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PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Espárrago

Andrés Rodríguez González Diciembre 13th, 2019

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Espárrago.  Asparagus acutifolius

Es una planta vivaz, perenne.

Asparagus es un género con unas 400 especies de plantas angiospermas pertenecientes a la familia Asparagaceae, dentro de las Liliaceae. Tiene numerosas especies nativas de Europa, Asia y África, adaptadas a hábitats desde selva tropical a semi-desierto. Muchas son plantas trepadoras , se consideran herbáceas perennes o subarbustos y todos son espinosos. Las diferencias de aspecto se deben a su adaptación a las comunidades y los ecosistemas en que se producen.

La mayoría son dispersadas por aves. Producen semillas esféricas o subesféricas de 4-7 mm de diámetro dentro de una baya esférica, de 4.5-10 mm de diámetro. En las Canarias, varias especies crecen en el hábitat húmedo denominado Laurisilva y han preservado la forma original de las hojas. En el clima más seco del Mediterráneo, el género Asparagus ha evolucionado desde el Terciario a formas espinosas adaptadas a la sequía.

El género es de sexualidad dioica, es decir tiene flores masculinas y femeninas en plantas separadas. Las flores están dispuestas en racimos. La mayoría de especies poseen raíces tuberosas con numerosos tubérculos translúcidos de forma elipsoidal. Tradicionalmente se han empleado algunas especies como alimento, sobre todo los brotes jóvenes, aunque muchas de ellas se cultivan como plantas ornamentales en maceta.

El género fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum en 1753. El nombre del género “Asparagus” que proviene del griego: “a” como partícula negativa y “speirs” como semilla; se refiere a que se puede multiplicar por vía vegetativa. En la Serranía de Ronda tenemos cuatro especies de Espárragos: El Triguero, el Silvestre o Negro, el Blanco o Blanquillo y el Espárrago Borde.

En general aparecen hacia la Semana Santa. No es aconsejable recogerlo en los bordes de carreteras por la contaminación de los gases procedentes de la combustión de los vehículos a motor.

Se puede encontrar en caminos, en suelos secos y soleados. La esparraguera triguera crece a lo largo de toda la Serranía de Ronda, en laderas pedregosas orientadas al sur. Es una fuente rica de ácido fólico, potasio, fibra natural y rutina. El nombre del aminoácido Asparaguina se derive de la palabra “Asparagus”, ya que la planta es rica en este compuesto, en concreto en los retoños nuevos o espárragos se puede encontrar gran cantidad. Existe una receta para la cocción de los espárragos en el libro más antiguo de recetas que existe, “De re coquinaria”, Libro III de Apicius. Fueron cultivados por los antiguos egipcios, los griegos y los romanos, los cuales los comieron frescos de temporada y secaban el fruto para su uso en invierno. Aparte de comerlos, tienen otras funciones como ser un importante diurético. Las rizomas y la raíz del espárrago se usan medicamente para tratar infecciones de orina además de infecciones de piedras en el riñón y la vejiga. Se cree que los espárragos tienen propiedades afrodisíacas, una creencia que se debe en parte a la forma fálica de los tallos.

También se usa para evitar la erosión en las laderas y en jardinería en rocallas por sus tallos blancos y su altura. Florece en verano con unas flores blancas pequeñas muy hermosas.

Bibliografía

Wikipedia artaj.es

www.horticom.com www.botanicayjardines.com

www.montesdemalaga.org

www.montaraz.com

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Enebro

Andrés Rodríguez González Diciembre 20th, 2017

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Enebro. Juniperus communis.

El enebro es un arbusto de hojas perennes. De la familia de las Cupresáceas.
Llega a medir unos 2 metros de altura aunque se han llegado a registrar ejemplares de 10 metros de altura. Este arbusto está presente en la mayoría de las regiones de clima frío del hemisferio norte.
Este arbusto presenta numerosas ramas, su característica distintiva son sus hojas con forma de agujas grandes, de un color verde intenso. Estas hojas se agrupan en las ramas de a tres, en forma de espiral.
El enebro es dioico, es decir que existen plantas masculinas y, por otro lado, femeninas. Lo que significa que no se presentan ambos sexos en una misma planta, sino que la diferenciación sexual se da entre plantas.
Las flores del enebro aparecen en el otoño en las plantas femeninas y en la primavera florecen las masculinas. Los frutos del enebro son gálbulos – y no bayas como muchos creen – que comienzan a aparecer a partir del tercer año de vida de la planta. Son estos frutos los que se utilizan para su consumo. Estos gálbulos son verdes durante su madurez y una vez secos, adquieren una tonalidad púrpura, casi negra.
Además de su uso en la gastronomía y en medicina, son muy apreciados como ornamento en jardines, por ello su cultivo ha ido extendiéndose a la jardinería de particulares, deseosos de contar con una planta vistosa y a la vez muy aromática.
La forma más práctica de reproducir los enebros, es a partir de esquejes. En invierno debe hacerse con esquejes obtenidos a partir de ramas nacidas en esa misma estación. Una vez obtenidos nuestros esquejes, podemos remojarlos durante algunas horas en un preparado de hormonas para enraizamiento. Luego procederemos a plantarlos en una mezcla mixta de perlita y turba. Hay que mantener estas plantaciones en el interior a una temperatura que deberá ser de entre 15 y 27°C y facilitándoles buena recepción de luz solar.
Si queremos hacer nuestra reproducción en verano, deberemos realizarlo a partir de esquejes obtenidos de ramas nacidas en verano. En este caso, no es necesario protegerlos del frío.
Es posible reproducir, también, el enebro a partir de injertos, pero aquí la mayor complicación es que obtener los patrones donde realizaremos los injertos, puede llevar unos 3 años.
A excepción de cuando son pequeñas, las plantas de enebro son sumamente resistentes a las heladas, pero hay que tener la precaución de plantar estos arbustos de manera tal que reciban abundante luz solar. Si es posible, debemos plantar nuestros enebros en un lugar del jardín donde reciba sol la mayor parte del día y donde sus extensas raíces no tengan que competir con otras plantas.
Sus raíces se extienden por todo el suelo y son muy aptas para aprovechar los minerales disponibles en el suelo, por ello no se hace necesario abonarlos, aunque suele recomendarse colocar un abono orgánico cada 2 o 3 años.
Soporta muy bien las sequías, por lo que un riego moderado es lo óptimo. En las zonas de precipitaciones regulares, no es necesario el riego y en épocas de sequía, será suficiente con un riego espaciado cada 15 o 20 días.
La poda del enebro se realizará de tanto en tanto, sobre todo para mantener su tamaño y su forma. Lo más conveniente es podar los arbustos en primavera o en otoño.
Los frutos del enebro son utilizados como un excelente condimento para carnes, salsas y rellenos. Para ello se usan los frutos una vez secos, ya que cuando están maduros son sumamente amargos. El enebro se consigue molido como otros condimentos, pero algunos cocineros prefieren molerlo antes de usarlo ya que su aroma se potencia.
Es utilizado desde hace cientos de años para combatir dolencias. Es un excelente diurético que ayuda a estimular el funcionamiento renal y facilitar la micción. Esto mismo, combinado con sus propiedades analgésicas, colabora en enfermedades como la artritis reumatoide. En los casos de hipertensión, a partir de una infusión de enebro, se logra una mayor eliminación de líquidos que ayuda a disminuir la presión arterial. Estimula la producción de ácidos gástricos, esta acción contribuye a abrir el apetito y mejorar la digestión. Estas propiedades actúan también evitando la dispepsia y la acidez estomacal. Por último, señalemos que el enebro es un expectorante eficaz que colabora con los procesos de catarro.

Bibliografía

https://www.flores.ninja

Acebo

Andrés Rodríguez González Abril 13th, 2010

Árboles, arbustos y matas de la Serranía.
Acebo. De nombre científico Ilex aquifolium y perteneciente a la familia de las Aquifoliaceae, es una especie de crecimiento muy lento.
Matorral o arbusto que difícilmente llega a formar un pequeño árbol de unos 6 ó 7 metros de altura. Tiene un tronco recto, porte piramidal, que se ramifica desde la base y que puede llegar a vivir 500 años, aunque normalmente no llega a los 100. Se la puede llamar agrifolio, cardón, cardonera, aquifolio, cebro.
Tiene una corteza que mantiene lisa durante toda su vida. Al principio es de un color verdoso y a partir del segundo o tercer año va tomando un tono gris oscuro intenso definitivo. Sus hojas son persistentes, simples, alternas, con forma ovalada y, como cualidad más característica, con un borde fuertemente espinoso en los ejemplares jóvenes y en las ramas más bajas en los adultos, careciendo de espinas las hojas de las ramas superiores. Duran unos cinco años y son de color verde muy brillante por el haz y verde amarillento mate por el envés, totalmente lampiñas y muy rígidas y coriáceas.
Unas plantas son masculinas y otras femeninas, en las plantas masculinas, las flores aparecen en grupos axilares de color amarillento. En las femeninas, aisladas o en grupos de tres y son pequeñas y de color blanco o levemente rosado, y se componen de cuatro pétalos y cuatro sépalos parcialmente fusionados en la base. Para conseguir reproducir esta planta debemos tener ejemplares de los dos sexos para que exista fecundación.
Los ejemplares femeninos producen frutos carnosos de color rojo brillante o amarillo vivo, que madura muy tarde, hacia octubre o noviembre, y que permanece mucho tiempo en el árbol, a menudo durante todo el invierno. Contiene en su interior 4 ó 5 “huesecillos” o semillas, que no germinan hasta el segundo año, en caso de ser ingerida por algún ave como los mirlos. Brota bien de cepa y escasamente de raíz.
Se encuentran Acebos en el oeste de Asia y Europa formando parte, con ejemplares sueltos, del sotobosque de robledales y hayedos especialmente. Es decir en zona norte de España. En los Montes de Cortes y La Sauceda es posible encontrarlo. Como requiere siempre de ambientes húmedos y umbríos, se cría en el interior de los bosques o en las laderas de umbría, tajos y hoces de montaña. Asciende hasta más allá de los 2000 metros y siempre en suelos frescos y sueltos, preferentemente silíceos.
Tiene el acebo una madera muy dura y compacta muy estimada en ebanistería, marquetería y tornería. Toma muy bien los tintes, por lo que se hacen perfectas imitaciones del Ébano. De la corteza cocida y fermentada, se obtiene la “liga” que se usa para cazar pájaros, y también contiene un alcaloide, la “ilicina”, de propiedades similares a la quinina.
El acebo tiene desde antiguo un gran uso en jardinería por su especial belleza en las hojas y frutos, además de ser un excelente seto ya que tolera bien la poda, por lo que existen gran cantidad de variedades. Se usa tradicionalmente, en origen en el centro de Europa, como adorno navideño, ya que suele tener frutos en esa época, lo que le ha acarreado no pocos daños a la especie, hasta el punto de estar en peligro de extinción en algunas zonas. Hoy es especie protegida en amplias zonas de varios países europeos.

El hecho de fructificar en invierno le da a esta planta un valor ecológico muy importante, al ser una buena fuente de alimento para muchas especies, especialmente de pájaros, en la estación más dura por la escasez de recursos. Estos mismos frutos se consideran purgantes y vomitivos para los humanos, por lo que se ha usado en medicina tradicional. Así mismo, las hojas son diuréticas y, meceradas en vino se emplean como tonificantes.
Existen muchas variedades en jardinería con hojas de diversos colores. Como el que presentamos en la foto obtenido en jardines de Ronda. Requiere cuidados muy simples y se trata generalmente de una planta bastante agradecida, necesita un lugar que no tenga una exposición excesiva al sol, ya que el acebo prefiere la semisombra. El suelo ha de tener un buen drenaje y es preferible que sea ácido. A pesar de que necesita un buen riego, esta especie vegeta bien en terrenos secos. Lo más adecuado es elevar la cantidad de agua en verano y moderarla durante el resto del año. Necesita un abono rico en nitrógeno para fortalecer su crecimiento. No admite bien los trasplantes, pero sí la poda.
Aunque su valor más conocido está relacionado con la decoración de jardines y con los adornos navideños, el acebo también es conocido por sus aplicaciones medicinales: su corteza y sus hojas se utilizaban antaño como un remedio para calmar la fiebre y también como purgante y tranquilizante, pero el veneno de sus frutos obliga a que tengamos especial cuidado con él. Los niños, por ejemplo, se pueden sentir atraídos por el rojo intenso de sus bayas e intoxicarse. Por otra parte, en algunos países se le atribuyen propiedades mágicas, de ahí su tradición y simbolismo. De hecho, para los celtas, el acebo era un arbusto sagrado que utilizaban en el solsticio de invierno (Navidad actual) para atraer suerte y prosperidad.