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PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: JARA DE HOJA DE LAUREL

Andrés Rodríguez González Abril 5th, 2019

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

JARA DE HOJA DE LAUREL Cistus laurifolius

La jara de hoja de laurel pertenece a la familia Cistaceae.

Su nombre común (hoja de laurel) y específico (laurifolius) hace referencia a la forma de sus hojas, a ser parecidas a las hojas de Laurel, aunque no son iguales, son más pequeñas y rizadas que las del laurel.

Es un arbusto de espeso ramaje con multitud de tallos que crecen desde la base, puede alcanzar los dos metros de altura, aunque no suele ser tan alto. Se desarrolla en terrenos ácidos y silíceos. La flor de la jara de hoja de laurel, aparece de mayo a julio y cuenta con unos pétalos de color blanco muy puro, en los que destacan los estambres, largos, abundantes y amarillentos. Mientras que el fruto es una cápsula con 5 valvas, que en la madurez se abren para expulsar la semilla.

La jara de hoja de laurel se extiende por la región mediterránea occidental, ascendiendo hasta los 2.000 metros de altitud en determinados lugares. En la Serranía de Ronda, de naturaleza generalmente caliza, es poco frecuente, tan sólo se encuentra en algunas manchas de terrenos silíceos como en algunas partes de La Nava. Por sus requerimientos de suelo, se suele asociar con la presencia de alcornoques. Sin embargo es una planta relativamente abundante en los montes del centro, este y sur de la Península Ibérica, particularmente en los que son pobres, formando un matorral denso, casi monoespecífico e impenetrable.

Esta planta, al igual que su pariente próximo la Cistus ladanifer o Jara pringosa, es rica en landano, una resina pastosa que se obtenía por destilación de la planta, la que ha sido utilizada con fines medicinales en los siglos XVIII y XIX. Se emplea fundamentalmente para tratar hernias y problemas reumáticos, en forma de emplasto. Estos usos, por la toxicidad implícita en esta planta, están desfasados actualmente, al igual que su empleo como planta ornamental, pues se ha comprobado que esta planta contiene substancias que inhiben el crecimiento de otras plantas, de aquí que estos jarales sean de una pobre biodiversidad y presentarse casi monoespecíficamente dominados por esta sola planta.  Actualmente el único uso etnobotánico que se conoce a la jara de hoja de laurel es para eliminar el desagradable olor que despide el cuero en curación por lo que se ha utilizado para dar aroma al cuero, también se emplea algo en perfumería.

Bibliografía

http://www.sierradebaza.org

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Jara pringosa

Andrés Rodríguez González Noviembre 16th, 2017

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Jara pringosa Cistus ladanifer

Es un arbusto perenne que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura, aunque lo normal es encontrarlos con menor porte, entre 1,5 y 2 metros. Probablemente una de las plantas más conocidas por sus inconfundibles flores, su aroma y sus hojas, pegajosas y brillantes.
Entre los meses de mayo a junio se produce una floración masiva de la jara, que es un espectáculo visual. Los jarales vestidos de blanco aportan al campo un aspecto inconfundible similar al de una gran nevada pero en plena primavera, a lo que sin duda contribuye el tamaño de sus flores de hasta 10 cm de diámetro.
La jara pringosa ocupa suelos silíceos, pobres, con escasa vegetación. Los encinares degradados y zonas de tránsito entre encinar y matorral son el espacio que ocupa esta planta capaz de sobrevivir en las condiciones más duras y en los suelos más difíciles
Recibe su nombre científico de la pertenencia a la familia de las cistáceas Cistus, y del ládano, ladanifer, sustancia pegajosa y aromática que desprenden sus hojas.
El ládano es una sustancia resinosa que la planta emplea para evitar competencia de otras especies vegetales. Al parecer, inhibe el crecimiento de otras plantas, lo que viene muy bien a la jara que ya se las tiene que apañar en suelos pobres que no ofrecen muchos nutrientes que compartir. Además es una planta pionera, aparece de las primeras colonizando terrenos quemados.
Actualmente, el ládano se emplea en la industria de la perfumería, y antiguamente era muy apreciado como cicatrizante, sedante, desinfectante y para elaborar una sustancia que supuestamente ayudaba a curar las hernias. Para la recolección del ládano se empleaban cabras, a las que se dejaba en los jarales con la intención de que terminaran impregnadas de esta sustancia pegajosa. Posteriormente, se procedía a “peinar” a los animales y así separar de su pelo la preciada resina. Otro método más “moderno” y más higiénico era la cocción de las hojas de jara pringosa hasta conseguir una especie de pez o brea con la que incluso se llegaron a embrear las calles de algunas poblaciones zamoranas.
Además del ládano, la propia madera de la jara y las hojas han tenido sus usos tradicionales. Las flechas o dardos usados en las ballestas medievales se fabricaban con madera de las ramas de jara, y de las hojas cocidas, junto a otras especies vegetales, se obtenía una sustancia que servía para curar las heridas que osos y otros animales causaban a los perros en las cacerías. De ello da fe el famoso Libro de la Montería del Alfonso XI.
Las flores de la jara son utilizadas las abejas y la miel obtenida es de excelente calidad y sabor.
En la actualidad, el uso de Cistus ladanifer como planta medicinal no es muy habitual. No obstante, entre sus propiedades medicinales se destaca el carácter balsámico del ládano, incorporado a jarabes para la tos y la bronquitis, como antiespasmódico y en el tratamiento de úlceras y gastritis. El aceite esencial de la jara pringosa es también un antihemorrágico muy eficaz que sirve para tratar heridas y cortes superficiales, ya que es cicatrizante, así como es un muy buen aliado de las pieles maduras y castigadas, porque tiene propiedades antiarrugas. No pueden usar el aceite de jara pringosa aquellas personas que estén siguiendo un tratamiento anticoagulante. Tampoco se recomienda durante el embarazo y la lactancia, ni en niños muy pequeños. El aceite de jara pringosa se utiliza comúnmente por vía tópica, pero en el caso de optar por su ingesta, se recomienda hacerlo siempre por prescripción médica. Además, por su potente olor que puede resultar molesto, no es buena idea difundirlo, ni tampoco tomar el sol después de aplicar el aceite en la piel.
La jara pringosa se distribuye principalmente por Extremadura, centro y sur la de Península Ibérica, y es más escasa en el norte, Galicia y Cataluña.
En nuestra comarca nunca la vamos a encontrar en terrenos calizos pero si aparece entre el matorral  de los alcornoques del Valle del Genal.

Bibliografía
guadarramistas.com
beauty.biotrendies.com