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FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Opiliones. Patilargos

Andrés Rodríguez González Agosto 14th, 2016

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA
Opiliones. Patilargos
Los opiliones son un grupo amplio de artrópodos muy relacionados con los Arácnidos. Saber cual es el número  de especies es muy complicado ya que varía según las fuentes consultadas. Algunos autores dan la cifra de  más de cinco mil especies.  Otros de 6.500 especies, lo que les convierte en el tercer orden de arácnidos en términos de número de especies después de las arañas y los ácaros. Se estima que podrían existir más de 10.000 especies, ya que la mayoría viven en las regiones tropicales de América del Sur y el sudeste asiático y suelen habitar en lugares húmedos y sombríos de todos los climas. Al ser muchas especies y difíciles de distinguir en el campo, para nuestros objetivos tenemos bastante comentando algunas de sus peculiaridades como grupo.
Los opiliones constituyen un orden, dentro de la clase Arácnidos. Los grupos principales de artrópodos son los Crustáceos (cangrejos), los insectos (moscas, escarabajos, hormigas), arácnidos (arañas, escorpiones)  y los miriápodos (ciempies). Los Arácnidos son grupo de artrópodos que siempre tienen un par de quelíceros en forma de pinza, un par de palpos y cuatro pares de patas. Incluyen las arañas, escorpiones, solífugos, vinagrillos, ácaros, pseudoescorpiones y palpígrados.
Respecto a la alimentación los opiliones pueden ser depredadores agresivos y capturar pequeños artrópodos con sus pedipalpos para masticarlos con los quelíceros, aunque a menudo son carroñeros o detritívoros. Algunos lanzan la saliva digestiva sobre sus alimentos antes de absorberlos y son uno de los pocos grupos de arácnidos capaces de ingerir partículas sólidas. Sin embargo, al carecer del sistema de filtrado que tienen los demás arácnidos, están expuestos a parásitos y patógenos. Un grupo de opiliones tienen quelíceros que doblan el tamaño de su cuerpo y los emplean para romper la concha de los caracoles de los que se alimentan.
Además de los parásitos y patógenos que pueden ingerir debido a su forma de alimentarse, los principales depredadores de los opiliones son aves, anfibios, mamíferos insectívoros, insectos carnívoros y arañas. No es raro encontrar opiliones que llevan unos pequeños organismos rojos pegados al cuerpo o a sus patas. Se trata de larvas de ácaros que parasitan externamente a estos animales. También pueden encontrarse otros ácaros muy pequeños de color blanco. En este caso no se trata de parásitos, sino de otros ácaros que se suben al cuerpo del arácnido tan sólo para ser transportados de un lugar a otro, pero sin causar daño al huésped.
Los machos de los opiliones tienen un pene (que llega a ser más grande que su cuerpo) que les permite la copulación directa, algo que les diferencia del resto de los arácnidos, que usan métodos indirectos para introducir el esperma en la abertura genital de la hembra. Sólo los ácaros tienen también pene. Los machos suelen luchar entre sí por las hembras. No son muy dados al juego previo y cuando existe el cortejo, es más bien superficial. El macho se limita a acercarse de frente a la hembra e introduce su pene en la abertura genital de la hembra. En ambos sexos, los órganos genitales se encuentran bajo la boca. La hembra suele poner entre diez y cien huevos sobre terreno húmedo o debajo de las piedras usando un ovopositor alargado y tardan entre 20 días y cinco meses en eclosionar.
El macho de algunas especies de opiliones construye un nido circular con astillas de corteza y saliva de un centímetro de alto y tres de largo en la base de un árbol o tronco. La hembra deposita allí sus huevos y el macho que encarga de protegerlos y mantenerlos limpios.
Como suele ocurrir con los artrópodos terrestres con exoesqueleto blando, los opiliones raramente fosilizan. Su registro fósil es bastante disperso y los fósiles más antiguos (un macho y un hembra de una especie extinta) datan de principios del Devónico (hace 410 millones de años) y se han encontrado en un yacimiento de Escocia. Estos opiliones paleozoicos presentan características que comparten con los opiliones actuales, lo que situaría el origen del orden en el Silúrico o incluso antes. De hecho, se consideran los arácnidos más primitivos junto con los escorpiones.

Debido a su parecido superficial, la mayoría de la gente confunde a los opiliones con las arañas, una familia de arañas patilargas. Sin embargo, hay varias características básicas que los diferencian a primera vista.
+ No tejen telas porque no tienen “hileras”, que son los apéndices donde se ubican las glándulas productoras de seda; el cefalotórax y el abdomen (o prosoma y opistosoma, como suelen denominarlos los aracnólogos para diferenciarlos del cefalotórax y abdomen de los crustáceos, ya que no son equivalentes) están fusionados formando una única estructura bulbosa, y en tercer lugar, sólo tienen dos ojos (ocelos), frente a los ocho de la mayoría de las arañas.
+ También se distinguen por las patas. Como están sordos, medio ciegos y tienen poco desarrollado el sentido del olfato, los opiliones se basan casi exclusivamente en el tacto. Sus patas actúan a modo de sensores y muchas especies usan el segundo par, más largo, como si fueran antenas, moviéndolas en el aire mientras caminan. En caso de peligro pueden amputárselas espontáneamente  (se denomina Autotomía) para distraer al posible depredador pero al contrario que otros arácnidos, las patas no se regeneran. Es extraño encontrar individuos adultos con todas sus patas.
+ No son venenosos ya que carecen de glándulas de veneno. Sin embargo, están preparados para la «guerra química». Poseen un par de glándulas defensivas en la parte anterior del  cuerpo que producen secreciones ricas en quinonas y fenoles con la que repelen a sus atacantes, debido a una mezcla entre mal olor y sabor parecido al de las almendras amargas. Cuando se sienten amenazados, dirigen un chorro al atacante o rocían su propio cuerpo con una gota para conseguir un efecto disuasorio. Otros sistemas de defensa que suelen emplear son el camuflaje, hacerse los muertos (tanatosis) o vibrar el cuerpo.
+ Por último el tamaño del cuerpo de los opiliones varía entre uno y 20 milímetros y con las patas extendidas hay especies que alcanzan los 20 centímetros de envergadura. Aun así, la mayoría de las formas tropicales tienen patas relativamente cortas. Los machos suelen tener cuerpos pequeños y patas largas, mientras que las hembras suelen tener cuerpos más grandes y patas más cortas.

Bibliografía
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