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FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: EXUBIAS.

Andrés Rodríguez González Septiembre 3rd, 2023

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: EXUBIAS.

 

 

Es el nombre científico de la cutícula o cubierta exterior, es decir el exoesqueleto o esqueleto externo de los artrópodos abandonada tras la muda.

Los artrópodos son los invertebrados más numerosos formado los Insectos (moscas, hormigas, escarabajos…), Arácnidos (arañas y escorpiones), Miriápodos (milpiés y ciempies) y Crustáceos (gambas, centollos, cangrejos…).

El exoesqueleto o esqueleto externo es una estructura que aporta a esos animales protección y sujeción.

Las exubias ayudan a los investigadores a determinar las especies existentes y a conocer algunos aspectos generales del ciclo de vida general de una especie, como la distribución, proporción de sexos, en un hábitat. Pero no deja de ser una aproximación una ayuda para completar los muestreos.

Las exubias son una adaptación producida por la evolución para garantizar la superviviencia y conseguir pasar sus genes a la siguiente generación. Al ir aumentando el número de células y la complejidad de los diferentes grupos de animales, una de las cuestiones importantes a resolver es otorgarle un soporte o sostén y mantener la forma o la estructura de los diferentes grupos de células y a medida que se avanza en complejidad, a ese grupo de tejidos que conforman el cuerpo, para eso, en los animales aparece el esqueleto y la musculatura como sistema de sujeción.

En el caso del esqueleto, existen dos tipos fundamentales en función de la ubicación en el cuerpo, de esta manera, podemos definir al exoesqueleto o esqueleto externo, como aquel que se encuentra recubriendo el cuerpo de manera continua y cuya función principal es la protección, además de la función de soporte que ya ha sido mencionada; en el interior del exoesqueleto se insertan los músculos.

El exoesqueleto de los artrópodos está formado por un compuesto denominado Quitina, químicamente es un glúcido polisacárido de estructura rígida, por eso le confiere protección a este tipo de animales. Ese exoesqueleto les brinda también ligereza y flexibilidad para permitirles todo tipo de movimientos, incluyendo el vuelo.

El esqueleto externo de los artrópodos es articulado, se encuentra dividido en varias placas o fragmentos que se encuentran unidas a través de membranas flexibles.

El exoesqueleto de los artrópodos ha permitido su gran variabilidad pero su éxito evolutivo presenta una desventaja importante, y es que limita las dimensiones del animal, por eso, los artrópodos son de pequeño tamaño y para lograr crecer y desarrollarse tienen que recurrir a lo que se conoce con el nombre de “muda”.  Ese exoesqueleto se abre, se raja, el animal sale al exterior, crece y desarrolla desde su parte externa llamada tegumento (su piel) un nuevo esqueleto protector. Ese material, el exoesqueleto que queda abandonado es la Exuvia.

La palabra latina “exuviae”, que significa “cosas despojadas de un cuerpo”, se encuentra solo en plural.

En las fotografías se muestra una exuvia de un insecto muy conocido y abundante en verano, un saltamontes.

 

 

Bibliografía

https://invertebrados.paradais-sphynx.com/

https://www.wikiwand.com/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Escolopendra o Ciempies

Andrés Rodríguez González Marzo 30th, 2021

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

Escolopendra o Ciempies. Scolopendra cingulata

Existen en la Península Ibérica tres especies de Escolopendras o ciempiés, como se les conoce popularmente. No hay que confundir con su pariente el milpies, un animal que no puede inocular veneno y que como toda defensa se enrrosca sobre si mismo o producirán unos líquidos de pésimo olor y sabor. Sin embargo los Ciempies pueden atacar e inocular veneno por tener unos órganos parecidos a los quelíceros de las arañas, además es muy agresivo. Otra diferencia importante entre los milpiés y los ciempies es que los primeros sí pueden criarse en grupos, siempre que pertenezcan a la misma especie. Otros especímenes se defienden por estar cubiertos de pequeños pelos que sueltan rápidamente, enredándose en las extremidades o boca de los depredadores que intenten comerlos.

A primera vista puede parecer una serpiente, pero no tiene nada que ver con ellas,  el ciempiés no es un reptil, sino un tipo de miriápodo. Uno de los grupos en los que se dividen los Artrópodos, junto a Insectos, Crustáceos y Arácnidos. Los artrópodos son invertebrados que se caracterizan por tener el cuerpo cubierto por una cutícula más o menos dura según los diferentes grupos, se dice que son animales con esqueleto externo.

En la región mediterránea los ciempiés o escolopendras producen mordeduras dolorosas, en los trópicos las especies gigantes de estos artrópodos resultan bastante peligrosas para los humanos y dan lugar a numerosas hospitalizaciones.

En Hawái, el once por ciento de las admisiones en el servicio de urgencias se deben a picaduras de escolopendras. Los principales síntomas que produce la inoculación de su veneno son necrosis local, hipertensión aguda e insuficiencia cardíaca. Recientemente se ha descubierto el mecanismo de acción de la sustancia tóxica responsable, llamada SsTx (sigla inglesa de «toxina terrible de la escolopendra»).

En la especie estudiada, el ciempiés chino de cabeza roja (Scolopendra subspinipes mutilans), de unos 20 centímetros de longitud, aprovecha sus venenosas picaduras para atacar a presas y depredadores mucho mayores que él. Aunque solo pesa unos gramos, no es raro verlo cazar pequeños roedores diez veces más pesados que él y tomar el control sobre su oponente en unas pocas decenas de segundos.

Al separar y analizar las diferentes sustancias del veneno del animal, los investigadores descubrieron que la toxina peptídica SsTx era la responsable de su virulencia. Los investigadores determinaron que no afecta a una sola parte del organismo: altera el funcionamiento de toda la familia de canales de potasio de tipo en las células. Estos canales están involucrados no solo en el sistema nervioso central, sino también en los músculos esqueléticos y en el sistema cardiovascular. Su bloqueo por parte de la toxina del ciempiés provoca espasmos en los vasos sanguíneos que causan la muerte de los tejidos afectados, pero también a alteraciones más generales en el sistema cardiovascular, como la hipertensión aguda y ataques cardiacos. El sistema respiratorio también se ve afectado. Esta capacidad de afectar a varios órganos vitales al mismo tiempo explica en gran parte la efectividad del veneno.

Cuando no se tiene a mano ningún antígeno para el veneno, el tratamiento de las personas que han sufrido picaduras de ciempiés gigantes se centra exclusivamente en los síntomas. Sin embargo, el descubrimiento del modo de acción de la toxina SsTx ha llevado a la identificación de un posible antídoto, es la retigabina, un medicamento para luchar contra la epilepsia, que ejerce un efecto contrario al de la toxina SSTX. Los investigadores han demostrado en ratones y macacos que después de una sola inyección de toxina SsTx, la administración de retigabina suprime sus efectos nocivos y restaura el funcionamiento normal del organismo.

La escolopendra está entre los ocho animales más pelñigrosos de la fauna española. Hay cinco especies venenosas de serpientes de las trece existentes. Son las víboras áspid (Vipera aspis aspis), de Seoane (Vipera seoanei) y la hocicuda o de nariz chata (Vipera latastei). También dos tipos de culebras, la bastarda (Malpolon monspessulanus) y la culebra de Manto o de cogulla (Macroprotodon brevis).

Entre las Arañas hay que tener especial cuidado con ojo con la Viuda negra. En España hay unas 1.700 especies de arañas y la mayoría son inofensivas, pero con Viudad negra habría que tener cierto cuidado. Se la llama viuda negra porque las hembras se comen a sus compañeros tras aparearse. En teoría una dosis alta de su veneno puede causar problemas graves a niños, ancianos o personas muy debilitadas. No suele producir muertes, pero sí fiebre y dolores intensos. Sin embargo, es bastante raro que se produzcan picaduras, aunque no es descartable entre agricultores que recojan cosechas a mano.

Los escorpiones presentan una peligrosa costumbre, es que por el día tienden a esconderse buscando la sombra, así que a veces si mueves una piedra se sienten atacados y pueden picar. En los peores casos, pueden provocar fiebre, vómitos, diarrea y calambres, así que lo mejor es acudir al médico.

La escolopendra ocuparía el siguiente escalón de animales peligrosos por su picadura dolorosa. Las especies españolas (Scolopendra morsitans, Scolopendra cingulata y Scutigera coleoptrata) son de las menos venenosas del mundo, sobre todo comparadas con sus parientes tropicales, pero eso no nos impedirá llevarnos un buen susto si nos pican y tenemos que soportar un fuerte dolor durante horas.

Siguen las Abejas y avispas, lo mejor es no espantarlas y que sigan su camino de flor en flor. Salvo para las personas alérgicas, una picadura de abeja o de avispa no representa un gran peligro, pero se dan casos excepcionales. La Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica recomienda no acercarse a panales de abejas ni a nidos de avispas. Si se te posa alguna, es mejor no tratar de matarla ni espantarla. Y tampoco conviene atraerlas, por ejemplo, partiendo fruta al aire libre.

También es peligroso el mosquito tigre por ser transmisor de enfermedades. Se detectó en España por primera vez a comienzos de este siglo y parece que se va a quedar con nosotros. El mosquito tigre (Aedes albopictus) se ha extendido por la costa mediterránea y cada vez abarca más terreno. El problema es que puede transmitir enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla y el Zika. El calor y la humedad hacen que proliferen, así que los expertos aconsejan evitar las acumulaciones de agua.

Por último como animales peligrosos tenemos los osos, los lobos (afectan al ganado doméstico del río Duero hacia el norte) y otro que cada vez son más agresivos y abundantes, los jabalíes.

Foto de Montse Grano de Oro a quien agradezco que me permita usarla.

Bibliografía

www.laserranianatural.com

https://www.investigacionyciencia.es/

https://www.elespanol.com/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: EXUVIAS

Andrés Rodríguez González Diciembre 10th, 2020

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

EXUVIAS

Es el nombre científico del esqueleto externo de los animales invertebrados. Por ser el grupo más importante en número y poseer un esqueleto externo especialmente fuerte, se aplica ese nombre al que poseen los animales artrópodos una vez que lo han mudado y queda abandonado.

El exoesqueleto o esqueleto externo es una estructura que aporta a los animales que lo poseen protección y sujeción.

Es una adaptación producida por la evolución para garantizar la superviviencia y conseguir pasar sus genes a la siguiente generación. Al ir aumentando el número de células y la complejidad de los diferentes grupos de animales, una de las cuestiones importantes a resolver es otorgarle un soporte o sostén y mantener la forma o la estructura de los diferentes grupos de células y a medida que se avanza en complejidad, a ese grupo de tejidos que conforman el cuerpo, para eso, en los animales aparece el esqueleto y la musculatura como sistema de sujeción.

En el caso del esqueleto, existen dos tipos fundamentales en función de la ubicación en el cuerpo, de esta manera, podemos definir al exoesqueleto o esqueleto externo, como aquel que se encuentra recubriendo el cuerpo de manera continua y cuya función principal es la protección, además de la función de soporte que ya ha sido mencionada; en el interior del exoesqueleto se insertan los músculos.

El exoesqueleto es especialmente importante en los Artrópodos, el grupo más amplio de animales que existe en la Tierra. Los artrópodos están divididos en cuatro grandes grupos que son los Insectos (moscas, hormigas, escarabajos…), Arácnidos (arañas y escorpiones), Miriápodos (milpiés y ciempies) y Crustáceos (gambas, centollos, cangrejos…).

El exoesqueleto de los artrópodos está formado por un compuesto denominado Quitina, químicamente es un glúcido polisacárido de estructura rígida, por eso le confiere protección a este tipo de animales. Ese exoesqueleto les brinda también ligereza y flexibilidad para permitirles todo tipo de movimientos, incluyendo el vuelo.

El esqueleto externo de los artrópodos es articulado, se encuentra dividido en varias placas o fragmentos que se encuentran unidas a través de membranas flexibles.

El exoesqueleto de los artrópodos ha permitido su gran variabilidad pero su éxito evolutivo presenta una desventaja importante, y es que limita las dimensiones del animal, por eso, los artrópodos son de pequeño tamaño y para lograr crecer y desarrollarse tienen que recurrir a lo que se conoce con el nombre de “muda”.  Ese exoesqueleto se abre, se raja, el animal sale al exterior, crece y desarrolla desde su parte externa llamada tegumento (su piel) un nuevo esqueleto protector. Ese material, ese exoesqueleto que queda abandonado es la Exuvia.

En las fotografías se muestra una exuvia de un insecto muy conocido, al menos muy “escuchado” en verano, una Chicharra.

Bibliografía

https://invertebrados.paradais-sphynx.com/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: MILPIES

Andrés Rodríguez González Octubre 30th, 2020

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

MILPIES 

Pese a su nombre, la cantidad de extremidades de este animal no supera las 750, pero es el animal que más patas tiene.

Actualmente se han identificado al menos doce mil especies de milpiés, agrupadas en ciento cuarenta familias distintas. Antecesores suyos ya aparecen en el periodo geológico del Silúrico, hace 443 millones de años, lo que los convierte en uno de los primeros animales terrestres conocidos. Los milpiés prehistóricos pudieron alcanzar los dos metros de longitud y hasta más. Las especies conocidas hoy en día no superan los 38 cm.

No hay que confundir con el ciempiés, este puede atacar e inocular veneno por tener unos órganos parecidos a los quelíceros de las arañas, además es muy agresivo, los milpiés no pueden morder por carecer de esos órganos, como mucho se enrrollaran sobre sí mismos o produciran unos líquidos de pésimo olor y sabor. Otra diferencia importante entre los milpiés y los cienpies es que los primeros sí pueden criarse en grupos, siempre que pertenezcan a la misma especie. Otros especímenes se defienden por estar cubiertos de pequeños pelos que sueltan rápidamente, enredándose en las extremidades o boca de los depredadores que intenten comerlos.

Conforme van creciendo, los milpiés agregan un nuevo anillo a su estructura corporal, lo que significa que continúan estirándose hasta pasada su vida larvaria.

A primera vista puede parecer una serpiente, pero no tiene nada que ver con ellas,  el milpiés no es un reptil, sino un tipo de miriápodo. Uno de los grupos en los que se dividen los Artrópodos, junto a Insectos, Crustáceos, y Arácnidos.

El cuerpo del milpiés está segmentado en dos regiones: la cabeza y el tronco. En la cabeza se encuentran un par de antenas cortas, los ojos y la boca, que en algunas especies ha evolucionado para excavar de manera más eficaz.

El tronco, por su parte, está constituido por un aproximado de 20 segmentos, de los cuales salen dos pares de patas, a excepción del primero y el último, que no tienen, si bien el segundo, tercer y cuarto segmento sólo poseen un par de patas cada uno.

La mayoría de las especies de milpiés son detritívoras, es decir, se alimentan de materia orgánica en descomposición, especialmente de hojas. Otros ingieren hongos, toman fluidos vegetales y algunos pocos son depredadores. En el caso particular de estos últimos, se inclinan por pequeños insectos e invertebrados diminutos.

Estos animales son lentos al andar, prefieren los lugares húmedos y les desagrada la luz. Esto implica que durante el día permanecen ocultos bajo las rocas o entre la corteza de los árboles. Uno de sus sitios predilectos, sin duda, son las cuevas, ya que cumplen sus requerimientos básicos.

Es posible encontrarlos tanto en zonas templadas como en las tropicales. No obstante, los milpiés también pueden vivir en zonas secas. Incluso, ciertas variedades viven en los desiertos. No suelen aparecer en las viviendas humanas ya que tienden a morir en el ambiente de las casas por falta de humedad. Su tiempo estimado de supervivencia en estos ambientes es de apenas un día.

Es entre la primavera y el verano cuando se da el proceso reproductivo del milpiés, que es un animal ovíparo. El milpiés construye nidos para poner su huevos, las larvas permanecen en ese estado durante al menos un año.

En cuanto a la muda se refiere, este mecanismo también le confiere otro segmento a su cuerpo, mientras se desarrolla la muda, los milpiés dejan de ingerir alimentos.

Aunque ciertamente no representan un grave peligro, una picadura de especies tropicales puede traer muchas consecuencias, especialmente si los ojos están comprometidos, pues pueden producir ceguera

Si la proliferación de milpiés no es controlada a tiempo, pueden convertirse en plagas de jardín. Son un verdadero dolor de cabeza, sobre todo, para quienes poseen invernaderos, ya que pueden causar graves daños a las plantas.

Bibliografía

https://www.animales.website/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: ARAÑA SALTARINA.

Andrés Rodríguez González Agosto 2nd, 2020

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

ARAÑA SALTARINA. Araña caza moscas. Araña saltadora. Menemerus semilimbatus 

Uno de los grupos más numerosos de los artrópodos son las Arañas y dentro de ellas destacan por su abundancia, unas 4000 descritas, las especies de la familia Salticidae, popularmente llamadas Saltarinas o arañas saltadoras. Suelen vivir en las paredes de las casas y raramente entran a los hogares.

La que muestro a continuación es la más reconocible y común del género Menemerus.  Y es de tamaño ligeramente superior a la media de su familia, oscila entre los 8-9 mm de las hembras y los 7,5-8,5 mm del macho.

Se identifica fácilmente por tener una mancha triangular brillante, generalmente blanca, en el centro del prosoma (es el nombre de la cabeza y tórax unidos que tienen todas las arañas). El prosoma es negro en el macho con algunas manchas pardo-rojizas y dos franjas laterales blancas. La hembra presenta un prosoma cubierto de pelo de color pardo-rojizo, limitada por una línea negra y una franja marginal blanca. Aparecen manchas centrales también blancas. El cuerpo  está punteado de tonos grises y beige claro, excepto en las patas donde estos tonos alternan en franjas cortas. Poseen ocho ojos, en la frente posee 2 grandes ojos centrales, 2 laterales y aún 4 ojos menores más en posición más atrasada; por eso puede ver en todas direcciones simultáneamente, los ojos frontales proporcionan visión estereoscópica, a la vez que los laterales completan un campo de visión de 360°, así que no necesitan girarse para controlar todo su entorno.

Como el resto de Salticidae, esta araña saltarina no construye telas de captura, teje únicamente un pequeño habitáculo en la rendija de una pared en el exterior de los edificios que es donde suele vivir.

Cazan al acecho, acercándose a la presa con breves carreras y deteniéndose para dar el salto final, que puede ser muy largo para su tamaño. Son capaces de saltar con precisión en cualquier dirección, también de lado o hacia atrás. Cuando detecta un insecto en su pared, normalmente una mosca, se mueve con rapidez, le salta encima, lo captura y lo mata inyectándole veneno a través de la mordedura con los quelíceros. Muchas veces, como en la imagen capturan insectos bastante mayores que ellas.

Las arañas saltarinas no son peligrosas y no se les considera una “plaga del hogar”.

Bibliografía

https://miblogdebichos.wordpress.com/

https://ichn2.iec.cat/

https://www.ecured.cu/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Milpiés o Cardador

Andrés Rodríguez González Enero 30th, 2019

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

Milpiés o Cardador. Diplopoda

Es el otro nombre con el que se conoce a los Diplópodos. Son una clase de Miriápodos. Se conocen más de 12.000 de especies siendo uno de los grupos más diversos de organismos terrestres. Uno de los grupos en que se dividen los Artrópodos, los otros son Insectos, Arácnidos y Crustáceos. Los artrópodos son el grupo de animales más abundante del planeta

El nombre proce del griego di, “multiplicar por” y podos, “pies”. Hace referencia a la gran cantidad de pies que presentan estos animales. La tradición popular situa el número de pies en miles, pero en realidad el número máximo de patas no supera las 750, y la mayoría tienen menos de 200; aun así, ningún otro animal posee tantas.  El récord lo ostenta la especie de Milpies de con 375 pares de patas.

Aunque en ocasiones se les confunda con sus parientes los ciempiés, pertenecen a clases distintas. Se diferencian de ellos, principalmente, en que casi todos los segmentos del tronco llevan dos pares de patas, mientras que los ciempiés solo tienen un par por segmento. Entre los Ciempies se encuentran las escolopendras que suelen ser venenosas y agresivas. A diferencia de éstos últimos, carecen de aparato inoculador de veneno, pero muchos diplópodos tienen una hilera de glándulas en los costados que segregan sustancias químicas pestilentes e irritantes cuando son molestados, que pueden producir erupciones en la piel humana; ello puede ir acompañado de actitudes defensivas, tales como enroscarse en forma de bola o espiral.

Tienen el cuerpo dividido en dos regiones, la cabeza y el tronco. La cabeza posee un par de cortas antenas, ojos compuestos y las piezas bucales. Las mandíbulas suelen estar modificadas como instrumentos excavadores en algunas especies. El tronco posee muchos segmentos  y la mayoría llevan dos pares de patas, excepto el primero y el último, que no tienen, y el segundo, tercero y cuarto, que solo llevan un par de patas cada uno.

No pican, sólo liberan pequeñas cantidades de cianuro, pero apenas la centésima parte como para matar a un humano, son fáciles de manipular y al contacto solo las personas más sensibles a este químico sufren de enrojecimiento e irritación en la piel, de lo contrario no pasa de eso.

Los diplópodos huyen de la luz y prefieren los lugares cálidos y húmedos. La mayoría son grises o parduzcos, pero unas cuantas especies tropicales presentan vivos colores, como advertencia adicional para los depredadores.

Los milpiés se mueven lentamente, pero sus patas les proporcionan energía suficiente para escarbar entre las hojas caídas y remover el suelo, en busca de plantas blandas o en descomposición, de las que se alimentan. Los que viven en los bosques son importantes recicladores porque devuelven sustancias químicas al suelo para que las plantas vuelvan a utilizarlas. En los jardines y zonas urbanas, sin embargo, ciertas especies están consideradas como plagas.

Bibliografia

https://www.ecured.cu

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Opiliones. Patilargos

Andrés Rodríguez González Agosto 14th, 2016

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA
Opiliones. Patilargos
Los opiliones son un grupo amplio de artrópodos muy relacionados con los Arácnidos. Saber cual es el número  de especies es muy complicado ya que varía según las fuentes consultadas. Algunos autores dan la cifra de  más de cinco mil especies.  Otros de 6.500 especies, lo que les convierte en el tercer orden de arácnidos en términos de número de especies después de las arañas y los ácaros. Se estima que podrían existir más de 10.000 especies, ya que la mayoría viven en las regiones tropicales de América del Sur y el sudeste asiático y suelen habitar en lugares húmedos y sombríos de todos los climas. Al ser muchas especies y difíciles de distinguir en el campo, para nuestros objetivos tenemos bastante comentando algunas de sus peculiaridades como grupo.
Los opiliones constituyen un orden, dentro de la clase Arácnidos. Los grupos principales de artrópodos son los Crustáceos (cangrejos), los insectos (moscas, escarabajos, hormigas), arácnidos (arañas, escorpiones)  y los miriápodos (ciempies). Los Arácnidos son grupo de artrópodos que siempre tienen un par de quelíceros en forma de pinza, un par de palpos y cuatro pares de patas. Incluyen las arañas, escorpiones, solífugos, vinagrillos, ácaros, pseudoescorpiones y palpígrados.
Respecto a la alimentación los opiliones pueden ser depredadores agresivos y capturar pequeños artrópodos con sus pedipalpos para masticarlos con los quelíceros, aunque a menudo son carroñeros o detritívoros. Algunos lanzan la saliva digestiva sobre sus alimentos antes de absorberlos y son uno de los pocos grupos de arácnidos capaces de ingerir partículas sólidas. Sin embargo, al carecer del sistema de filtrado que tienen los demás arácnidos, están expuestos a parásitos y patógenos. Un grupo de opiliones tienen quelíceros que doblan el tamaño de su cuerpo y los emplean para romper la concha de los caracoles de los que se alimentan.
Además de los parásitos y patógenos que pueden ingerir debido a su forma de alimentarse, los principales depredadores de los opiliones son aves, anfibios, mamíferos insectívoros, insectos carnívoros y arañas. No es raro encontrar opiliones que llevan unos pequeños organismos rojos pegados al cuerpo o a sus patas. Se trata de larvas de ácaros que parasitan externamente a estos animales. También pueden encontrarse otros ácaros muy pequeños de color blanco. En este caso no se trata de parásitos, sino de otros ácaros que se suben al cuerpo del arácnido tan sólo para ser transportados de un lugar a otro, pero sin causar daño al huésped.
Los machos de los opiliones tienen un pene (que llega a ser más grande que su cuerpo) que les permite la copulación directa, algo que les diferencia del resto de los arácnidos, que usan métodos indirectos para introducir el esperma en la abertura genital de la hembra. Sólo los ácaros tienen también pene. Los machos suelen luchar entre sí por las hembras. No son muy dados al juego previo y cuando existe el cortejo, es más bien superficial. El macho se limita a acercarse de frente a la hembra e introduce su pene en la abertura genital de la hembra. En ambos sexos, los órganos genitales se encuentran bajo la boca. La hembra suele poner entre diez y cien huevos sobre terreno húmedo o debajo de las piedras usando un ovopositor alargado y tardan entre 20 días y cinco meses en eclosionar.
El macho de algunas especies de opiliones construye un nido circular con astillas de corteza y saliva de un centímetro de alto y tres de largo en la base de un árbol o tronco. La hembra deposita allí sus huevos y el macho que encarga de protegerlos y mantenerlos limpios.
Como suele ocurrir con los artrópodos terrestres con exoesqueleto blando, los opiliones raramente fosilizan. Su registro fósil es bastante disperso y los fósiles más antiguos (un macho y un hembra de una especie extinta) datan de principios del Devónico (hace 410 millones de años) y se han encontrado en un yacimiento de Escocia. Estos opiliones paleozoicos presentan características que comparten con los opiliones actuales, lo que situaría el origen del orden en el Silúrico o incluso antes. De hecho, se consideran los arácnidos más primitivos junto con los escorpiones.

Debido a su parecido superficial, la mayoría de la gente confunde a los opiliones con las arañas, una familia de arañas patilargas. Sin embargo, hay varias características básicas que los diferencian a primera vista.
+ No tejen telas porque no tienen “hileras”, que son los apéndices donde se ubican las glándulas productoras de seda; el cefalotórax y el abdomen (o prosoma y opistosoma, como suelen denominarlos los aracnólogos para diferenciarlos del cefalotórax y abdomen de los crustáceos, ya que no son equivalentes) están fusionados formando una única estructura bulbosa, y en tercer lugar, sólo tienen dos ojos (ocelos), frente a los ocho de la mayoría de las arañas.
+ También se distinguen por las patas. Como están sordos, medio ciegos y tienen poco desarrollado el sentido del olfato, los opiliones se basan casi exclusivamente en el tacto. Sus patas actúan a modo de sensores y muchas especies usan el segundo par, más largo, como si fueran antenas, moviéndolas en el aire mientras caminan. En caso de peligro pueden amputárselas espontáneamente  (se denomina Autotomía) para distraer al posible depredador pero al contrario que otros arácnidos, las patas no se regeneran. Es extraño encontrar individuos adultos con todas sus patas.
+ No son venenosos ya que carecen de glándulas de veneno. Sin embargo, están preparados para la «guerra química». Poseen un par de glándulas defensivas en la parte anterior del  cuerpo que producen secreciones ricas en quinonas y fenoles con la que repelen a sus atacantes, debido a una mezcla entre mal olor y sabor parecido al de las almendras amargas. Cuando se sienten amenazados, dirigen un chorro al atacante o rocían su propio cuerpo con una gota para conseguir un efecto disuasorio. Otros sistemas de defensa que suelen emplear son el camuflaje, hacerse los muertos (tanatosis) o vibrar el cuerpo.
+ Por último el tamaño del cuerpo de los opiliones varía entre uno y 20 milímetros y con las patas extendidas hay especies que alcanzan los 20 centímetros de envergadura. Aun así, la mayoría de las formas tropicales tienen patas relativamente cortas. Los machos suelen tener cuerpos pequeños y patas largas, mientras que las hembras suelen tener cuerpos más grandes y patas más cortas.

Bibliografía
naukas.com/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: Mantis Religiosa

Andrés Rodríguez González Diciembre 15th, 2011

Mantis religiosa, Santateresa.
En otoños de temperaturas relativamente suaves como el que tenemos este año, a veces, se aprecia la presencia de seres vivos que no “cuadran” con la época de año, que son más propios de verano que de un periodo cercano al duro invierno rondeño. Es el caso de algunos insectos, como la Mantis religiosa.
Es uno de los insectos que más llama la atención y al que más se respeta. Quizás por esa actitud agresiva que adopta ante la presencia de cualquier animal por muy grande que éste sea.
La mantis religiosa debe su nombre a sus potentes patas delanteras, que están dobladas y juntas en un ángulo que recuerda a la posición de orar. De ahí su nombre “religiosa”. El primer nombre, Mantis, hace referencia al género de estos animales, otro nivel de clasificación, al que solo pertenecen ciertas especies, aunque con el nombre vulgar de Mantis religiosa se designan muchas otras especies. Pero la verdadera Mantis religiosa es un insecto de cierto tamaño, del Orden Mantodea. Son artrópodos, es decir animales de patas articuladas, recubiertos por un caparazón externo a modo de armadura. Por supuesto son invertebrados.
A pesar de su nombre, estos insectos son unos fabulosos depredadores. Su cabeza triangular se alza en lo alto de un estirado cuello, que continua con un tórax alargado. Los mántidos pueden girar la cabeza 180 grados para buscar presas en los alrededores con sus dos grandes ojos compuestos y tres simples situados entre ellos. Poseen cuatro alas y seis patas como casi todos los insectos.
La mantis suelen ser de color verde o pardo, viven camufladas muy bien entre las plantas acechando pacientemente a sus presas. Usan sus patas delanteras para atrapar a sus víctima con una velocidad tan grande que resulta muy dificil de ver a simple vista. Existe un arte marcial inspirado en sus movimientos de ataque. Sus patas presentan unas largas y potentes púas con las que atrapan, inmovilizan y matan a las presas que suelen ser mariposas, grillos, saltamontes, moscas y muchos otros insectos. Pero existen referencias e imágenes espectaculares de ataques a pequeñas aves como colibrís, a lagartijas y camaleones, animales que les superan ampliamente en tamaño. Es pues, un animal osado y valiente.
Es un depredador implacable que no duda en comerse a otros congéneres, incluso de su propia especie. La leyenda sobre la terrible conducta amatoria de la hembra adulta que dice que se come al macho después del apareamiento es cierta, si el macho se descuida lo más mínimo y no se retira deprisa después de consumar el acto sexual, es devorado. Se han citado casos de que, en ocasiones, se come a su pareja durante el apareamiento. A pesar del peligro el deseo puede más y los machos no rehuyen la oportunidad de reproducirse.

Las hembras ponen cientos de huevos en una pequeña bolsa, de la que las larvas emergerán con un aspecto muy similar al de sus progenitores a escala diminuta. Es decir estos insectos no tienen una metamorfosis compleja.