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Merendera androcymbioides (Valdes, 1978) en la Serranía de Ronda (Málaga)

Andrés Rodríguez González Noviembre 6th, 2018

Sobre la presencia de Merendera androcymbioides (Valdes, 1978) en la Serranía de Ronda (Málaga)

Gonzalo Astete Martín, Rafael Obregón, Andrés Rodríguez González y Gonzalo Astete Sánchez

Las merenderas o quitameriendas son un género de liliáceas bulbosas de flores blancas o rosadas que anuncian la llegada del otoño. Estos nombres vernáculos hacen alusión a la estacionalidad de la floración, generalmente de otoñal-invernal, en el que, en tiempos antiguos, los días más cortos adelantaba la hora de la cena, suprimiendo la comida correspondiente a media tarde, la merienda. Habitualmente aparecen ligadas a pastizales montanos con gran intensidad de pisoteo y pastoreo. En la península ibérica se conocen 3 especies, entre las que se encuentra la especie objeto de esta nota.

En 1978 el botánico Benito Valdés describía una nueva especie de Merendera la cual llamó Merendera androcymbioides (Valdes, 1978), epíteto que hacía alusión al parecido con Androcymbium. Fue descrita a partir de ejemplares recogidos en la Serranía de Ronda, más concretamente en “las cercanías de Ronda”. Según comunicación personal a uno de los autores (A.R.G.), por parte de Baltasar Cabezudo, catedrático de Botánica de la Universidad de Málaga, la localidad tipo debió desaparecer con obras de remodelación que se realizaron en los años setenta en la carretera que une Ronda con San Pedro de Alcántara, si bien nos aportó datos aproximados donde Benito Valdés situaba la localidad tipo. Basándonos en esa comunicación y en otras informaciones que también apuntaban al mismo lugar, en diciembre de 1.999 y enero de 2.000, uno de los autores del artículo, Andrés Rodríguez González, acompañado por el técnico del Parque Natural Sierras de Grazalema, Gregorio Pino, (un magnífico botánico desgraciadamente ya fallecido), realizamos varias prospecciones en la zona donde se suponía que Benito Valdés había localizado la planta, la localidad tipo, concretamente en la zona denominada “Linarejos”, pero a pesar de nuestros esfuerzos no fue posible localizar ningún ejemplares.

Merendera androcymbioides es una planta que alcanza los 5-20 cm, de hojas lineales, enteras y generalmente acanaladas, que aparecen de forma simultánea a las flores. Presenta de 1 a 5 flores trímeras y hermafroditas por bulbo, con 6 tépalos libres de color blanco o lila pálido. Cada flor consta de 6 estambres con anteras de 3-5 mm de color amarillo-verdoso y ovario súpero con 3 estilos libres. Floración invernal, de diciembre a marzo.

 

Este endemismo andaluz es típico de pastizales subnitrófilos y pedregosos, con escasa cobertura de matorral, en un rango altitudinal de entre 500-1500 m. También puede aparecer en bordes de olivar, en sustratos calizos o arcilloso-calizos. Sólo se conocen poblaciones en las provincias de Córdoba, Jaén, Granada, Málaga y Cádiz.

Desde su descubrimiento, las citas en la Serranía de Ronda habían sido muy escasas. Tal vez esto sea consecuencia del escaso periodo y la irregularidad de la floración, o puede que por el poco interés que esta especie suscita en los botánicos españoles. Hasta la fecha, tan solo se disponía de referencias corológicas por comunicaciones de Manuel Becerra, quién la localizó -por 2006- en el Puerto de Quejigales en el Parque Natural Sierra de Las Nieves. Pocos años después sería un botánico aficionado de Arriate, Juan Ríos Pimentel, quien nos comunicara su presencia en  Sierra Hidalga, una pequeña población localizada a últimos de diciembre de 2014. Días después -6 de enero de 2015-, los autores nos desplazamos hasta dicha Sierra para buscar esta joya botánica. En el recorrido hasta donde había sido localizada unos días antes, encontramos  un ejemplar aislado junto a un carril en una ladera de escasa pendiente orientada al oeste, a 1.015 m de altitud, con presencia abundante de rocas calizas muy erosionadas. Esta zona había estado sometida durante siglos al aprovechamiento tradicional de los pastos la escasa presencia de encinas, lo que también puede explicarse por el intenso carboneo, al ser una zona cercana a Ronda. Como consecuencia de la reducción actual del pastoreo, el matorral serial ha comenzado a invadir la zona. Con presencia dominante de Ulex parvifolius (aulaga morisca), Quercus coccifera (coscoja), Cistus crispus (jaguarzo o jara rizada) y Rhamnus alaternus (aladierno). Poco después, en esa misma mañana y a una altitud mayor (unos 1.214 m), localizábamos la población encontrada unos días antes por Juan Ríos.

Esa nueva población, a la que denominamos “Antenas de la Hidalga” por la cercanía a este topónimo dentro del Parque Natural Sierra de Las Nieves, posee un número elevado de ejemplares (entre 80 y 100), agrupados en una ladera con fuerte pendiente y orientación predominante sur-sureste, sobre arcillas procedentes de la descomposición de la caliza, abundantes rocas sueltas y escasa cobertura de matorral, muy inferior a la de la descrita anteriormente. La cobertura arbórea es prácticamente nula, tan solo encontramos algunas plantas de la Asparragus horridus entre los ejemplares de Merendera androcymbioides.

Tras hablar de la planta con bastantes aficionados locales a la botánica y con fotógrafos de naturaleza, encontramos una nueva cita, localizada por un botánico apellidado Mangada, cuya ubicación no coincidía con las poblaciones encontradas en años anteriores. Esta nueva población fue visitada por los autores donde se localizó un pequeño rodal con no más de una decena de ejemplares. Ejemplares localizados junto al lugar designado con ese topónimo en el Parque Natural Sierra de Las Nieves.

Semanas después los autores de este artículo localizaron, en febrero de 2.018, otra importante población en las cercanías de Ronda, en la zona conocida como “San Acacio”.

La población de “San Acacio” se asienta sobre un terreno de naturaleza caliza con afloramientos de rocas, donde crecen jóvenes encinas que soportan una fuerte presión de herbivoría que las mantiene con esa morfología achaparrada tan característica. En ese terreno es abundante y dominante sobre otras especies de matorral  Cistus albidus (jara blanca), que comparte hábitat con esparragueras y aulaga morisca. El suelo es muy pobre, poco desarrollado e intensamente erosionado por la actividad del ganado. Se observan restos de un antiguo carril con base muy pedregosa y, precisamente en ese carril es donde con más abundancia crecen las Merenderas.

Se ha contabilizado el número de plantas en un cuadrado de 30 por 30 metros en la de más abundancia y se han encontrado 63 plantas, en diverso estado vegetativo, donde encontramos individuos brotando, en plena floración o, incluso, ya pasadas.

Agradecimientos

Agradecemos a Manuel Becerra la comunicación sobre la población de Merendera androcymbioides encontrada en la Sierra de Las Nieves y a Juan Ríos por compartir con nosotros la ubicación de la población de Cueva Bermeja.

Palabras en el homenaje a Paco Marín en Ronda

Andrés Rodríguez González Octubre 27th, 2013

En el acto de petición Hijo Adoptivo de Ronda para Paco Marin  el día 25 de octubre 2013

Nada más enterarme del fallecimiento de Paco, elaboré un escrito de carácter intimista, lo que uno dice al amigo a quien se ha perdido para siempre. Ese escrito fue leído en el homenaje que le tributaron en su pueblo, Arriate. Fue un escrito para mi amigo Paco.

Unos días después de que Paco se fuera, a petición del periódico donde escribo, La Voz de Ronda, elaboré un material que pretendía fuera de carácter más  informativo. Era un escrito para que los demás conocieran un poco más a Paco.

Hoy quiero escribir al Paco Biólogo y compañero en las tareas educativas.

El gran Ecólogo Paisajista español, su maestro por encima de los demás, Fernando González Bernáldez, Catedrático de Ecología en la Universidad de Sevilla y en la Autónoma de Madrid, le tenía un especial afecto, ya que, según sus palabras, ambos eran mejores dibujantes que biólogos.

Otro insigne biólogo, su amigo y compañero de estudios Baltasar Cabezudo, Catedrático de Botánica de la UMA, ha escrito “Paco Marín estará siempre vivo en cada uno de los árboles de su Serranía. La mayoría de tus compañeros biólogos nos dedicamos a aprender, tú te dedicaste a enseñar”.

Paco captaba como nadie la Naturaleza en sus múltiples facetas, tenía las mayores dotes de observación que se pueda imaginar, podía capturar con una cámara de fotos o reproducir con sus pinceles los colores de un atardecer de otoño de Ronda, la Sierra de Las Nieves, la Laguna de Alberca, el Arroyo de La Ventilla o cualquiera de los paisajes en los que se extasiaba, que eran todos los de la Serranía. Imitaba el canto de los cárabos, búhos, autillos, mochuelos y resto de fauna nocturna para conseguir que se posaran junto a él para charlar de sus cosas. Como dice Baltasar Cabezudo, tenía una característica única que los demás biólogos no tenemos,  siempre estaba  ENSEÑANDO.

Pero Paco tenía muchos otros valores que le hacían especialmente único como Biólogo de Campo:Era Tolerante con todo (excepto con la mala educación y los maltratadores del Medio Ambiente), Nunca tenía Prisa, Flexible,  Transigente, Comprensivo,  Paciente, Curioso, Observador, Atemporal,  Universal, Con Visión Espacial de las cosas. Y sobre todo, fue siempre inmensamente GENEROSO.

Practicaba un único deporte, Vivir.  Paco era LA VIDA  que tantas veces enseñó a sus alumnos.

Para mí fue un orgullo compartir con él una afición por encima de nuestras coincidencias: a ambos nos encantan las hormigas, poca gente sabe que tuvo un hormiguero natural viviendo varios años en su coche. Hormigas a las que él daba de comer y observaba horas enteras en sus idas y venidas entre periódicos viejos, trozos de rocas y minerales, los inevitables yesos, ramas y cortezas, flores frescas y chuchurías, cardos de todos los tamaños y formas, cereales silvestres, frutos secos y un sinfín de restos biológicos que, homogeneizados por una gruesa capa de polvo, formaban una verdadera selva que debería ser extraordinariamente difícil atravesar a las pobres y minúsculas hormigas. Podemos imaginar la disyuntiva de Paco, si las hormigas habían elegido su coche para vivir, no podía echarlas, pero lo que tampoco estaba dispuesto a hacer era limpiar el coche, eso nunca, tampoco dejarlas morir de hambre en aquel laberinto andante; por lo tanto, lo mejor era darles de comer los restos de su único vicio, los pasteles. Estaba convencido que el hormiguero nació a partir de una reina fecundada que había anidado en una rama de alcornoque que Paco cogió un día en La Nava de S. Luis y como tantas cosas, quedo depositada en aquel almacén-laboratorio-museo-zoco de Medina Marroquí, que era su coche.

Paco, como la VIDA misma, tenía sus contradicciones, era a la vez Creacionista y Evolucionista. Nos gustaba hablar de un investigador que los dos admiramos profundamente,  Edward O. Wilson, considerado como el Evolucionista más importante después de Darwin. Hablábamos de los animales Eusociales, que según Wilson, son aquellos que viven en grupos con muchas generaciones diferentes y realizan trabajos altruistas dentro de la división del trabajo. La especie humana es considerada como la más Eusocial de todas. Paco no solo era altruista, iba más allá, era extraordinariamente Generoso, con todo lo que tenía y con todas las personas que le rodeaban. Como una prueba de ello el regalo que nos ofrecio generosamente siempre: SU SABIDAURIA. Por eso, no exagero al considerar que Paco Marín estaba un peldaño más elevado evolutivamente que el resto de los mortales.

Paco se fue, pero debemos ser positivos y los que tuvimos la suerte de coincidir con él en la inmensidad del Espacio y el Tiempo, debemos sentirnos agradecidos por ello.

Siempre estarás en mi corazón.

Andrés Rodríguez González. Amigo de Paco Marín.

A pesar de su aspecto fragil, Paco era una persona fuerte, como esa encina de la Dehesa de Ronda que tantas veces dibujo y fotografío. Era un Hombre - Encina

Paco Marín 08: Foto de Cardos

Andrés Rodríguez González Septiembre 30th, 2013

Baltasar Cabezudo, Catedrático de Botánica de la Universidad de Málaga (UMA), cuando  se enteró de la noticia del fallecimiento, dijo: ”Paco Marín estará siempre vivo en cada uno de los árboles de su Serranía de Ronda. La mayoría de tus compañeros biólogos nos dedicamos a aprender, tú te dedicaste a enseñar”.