FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: Mantis Religiosa

Andrés Rodríguez González Diciembre 15th, 2011

Mantis religiosa, Santateresa.
En otoños de temperaturas relativamente suaves como el que tenemos este año, a veces, se aprecia la presencia de seres vivos que no “cuadran” con la época de año, que son más propios de verano que de un periodo cercano al duro invierno rondeño. Es el caso de algunos insectos, como la Mantis religiosa.
Es uno de los insectos que más llama la atención y al que más se respeta. Quizás por esa actitud agresiva que adopta ante la presencia de cualquier animal por muy grande que éste sea.
La mantis religiosa debe su nombre a sus potentes patas delanteras, que están dobladas y juntas en un ángulo que recuerda a la posición de orar. De ahí su nombre “religiosa”. El primer nombre, Mantis, hace referencia al género de estos animales, otro nivel de clasificación, al que solo pertenecen ciertas especies, aunque con el nombre vulgar de Mantis religiosa se designan muchas otras especies. Pero la verdadera Mantis religiosa es un insecto de cierto tamaño, del Orden Mantodea. Son artrópodos, es decir animales de patas articuladas, recubiertos por un caparazón externo a modo de armadura. Por supuesto son invertebrados.
A pesar de su nombre, estos insectos son unos fabulosos depredadores. Su cabeza triangular se alza en lo alto de un estirado cuello, que continua con un tórax alargado. Los mántidos pueden girar la cabeza 180 grados para buscar presas en los alrededores con sus dos grandes ojos compuestos y tres simples situados entre ellos. Poseen cuatro alas y seis patas como casi todos los insectos.
La mantis suelen ser de color verde o pardo, viven camufladas muy bien entre las plantas acechando pacientemente a sus presas. Usan sus patas delanteras para atrapar a sus víctima con una velocidad tan grande que resulta muy dificil de ver a simple vista. Existe un arte marcial inspirado en sus movimientos de ataque. Sus patas presentan unas largas y potentes púas con las que atrapan, inmovilizan y matan a las presas que suelen ser mariposas, grillos, saltamontes, moscas y muchos otros insectos. Pero existen referencias e imágenes espectaculares de ataques a pequeñas aves como colibrís, a lagartijas y camaleones, animales que les superan ampliamente en tamaño. Es pues, un animal osado y valiente.
Es un depredador implacable que no duda en comerse a otros congéneres, incluso de su propia especie. La leyenda sobre la terrible conducta amatoria de la hembra adulta que dice que se come al macho después del apareamiento es cierta, si el macho se descuida lo más mínimo y no se retira deprisa después de consumar el acto sexual, es devorado. Se han citado casos de que, en ocasiones, se come a su pareja durante el apareamiento. A pesar del peligro el deseo puede más y los machos no rehuyen la oportunidad de reproducirse.

Las hembras ponen cientos de huevos en una pequeña bolsa, de la que las larvas emergerán con un aspecto muy similar al de sus progenitores a escala diminuta. Es decir estos insectos no tienen una metamorfosis compleja.

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