinos están cercanos llegamos al Boquete o Portón de Roque. Desde que cruzamos la carretera hemos hecho algo menos de 2,5 Kms.
El Boquete de Roque es un mirador impresionante sobre el valle donde se asienta el pueblo de El Burgo y las Sierras de Alcaparaín, Blanquilla y Prieta, al fondo a la derecha se ve el pinsapar y la Sierra de Las Nieves, más cerca, en dirección sur, se adivina el encajonado río Turón, por la izquierda, al Este, la Depresión de Antequera. Es además, un punto de contacto importante entre rocas calizas (de tono más claro) y margocalizas (más oscuras y con curiosas forma plegadas). Desde el Boquete de Roque iniciamos un descenso hasta pueblo de El Burgo por el antiguo camino. Es éste una senda que, a tramos, se conserva perfectamente, se ve el empedrado original, los vierteaguas para evitar la erosión fluvial y como buscaron que las pendientes fueran suaves, en todo el trayecto contemplamos un precioso paisaje teniendo siempre delante al pueblo de El Burgo. Al decir de algunos expertos el camino puede estar asentado sobre una Vía Romana. El matorral es típico de zonas degradadas y más cálidas, a base de tomillo, matagallo, aulagas, esparto, hinojos y cuchillejas, jalonado por algunas encinas, acebuches y pinos de repoblación.
Tan solo son de 5 Kms de cómodo descenso. Nos acompañan en la parte de menor pendiente, cultivos de almendros y olivos, además de las siempre presentes aves entre las que destacan los enormes buitres que nos sobrevuelan.  El camino, ya cerca de El Burgo, desemboca en un amplio carril, en pocos centenares de metros llegamos junto a un parque a la entrada del pueblo, la carretera, entre grandes eucaliptos nos permite llegar a un pilón de agua junto a las primeras casas. Un poco más adelante, frente a la gasolinera, encontramos una estatua que nos recuerda que estamos en el pueblo que vio nacer al bandolero Pasos Largos. El último de una estirpe de un modo de vida que nunca volverá.

Distancia recorrida: 12,51 kilómetros
Altitud min: 606 metros, max: 1.178 metros
Desnivel acumulado subiendo: 511 metros, bajando: 870 metros
Grado de dificultad:  Moderado
Tiempo empleado:   4 horas 17 minutos
La ruta NO es circular.


Los mapas son de Jesús Ripalda

El personaje de la ruta es Pasos Largos.
De su infancia poco se sabe, el pequeño Juan José Mingolla Gallardo, que quizás ya había heredado ese apodo de su abuelo o de su padre, vivió por esos duros y alejados parajes, quizás cuidando con su hermano mayor algunas cabras y oyendo historias y fantasías de los arrieros y viajeros que por el ventorrillo pasaban. Cuando Juan José cuenta con 17 años la familia se va a La Romerosa, un cortijo no alejado de Los Empedrados donde se dedican a la agricultura y la ganadería, pero Pasos Largos nunca mostró el más mínimo interés por estos ni por ningún oficio, tan sólo la caza le interesaba. En 1.895 es llamado a filas para ir a Cuba, poco antes había muerto su padre, en esta triste campaña colonial permanece tres años hasta ser repatriado. Regresa a Ronda enfermo, sin haberse repuesto del desgaste físico de unas fiebres cogidas en la isla caribeña (quizás enfermó también de tuberculosis), y el panorama que encuentra en su casa es bien triste, su hermano mayor ha muerto, el pequeño ha formado una familia y se ha marchado hacia Estepona y Juan José tiene que trabajar duro para subsistir junto a su anciana madre. Cuando muere la madre en 1.901, sólo, sin obligaciones familiares, puede dedicarse a lo único que le interesa, la caza. Ya se había formado plenamente el aspecto y la personalidad que le acompañaría toda la vida, era hombre de pocas palabras, alto, muy delgado, de constitución enjuta, de aspecto “mal encarado”, tosco, jugador de cartas en la taberna de Sibajas situada en la calle de la Bola de Ronda, esquina con Plaza del Socorro, donde llevaba los trofeos que capturaba en sus cacerías, le daban algunas monedas que, inevitablemente, se jugaba a las cartas y perdía. Dentro del panorama rondeño de la época era un tipo que llamaba la atención. ¿Pero quien fue este personaje singular? Quizás un demente, indudablemente un inadaptado social, ¿valiente tal vez, osado, inconsciente?…. Para mi existen varios hechos significativos que indican la personalidad del bandolero, los asesinatos del Los Tribuleros, la aventura en el Cortijo Santiago y la Cancha Cantarranas, el Enfrentamiento en el Cerro del Mures y la propia muerte del bandolero. El primer caso que he citado decidió a Juan José a tirarse al monte, se había aficionado a cazar furtivamente en los alrededores del Cortijo de El Chopo, los aparceros puestos de acuerdo con la Guardía Civil consiguieron que se confiará y fue atrapado, al llevarlo al cuartelillo, por el camino que actualmente pasa por el interior de la finca de los Aguilares, la pareja de civiles le dio una brutal paliza de la que tardó casi un mes en recuperarse en el Hospital de Ronda, Pasos Largos se vengó matando a los dos aparceros, padre e hijo e inicio su vida de bandolerismo, el segundo caso fue un secuestro de un rico propietario de apellido Villarejo, que años después, ya rehabilitado, le dio trabajo, es el primer ejemplo y que yo conozca el único, de Sindrome de Estocolmo que se dio en la Serranía. Otro fue el enfrentamiento a tiros en el Cerro del Mures que ya contaré en la siguiente ruta pues se trata de una de los más llamativos recorridos que se pueden hacer desde Ronda. Por último la muerte del bandolero en la Cueva de Sopalmito también está rodeada del misterio y el poco conocimiento que de la vida del bandolero se tiene a pesar de que es bastante reciente, la cueva, se encuentra situada en un lugar no lejano a de donde él mató a sus víctimas, digamos que es otra ladera de la misma montaña llamada genéricamente “Sierra Blanquilla”. Su cadáver fue sacado a lomos de mulo hasta el Cortijo de La Breña. Según la versión oficial murió en un tiroteo con la Guardia Civil el 18 de marzo de 1.934. Según la creencia popular fue traidoramente asesinado, así lo escribe Isidro García en su libro “Bandoleros en la Serranía de Ronda” y asi se lo contó a él, Manuel Torres, de apodo “Galan”, un pastor que sacó el cadaver de la montaña; según Galan,”Pasos Largos” fue asesinado la tarde antes por unos tramperos y ofrecido su cadaver a la guardia civil a cambio de favores en la caza furtiva y la protección de los poderosos. Según la versión del estudioso del personaje, Fernando Ramos, su muerte ocurrió a causa de su enfermedad y su compañero en aquellos momentos le disparó ya fallecido y ofreció su cadáver a la Guardia Civil a cambio de poder seguir ejerciendo la caza furtiva.


PRÓXIMA RUTA: De Ronda a Los Alamillos por el Embalse de Montejaque

Ruta por donde nacio Pasos Largos

Andrés Rodríguez González Noviembre 21st, 2007

Restos del Ventorrillo de Los Empedraos 

RUTA DESDE LA BREÑA AL PUERTO DE LOS EMPEDRADOS
 Por Andrés Rodríguez González, Naturalista en “Ronda y la Serranía”.

  
 JUAN JOSÉ MINGOLLA GALLARDO de apodo “Pasos Largos”, había nacido el día 4 mayo de 1873 en la venta del Puerto de Los “Empedraos”, en el antiguo camino que iba de El Burgo a Ronda. Allí, sus padres Cristobal y Ana, habían montado un pequeño negocio para los escasos arrieros y viajeros que pasaban por el camino, el padre antes había sido barbero en Setenil, sin duda la mala situación económica motivo que desde ese pueblo se desplazarán al Ventorrillo donde atendían a quienes pasaban por el viejo camino de Ronda a Málaga.
 Para llegar al lugar donde nació partimos de las ruinas del Cortijo de La Breña, situado en la carretera de Ronda a El Burgo justo antes de iniciarse los últimos repechos de ascensión al Puerto del Viento encontramos las ruinas de un amplio cortijo, es La Breña, el destino hizo que años después, fuera el punto donde el juez y los notables de Ronda esperaron a que sacaran el cadáver de Pasos Largos, una vez muerto en la Cueva de Sopalmito, situada en la vertiente de Sierra Blanquilla que da al sur, hacia Lifa.
 Allí podemos dejar los vehículos si vamos desde Ronda. También por el Puente de La Ventilla y el Arroyo del Chorrero se puede llegar hasta el comienzo de la ruta pero presenta grandes dificultades.
 Estamos a unos 10 Km. del cruce de la circunvalación de Ronda. Ya andando marchamos hacia el Este, en dirección a una vaguada que presenta al fondo el Cancho La Pepa, la carretera está a nuestra derecha, detrás dejamos las ruinas del cortijo, pasamos por una “Era”de la enorme cortijada que se conserva muy bien, en este caso su forma es cuadrada y atravesamos un pequeño arroyo, marchamos por la zona más cómoda, donde se medio adivina el antiguo camino de Ronda a El Burgo, ya muy perdido; justo en el pequeño collado, cuando ve un camino y un nuevo arroyo, existe una pequeña elevación del terreno que si nos fijamos bien son los restos de un Dolmen. Parece mentira pero tan solo Paco Moreno, gran aficionado a la arqueología, hace unos pocos años se percató de semejante hallazgo.
 Seguimos ascendiendo hacia el Puerto del Viento ya por las proximidades de la carretera, este puerto tiene 1.190 metros de altitud, el frío y el viento son compañeros habituales de viaje en estas tierras. Descendemos junto a la carretera, no existe ningún camino ya que la carretera actual debe ocupar el antiguo camino, tan solo menudas veredas del ganado. No conviene ir por la carretera ya que es estrecha y el arcén no existe, es mejor andar teniendo la carretera a nuestra izquierda, descendemos un tramo de 1,2 km, junto a un puente, a la izquierda de la carretera encontramos la cancela de entrada al Cortijo del Nogal y una alambrada, desde hace pocos años se intenta repoblar esta zona con desigual éxito.
 Avanzamos siempre con la carretera a la izquierda unos 150 metros hasta próxima curva, encontramos entonces unos grandes matorrales de Espino Majoleto; en la carretera, que aún tenemos al lado, se marca el punto kilométrico 13, el viejo camino empieza a hacerse notar, poco a poco dejamos la carretera cada vez más alejada por nuestra izquierda que siga su ruta a El Burgo y suavemente comenzamos a ascender, los primeros 500 metros de camino están muy poco marcados por lo que debemos evitar perderlo, unas grandes piedras nos servirán de hitos. El camino se hace cada vez más evidente, seguimos subiendo, la vereda del comienzo es ya un camino bien marcado con piedras a los lados y vierte aguas para evitar la erosión de la escorrentía, a tramos se conserva el empedrado original, todo esto nos indica que debió ser un camino transitado por pastores, arrieros, bandoleros y todo tipo de gentes que se movían entre el Valle del Guadalhorce y la Serranía de Ronda. La mejor manera de conservar este patrimonio, que es de todos, es usar estos caminos.
 A unos 900 metros de la carretera, cuando el sendero comienza la parte final de ascenso, a la derecha en dirección a unas grandes covachas que se ven en las rocas se encuentra un magnífico pilar de aguas muy frías y limpias, se trata de la Fuente de La Alberquilla, visitarla es inevitable, admiraremos la perfección y las dificultades de la construcción.
 Regresamos al viejo sendero, ascendemos hacia el Puerto de Los Empedrados, en la parte más alta en camino casi se pierde ya que está lleno de aulagas, que por otra parte, es el escaso matorral que ha quedado en la zona después de siglos de duro y erosionante pastoreo. La zona alta del Puerto de Los Empedrados en un canchal de rocas calizas donde quedan las ruinas del ventorrillo, absolutamente ruinosos con dos construcciones, en una de esas míseras cabañas nació el día 4 de mayo de 1.873 Juan José Mingolla Gallardo. La humildad de las casuchas nos indica la dureza de la vida que la familia de Pasos Largos debió llevar en estos estériles terrenos; los restos de las construcciones son en realidad, cuatro piedras unidas sin argamasa alguna, al lado, otros restos de construcción indican lo que debían ser las cuadras o zahurdas; a unos cincuenta metros hacia Levante, una pequeña oquedad es conocida como la Cueva de Pasos Largos. Desde la portada del Cortijo del Nogal hemos recorrido 1,9 Kms.
 El camino, hasta lo alto del Puerto se conserva relativamente bien, es de construcción medieval según el arqueólogo municipal de Ronda Bartolomé Nieto, aunque no es descartable que se construyera sobre un viejo trazado romano.
 De su infancia poco se sabe, el pequeño Juan José, que quizás ya había heredado ese apodo de su abuelo o de su padre, vivió por esos duros y alejados parajes, quizás cuidando con su hermano mayor algunas cabras y oyendo historias y fantasías de los arrieros y viajeros que por el ventorrillo pasaban. Cuando Juan José cuenta con 17 años la familia se va a La Romerosa, un cortijo no alejado de Los Empedrados donde se dedican a la agricultura y la ganadería, pero Pasos Largos nunca mostró el más mínimo interés por estos ni por ningún oficio, tan sólo la caza le interesaba.
En 1.895 es llamado a filas para ir a Cuba, poco antes había muerto su padre, en esta triste campaña colonial permanece tres años hasta ser repatriado. Regresa a Ronda enfermo, sin haberse repuesto del desgaste físico de unas fiebres cogidas en la isla caribeña (quizás enfermo también de tuberculosis), y el panorama que encuentra en su casa es bien triste, su hermano mayor ha muerto, el pequeño ha formado una familia y se ha marchado hacia Estepona y Juan José tiene que trabajar duro para subsistir junto a su anciana madre.
Cuando muere la madre en 1.901, sólo, sin obligaciones familiares, puede dedicarse a lo único que le interesa, la caza. Ya se había formado plenamente el aspecto y la personalidad que le acompañaría toda la vida, era hombre de pocas palabras, alto, muy delgado, de constitución enjuta, de aspecto “mal encarado”, tosco, jugador de cartas en la taberna de Sibajas situada en la calle de la Bola de Ronda, esquina con Plaza del Socorro, donde llevaba los trofeos que capturaba en sus cacerías, le daban algunas monedas que, inevitablemente, se jugaba a las cartas. Dentro del panorama rondeño de la época era un tipo que llamaba la atención. ¿Pero quien fue este personaje singular? Quizás un demente, indudablemente un inadaptado social, ¿valiente tal vez, osado, inconsciente?….
 Para mi existen varios hechos significativos que indican la personalidad del bandolero, los asesinatos del Los Tribuleros, la aventura en el Cortijo Santiago y la Cancha Cantarranas, el Enfrentamiento en el Cerro del Mures y la propia muerte del bandolero, escenas que iré retratando en sucesivos números de la revista. El primer caso que he citado decidió a Juan José a tirarse al monte, se había aficionado a cazar furtivamente en los alrededores del Cortijo de El Chopo, los aparceros puestos de acuerdo con la Guardía Civil consiguieron que se confiará y fue atrapado, al llevarlo al cuartelillo, por el camino que actualmente pasa por el interior de la finca de los Aguilares, la pareja de civiles le dio una brutal paliza de la que tardó casi un mes en recuperarse en el Hospital de Ronda, Pasos Largos se vengó matando a los dos aparceros, padre e hijo e inicio su vida de bandolerismo, el segundo caso fue un secuestro de un rico propietario de apellido Villarejo, que años después, ya rehabilitado, le dio trabajo, es el primer ejemplo y que yo conozca el único, de Sindrome de Estocolmo que se dio en la Serranía. Otro fue el enfrentamiento a tiros en el Cerro del Mures que ya contaré otro día pues se trata de una de las más bellas rutas que se pueden hacer desde Ronda. Por último la muerte del bandolero en la Cueva de Sopalmito también está rodeada del misterio y el poco conocimiento que de la vida del bandolero se tiene a pesar de que es bastante reciente, la cueva, se encuentra situada en un lugar no lejano a de donde él mató a sus victimas, digamos que es otra ladera de la misma montaña llamada genéricamente “Sierra Blanquilla”. Su cadáver fue sacado a lomos de mulo hasta el Cortijo de La Breña.
 Según la versión oficial murió en un tiroteo con la Guardia Civil el 18 de marzo de 1.934. Según la creencia popular fue traidoramente asesinado, así lo escribe Isidro García en su libro “Bandoleros en la Serranía de Ronda” y asi se lo contó a él, Manuel Torres, de apodo “Galan”, un pastor que aún conserva excelente memoria y que sacó el cadaver de la montaña; según Galan,”Pasos Largos” fue asesinado la tarde antes por unos tramperos y ofrecido su cadaver a la guardia civil a cambio de favores en la caza furtiva y la protección de los poderosos. Según la versión del estudioso del personaje, Fernanado Ramos, su muerte ocurrío a causa de su enfermedad y su compañero en aquellos momentos le disparó ya fallecido y ofrecío su cadáver a la Guardia Civil a cambio de poder seguir ejerciendo la caza furtiva.