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FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: TERMITAS

Andrés Rodríguez González Junio 23rd, 2022

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

TERMITAS

 

Uno de los animales más nocivos que existe

 

Son insectos sociales que forman colonias de individuos interdependientes entre sí llamados “termiteros” donde pueden llegar a vivir más de 2 millones de individuos.

Las termitas son insectos en su mayoría de aspecto blanquecino, que se pueden parecer a las hormigas, pero no lo son, ni siquiera son de su mismo Orden de clasificación. Pertenecen al Orden Isoptera, mientras las hormigas, abejas y avispas son Himenópteros.  Existen más de 2.500 especies descritas de termitas. Su cuerpo, como el de todos los insectos, consta de cabeza, tórax y abdomen.

Dentro de los animales “sociales” se consideran en la categoría más alta, los “eusociales”, lo que implica poseer división y distribución del trabajo, superposición de generaciones (es decir diversas generaciones coexistiendo al mismo tiempo) y cooperación en el cuidado de la cría. Su estructura social está compuesta de individuos diferenciados en machos y hembras, y se distribuyen en categorías o castas. Por lo general una colonia está formada por una pareja real formada por el rey y la reina, las obreras, los soldados que son estériles, y las crías o ninfas. Las termitas se producen en zonas tropicales y templadas del mundo.

Existen varias familias de termitas en el mundo, la Kalotermitidae que son termitas de madera seca, todas viven en el interior de la madera y no tienen contacto con el suelo, tampoco construyen nidos. Esta familia incluye una especie que es una plaga para los humanos llamada Cryptotermes brevis que se encuentra en la Península Ibérica. Otra gran familia de termitas son las Rhinotermitidae, son termitas que viven en contacto con el suelo, forman colonias de grandes dimensiones, muy pobladas, una de ellas son una plaga muy importante, la Coptotermes. La familia más grande son las Termitidae, con alrededor del 70% especies en el mundo. Sus hábitos alimenticios son muy variados, incluida la madera, el humus, a las hojas y líquenes. Muchas especies construyen nidos grandes y complejos. Subfamilia Nasutitermitinae que presenta unos individuos muy característicos, los “nasutos”, son termitas soldado que en su cabeza tienen una modificación de la defensa química, con un tubo largo con un poro en el extremo frontal, a través del cual expulsa una sustancia tóxica y repelente;

En la Península Ibérica existen pocas especies, unas son subterráneas  como las especies del género Reticulitermes y otras son aéreas como las especies de Kalotermes y la peligrosa Cryptotermes brevis.

Aunque son conocidos en todo el mundo por su potencial como plaga, tan solo el diez por ciento de las especies se les puede considerar como tal. El daño que producen es como consecuencia de su capacidad para poder digerir la celulosa, llegando a ser los principales agentes biológicos degradadores de la madera. La mayoría de las especies de termitas se alimentan de celulosa de la madera y hojas o de la materia orgánica del suelo, el humus, despeñando importantes papeles ecológicos durante el proceso de reciclaje de nutrientes y aireación del suelo.

Las formas de los nidos son realmente diversas, pudiendo encontrar gran cantidad de galerías en maderas o suelos, también podemos encontrar la formación de grandes nidos que sobresalen de la superficie del terreno en forma de montículos o subterráneos.  Las galerías internas de un termitero están formadas por heces sedimentadas con saliva o de madera masticada o la combinación de ambos.

Las termitas superiores evolutivamente pertenecen a la familia Termitidae, el resto de las especies forman parte de grupo inferior o más primitivo, son siempre un número pequeño de individuos en colonias maduras, nidos poco elaborados, utilizan la madera como alimento principal y poseen castas poco definidas. Como características de las termitas superiores o más evolucionadas es que tienen poblaciones de colonias muy numerosas, nidos muy elaborados, haciendo uso de otras fuentes de alimentos distintos de la madera, degradando la celulosa con las bacterias y disponen de castas bien definidas.

Las termitas son el gran enemigo de los edificios que contienen madera. Es importante en toda casa que contenga madera, en especial las más viejas, estar atentos a cualquier señal que nos pueda indicar la presencia de termitas.

Al contrario que las carcomas las termitas, cuando las vemos, el problema ya es importante. Las termitas aunque se alimentan de madera también debilitan estructuras de hormigón pues para alcanzar la madera son capaces de perforar el hormigón.

Su alimento fundamental es la celulosa, pero cuando son plagas en las casas comen no solo la madera sino también a todos sus derivados  como aglomerados, DM, papel, cartón.

Las termitas subterráneas, acostumbran a anidar en el subsuelo y suelen atacar nuestras construcciones de abajo arriba, horadando túneles en paredes u otros elementos.

Las termitas aéreas anidan en el interior de cualquier madera, entran volando y pueden atacar cualquier madera.

En un termitero, los individuos adquieren una forma en función de sus tareas. Los individuos que existen en un termitero son la pareja real, que son la reina y el rey. Juntos se encargan de la reproducción de los individuos del propio termitero. La reina es como una blanca ”salchicha” llena de huevos que apenas puede moverse, regula las hormonas del termitero mediante mensajes químicos. Puede llegar a vivir más de 20 años, poniendo miles de huevos diarios. Las obreras, son las más numerosas del termitero. Trabajadoras incansables, buscan alimento para su colonia, construyendo galerías para alcanzarlo. Son las causantes de los desperfectos en la madera de nuestros hogares. Los soldados, se encargan de la seguridad del termitero, evitando que otros insectos puedan atacar al resto de termitas, especialmente las hormigas. Además obligan a las obreras para que trabajen. Se identifican fácilmente por tener una mayor cabeza, más oscura que las obreras y unas poderosas tenazas en su aparato bucal.

Para reproducirse utilizan las llamadas “reproductoras primarias” que son termitas oscuras y con alas más largas que el cuerpo, su función es salir en masa del termitero para procrear y crear nuevos termiteros. A veces realizan el enjambrazón o vuelo nupcial, que sirve para crear nuevos termiteros. Es la fase más conocida, cuando salen al exterior en vuelos masivos.

Las “reproductoras secundarias”, son blancas, parecidas a las obreras pero más largas, su misión es sustituir a la reina si esta muere o si un tramo del termitero se separa del núcleo central. Esta separación o esqueje, puede ser ya sea accidental o porqué el tamaño del termitero es tan grande que no alcanza la influencia hormonal de la reina en las partes más alejadas, creando una nueva colonia.

Las termitas nacen de las puestas de la reina, nacen con forma de ninfa, teniendo todas un aspecto similar a las termitas obreras, salvo por su tamaño más pequeño. Se alimentan de celulosa al igual que las adultas y comparten su hábitat con ellas. A medida que crecen, van mudando el exoesqueleto externo, diferenciándose su aspecto por las funciones que ocupan en el termitero.

La vida dentro de un nuevo termitero empieza cuando los reproductores suplementarios se transforman en primarios y salen volando de su termitero original para formar uno de nuevo.

El encuentro entre individuos de sexos diferentes se debe a la emisión de feromonas sexuales.

Se intenta evitar la endogamia, es decir el apareamiento entre miembros de un mismo termitero, pero a veces ocurre. Las nuevas parejas formadas pierden las alas y construyen donde pueden una pequeña cavidad donde se aparejan y realizan la primera puesta de huevos que en eclosionar dan lugar a las primeras ninfas, que son alimentadas por la madre. Estas ninfas una vez han crecido, se transforman en obreras y se cuidan de la construcción del termitero y de la alimentación de las siguientes ninfas y de la pareja real. En primer lugar, solo se producen obreras, posteriormente, cuando el número de obreras es elevado, aparecen los primeros soldados y finalmente los reproductores que reiniciarán el ciclo de vida.

Si no tenemos conocimientos podemos confundir muy fácilmente la carcoma con la termita, pues ambas dañan la madera de nuestra vivienda.

Las termitas son insectos en los que se puede diferenciar cabeza, tórax y abdomen sin embargo la carcoma es la fase larvaria de otros parásitos, por lo que no se diferencia la cabeza ni las patas, son como “gusanos”. También las podemos diferenciar por el sonido que producen al actuar, el sonido de las termitas no es captado por el oído humano, el de las carcomas sí. Ante la presencia de termitas, se pueden visualizar túneles de barro, en cambio, ante la presencia de la carcoma, nos encontraremos pequeños montones de polvo al lado de orificios en la madera.

En el caso de las termitas voladoras, estas son de color negro, por lo que se pueden confundir con hormigas voladoras. La termita tiene las antenas rectas, en cambio la hormiga las tiene con un ángulo. Las termitas tienen 4 alas del mismo tamaño, dos en cada lado del tórax. Las hormigas aladas también tienen 4 alas, dos en cada lado del tórax, pero las delanteras más bastante más grandes que las traseras. La termita no se le diferencia la cintura, sin embargo la hormiga alada tiene una cinturita muy fina, que divide en dos partes el tórax.

 

Bibliografía.

https://www.ibertrac.com/

https://www.pasiontermitas.com/

 

 

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Enjambres de abejas

Andrés Rodríguez González Mayo 14th, 2018

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

Enjambres de abejas

 Conocemos a las abejas como seres que habitan en comunidades de un complejo entramado social, son, con hormigas y termitas, los representantes de los Insectos Sociales. Pero también pueden ser animales solitarios. Edward O. Wilson, el mayor experto en insectos sociales, las incluye entre las más las más avanzadas de estos, son las denominadas colonias eusociales. Dentro del amplio grupo de Abejas se encuentran entre las abejas, abejorros y abejas sin aguijón.

Wilson creó una ciencia para estudiar las bases biológicas del comportamiento social: La Sociobiologia. En algunas especies, los grupos de hembras que cohabitan pueden ser hermanas, y si existe una división del trabajo dentro del grupo, entonces se les considera semisocial. Si, además de una división del trabajo, el grupo está formado por una madre y sus hijas, y el grupo se llama eusocial. La madre es considerada la “reina” y las hijas son “trabajadoras”. Estas castas pueden ser alternativas puramente de comportamiento, en cuyo caso el sistema se considera “primitivamente eusocial” (similar a muchas avispas), y si las castas son morfológicamente discretas, entonces el sistema es “altamente social”.

Existen muchas más especies de abejas primitivamante “eusociales” que abejas altamente sociales, pero muchas de ellas no se han estudiado. Casi siempre se han realizado estudio sobre la abeja mellifera, de nombre científico Apis mellifera, de la que se obtiene la miel. 

La mayoría de las abejas pertenecen a la familia Halictidae, “abejas del sudor”, están formando colonias de pequeño tamaño, con una docena o menos de trabajadoras. La única diferencia física entre la reina y las trabajadoras es su tamaño. La mayoría de las especies tienen un ciclo único en la colonia y sólo las hembras se aparean e hibernan, ellas serán las futuras reinas encargadas de poner huevos, son las únicas que hibernan, es decir que sobrevivan a una temporada. Pero otras viven largas temporadas y alcanzan tamaños de miles de individuos.

Existen un amplio grupo de “abejas de las orquídeas”, también las “abejas carpinteras”, que tienen un alto comportamiento eusocial, con grandes niveles de interacciones entre las abejas adultas y las crías en desarrollo, uno de sus ejemplos más representativos es el “aprovisionamiento progresista”, van proporcionando alimento a las larvas a medida que se desarrolla, según sus necesidades. Este sistema también se aprecia en abejas melíferas y algunos abejorros.

Las abejas altamente sociales viven en colonias. Cada colonia tiene una sola reina, muchos trabajadores y, en ciertas etapas del ciclo de colonia, zánganos. Cuando los seres humanos proporcionamos el nido, se le llama colmena. Las colmenas de abejas de la miel pueden contener hasta 40.000 abejas en su pico anual, que tiene lugar en la primavera, pero por lo general tienen menos.

 

Un enjambre de abejas, no es sino un grupo de abejas que buscan un lugar donde establecer una nueva colonia. La formación de un enjambre de abejas o enjambrazón supone la división natural de una colonia de abejas, y consiste básicamente en que la que la abeja reina abandona su colmena de origen acompañada de un buen número de obreras. La formación de un enjambre de abejas es un fenómeno natural que suele producirse principalmente a finales de primavera o principios del verano, cuando las colonias de abejas están fuertes y los individuos se apelotonan en su interior, careciendo de espacio para seguir desarrollando la colonia. Existen diversas teorías sobre el mecanismo que hace que una colonia de abejas enjambre; falta de espacio, escasez de feromona real (“olor a reina”) en la colmena por envejecimiento de la abeja reina,… pero el resultado es siempre el mismo: una parte de las abejas de la colonia, acompañada por su reina vieja, abandona la colmena para buscar un nuevo alojamiento.

Como preparación de su viaje y en previsión de sus futuras necesidades, las abejas que componen el enjambre previamente se habrán llenado el buche de miel, lo cual les proveerá no solo de alimento para su nueva casa, sino de material de construcción, ya que es esa miel la que les permitirá generar la cera necesaria para construir los nuevos panales. Conviene recordar que en términos generales, podría decirse que para generar un kilogramo de cera, las abejas necesitan consumir diez kilogramos de miel.

La salida del enjambre de abejas de una colmena se producirá de forma tumultuosa y acompañada de un fuerte ruido, producido por el aleteo de los miles de abejas que lo componen. Inicialmente el enjambre se posa en una rama arbusto o saliente próximo a la colmena, adoptando el clásico y llamativo racimo de abejas. Una vez posado, del enjambre comenzarán a partir en todas direcciones abejas exploradoras, en busca de nuevos alojamientos donde fundar una nueva colonia. De retorno a la colmena, estas abejas exploradoras comunicarán a las demás abejas del enjambre la ubicación del alojamiento que han encontrado. El lugar elegido finalmente por el enjambre para instalarse de forma definitiva, lo será por una especie de “votación popular”, donde el mayor número de visitas es el factor decisivo para elegir uno u otro de entre los alojamientos propuestos por las exploradoras.

La forma en la que las abejas exploradoras informan al resto de las abejas que componen el enjambre sobre la ubicación del alojamiento que han encontrado, es la misma que la utilizada para informar sobre la ubicación de una fuente de néctar: el llamado baile del ocho, que ya explicaré.

Con anterioridad a la partida del enjambre de abejas, las abejas obreras fabrican nuevas “celdas reales” , para reemplazar a la reina vieja cuando ésta abandone la colmena. La abeja reina que abandona la colmena es siempre la reina vieja, por lo que siempre es la reina nueva (recién nacida) la que ocupa el lugar de abeja reina en la colmena original.

Por supuesto, la enjambrazón no es algo deseado por ningún apicultor, por cuanto que significa la pérdida de abejas en la colmena, y el consiguiente debilitamiento de la misma. Este mecanismo natural de reproducción de la colmena se puede controlar, de forma que los apicultores se puedan aprovechar por medio deunas medidas que pasan principalmente por controlar el vigor y el espacio de la colmena en la época crítica, por provocar su división controlada antes de que la enjambrazón se produzca y, aunque esto no entraría dentro del control propiamente dicho, en la instalación de cajas para captar enjambres para favorecer que cuando un enjambre de abejas abandone nuestras colmenas se instale en un lugar controlado por nosotros.

Antiguamente se pensaba que era posible hacer que, una vez un enjambre de abejas abandonaba la colmena, se posara debido a la intervención del apicultor. En muchos libros clásicos de apicultura, se dice que el ruido producido golpeando cacerolas u otros instrumentos, o el reflejo del sol en un espejo enfocado hacia el enjambre, hace que éste detenga su viaje y se pose en algún árbol o arbusto cercano. No obstante, en muchos otros libros, se dice que lejos de servir para el propósito buscado, estas maniobras solo sirven para provocar un innecesario revuelo en el enjambre.

Con la llegada de la temporada de enjambrazón, es frecuente la aparición de enjambres de abejas en viviendas o en la vía pública, lo primero que se debe hacer en este caso es no asustarse ya que son sumamente pacíficos. No obstante, podría darse el caso de que las abejas hubiesen sido excitadas por diversos factores, como por ejemplo ruidos inadecuados o tráfico intenso en las proximidades, una vez localizado en enjambre se debe informar a la gente que se encuentre en las proximidades de su presencia y señalizar o acordonar la zona. Conviene avisar a la Policía Local para que ellos se encarguen de hacerlo. El siguiente paso, sería avisar a algún profesional cualificado, como apicultores locales o los bomberos, para que proceda a la retirada del enjambre y traslado a un lugar adecuado. Es importante evitar cualquier manipulación inapropiada del enjambre y, por supuesto, su excitación mediante el lanzamiento de ningún tipo de objeto para intentar alejarlo, lo cual podría enfurecer a las pacíficas abejas.

En definitiva, si se localiza un enjambre se debe avisar a la Policía Local y a los vecinos, nunca arrojarle objetos ni piedras y recurrir a un apicultor de la zona (la Policía Local los conoce) que gustosamente se llevará las abejas.

La fotografía ha sido obtenida por el magnífico naturalista José María Canca a quien le agradezco que me permita usarla.

 

Bibliografía

 

http://www.abejapedia.com

 

http://www.aulaapicolahoyo.com

Camponotus cruentatus

Andrés Rodríguez González Enero 24th, 2010


Fauna de la Serranía de Ronda
Andrés Rodríguez González
www.laserranianatural.com

Hormiga Camponotus cruentatus.
Se estima que en el mundo hay unas 10.000 especies diferentes de hormigas. Todas son insectos sociales, viviendo en colonias de tamaño variable, normalmente formadas por una o varias reinas, uno o varios machos, y gran número de obreras. En algunas especies hay varios tipos de obreras, formando castas especializadas. Presentan comportamientos sociales de complejidad diversa, en esto podemos compararlas con las sociedades humanas. Algunas especies, las más primitivas, son cazadoras nómadas y no construyen hormigueros. Otras especies, más evolucionadas, son recolectoras de semillas que acumulan en sus almacenes. Las hay que pastorean pulgones, cochinillas o incluso orugas de ciertas mariposas, ‘ordeñando’ las secreciones azucaradas que éstos producen y defendiendo su ‘ganado’ de cualquier ataque. Las más sofisticadas, cultivan hongos en lechos de hojas que recolectan en los árboles y fermentan en cámaras especiales de sus hormigueros. Paralelamente, algunas especies han adoptado modos de vida parasitarios, secuestrando a otras especies de hormigas para que trabajen como esclavas en sus hormigueros.
Las hormigas del género Camponotus son normalmente polimórficas, es decir en la misma colonia existen ejemplares de diferente tamaño y funciones. En el mundo de las hormigas, las Camponotus, son consideradas como de gran tamaño, las reinas pueden llegar a medir 1,8 cm, las obreras 1,5 cm, los machos son más pequeños, apenas si llegan a 1 centímetro.
El rasgo más característico para identificarlas es la inserción de las antenas alejadas de la base del clípeo, que es la estructura que rodea a la boca.
Las Camponotus son hormigas frecuentes en bosques o zonas donde existen árboles, a ellos suben buscando alimento y pulgones, prefieren los bosques adehesados de encinas y alcornoques. Grandes y oscuras, desplazandose lentamente a veces en grupos pequeños, sin duda, los lectores que hayan permanecido un rato descansando cerca de una encina, las habrán observado ya que son muy abundantes en los encinares de la Serranía de Ronda.
Como alimento toman miel y néctar de las flores, pero en su dieta entra también carroña y son expertas cazadoras. Se atreven con insectos de bastante mayor tamaño a los que pueden atacar en grupo con mucha ferocidad. Usan aguijones y rocían con líquidos para matar a sus víctimas.


La foto tiene su historia, José Antonio Reina, el autor, habia ido a La Sauceda a fotografíar buitres, cuando regresaba, en la carretera, encontró una lagartija atropellada, con grandes dificultades por no tener en ese momento el objetivo adecuado, tumbado sobre el asfalto mientras que su hermano vigilaba por si venía algún coche, pudo hacer esta foto de un ejercito de hormigas que estaban devorando el cadaver.

Su clasificación por parte de los expertos no siempre es fácil por presentar variaciones en su cuerpo. Su distribución es mundial con más de 1.000 especies descritas, siendo la mayoría pertenecientes a los trópicos.  Suelen dividir en subgéneros que puede servir para ordenar el género debido a la gran cantidad de especies que presenta, incluso si tenemos en cuenta solo la zona mediterránea donde encontramos más de 120 especies hasta el momento, solamente en España están descritas 20 especies siendo las más conocidas la Camponotus cruentatus  y la Colobopsis truncatus, una curiosa especie que excava sus hormigueros en los troncos de las encinas y tapa la pequeño boca del hormiguero con la cabeza de una obrera que se instala en la puesta a modo de cerradura de seguridad.
Es el mayor grupo dentro de las Hormigas en cuanto a número de especies. El tamaño de las colonias varía también entre 200 y más de 15.000 individuos.


Las fotografía que ilustran son de un magnífico fotógrafo de naturaleza, el malagueño José Antonio Reina Hervas.