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FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA: Escribano montesino

Andrés Rodríguez González Noviembre 17th, 2011

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA

Escribano Montesino
El macho del escribano montesino es un ave inconfundible y muy bonita por las listas longitudinales negras que destacan sobre la cabeza.
Los adultos de estas aves se diferencian de otros Escribanos europeos por su garganta y cabeza y cara grises con listas negras; las hembras son más apagadas, poco vistosas, con pecho y flancos algo listados. El obispillo y el vientre son de un ocre vivo.
El Escribano Montesino se llama así por su predilección por los terrenos elevados, más o menos rocosos, pero que tengan una cierta cobertura vegetal, sin despreciar los montes pedregosos, los encinares aclarados, los olivares de alta montaña, viñedos, zarzales y áreas cultivadas con muros de piedra. Este pequeño ave es frecuente en los linderos pedregosos posado en arbustos secos y se distingue bien por su trinar rápido y sonoro que recuerda al de Verdecillo y al Chochin.

Es un ave muy territorial, en primavera los machos establecen un territorio donde cortejan a las hembras con movimientos de la cola, que abren y cierran para dejar ver sus laterales blancos. Durante el otoño se forman grupos de jóvenes y adultos que en el invierno buscan zonas climáticamente menos duras, descendiendo hacia el sur de la Península.
Hacen el nido normalmente en el suelo, es construido por la hembra y protegido por una piedra o matorral, también pueden disimularlo con hierba. A veces han anidado en huecos de muros o entre rocas. La puesta se hace entre finales de abril y junio, ponen de 4 a 6 huevos que presentan  rayas pardas oscuras; la hembra incuba los huevos unos 12 días; los pollos permanecen en el nido también unos 12 días, después lo abandonan poco antes de poder volar. Pueden hacer dos crías, y a veces hasta tres.
Se alimentan de granos, brotes y hojas nuevas de plantas; también capturan pequeños insectos, sobre todo en verano y para cebar a los pollos. Son hábiles cazadores, capaces de apresar una araña después de haberse lanzado sobre ella en vuelo.

Las fotos que ilustran son de Juan Luis Muñoz, magníficas como todas las suyas.

Pájaros insectívoros

Andrés Rodríguez González Septiembre 30th, 2011

Fauna de la Serranía de Ronda

Los Pájaros Insectívoros
Al conmemorarse durante el primer fin de semana de Octubre el Día Mundial de las Aves, me ha parecido oportuno rendir un particular homenaje a unas Aves especialmente interesantes por los grandes beneficios que nos aportan: los Pájaros Insectívoros.
Las aves insectívoras son un grupo numeroso de diferentes especies, pertenecientes incluso a familias distintas. Sus tamaños, formas y colores son diferentes, y su dieta alimenticia es la característica fundamental que las agrupa, son comedoras de insectos, es decir eliminadoras de plagas importantes.

La mayoría de ellas pertenecen al orden de los Paseriformes, los pájaros, representados por dos familias importantes, los Fringilidos, principalmente granívoros, pero también insectívoros. Tienen un corto y fuerte pico cónico, la lengua y los músculos bucales están muy desarrollados, y las alas son de pequeño tamaño. Suelen ser excelentes aves canoras, como el canario. Es el grupo más extenso de toda la avifauna mundial, engloba unas 500 especies, de las cuales 20 habitan en la península Ibérica. Se distribuyen por casi todos los ecosistemas del mundo, aunque suelen preferir los bosques. Las especies más conocidas que habitan en la península Ibérica son: el pinzón común, el pinzón real, el jilguero, el verderón común, el verdecillo, el pardillo común, el camachuelo común, el canario, el picogordo y el piquituerto común.
La otra familia de pájaros son los Aláudidos, aves canoras pequeñas, propias de Europa y Ásia. Que se alimentan de insectos y otros pequeños invertebrados, así como de semillas, dependiendo de la estación. Las especies más septentrionales son migratorias. Algunas de las especies más conocidas son: la alondra común, la totovía, la cogujada común, la cogujada montesina, la terrera común, la terrera marismeña, la calandria y la alondra de Dupont.

Andalucía, por su situación geográfica, es lugar de paso obligado para millones de aves insectívoras del continente europeo. Cada otoño atraviesan nuestras tierras en su camino hacia África y muchas de ellas optan por invernar en nuestra tierra por el clima y los numerosos hábitats favorables. Se calcula en casi 300 millones las que pasan el invierno en la Península.

Las aves insectívoras, salvo algunas excepciones, no son especies cinegéticas, es decir, que no está regulada su caza.  Oficialmente no existe la caza de paseriformes, sólo está permitida en algunas Comunidades Autónomas, la captura de fringílidos con el argumento de la supuesta necesidad de contar con un contingente de aves para mantener una cría en cautividad de estas especies, para realizar concursos de canto, una actividad denominada silvestrismo, algo totalmente falso.
Aunque no existe caza oficial, existe una caza furtiva importante que actúa bajo la cobertura de la captura de fringílidos. En la caza de fringílidos, el furtivismo es incontrolable y prácticamente imposible de evitar. La finalidad de estas capturas es el comercio ilegal con diversos fines, tales como su exportación y utilización como pájaros de jaula e incluso su consumo como “pajaritos fritos”, que lamentablemente, todavía es frecuente encontrar este “plato” en los bares de muchas ciudades y pueblos. La finalidad de la caza también es lúdica, como la caza de gorriones y otras aves con escopetas de balines.
Las aves insectívoras se encuentran protegidas por ley (Directiva europea para la conservación de las aves silvestres) desde 1902; y por tanto, su captura está prohibida, pudiendo imponerse a los infractores fuertes multas. Pero la realidad es muy distinta, ya que en España, se practica la caza y la captura de muchas aves, tanto de insectívoras como de otras especies no insectívoras.
Como ejemplo de pájaros insectívoros vamos a poner cuatro de los más frecuentes en la Serranía.

Carbonero común (Parus major), es un pájaro de la familia de los Páridos, ampliamente distribuida, siendo muy común en Europa y Ásia, sobre todo en zonas boscosas. Es muy fácil de reconocer, mide unos 14 cm, y presenta una banda negra, que es más ancha en los machos, a lo largo de su pecho amarillo. El cuello y la cabeza son negros, con mejillas blancas. Las partes superiores son verde oliva. Su cola es de color gris. Como muchos otros páridos, dispone de una gran variedad de cantos. Su alimentación consta, básicamente, de insectos y semillas. Gusta especialmente de capturar y comer lombrices. Los insectos los captura bien bajo la corteza de los árboles, bien en el suelo, escarbando con el pico bajo la hojarasca.  Anida sobre todo en agujeros de árboles, huecos en muros y taludes, grietas de rocas, también en cajas nido preparadas por el hombre. Las puestas se extienden entre abril y junio, y constan de entre seis y ocho huevos. Éstos son blancos, con motas rojizas por toda su superficie.

Herrerillo (Parus caeruleus). Es uno de nuestros pájaros más populares, se ven con frecuencia por parques, jardines y casas de campo. El Herrerillo se suele limitar las zonas de hábitat más que el Carbonero Común, gusta de árboles de hoja caduca y suele evitar los bosques sombríos de coníferas. Suelen ser muy silenciosos en verano, donde sólo se les oye a primeras horas de la mañana, los herrerillos vuelven a hacerse notar en septiembre. En esta época se registran con frecuencia grandes bandos de estas aves. Estas migraciones son bastante irregulares según los años. El invierno es una dura época para los herrerillos ya que la comida disminuye considerablemente al ser sobre todo insectívoros, entonces larvas y ninfas ocultas bajo las cortezas y las hojas del suelo. Cría en agujeros de árboles, cajas para anidar o huecos en muros. La puesta es desde abril a mayo, de 8 a 15 huevos blancos con puntos pardo rojizos; incubación, sólo por la hembra, alrededor de 14 días; ambos progenitores alimentan a las crías, que vuelan después de unos 19 días.

El Chochín (Troglodytes troglodytes) es un pájaro de la familia Troglodita, el único de este grupo presente en Europa. Es un ave poco llamativa. Su color es pardo rojizo, con barrado oscuro en alas, cola y flancos. Cola pequeña, a menudo erguida. Canto ruidoso y penetrante. Llamada de alarma ruidosa y muy estridente. Los dos sexos son iguales. En la época de celo, el macho defiende su territorio ardorosamente emitiendo una serie de trinos y de agudos silbidos de una potencia sorprendente para su tamaño. Los machos más hábiles retienen dos o tres hembras; los otros permanecen solitarios. A veces se agrupan varios Chochines para guarecerse, así conservan el calor ya que los inviernos muy fríos ocasionan fuertes mortandades. Captura pequeños insectos, larvas, arañas y semillas pequeñas.

El Petirrojo (Erithacus rubecula) es un ave paseriforme, es decir un Pájaro de la familia de los Muscicapilos. Distribuido por toda Europa, principalmente en la región meridional y occidental del continente, donde habita todo el año en Centroeuropa. Emigra parcialmente en el norte de Europa y norte de áfrica. Tiene el tamaño de un gorrión. Los adultos se distinguen por el color naranja intenso de su pecho y cara, sobre un plumaje pardo oliváceo. Los jóvenes carecen de color anaranjado y son moteados de pardo oscuro y ocre. Destacan sus ojos grandes, negros y redondos. Los polluelos mientras están en el nido tienen el interior del pico de color amarillo verdoso. Es relativamente confiado con el hombre. Vive en bosques húmedos con matorral y zonas de riberas de ríos. Es muy común en parques y jardines. Es muy fácil de atraer a comederos y cajas nido. Es muy abundante en otoño ya que llegan muchos ejemplares para cobijarse del frío del norte de Europa. En el petirrojo, generalmente es la hembra la que acude a buscar al macho en su territorio. Cuando ella está esperando la segunda puesta, el macho se encarga de la alimentación de la primera. Es un pájaro muy sociable y curioso. Se alimenta, mayoritariamente, de invertebrados pequeños que viven en el suelo. En otoño y en la primavera se alimenta también de frutos pequeños.
Las fotos que acompañan son de Juan Luis Muñoz, a quien agradezco permitir que se usen.