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FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA Escribano montesino

Andrés Rodríguez González Julio 7th, 2017

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA
Escribano montesino (Emberiza cia)

El escribano montesino es uno de los pájaros más comunes y extendidos de la Península Ibérica. También abundante y extendido por la Serranía de Ronda.
Es un ave poco exigente que se instala en todo tipo de áreas quebradas y montuosas, en las que selecciona sobre todo laderas pedregosas con matorrales dispersos, como piornales, retamas y bosques abiertos de casi todo nuestro territorio. Los datos más recientes parecen indicar una ligera recuperación poblacional en los últimos años.
Su longitud está entre los 15-16,5 cm. La envergadura entre 21,5-27 cm
Para ser un “Escribano” es bastante grande y voluminoso, con las alas relativamente cortas y la cola larga, que luce en la cabeza tres características listas oscuras. La cabeza, el cuello, la nuca y la parte superior del pecho son de color grisáceo, en tanto que el resto del cuerpo presenta tonos pardos o rojizos. Fuera de la estación reproductora, los machos se asemejan a las hembras y a los inmaduros, aunque en el periodo de cría su coloración se hace más brillante, con abundancia de tonos anaranjados en el pecho y en el vientre. El joven presenta un plumaje parduzco y fuertemente estriado en el pecho; la cabeza es marrón-ocre y no presenta bandas laterales.
A menudo emite como reclamo suaves silbidos, como un “tsi” algo prolongado. En primavera, el macho lanza desde lo alto de un arbusto o una roca un trino claro, bastante elaborado y diverso, que comienza de manera entrecortada, para luego acelerarse y adornarse con marcados cambios de ritmo.

Bibliografía
www.seo.org

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA: Escribano montesino

Andrés Rodríguez González Noviembre 17th, 2011

FAUNA DE LA SERRANÍA DE RONDA

Escribano Montesino
El macho del escribano montesino es un ave inconfundible y muy bonita por las listas longitudinales negras que destacan sobre la cabeza.
Los adultos de estas aves se diferencian de otros Escribanos europeos por su garganta y cabeza y cara grises con listas negras; las hembras son más apagadas, poco vistosas, con pecho y flancos algo listados. El obispillo y el vientre son de un ocre vivo.
El Escribano Montesino se llama así por su predilección por los terrenos elevados, más o menos rocosos, pero que tengan una cierta cobertura vegetal, sin despreciar los montes pedregosos, los encinares aclarados, los olivares de alta montaña, viñedos, zarzales y áreas cultivadas con muros de piedra. Este pequeño ave es frecuente en los linderos pedregosos posado en arbustos secos y se distingue bien por su trinar rápido y sonoro que recuerda al de Verdecillo y al Chochin.

Es un ave muy territorial, en primavera los machos establecen un territorio donde cortejan a las hembras con movimientos de la cola, que abren y cierran para dejar ver sus laterales blancos. Durante el otoño se forman grupos de jóvenes y adultos que en el invierno buscan zonas climáticamente menos duras, descendiendo hacia el sur de la Península.
Hacen el nido normalmente en el suelo, es construido por la hembra y protegido por una piedra o matorral, también pueden disimularlo con hierba. A veces han anidado en huecos de muros o entre rocas. La puesta se hace entre finales de abril y junio, ponen de 4 a 6 huevos que presentan  rayas pardas oscuras; la hembra incuba los huevos unos 12 días; los pollos permanecen en el nido también unos 12 días, después lo abandonan poco antes de poder volar. Pueden hacer dos crías, y a veces hasta tres.
Se alimentan de granos, brotes y hojas nuevas de plantas; también capturan pequeños insectos, sobre todo en verano y para cebar a los pollos. Son hábiles cazadores, capaces de apresar una araña después de haberse lanzado sobre ella en vuelo.

Las fotos que ilustran son de Juan Luis Muñoz, magníficas como todas las suyas.