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RECUPERACION DEL QUEBRANTAHUESOS (Gypaetus barbatus) EN LA SERRANIA DE RONDA.

Andrés Rodríguez González Noviembre 16th, 2022

RECUPERACION DEL QUEBRANTAHUESOS (Gypaetus barbatus) EN LA

SERRANIA DE RONDA.

El quebrantahuesos debe su nombre a que es la única carroñera que solo se alimenta de

restos óseos, es decir, huesos. Por eso se vincula estrechamente con los grandes rebaños

de ovino y caprino. Pero no tiene ninguna actuación negativa respecto a las actividades

humanas, y sin embargo ha sido víctima del frecuente uso de venenos contra las mal

llamadas alimañas y del deterioro de su hábitat. En el siglo XX desapareció de la

mayoría de las áreas montañosas de Europa, sobreviviendo únicamente en los Pirineos.

En 1995 un grupo de naturalistas muy comprometidos crearon la Fundación para la

Conservación del Quebrantahuesos, el objetivo fundamental era evitar la extinción del

quebrantahuesos en España. Desde entonces, esa fundación ha desarrollado técnicas

muy especializadas. Como arriesgadas operaciones de escalada en los Pirineos,

cargados con incubadoras especiales, para rescatar más de cincuenta huevos con muy

pocas probabilidades de sobrevivir en los nidos, También han criado los pollos con

huesos desde que pesan solo unos gramos y les han hecho aprender las costumbres de su

especie, para terminar los han reintroducido en el medio natural, logrando impedir así

que se extinga el quebrantahuesos.

El resultado ha sido que en 25 años la población española de quebrantahuesos se ha

incrementado en más del doscientos por cien. Se ha pasado de 50 parejas en el año

1995, a 140 en 2019. Además, en colaboración con centros de investigación del Consejo

Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los expertos de la Fundación para la

Conservación del Quebrantahuesos, han contribuido a mejorar el conocimiento sobre la

biología de una especie que ocupa un nicho ecológico único. Han realizado a

tecnologías tan ingeniosas como sensores en forma de huevo que se colocan en los

nidos tras el rescate de los huevos auténticos que se criarán en cautividad, la madre

incuba estos huevos espía, que recaban y transmiten grandes cantidades de datos como

temperatura, el número de veces que el huevo se gira para que los criadores humanos

puedan copiar en tiempo real lo que ocurre en el nido y otros muchos datos que sería

imposible conocer sin estos estudios.

Ese magnífico trabajo de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos

(FCQ) ha sido reconocido por la Fundación BBVA en la XV edición de los Premios a la

Conservación de la Biodiversidad otorgando el premio en la categoría de Actuaciones

en Conservación de la Biodiversidad en España a la  por “recuperar y conservar los

últimos quebrantahuesos del Pirineo, así como por su éxito al lograr que vuelva a criar

en lugares como los Picos de Europa de donde se había extinguido hace más de medio

siglo”. El jurado destaco en su acta que la tenacidad, pasión, innovación continua y

rigor científico de la fundación.

En Andalucía, el quebrantahuesos se ha recuperado espectacularmente gracias al

programa de cría en cautividad y reintroducción de esta ave, que fue puesto en marcha

por el Gobierno andaluz hace ya 15 años. El proyecto es coordinado por la Consejería

de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, los resultados están siendo

muy positivos con un total de cinco parejas que ya han procreado una vez puestas en

libertad, a lo que se suma la decena de pollos nacidos en el Centro de Cría de

Guadalentín, en el Parque Natural Cazorla, en lo que va de año, una cifra récord ya que

es el mayor número de la historia en un centro de este tipo en Europa, colocándose a la

vanguardia de las quince instalaciones existentes en el viejo continente.

El nacimiento del primer ejemplar en cautividad fue en 2002 en Guadalentín, han

eclosionado huevos para un centenar de pollos, de los cuales 90 han garantizado la

conservación de una especie de ave esencial para la biodiversidad del planeta. En cuanto

a la cría en libertad, las primeras sueltas no fueron muy afortunadas, de los tres

primeros, dos desaparecieron y un tercero abandonó Andalucía rumbo al norte de

España, después regreso a Cazorla y protagonizo algo histórico en 2015, procreo con

otro ejemplar hembra que había sido liberado con anterioridad, algo único en las

montañas andaluzas después de 40 años. Así nació “Esperanza”, la primera hembra

nacida en libertad en Andalucía y que ya está intentando reproducirse después de casi

seis años. Desde el nacimiento de “Esperanza” se han ido liberando más ejemplares y

actualmente surcan el cielo andaluz cinco parejas reproductoras, de las que solo tres de

ellas, en el Parque Natural de Cazorla, están sacando adelante a sus pollos pese a la

dificultad que esta especie presenta para que sus primeras puestas culminen con éxito,

ya que es habitual que no fructifiquen en los primeros intentos. Además, de estas

parejas reproductoras hay una sexta que no ha intentado procrear. El centro de

Gualentín colabora con la Vulture Conservation Foundation, que gestiona el resto de

centros de cautividad en Europa y la colaboración de los zoos de Berlín, Liberec y

Tallin.

En la Serranía de Ronda se tienen constancia históricamente de la presencia de

quebrantahuesos en Sierra Bermeja y en la Sierra de las Nieves que desaparecieron a

principios del siglo XX.

En la actualidad se ve algún ejemplar sobrevolando los cielos del Valle del Genal, lo

que supone una excelente noticia por que indica que en pocos años se pueden criar los

primeros pollos de quebrantahuesos en la Serranía un siglo después de su desaparición.

El ejemplar de la foto fue visto y fotografiado por Gonzalo Astete a quien agradezco su

gestión.

Bibliografía

https://ethic.es/

https://www.diariosur.es/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA BUITRE LEONADO

Andrés Rodríguez González Diciembre 9th, 2019

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

BUITRE LEONADO. Gyps fulvus

Es un ave de gran tamaño, con una longitud de entre 95 a 110 cm, una envergadura de 230 a 265 cm y un peso de 6 a 9 kilos. Es uno de las aves carroñeras más voluminosas de Europa, está dotada de excelentes adaptaciones para la detección y el consumo de todo tipo de carroñas de gran tamaño y también una de las más longevas.

Apenas existe dimorfismo sexual en cuanto a tamaño y diseño. Las aves adultas tienen una coloración general pardo-grisácea, con las regiones dorsales algo más pálidas, en contraste con las rémiges oscuras, mientras que las ventrales son de tonos marrones y pueden aparecer sutilmente listadas con un tono más claro. Los juveniles, por su parte, son de color marrón rojizo, más oscuro que en los adultos, y poseen un plumaje compuesto por plumas lanceoladas con finas estrías claras, que son renovadas progresivamente por otras de perfil redondeado. Visto de cerca, en la cabeza y el cuello, se aprecia un poderoso pico, un penacho de plumas y el largo  cuello desplumado, cubierto tan solo por un fino plumón, que se adapta perfectamente a la explotación del interior de los cadáveres. Es en esta zona anatómica de la rapaz donde se pueden apreciar con mayor facilidad las diferentes edades de las aves, los buitres adultos tienen el pico de color hueso, el penacho del cuello blanco y algodonoso, el plumón de la cabeza claro y el iris de color amarillento o ambarino, mientras que los ejemplares juveniles lucen un penacho muy patente y desflecado, compuesta por largas plumas lanceoladas de color rojizo, y tienen el iris y el pico negros. A medida que transcurren los años, los buitres leonados van pasando por diferentes plumajes intermedio, en los que progresivamente, adquieren el aspecto de adulto, cosa que sucede cuando cuentan con siete u ocho años.

Visto en vuelo, el buitre leonado ofrece una silueta inconfundible, con las alas largas y anchas y una reducida cola. También en estos momentos se pueden diferenciar las edades de las aves, ya que los adultos tienen, comparativamente, la cola más corta que los juveniles y el borde posterior del ala más recto, mientras que estos lo presentan aserrado.

Es un ave silenciosa salvo en las disputas por las carroñas o por los mejores emplazamientos en posaderos y dormideros, cuando emite una larga serie de sonidos guturales y bufidos.

Resulta inconfundible tanto en vuelo como posada.

El tiempo de celo empieza en diciembre y termina en abril. Antes del apareamiento, el macho corteja a su hembra de forma un tanto bruta. Las parejas vuelan unidas realizando pasadas rápidas sobre la cornisa donde próximamente nidificarán. Ambos sexos participan en la construcción del nido, elaborado con palos, paja y pelo Incuban en cortados llamados “buitreras”, que habitualmente son los mismos siempre. Ponen a finales de enero. La incubación del único huevo dura unos 52 días y está a cargo de ambos progenitores, que se turnan a intervalos de 24 ó 48 horas. El pequeño abandonará el nido en julio o agosto.

Se alimenta de carroña, la mayoría de las veces en franca descomposición pero otras veces de cadáveres recientes. En áreas donde son habituales los buitres, se les ve reunirse alrededor de una animal muerto con una rapidez inusitada. Una vez llegado junto a la carroña, el buitre se comporta de una manera tímida, pero una vez ha dado comienzo su comilona, se enzarzan en espectaculares peleas, en las cuales suele quedarse con la mejor tajada el que llegó más hambriento.

Forma colonias en los cortados, los acantilados y las paredes rocosas, independientemente de que éstos se hallen en macizos montañosos o en zonas altitudinalmente bajas.

Suele hallarse en las repisas de los cantiles hacia el amanecer, a la espera de que el sol caliente el aire y se formen las corrientes térmicas sobre las que planear. De este modo el buitre vuela a lo largo de todo el día sin apenas gastar energía. Al atardecer regresa a la buitrera para descansar.

Aunque es un ave sedentaria, los individuos más jóvenes pueden recorrer grandes distancias apartándose de sus progenitores.

Está presente en casi toda la Península Ibérica, salvo en Galicia, el oeste de Asturias y algunas áreas del Levante. En estas zonas pueden sin embargo observarse individuos estivales, que seguramente usen la costa cantábrica como área de campeo.

Bibliografía

https://www.seo.org/

https://www.faunaiberica.org/

Buitre negro

Andrés Rodríguez González Junio 17th, 2009

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA
Andrés Rodríguez González  www.laserranianatural.com
Buitre Negro. Nombre científico Aegypius monachus.
El ave de mayor tamaño de la Península.
La semana pasada traíamos a estas páginas a la rapaz nocturna más grande de España, hoy, al ave de mayor tamaño de toda la Península Ibérica. Tanto la fotografía anterior del Buho Real como ésta son de Juan Tebar.
Es de los pocos buitres que se pueden encontrar en Europa junto con el Buitre Leonado, el Alimoche y el Quebrantahuesos
Su envergadura alar es de unos 250 cm, algo más que la del buitre leonado, aunque se han mencionado casos de individuos de mayor tamaño,  incluso de 3 metros. Su plumaje es sombrío. Las plumas del dorso son marrones con tintes negruzcos, siendo la zona ventral del cuerpo aún más oscura. El cuello y la parte de la cabeza se encuentran totalmente desnudos, mientras que la cara y la parte superior de la cabeza aparecen cubiertas por plumón. En la base del cuello llama la atención un collar de plumas pálidas de pequeña longitud.
No existen diferencias aparentes entre machos y hembras, aunque sí entre los adultos y los jóvenes, que tienen un plumaje casi negro.

Su silueta de vuelo es parecida a una tabla, con el cuello recogido mientras vuela, la cola corta y triangular.
Está presente en el cuadrante sudoeste de la Península Ibérica y en Mallorca. Habita  preferentemente en bosques de encinas, alcornoques y quejigos, aunque en las islas Baleares aparece en los pinares de los acantilados costeros. El buitre negro cría en los árboles. El nido es renovado antes de cada temporada, pudiendo alcanzar un diámetro de 2 metros y una altura de hasta uno. A veces convive con los leonados, entonces suele descansar en nidos vacíos de éstos. Esta especie es monógama. Cada año (aunque a veces pasan alguno sin procrear) la pareja retorna al mismo nido que han usado año tras año, añadiéndole alguna capa más. La hembra pone un sólo huevo que la pareja incuba por turnos durante 55 días.

En su dieta prefieren el tejido muscular de la carroña, desgarrando incluso el pellejo para poder devorar los músculos. Escupe los pelos, después de haberse atragantado con ellos, en forma de bola indigerible, llamada egagrópila.
En sus nidos se han encontrado restos de conejos, ardillas, tortugas y lagartos, cosa que hace suponer que también pueden capturar pequeñas presas vivas. Este buitre es un ave sedentaria, si bien los individuos jóvenes realizan largos viajes exploratorios al emanciparse de los padres. Su comportamiento es más solitario que el del buitre leonado.
Su principal área de distribución es asiática, en Europa se le puede encontrar en los alrededores del Mediterráneo, especialmente en las Islas. En invierno se los ha localizado en el valle del Nilo, Palestina y Corea. Más raramente en Japón.
Esta especie está protegida en varios países, después de que haya sido perseguido durante decenios por los pastores que lo consideraban erróneamente un peligro para sus rebaños.

Posiblemente la mayor causa de mortalidad de la especie sea el veneno. Otras amenazas importantes son la explotación inadecuada de determinadas masas forestales, la eliminación sistemática de carroñas y la gestión inadecuada de los montes.

Las fotografías, como todas las de Juan Tebar, extraordinarias.