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PAISAJES CALIZOS EN LA SERRANIA DE RONDA: LLANOS DEL CHOPO Y DE ZURRAQUE

Andrés Rodríguez González Enero 9th, 2023

Un paisaje calizo: Llanos del Chopo y Llano de Zurraque


Quejigo en Llano de zurraque.

El Puerto de los Alamillos está situado en las cercanías de Grazalema, en el cruce de la carretera de Ronda con la que lleva desde Villaluenga a Grazalema. Iniiamos el paseo en una explanada junto a la Venta que allí se ubica.

El carril discurre entre paisajes humanizados con casas de campo y parcelas hasta un pinar situado sobre un pequeño cerro de rocas areniscas, el camino se bifurca, debemos tomar el carril de la derecha que nos lleva a un esplendido llano por donde discurre el río Gaduares o Campobuche, un curso de agua que marcha en dirección Este al contrario que la inmensa mayoría de los ríos y arroyos de esta parte de la Serranía de Ronda que discurren hacia el Oeste. Antes de pasar sobre el río nos detenemos para admirar la cercana y espectacular Chaparra de las Ánimas, un alcornoque con categoría de Monumento Natural Andaluz, su nombre se debe a que el dinero obtenido de la venta del corcho que de él se obtenía se destinaba a misas y a velas por las ánimas del purgatorio.


Chaparra de las Ánimas.

Seguimos el carril que pasa sobre el río con un pequeño puente, nos adentramos en un hermoso alcornocal de grandes ejemplares, por desgracia, alguno es víctima de perforadores y enfermedades como la pudrición de los troncos que llevan, junto a la potencia de los vientos, a lo que parecía imposible que ocurriera, el derribo y la muerte de alguno de estos gigantes.

Un pequeño puertecillo nos lleva hasta un gran “Llano” por donde discurre el arroyo del Chopo que va acompañado aguas arriba por un farallón calizo con multitud de encinas y chaparras. Estas zonas más o menos llanas se cultivaban de cereales hasta tiempos no muy lejanos, actualmente se destinan a la ganadería de ovejas y de vacas. Esos valles son las zonas agrícolas más productivas del proceso kárstico que explicaremos más adelante, según el tamaño se denominan dolinas, uvalas o poljes. La presencia humana ha debido ser importante desde tiempos remotos como lo atestigua el Dolmen del Chopo o de Patagalana, situado a pocos metros, en un pequeño llano en el otro margen del arroyo.

Abandonamos camino principal que traíamos y continuamos nuestro paseo siguiendo un camino que tiene el cauce del arroyo a su derecha. Pasamos dos cancelas metálicas y dejamos atrás un pozo de acumulación de agua y un pilón de piedra partido, fue una pila de lavar trabajada en piedra arenisca, iniciamos una leve subida entre hermosas encinas que nos acompañan hasta un farallón de rocas calizas donde encontramos una curiosa encina en cuyo tronco crece una hiedra. Con cierto atrevimiento y al desconocer si tiene nombre propio, la hemos llamado “la Encina Preñá”. Muy cerca veremos un espectacular y retorcido tronco cortado de una gran encina. En el murallón calizo crecen higueras, potentes hiedras y solitarias encinas que parecen hacer equilibrio en su supervivencia sobre el abismo. Multitud de pájaros nos acompañan, entre ellos es frecuente ver jilgueros, colirrojos tizón y tarabillas, hasta el muy raro por aquí martín pescador hemos visto en laguna ocasión. En el cielo sobrevuelan los cernícalos, algún águila y los grandes buitres leonados.


Tarabilla en espino majoleto

El camino inicia una descarada subida hacia la derecha hasta llegar a una alambrada donde debemos buscar una angarilla en escalera para pasar a otra finca ya en terrenos calizos. Allí aparece la vieja y retorcida vereda que debemos seguir, pronto nos deja ver por la izquierda un ejemplar enorme de encina derribado y muerto con el tronco partido y una lámina vertical de roca caliza de grandes dimensiones con una deteriorada pared de piedra a sus pies, en realidad servía como aprisco de ovejas, estamos en el Hoyo de la Matanza, un lugar donde ocurrieron unos terribles sucesos que culminaron con el asesinato de varios maquis después de la Guerra Civil. Los espinos majoletos o majuelos son abundantes por toda la zona y casi siempre están parasitados por muérdago. Los rosales silvestres se dejan notar con sus defensas en forma de espinas afiladas.


Encina en pared de roca caliza


Curioso tronco de encina


Llano de la Matanza

Continuamos el paseo por la vieja vereda hasta llegar a un recoleto y paradisiaco llano que nos sorprenderá por su belleza y la paz que allí se respira. Entramos en el Llano de Zurraque. El nombre hace referencia a Zumaque, una planta usada por los árabes para el curtido de cuero y tinción de tejidos. Son seiscientos metros de llanura rodeada de rocas calizas. Tiene una charca en medio del llano donde se supone que debe haber un sumidero taponado, la charca está rodeada por una alambrada para que no acceda el ganado vacuno que allí se pastorea. Por cierto se deben extremar las precauciones y no acercarse a las vacas sobre todo si tienen terneros. Si se sigue la dirección que marca la flecha formada por piedras en el suelo, se llega al otro extremo del llano que en total tiene unos seiscientos metros de diámetro. El camino se puede continuar hasta llegar a los Llanos de Libar y Montejaque. Una pequeña casa al fondo del llano a la derecha nos indica que estamos en una propiedad privada.


Llanos del Chopo con Sierras de Grazalema al fondo

Es el momento de descubrir que es y cómo se forma un relieve Karstico.

Se denomina Relieve (o Proceso) Karstico a los paisajes producidos por erosión del agua sobre rocas calizas. Su nombre proviene de una zona entre Italia y Eslovenia donde más representado se encuentra este paisaje.

Este tipo de relieves se origina por el arrastre o acumulación de materiales solubles y no solubles, como los que están constituidos por los carbonatos de rocas calizas y margocalizas atacados por el agua de lluvia. El relieve sólido y va disolviendo la roca en función de las condiciones del ambiente y por lo general se caracteriza por la ausencia de agua superficial debido a la filtración de la misma.

Este proceso genera variedad de formas como cañones, cuevas de estalactitas, sumideros, dolinas, torcales o poljés, entre muchas otras. Este tipo de formaciones representan la evolución geológica durante miles de años. El relieve kárstico puede darse externamente o y internamente.

El proceso de formación del modelado kárstico es relativamente lento, se produce en zonas calcáreas, donde las rocas calizas experimentan una variación en su composición química con la acción del agua. La disolución de las calizas se debe un proceso químico por el cual el dióxido de carbono de ciertas aguas ácidas  interactúa con la roca caliza creando bicarbonato cálcico, que es altamente soluble. Por tanto, cuando las aguas, tanto superficiales como las subterráneas penetran en las fisuras de estas mismas rocas, van disolviéndose hasta crear las formas tan características de este tipo de paisajes.

Por tanto, las alteraciones químicas de las que hablamos son las que forman elementos del paisaje kárstico, que pueden ser exokársticas (es decir, que se forman en zonas exteriores como los lapiaces) o endokársticas (es decir subterráneas como cuevas).

La forma más típica del relieve kárstico es el lapiaz o lapiaces . Se trata de grietas superficiales que pueden llegar a medir algunos metros, caracterizadas por estar separadas por paredes o tabiques de la misma roca. Por lo general se suele encontrar en zonas llanas, a veces en las partes altas de los macizos calcáreos, con grietas o fisuras por las que discurre el agua, y con el paso del tiempo algunos lapiaces terminan convirtiéndose en cañones y otros tipos de relieve kárstico.

Por su parte, las dolinas son depresiones circulares y cerradas que llegan a alcanzar grandes dimensiones. Se trata por tanto de una especie de valle redondeado con paredes inclinadas, que puede generar cuevas o terminar inundado. Esta formación también es conocida bajo el nombre de torca. En la zona de Grazlema se les llama Llanos, en zonas más próximas a Ronda se les llama de diversas formas, como Navas, Navetas, Navasillo, Navazo (dependiendo del tamaño). Si muchas dolinas terminan juntándose creando una sola forma kárstica, se denomina Uvala, y deja de ser circular para tener una forma alveolar.

Por su parte, los Poljés son las formas kársticas más grandes que podemos encontrar, llegando a medir hasta kilómetros, como los Llanos del Republicano y de Libar. Se trata por tanto de depresiones muy extensas caracterizadas por tener un fondo plano y que por tanto se encuentra cerrada por laderas muy escarpadas. En teoría se trata de una uvala (es decir, muchas dolinas juntas) muy extensa. Aún así, en el interior de un poljé podemos encontrar las formas kársticas anteriores.

A las Hoces, los Cañones o los Desfiladeros, en la Serranía de Ronda se les suele llamar Tajos. En realidad son valles estrechos y profundos que han sido creados por la acción de los ríos.

Formas endokársticas son manifestaciones del relieve kárstico en zonas subterráneas, dan lugar a cuevas, grutas y otros muy llamativos.

Las cuevas son las formas endokársticas más comunes, y se forman gracias a la filtración del agua por las rocas con fisuras. La forma kárstica más típica en estos casos son las estalactitas, que se forman a partir del agua y el carbonato cálcico; o las estalagmitas, que se forman gracias al agua del suelo.

Por su parte, las simas son grandes aberturas en la roca que se comunica directamente desde las galerías subterráneas a la superficie.

Por último, debemos hablar de sumideros, que son aperturas por donde fluye una corriente de agua superficial hacia un sistema de agua subterránea.


Enorme tronco de encina partido en el Hoyo de la Matanza.


Muerdago sobre majuelo.


Vaca

Bibliografía

https://biologia-geologia.com/

http://g3ol0.blogspot.com/

Video

https://youtu.be/7MgzKEsbguI

Ruta de Ronda a Grazalema por el Embalse de Montejaque, río Campobuche y Pto de Los Alamillos.

Andrés Rodríguez González Marzo 17th, 2012

Ruta de Ronda a Grazalema por el Embalse de Montejaque, río Campobuche y Pto de Los Alamillos.
Por Andrés Rodríguez González acompañado por miembros de ARACA y otros amigos.
Dedicada a Gregorio Pino, técnico del Parque Natural de Grazalema, que nos abandono muy joven, cuando aún tenía mucho que ofrecer gracias a su amor al Parque y a su enorme capacidad de trabajo.
Salimos de Ronda por el Barrio de La Dehesa bordeando la cornisa de El Tajo, el pinar queda a nuestra derecha, pasamos delante de la entrada a los viñedos de Los Descalzos Viejos, desde allí iniciamos un brusco descenso por un camino en mal estado que deja la carretera a la derecha, también podríamos bajar por las cercanías de la cornisa del Tajo hasta encontrar un primer cruce de caminos, a la izquierda por el puerto de La Muela, el carril se introduce en Los Molinos y va Ronda, en nuestra ruta seguimos por la derecha en descenso, como referencia sirva que siempre tenemos una alambrada a nuestra izquierda. Llegamos a un nuevo cruce de caminos, por la izquierda comunicaríamos con El Duende, por la derecha llegaríamos a la carretera de Ronda a la Estación de Benaojan, no vamos ni a un sitio ni a otro, para encontrar nuestro camino hemos de buscar  un sendero que desciende cerca de una casas humildes que se encuentran muy cercanas. El camino está marcado con un poste de madera y una señal amarilla, el carril desciende entre casas y algún establo hasta la antigua Escuela Rural de La Indiana, encontramos la carretera que sólo debemos seguir unos 300 metros y desviarnos a la derecha por un amplio carril en las proximidades del puente sobre el río Guadalevin. Pasamos junto a la unión del río Guadalevin y el Guadalcobacin que dan origen al Guadiaro, después por el arroyo de El Cupil y junto a un cortijo en ruinas rodeado de olmos encontramos la vía  del tren.
Tras pasar la vía del tren entramos en el Parque Natural Sierra de Grazalema, dos carriles se nos abren delante, el Camino Viejo de Ronda a Benaojan (a la izquierda paralelo a la vía del tren) y el Camino Viejo de Ronda a Montejaque, al frente, que es el nuestro, asciende entre campos de labor, la subida se hace más dura, cerca ya de un gran cortijo abandonado, “Cortijo Grande”,  encontramos un cruce de caminos, abandonamos el Camino Viejo de Ronda a Montejaque que hemos traído y continuamos, por la derecha,  ascendiendo por un camino poco marcado y en peores condiciones de conservación.

Los campos de cultivo van dejando paso al matorral, una lengua de campos de cultivo nos acompaña por la derecha, más allá tenemos las paredes verticales del Cerro Mures, en su base, en un entrante del Mures se encuentra “La Agarrá de Pasos Largos”, donde el bandolero fue tiroteado y herido en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Continuamos nuestro ascenso entre rocas y piedra suelta pero con una verda bien marcada hasta llegar al “Boquete del Mures” un paso natural entre las montañas calizas. Es necesario parar y mirar atrás para contemplar la belleza del paisaje de la Meseta de Ronda y las montañas que la rodean. En la cima del puerto hemos llegado a un pequeño valle cultivado, continuamos el camino que pasa junto a un cortijo llamado “La Calera”, donde funcionaba hasta hace pocos años un horno de cal. Encontramos una carretera comarcal que por la izquierda se dirige a Montejaque y por la derecha a la que une Ronda con Sevilla. Cruzamos la carretera y encontramos un carril empedrado que, en descenso, nos deja junto a las ruinas de unas casas que fueron de la empresa constructora del Embalse de Los Caballeros (también llamado de Montejaque).
Junto al inicio del aliviadero de la presa se encuentra una estrecha y empinada vereda que desciende bruscamente, es la bajada a la Cueva de Hundidero. No es el objetivo de la ruta. Junto a un hermoso alcornoque encontramos una angarilla en una alambrada, tras pasar y dejar de nuevo cerrada descendemos hasta la zona ocupada a veces por el agua del embalse que, ahora, se presenta con su visión habitual, sin agua, ya que solo acumula agua cuando llueve intensamente; atrás va quedando la espectacular obra de ingeniería que se realizó entre los años 1930 y 1933 y supuso un hito importante ya que fue una de las primera presas de hormigón con construcción en herradura(muro en curva) que se realizó en España. Lástima que esa obra no sirva para nada (excepto para dar muchos jornales en su momento que dicen los naturales de la zona) ya que no se tuvo en cuenta que las rocas calizas sobre las que se asienta el lecho del embalse, al ser una roca muy fisurada y grieteada no puede almacenar el agua que es tragada por la Cueva del Hundidero para salir por la boca de Gato.

Continuamos el cauce del río Gaduares, también llamado Campobuche, entre altos matorrales de adelfas y algunas mimbreras, es conveniente cruzar el río y llevarlo a nuestra derecha, algunos grandes chopos nos acompañan hasta llegar a un viejo y derruido puente con historia, en sus enormes sillares, los maestros constructores grabaron sus marcas. En Montejaque dicen que el puente es de origen romano, desconozco la época de su construcción, pero es de una gran belleza y de dimensiones considerables lo que queda de él. Seguiremos el cauce del río en suave ascenso hasta que lo abandonamos para llegar al carril de Cucadero muy cerca del cortijo de los Calabazales. Pasamos junto a sus muros vigilados muy de cerca por enormes y pacíficas vacas retintas. El paisaje cambia desde el cortijo por que cambia el tipo de roca, de calizas pasamos a areniscas, también los llanos sin arboleda que encontramos desde el Embalse, cuando llegamos al cortijo de los Calabazares, se transforman en encinares, quejigos y alcornoques, poco a poco el ancho carril va sorteando los poderosos alcornoques, a la derecha queda un esbelto puente sobre el río. El puente tiene historia, el 20 de octubre de 1810, el guerrillero José Aguilar acompañado por 250 paisanos de los pueblos de la zona se enfrentó a 600 soldados franceses a los que venció. El puente queda a la derecha, no lo debemos tomar, seguimos por el carril que traemos que poco a poco se aleja del río, una vereda nos acerca de nuevo al cauce y regresamos de nuevo al carril unos centenares de metros antes de que desaparezca para transformarse en una senda justo en la alambrada que separa la provincia de Málaga (termino municipal de Montejaque, marcado con un hito con las siglas MP, monte público) de la finca del Higueron ya termino de Grazalema y provincia de Cádiz.
Ahora el sendero se adentra en un bellísimo bosque de alcornoques con sus matorrales de jaras y brezos, de nuevo el río nos acompaña por la derecha, llegamos a una pequeña presa que lo embalsa formando el llamado popularmente “Lago”, un lugar que invita a una parada, a la contemplación de los alcornoques que parecen querer meter sus troncos en el agua y a la visión siempre agradable de aves acuáticas o los poderosos vuelos de los buitres. La vereda zigzaguea entre el río, los matorrales, los grandes alcornoques y algún quejigo hasta llegar a unos llanos más despejados de vegetación, cruzamos el río para dejarlo a nuestra izquierda y dirigirnos a unos pocos y grandes árboles, atravesamos un carril al que luego volveremos para visitar una gran encina “La Chaparra de Las Ánimas”, en realidad es un gran alcornoque con un perímetro de trnco de 5,20 metros, llamada así por qué con el corcho que se sacaba de él se sufragaba el aceite que utilizaban en las iglesias de Grazalema para las lámparas dedicadas a las Ánimas Benditas.
Regresamos unos pocos de metros hasta el carril ancho que citamos antes, el pico del Reloj y la Sierra del Endrinar, nos acompaña por la izquierda, el carril asciende suavemente algo más de 1 Km hasta llegar al Puerto de Los Alamillos, cruzamos la carretera y buscamos una vereda estrecha y en malas condiciones de conservación que desciende bruscamente, pasa junto a la fuente de Las Diez Pilas (de las que solo quedan cuatro) de aguas ferruginosas (con mucho hierro que se nota en el sabor), llegamos a los llanos de Las Vegillas donde encontramos un carril que tomamos hacia la izquierda, ascendemos hasta la carretera, la cruzamos, por la calzada romana subimos hasta el pueblo de grazalema, desembocamos muy cerca de la plaza. Final de un recorrido de paisajes inolvidables.
Distancia recorrida: 25,5 kilómetros
Altitud min: 503 metros, max: 889 metros
Desnivel acum. subiendo: 1.702 metros, bajando: 1.010 metros
Grado de dificultad:  Moderado
Tiempo:   6 horas 30 minutos
Fecha en que se realizó:  o4 marzo, 2012
Finaliza en el punto de partida (circular):   No
La próxima ruta será el día 14 de abril, iremos a Acinipo desde Ronda.


Singularidades del Paisaje de la Serranía de Ronda
Breve Historia del Embalse de Montejaque o de Los Caballeros:
La idea de construir una presa en la zona de Hundidero surge en los primeros años del siglo XX, unos geólogos, como Gavala, están a favor y otros como el portugués Fleury, en contra. La empresa Sevillana de Electricidad decide emprender la dificultosa tarea, para ello contrata una empresa sueca, Sociedad Anónima Sueca de Sondeos en Diamante, con grandes dificultades comienzan los proyectos en 1922, se construyen carreteras, se preparan los terrenos, se contrata técnicos y obreros desde enero de 1.923, el día 12 de octubre de ese año comienza el levantamiento del muro de hormigón de la presa. Los trabajos se hacían durante 24 horas al día, 7 días a la semana en tres turnos de trabajo, de seis de la mañana a dos de la tarde, de 2 a 10 de la noche y de esa hora a seis de la mañana, las grandes dificultades del terreno y diferentes problemas laborales retrasan y encarecen la construcción. El 26 de marzo de 1.924 se termina el muro de la presa. El gran problema del embalse es que la roca caliza sobre la que está construido presenta gran cantidad de grietas que ocasionan la pérdida del agua almacenada, bien pronto se manifestó la inutilidad del embalse, se trató de tapar las fisuras con cemento y asfalto, hasta se intentó impermeabilizar el fondo del embalse con arcilla, nada se consiguió sino gastar más dinero en una obra que ya era faraónica en sus planteamientos. La solución de taponar las surgencias de agua en el interior de la Cueva de Hundidero Gato tan solo permitieron abrir una comunicación entre ambas bocas de la cueva que se completo en septiembre de 1.929. Los intentos de impermeabilización continúan de forma intermitente durante los años siguientes, la llegada de la Guerra Civil marca el fin de la ilusión de retener el agua en el Embalse. A pesar de ello, los naturales de la zona aún dicen que la construcción del Embalse de Montejaque fue muy positiva “por que dio muchos jornales”. Muy propio del espíritu serrano.