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Mensaje del Indio. Por Paco Marin

Día de Los Humedales. Dos fotos de Paco Marín: Laguna de Alberca

Andrés Rodríguez González Febrero 2nd, 2014

En esta fecha que se celebra a nivel mundial el Día Internacional de los Humedales, quiero sumarme a esa celebración con dos fotografías de Paco Marín que tiene como objetivo un lugar que a él le gustaba especialmente: La Laguna de Alberca.

Otra felicitación de Navidad del amigo Paco

Paco Marín 13: Felicitación de Navidad de Paco

Paco Marin 11: Dibujo de una familia de buhos.

Andrés Rodríguez González Noviembre 23rd, 2013

Algunos de los muchos búhos que Paco dibujo en su vida.

En este caso lo realizó en un momento, a los postres de una comida de las que le gustaban especialmente, de cuchara.

Paisaje de la Serranía 26: Peñon del Buho

Andrés Rodríguez González Noviembre 12th, 2013

Paisaje Serranía de Ronda

Peñón del Búho

Situado en Sierra Blanquilla, la Sierra que cierra la Meseta de Ronda entre la Hidalga y El Cancho de la Pepa, no llega en altitud ni espectacularidad con el Pico del Viento. Es un peñón calizo más cercano al Puerto de Lifa que a la zona más hacia el oeste de la sierra, poco conocido porque su acceso se hace a través de una finca privada dedicada a caza mayor.

Sus coordenadas son 36º 45, 13  N      5º 04, 51   O. Su altitud es de 1172 metros.

El nombre tampoco es apenas conocido, de hecho fue Paco Marín quien nos indico que esa era su denominación.

I Ruta Homenaje a Paco Marín: RONDA - ACINIPO

Andrés Rodríguez González Noviembre 8th, 2013

I Ruta Homenaje a Paco Marín: RONDA - ACINIPO

Las Asociaciones Senderistas ARACA y Pasos Largos nos hemos sumado a la petición de la Medalla de Oro y la Concesión del titulo de Hijo Adoptivo de la ciudad de Ronda para Paco Marín por medio de lo que mejor sabemos hacer: Una Ruta. En este caso nos pareció adecuado ir a un lugar que a Paco le gustaba especialmente, la ciudad romana de Acinipo.

Así describe Rafa Flores en el Blog del Grupo Extremo de Pasos Largos la ruta realizada.

Distancia :16 Kms

Altura máxima: 969 m.

Altura mínima: 491 m

Ascenso acumulado: 814 m

Mapas 1050-II y 1051-III

SOLICITUD DE TRACK: sendericus@gmail.com

El domingo, 27 de octubre, las asociaciones Araca y Pasos Largos organizamos la primera Ruta Homenaje a Paco Marín, el artista de la Naturaleza, personaje querido por su humanidad, amor a la naturaleza y sabiduría. Nuestro admirado Paco Marín, fallecido hace escasas fechas, dedicó parte de su vida profesional a la docencia en el instituto Pérez de Guzmán de Ronda. Sus originales métodos pedagógicos han dejado una marcada huella en la comunidad educativa y un legado de biólogos, geógrafos, botánicos, geólogos, astrónomos, etc… que predican sus enseñanzas a semejanza del artista de la Naturaleza. Paco, entre otra muchas facetas, destacó como pintor, fotógrafo, poeta y filósofo; además, de por su peculiar grafía y sus espléndidos dibujos, que ya forman parte del patrimonio material de la Serranía de Ronda.


Hay que felicitar a Vicente Astete, el diseñador y guía de la ruta, que nos llevó de Ronda a la ciudad romana de Acinipo, uno de los enclaves favoritos de Paco para avistar el firmamento y sus astros. Partimos desde la plaza de Pruna en dirección al Parque Periurbano de la Dehesa del Mercadillo, donde se expande un hermoso bosque de pinos piñoneros y algunas vetustas encinas que formarón parte de esta antigua dehesa boyal. Cruzamos el Guadalcobacín por la Puente y entroncamos con el cordel de Olvera hasta el puerto del Quejigal. Desde allí tomamos rumbo a Acinipo, en cuyo teatro dimos por concluida la ruta con un foto de grupo de los 56 participantes.

 

Palabras en el homenaje a Paco Marín en Ronda

Andrés Rodríguez González Octubre 27th, 2013

En el acto de petición Hijo Adoptivo de Ronda para Paco Marin  el día 25 de octubre 2013

Nada más enterarme del fallecimiento de Paco, elaboré un escrito de carácter intimista, lo que uno dice al amigo a quien se ha perdido para siempre. Ese escrito fue leído en el homenaje que le tributaron en su pueblo, Arriate. Fue un escrito para mi amigo Paco.

Unos días después de que Paco se fuera, a petición del periódico donde escribo, La Voz de Ronda, elaboré un material que pretendía fuera de carácter más  informativo. Era un escrito para que los demás conocieran un poco más a Paco.

Hoy quiero escribir al Paco Biólogo y compañero en las tareas educativas.

El gran Ecólogo Paisajista español, su maestro por encima de los demás, Fernando González Bernáldez, Catedrático de Ecología en la Universidad de Sevilla y en la Autónoma de Madrid, le tenía un especial afecto, ya que, según sus palabras, ambos eran mejores dibujantes que biólogos.

Otro insigne biólogo, su amigo y compañero de estudios Baltasar Cabezudo, Catedrático de Botánica de la UMA, ha escrito “Paco Marín estará siempre vivo en cada uno de los árboles de su Serranía. La mayoría de tus compañeros biólogos nos dedicamos a aprender, tú te dedicaste a enseñar”.

Paco captaba como nadie la Naturaleza en sus múltiples facetas, tenía las mayores dotes de observación que se pueda imaginar, podía capturar con una cámara de fotos o reproducir con sus pinceles los colores de un atardecer de otoño de Ronda, la Sierra de Las Nieves, la Laguna de Alberca, el Arroyo de La Ventilla o cualquiera de los paisajes en los que se extasiaba, que eran todos los de la Serranía. Imitaba el canto de los cárabos, búhos, autillos, mochuelos y resto de fauna nocturna para conseguir que se posaran junto a él para charlar de sus cosas. Como dice Baltasar Cabezudo, tenía una característica única que los demás biólogos no tenemos,  siempre estaba  ENSEÑANDO.

Pero Paco tenía muchos otros valores que le hacían especialmente único como Biólogo de Campo:Era Tolerante con todo (excepto con la mala educación y los maltratadores del Medio Ambiente), Nunca tenía Prisa, Flexible,  Transigente, Comprensivo,  Paciente, Curioso, Observador, Atemporal,  Universal, Con Visión Espacial de las cosas. Y sobre todo, fue siempre inmensamente GENEROSO.

Practicaba un único deporte, Vivir.  Paco era LA VIDA  que tantas veces enseñó a sus alumnos.

Para mí fue un orgullo compartir con él una afición por encima de nuestras coincidencias: a ambos nos encantan las hormigas, poca gente sabe que tuvo un hormiguero natural viviendo varios años en su coche. Hormigas a las que él daba de comer y observaba horas enteras en sus idas y venidas entre periódicos viejos, trozos de rocas y minerales, los inevitables yesos, ramas y cortezas, flores frescas y chuchurías, cardos de todos los tamaños y formas, cereales silvestres, frutos secos y un sinfín de restos biológicos que, homogeneizados por una gruesa capa de polvo, formaban una verdadera selva que debería ser extraordinariamente difícil atravesar a las pobres y minúsculas hormigas. Podemos imaginar la disyuntiva de Paco, si las hormigas habían elegido su coche para vivir, no podía echarlas, pero lo que tampoco estaba dispuesto a hacer era limpiar el coche, eso nunca, tampoco dejarlas morir de hambre en aquel laberinto andante; por lo tanto, lo mejor era darles de comer los restos de su único vicio, los pasteles. Estaba convencido que el hormiguero nació a partir de una reina fecundada que había anidado en una rama de alcornoque que Paco cogió un día en La Nava de S. Luis y como tantas cosas, quedo depositada en aquel almacén-laboratorio-museo-zoco de Medina Marroquí, que era su coche.

Paco, como la VIDA misma, tenía sus contradicciones, era a la vez Creacionista y Evolucionista. Nos gustaba hablar de un investigador que los dos admiramos profundamente,  Edward O. Wilson, considerado como el Evolucionista más importante después de Darwin. Hablábamos de los animales Eusociales, que según Wilson, son aquellos que viven en grupos con muchas generaciones diferentes y realizan trabajos altruistas dentro de la división del trabajo. La especie humana es considerada como la más Eusocial de todas. Paco no solo era altruista, iba más allá, era extraordinariamente Generoso, con todo lo que tenía y con todas las personas que le rodeaban. Como una prueba de ello el regalo que nos ofrecio generosamente siempre: SU SABIDAURIA. Por eso, no exagero al considerar que Paco Marín estaba un peldaño más elevado evolutivamente que el resto de los mortales.

Paco se fue, pero debemos ser positivos y los que tuvimos la suerte de coincidir con él en la inmensidad del Espacio y el Tiempo, debemos sentirnos agradecidos por ello.

Siempre estarás en mi corazón.

Andrés Rodríguez González. Amigo de Paco Marín.

A pesar de su aspecto fragil, Paco era una persona fuerte, como esa encina de la Dehesa de Ronda que tantas veces dibujo y fotografío. Era un Hombre - Encina

Rutas por la Serranía de Ronda: Pilas del Tunio.

Andrés Rodríguez González Octubre 19th, 2013

Rutas por la Serranía de Ronda.: Pilón de La Zahibe, Pilas del Tunio y El Palo desde el Cortíjo de Líbar.

Esta ruta ha sido organizada por Pasos Largos y ARACA en homenaje a dos personas singulares que nos han abandonado recientemente, Paco Marín y Tony Bishop

Gracias a Juan Ignacio Amador Tobaja por permitirnos usar su detallada descripción del recorrido.

Distancia aprox. +/- 14 km

Desnivel aprox. ascendido: 700 m (descendidos, prácticamente igual).

Tiempo aprox. Unas 7 horas (contando con paradas)

Nivel dificultad: Medio en lo que se refiere a las ascensiones a Las Pilas del Tunio y El Palo. Sólo hay que destacar la abundancia de terreno con bastante canchal entre el Tunio y El Palo y posterior descenso hasta el puerto del Castor.

Tipo de recorrido: circular en el sentido de las agujas del reloj.

Fecha de realización: sábado 12 de octubre 2012.

Al llegar a Montejaque, preguntar por el camino de Los Llanos, en el extremo oeste del pueblo. Desde el inicio de pista a las afueras de Montejaque, hasta el inicio de ruta hay unos 8 km, sólo apto para 4×4. Los primeros 4 km discurren en suave ascensión entre campos de cultivo olivares y fincas ganaderas donde predomina el ganado vacuno. A nuestra izquierda, este, va quedando la Sierra de Juan Diego que alberga magníficos torcales en la cumbre del cerro Ventana. Mientras que a la derecha, oeste, empieza a aparecer la afilada sierra del Mojón Alto. Una vez superado el primer puerto se extienden ante nosotros dos poljes, el de los “Llanos del Pozuelo” y el de los “Llanos del Baldio. El primer llano grande que atravesamos es el “El Pozuelo”, cerca del cortijo, a la derecha existen dos profundas simas: Pozuelo 1 y Pozuelo 2. Después de dejar atrás Los Llanos del Pozuelo, nos adentramos en suave ascenso en una zona cubierta de grandes encinas y quejigos de troncas huecas, en medio de un pequeño claro a unos 20 m a la derecha del camino un pilón conocido como la Fuente Cufría y justo donde acaba este tramo de encinar se abre ante nosotros la imponente extensión de los “Llanos de Libar”, dejando nuestros coches aparcados a la derecha de la pista, a muy poca distancia del cortijo del mismo nombre.

Desde las proximidades del cortijo de Líbar donde dejamos los coches, comenzamos iniciamos la marcha por el camino en dirección norte, es decir, en sentido contrario al que habíamos llegado con los coches. Volviendo de nuevo a la pista, para regresar sobre nuestros pasos unos 300 m, para tomar el desvío nuestra izquierda, marcado por un discreto hito de piedras, adentrándonos en el sendero de La Perra. A 200 m del inicio el sendero pasa junto a un pilar conocido como Fuente Saucillo. Conforme vamos ganando altura, podemos contemplar a nuestra izquierda: Los Llanos del Pozuelo por los que pasamos con nuestros vehículos para llegar al inicio de ruta. Del otro lado de los Llanos del Pozuelo, la sierra de Montalate. La vereda nos lleva hasta una angarilla, situada en un puerto conocido erróneamente como de la Cufría.  Dejamos cerrada la cancela, giramos a la derecha, dirección norte, orientando nuestros pasos hacia el cerro conocido como La Zahibe, que es la siguiente elevación en el cordal de cumbres hacia el norte.

El sendero pasa junto a un murete de piedra, tras el cual ya comenzamos a ver el peñón de La Zahibe hacia el que nos vamos dirigiendo, mientras que a nuestra espalda podemos distinguir perfectamente los tres peñoncitos que coronan el alto del Tunio. Unos metros más allá del mencionado murete de piedra, nos llamará la atención a la derecha del sendero una roca conocida como “La Rosa”. Justo antes de llegar al alto de La Zahibe al que no es necesario subir, llegamos a un pradito, donde conviene detenerse para poner nuestra mirada en el caos de rocas que hay a nuestra derecha, en cuyo interior se encuentra el escondido pilón de La Zahibe. En el mencionado collado, nos encontraremos con otra roca curiosa, conocida como la Pinza del Cangrejo, que dejaremos a nuestra derecha y a partir de aquí seguiremos un tenue sendero que pivota alrededor del mencionado caos de roca, que iremos rodeando, quedando éste a nuestra izquierda, hasta que justo cuando estamos a punto de rodearlo, nos encontramos con el nacimiento conocido como Pilón de la Zahibe. Volvemos sobre nuestros pasos hasta la mencionada angarilla que dejaríamos definitivamente a la derecha, al igual que el murete de piedra que parte de allí mismo, con la vista puesta en los tres peñones que coronan el Tunio, caminando por una senda de cabras. No obstante, en caso de duda entre pico y pico resulta relativamente cómodo caminar por encima de las lomas. Mientras tanto a nuestra derecha (OESTE), llevamos en todo momento la compañía de la sierra del Mojón Alto.

Al fondo cada vez más cerca tenemos dos pequeños peñones que forman parte de la cumbre del Tunio: el de la izquierda posee una plataforma que da vistas al valle del Guadiaro, donde al otro lado, E, destaca la cumbre del Conio y una bella estampa de Ronda al NE, que mas tarde veríamos. No obstante, nosotros dirigimos nuestros pasos hacia el peñón mas picudo (1.300 m, punto mas alto del Tunio), que es el de la derecha y precisamente por la derecha lo rodeamos para ahorrarnos saltar la valla y dar directamente con una angarilla.

En las proximidades de este picudo peñón vemos curiosas formaciones imitativas, como la famosa cara del Tunio, que se encuentra unos 50 m ladera abajo. A pocos metros de una de las pilas que han sido excavadas por la mano del hombre para recoger bloques de hielo al quedarse el agua congelada en las frías noches de invierno,  que posteriormente guardaban en los neveros.

Descendemos del Tunio, camino del Palo, pasamos por Los Llanos del Nevero, donde nos encontramos con los restos del nevero a la izquierda. A partir de aquí comienza una ascensión continua hacia el vértice geodésico del Palo, abriéndonos paso por sendas de cabra que aparecen y desaparecen de forma intermitente, pasando junto a ruinas de viejos corrales, alguna que otra dolina, algún majuelo aislado aquí y allá, mientras progresamos a través de un canchal relativamente asequible. En nuestra ascensión, llega un momento que la cumbre queda unos 100 m a nuestra derecha, ya que la superficie que rodea al vértice geodésico si es bastante más accidentada.

Desde la cumbre del Palo las vistas 360º alrededor son sencillamente, espectaculares, entre los hitos más importantes podemos contemplar: Al sur tenemos la agreste cumbre del Martín Gil ( sierra Blanquilla), al SE el trayecto del valle del Guadiaro que va de Cortes de la Frontera hacia Las Buitreras, las siluetas de Los Reales, Crestellina y el cerro de Las Chapas formando una media luna, al igual que el hacho de Saucín. Al SO tenemos la sierra de Los Pinos y Salamadre; al Oeste el Navazo Alto de Villaluenga y la sierra del Endrinal, al NO: La crestería del Pinar, Las Grajas (tapando al Lagarín) y el cerro Malaver por encima del Mojón Alto; al Norte, todo lo que llevamos andado con el Tunio al fondo y por encima el cerro Ventanay a su izquierda El Terril. Al Noroeste: Las localidades de Arriate y Ronda por encima de la cual vemos el cancho de la Pepa, puerto del Viento y Peineta de Sierra Hidalga y al este: la sierra de Las Nieves, por encima del Conio y la sierra del Oreganal, al otro lado del valle del Guadiaro.

Comenzamos el descenso en dirección S hacia el puerto del Gastor, ubicado entre El Palo y el Martín Gil, por un prolongado canchal.

Al llegar al puerto del Gastor, donde se encuentra la Linde del Cordel de los Tres términos: Jimera, Villaluenga y Cortes. Descendimos hacia nuestra derecha, OESTE, siguiendo los restos de un antiguo sendero que discurre a la izquierda de la valla de piedra que iremos llevando a nuestra derecha, tal y como vamos descendiendo, mientras que a cada paso nos vamos aproximando a Los Llanos de Líbar, teniendo frente a nosotros el puerto del Correo, paso natural entre Villaluenga y esta zona de la Serranía de Ronda.

Tal y como nos vamos acercando a Los Llanos de Líbar, la inercia natural es salir en línea recta hacia Los Llanos, sin embargo, poco antes de llegar a Los Llanos, antes de abandonar el bosquete de encinas y quejigos por el que venimos descendiendo, lo suyo es comenzar a girar hacia la derecha, virando en dirección O-NO, de manera que ahora vamos caminando en paralelo a la base del palo que llevamos a nuestra derecha y Los Llanos a nuestra izquierda. De lo contrario, hubiéramos salido muy cerca del cortijo del Correo, lo que es desaconsejable por las malas pulgas del propietario del cortijo, ya que para llegar a los Llanos habría que pasar por su finca. Se llega a un paso abierto en una valla, tras la cual giramos 90º a nuestra izquierda hacia Los Llanos, a los que venimos a salir unos 200 m mas allá por una angarilla, directamente al camino de Los Llanos, teóricamente público, de hecho por allí discurre el GR.E-7 Tarifa-Atenas y por él se realizan varias carreras de montaña al cabo del año, como la que tuvo lugar aquella misma mañana.

Como vinimos a salir a la altura de la Laguna que se forma en lo que se conoce como Fuente de Líbar, clásico abrevadero para el ganado de la zona, no perdimos la ocasión para visitarla y de allí, directamente otra vez al camino de Los Llanos, en dirección N, llegando en escasos minutos a los coches que ya veíamos aparcados al fondo, junto al cortijo, donde habíamos empezado la ruta unas seis horas y media antes. Pues comenzamos poco después de las 10.00 y finalizamos antes de las 17.00 pm

Juan Ignacio Amador Tobaja

Paco Marín 08: Foto de Cardos

Andrés Rodríguez González Septiembre 30th, 2013

Baltasar Cabezudo, Catedrático de Botánica de la Universidad de Málaga (UMA), cuando  se enteró de la noticia del fallecimiento, dijo: ”Paco Marín estará siempre vivo en cada uno de los árboles de su Serranía de Ronda. La mayoría de tus compañeros biólogos nos dedicamos a aprender, tú te dedicaste a enseñar”.

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