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FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Enjambres de abejas

Andrés Rodríguez González Mayo 14th, 2018

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

Enjambres de abejas

 Conocemos a las abejas como seres que habitan en comunidades de un complejo entramado social, son, con hormigas y termitas, los representantes de los Insectos Sociales. Pero también pueden ser animales solitarios. Edward O. Wilson, el mayor experto en insectos sociales, las incluye entre las más las más avanzadas de estos, son las denominadas colonias eusociales. Dentro del amplio grupo de Abejas se encuentran entre las abejas, abejorros y abejas sin aguijón.

Wilson creó una ciencia para estudiar las bases biológicas del comportamiento social: La Sociobiologia. En algunas especies, los grupos de hembras que cohabitan pueden ser hermanas, y si existe una división del trabajo dentro del grupo, entonces se les considera semisocial. Si, además de una división del trabajo, el grupo está formado por una madre y sus hijas, y el grupo se llama eusocial. La madre es considerada la “reina” y las hijas son “trabajadoras”. Estas castas pueden ser alternativas puramente de comportamiento, en cuyo caso el sistema se considera “primitivamente eusocial” (similar a muchas avispas), y si las castas son morfológicamente discretas, entonces el sistema es “altamente social”.

Existen muchas más especies de abejas primitivamante “eusociales” que abejas altamente sociales, pero muchas de ellas no se han estudiado. Casi siempre se han realizado estudio sobre la abeja mellifera, de nombre científico Apis mellifera, de la que se obtiene la miel. 

La mayoría de las abejas pertenecen a la familia Halictidae, “abejas del sudor”, están formando colonias de pequeño tamaño, con una docena o menos de trabajadoras. La única diferencia física entre la reina y las trabajadoras es su tamaño. La mayoría de las especies tienen un ciclo único en la colonia y sólo las hembras se aparean e hibernan, ellas serán las futuras reinas encargadas de poner huevos, son las únicas que hibernan, es decir que sobrevivan a una temporada. Pero otras viven largas temporadas y alcanzan tamaños de miles de individuos.

Existen un amplio grupo de “abejas de las orquídeas”, también las “abejas carpinteras”, que tienen un alto comportamiento eusocial, con grandes niveles de interacciones entre las abejas adultas y las crías en desarrollo, uno de sus ejemplos más representativos es el “aprovisionamiento progresista”, van proporcionando alimento a las larvas a medida que se desarrolla, según sus necesidades. Este sistema también se aprecia en abejas melíferas y algunos abejorros.

Las abejas altamente sociales viven en colonias. Cada colonia tiene una sola reina, muchos trabajadores y, en ciertas etapas del ciclo de colonia, zánganos. Cuando los seres humanos proporcionamos el nido, se le llama colmena. Las colmenas de abejas de la miel pueden contener hasta 40.000 abejas en su pico anual, que tiene lugar en la primavera, pero por lo general tienen menos.

 

Un enjambre de abejas, no es sino un grupo de abejas que buscan un lugar donde establecer una nueva colonia. La formación de un enjambre de abejas o enjambrazón supone la división natural de una colonia de abejas, y consiste básicamente en que la que la abeja reina abandona su colmena de origen acompañada de un buen número de obreras. La formación de un enjambre de abejas es un fenómeno natural que suele producirse principalmente a finales de primavera o principios del verano, cuando las colonias de abejas están fuertes y los individuos se apelotonan en su interior, careciendo de espacio para seguir desarrollando la colonia. Existen diversas teorías sobre el mecanismo que hace que una colonia de abejas enjambre; falta de espacio, escasez de feromona real (“olor a reina”) en la colmena por envejecimiento de la abeja reina,… pero el resultado es siempre el mismo: una parte de las abejas de la colonia, acompañada por su reina vieja, abandona la colmena para buscar un nuevo alojamiento.

Como preparación de su viaje y en previsión de sus futuras necesidades, las abejas que componen el enjambre previamente se habrán llenado el buche de miel, lo cual les proveerá no solo de alimento para su nueva casa, sino de material de construcción, ya que es esa miel la que les permitirá generar la cera necesaria para construir los nuevos panales. Conviene recordar que en términos generales, podría decirse que para generar un kilogramo de cera, las abejas necesitan consumir diez kilogramos de miel.

La salida del enjambre de abejas de una colmena se producirá de forma tumultuosa y acompañada de un fuerte ruido, producido por el aleteo de los miles de abejas que lo componen. Inicialmente el enjambre se posa en una rama arbusto o saliente próximo a la colmena, adoptando el clásico y llamativo racimo de abejas. Una vez posado, del enjambre comenzarán a partir en todas direcciones abejas exploradoras, en busca de nuevos alojamientos donde fundar una nueva colonia. De retorno a la colmena, estas abejas exploradoras comunicarán a las demás abejas del enjambre la ubicación del alojamiento que han encontrado. El lugar elegido finalmente por el enjambre para instalarse de forma definitiva, lo será por una especie de “votación popular”, donde el mayor número de visitas es el factor decisivo para elegir uno u otro de entre los alojamientos propuestos por las exploradoras.

La forma en la que las abejas exploradoras informan al resto de las abejas que componen el enjambre sobre la ubicación del alojamiento que han encontrado, es la misma que la utilizada para informar sobre la ubicación de una fuente de néctar: el llamado baile del ocho, que ya explicaré.

Con anterioridad a la partida del enjambre de abejas, las abejas obreras fabrican nuevas “celdas reales” , para reemplazar a la reina vieja cuando ésta abandone la colmena. La abeja reina que abandona la colmena es siempre la reina vieja, por lo que siempre es la reina nueva (recién nacida) la que ocupa el lugar de abeja reina en la colmena original.

Por supuesto, la enjambrazón no es algo deseado por ningún apicultor, por cuanto que significa la pérdida de abejas en la colmena, y el consiguiente debilitamiento de la misma. Este mecanismo natural de reproducción de la colmena se puede controlar, de forma que los apicultores se puedan aprovechar por medio deunas medidas que pasan principalmente por controlar el vigor y el espacio de la colmena en la época crítica, por provocar su división controlada antes de que la enjambrazón se produzca y, aunque esto no entraría dentro del control propiamente dicho, en la instalación de cajas para captar enjambres para favorecer que cuando un enjambre de abejas abandone nuestras colmenas se instale en un lugar controlado por nosotros.

Antiguamente se pensaba que era posible hacer que, una vez un enjambre de abejas abandonaba la colmena, se posara debido a la intervención del apicultor. En muchos libros clásicos de apicultura, se dice que el ruido producido golpeando cacerolas u otros instrumentos, o el reflejo del sol en un espejo enfocado hacia el enjambre, hace que éste detenga su viaje y se pose en algún árbol o arbusto cercano. No obstante, en muchos otros libros, se dice que lejos de servir para el propósito buscado, estas maniobras solo sirven para provocar un innecesario revuelo en el enjambre.

Con la llegada de la temporada de enjambrazón, es frecuente la aparición de enjambres de abejas en viviendas o en la vía pública, lo primero que se debe hacer en este caso es no asustarse ya que son sumamente pacíficos. No obstante, podría darse el caso de que las abejas hubiesen sido excitadas por diversos factores, como por ejemplo ruidos inadecuados o tráfico intenso en las proximidades, una vez localizado en enjambre se debe informar a la gente que se encuentre en las proximidades de su presencia y señalizar o acordonar la zona. Conviene avisar a la Policía Local para que ellos se encarguen de hacerlo. El siguiente paso, sería avisar a algún profesional cualificado, como apicultores locales o los bomberos, para que proceda a la retirada del enjambre y traslado a un lugar adecuado. Es importante evitar cualquier manipulación inapropiada del enjambre y, por supuesto, su excitación mediante el lanzamiento de ningún tipo de objeto para intentar alejarlo, lo cual podría enfurecer a las pacíficas abejas.

En definitiva, si se localiza un enjambre se debe avisar a la Policía Local y a los vecinos, nunca arrojarle objetos ni piedras y recurrir a un apicultor de la zona (la Policía Local los conoce) que gustosamente se llevará las abejas.

La fotografía ha sido obtenida por el magnífico naturalista José María Canca a quien le agradezco que me permita usarla.

 

Bibliografía

 

http://www.abejapedia.com

 

http://www.aulaapicolahoyo.com

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA: LAS ABEJAS EN PELIGRO

Andrés Rodríguez González Marzo 6th, 2018

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA
LAS ABEJAS EN PELIGRO Apis mellifera

Que las abejas están dasapareciendo en todos los lugares deonde antes eran frecuentes es una realidad. También en la Serranía de Ronda.
Es un problema muy grave para la superviviencia de los humanos y ese enorme problema tiene su origen en ciertas actividades agrícolas “industriales” que realiza el ser humano, «plaguicidas y monocultivos», parásitos importados y manejos estresantes de las colmenas. Demasiados sospechosos trabajando como cómplices necesarios del delito: acabar con el mayor polinizador del planeta, la abeja. Entre un 20-35% de las abejas europeas están desapareciendo cada año. En Estados Unidos la cifra llega a ser más alarmante, el 50%.
Las principales amenazas para las abejas son:
– Plaguicidas: Su uso convierte a la agricultura industrial en una de las mayores amenazas para las abejas en todo el mundo. Además de envenenar a las abejas perturban su sentido de orientación. Estos venenos agrícolas causan la muerte de enjambres enteros. Recientemente la Unión Europea a prohibido cautelarmente (durante 2 años) pesticidas neonicotinoides y derivados del tiametoxam, imidacloprid y la clotianidina, comercializados por Syngenta, Bayer y BASF. ¿Te gustaría alimentarte buscando polen y néctar que puede contener hasta siete plaguicidas diferentes? A las abejas tampoco.
– Monocultivos extensivos: Grandes superficies despobladas de biodiversidad, únicamente cultivadas con un tipo de planta, que carece de fuentes de alimentación variada. Si los monocultivos no ofrecen néctar y polen a las abejas las fuerzan a grandes desplazamientos en vuelo que reducen su acopio; si ofrecen néctar y polen, las abejas hacen excesivo acopio de nutrientes que posiblemente no contienen toda la diversidad de aminoácidos necesarios para su correcta alimentación.
– Estrés: Los apicultores miman sus colmenas y, por tanto, la miel. Pero cuando el número de colmenas y los procedimientos de manejo llegan a cifras industriales, empresas con más de 2.000 colmenas, el único objetivo es “Maximizar la Producción”. El mercado está lleno de miel pasteurizada (que no cristalizan como las naturales), importaciones de mieles de baja calidad y de dudosos controles sanitarios. Para que una colmena produzca más miel hay que llevar a cabo técnicas que estresan  a las abejas y las sustituyen cuando no alcanzan los rendimientos esperados.
– Parásitos y enfermedades: Fundamentalmente ácaros que han sido importados junto con abejas de ecosistemas distintos. Para acabar con ciertos parásitos, como la Varroa (ácaro) o la Nosema ceranae (microsporidia unicelular), los apicultores “industriales” optan por una solución cómoda, el uso de sustancias químicas nocivas para el medio ambiente. Estas “medicinas” debilitan los enjambres generación tras generación, volviéndolos más resistentes a las plagas. Además, estas sustancias contaminan la miel.
La Varroa llegó a Europa y América en 1985, la Nosema ceranae en 2004, fueron introducidas “sin querer” desde el sudeste asiático tras la importación de abejas de una especie menos agresivas con el apicultor. Ingenua pretensión, un error habitual del ser humano, que no entiende el frágil equilibrio de los ecosistemas.
– Pérdida de la diversidad genética de las abejas, efecto del cambio de hábitats de especies no adaptadas o invasoras, sobre-explotación y cambio climático… Son las otras amenazas que también sufren las abejas de la miel.

Bibliografía
https://ecocolmena.com/

Fauna (Futura) de la Serranía de Ronda: Avispón asiático o japones.

Andrés Rodríguez González Noviembre 22nd, 2013

Fauna (Futura) de la Serranía de Ronda

Avispón asiático o japones Vespa mandarinia

El gran peligro que las especies invasoras representan para los ecosistemas autóctonos queda reflejado con toda su crudeza en la penetración del terrible avispón asiático. Un nuevo insecto invasor que mata a las abejas de la miel en la mitad norte de la península y se extiende con rapidez al resto del país.

La alarma generada es grande, son muchas las personas que me han hecho llegar fotos y ejemplares muertos de avispones, pero todos pertenecen a especies locales, lo que indica que aún no ha llegado a nuestras latitudes el avispón asiático, pero esa alarma ha hecho que muchos apicultores maten cualquier avispa o avispón con el peligro que tal cosa produce sobre la estabilidad de los ecosistemas.

Es fácil de distinguir. El avispón asiático tiene el cuerpo casi oscuro, salvo una franja inferior, amarilla, y sus patas, marrones con esquinas amarillas.

El avispón asiático pertenece a la especie Vespa mandarinia. Es un avispón muy grande, cuyo cuerpo puede medir entre 27 y 45 milímetros; pero con ser grande, mucho más son las reinas que alcanzan unos 5,5 cms de longitud.

Además, este voraz depredador gigante posee un aguijón de 6,35 mm. Estos insectos no suelen malestar a los humanos, pero aquellos que han recibido una picadura la describen como insoportable y muy dolorosa. En Japón los entomólogos describen su picotazo como se debe sentir un clavo ardiendo que se clave en una pierna.

La abeja de la miel es uno de los insectos más importantes para el medio ambiente y el ser humano. En las últimas décadas, diversas amenazas han disminuido su extensión, como enfermedades, productos fitositarios, abonos, insecticidas y ahora una nueva plaga las amenaza: El avispón asiático o japonés que se alimenta en su mayor parte de abejas, si bien ataca también a otros insectos y frutas

Fabrica nidos esféricos de hasta un metro de diámetro. Construye su nido en lugares altos con fibras de madera masticada. Su forma suele ser esférica y con una abertura de salida. Cada nido puede albergar unas 2.000 avispas y 150 fundadores que al año siguiente, durante la primavera, crearán al menos seis colmenas.

El avispón gigante japonés Vespa mandarinia, ataca a otras especies de abejas y avispas. Cuando un cazador solitario encuentra un enjambre, lo marca con una secreción procedente de una glándula que atrae a otros avispones que se encuentre por la zona, entonces se congregan en el lugar e inician un ataque en masa contra la colonia, a la que matan a un ritmo de unas 40 por minuto. A pesar de que son terribles destruyendo las colmenas de la abeja de miel europea Apis mellifera, la abeja de miel nativa de Japón, Apis cerana japonica posee un interesante sistema de defensa contra el avispón depredador. Las abejas japonesas pueden detectar la secreción de los avispones y atacan en masa a los invasores. Con aproximadamente 500 abejas japonesas rodeando al avispón, forman una especie de pelota apretada. En el interior de esta bola, la temperatura sube a unos 47ºC, lo cual está por encima del límite térmico soportado por el avispón (entre 44 y 46ºC). Esta temperatura es demasiado alta para el avispón, que muere enseguida, pero no afecta a las abejas de miel ya que el límite térmico que soportan es de unos 48 o 50º . En nuestras latitudes las abejas autóctonas no han desarrollado esta capacidad de autodefensa, pero se creen que pueden hacerlo al ser animales muy inteligentes. Es la gran esperanza de los apicultores.

La distribución natural del avispón asiático es en Sudeste de Rusia asiática, Corea, China, Indochina, Nepal, India, Shri Lanka, Tailandia y Japón .

Se cree que llegó a Europa por el puerto de Burdeos en un cargamento de madera o fruta procedente de China en 2004. En 2005 un apicultor francés dio a conocer su presencia en ese país. De ahí se habría extendido a España por la costa a través del País Vasco. Apicultores de la zona fronteriza del Bidasoa la detectaban en 2010 por primera vez. . En la actualidad, la avispa asiática se extiende por la mitad norte peninsular, aunque en el País Vasco hace más daño, quizás por el clima, óptimo para ellas, que desarrollan nidos más grandes. Los expertos estiman que colonizarán el resto de la península en los próximos diez años. Puesto en contacto con Rafael Obregón, experto de la Universidad de Córdoba, me dice que aún no ha llegado ni a la mitad de España, si bien cada vez es más frecuente encontrarlo en el norte, a donde ha llegado desde Francia.

Los expertos señalan diversas estrategias para combatir a la vespa velutina:

- Conocer bien la especie: es el primer paso para detectarla y actuar de forma eficaz.  Los expertos piden pide no confundirla con la Vespa crabro, el avispón de nuestra zona, de gran parecido. Esta especie autóctona también es un depredador de las abejas, pero con una dieta más variada, que les ha permitido convivir desde siempre. En países como Alemania y Austria están protegidas. Lavespa crabro es un poco mayor que la velutina, tiene unos colores más claros, y su vuelo es más lento y pesado.

- Utilizar sistemas para eliminarlas: los métodos tradicionales contra las avispas comunes son útiles, pero no son suficientes ante la cada vez mayor invasión. Por ello, si se detecta un nido, conviene eliminarlo lo antes posible o acabará con las colmenas limítrofes. En Francia, que sufren a la avispa asiática desde hace años, han creado diversas estrategias para localizar el nido, como pegar una cinta plateada a la avispa y ver dónde vuelve. Para terminar con el nido, hay que esperar al amanecer o anochecer, cuando están todas dentro, cubrir o al menos cerrar su única entrada, y fumigar. No se recomienda disparar al nido porque las obreras dispersadas pueden volverse fértiles y crear sus propios nidos.

- Hacer nuevas investigaciones y sistemas: Parece ser que una solución posible sería investigar una potente feromona sintética para atraerlas y capturarlas de forma masiva. Otros proponen sistemas como el de un apicultor japonés que ha creado una aspiradora con la que asegura eliminar 5.000 avispones diarios.

- Controlar su entrada: las especies invasoras son una de las mayores amenazas para la biodiversidad. El aumento y mejora de los controles e inspecciones en las vías de entrada de las mismas reduciría el impacto tanto del Avispón asiático como de otras posibles invasoras.


Comparación tamaño del Avispón asiático y una avispa normal.

Observese el color oscuro del Avispón y compararlo con la foto siguiente.


Avispón autóctono, es decir, de nuestra zona.