Archive for the tag 'pájaros Serranía de Ronda'

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: Tarabilla europea

Andrés Rodríguez González Noviembre 20th, 2023

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

Tarabilla europea. Saxicola rubicola

 

Pájaro de pequeño tamaño y aspecto rechoncho, su longitud es de 13 cm y envergadura entre 18 y 21 cm.

La tarabilla común es un ave de pequeño tamaño, más o menos como un gorrión común, pero sólo se parecen en el tamaño ya que son muy diferentes. El macho tiene la cabeza y la garganta de color negro contrastando con una mancha en el cuello de color blanco; su vientre es de color naranja pálido y tanto su cola como sus patas son de color negro; sus alas son de color oscuro con franjas de color negro. La hembra, no tiene la cabeza negra, sino parda con una banda clara sobre el ojo y es más estilizada que el macho. Los individuos jóvenes tienen el pecho moteado.

Esta ave gusta de posarse en lugares prominentes y tiene un vuelo rápido y directo, con fuerte batido de alas.

Su canto es breve, agudo y repetitivo, se compone de un trino corto y chirriante. Su reclamo resulta característico y consiste en un chasquido corto, repetido insistentemente, suena como un chac-chac.

En España su hábitat natural son los espacios abiertos con arbustos de bajo porte donde posarse. Los terrenos esteparios, la campiña y los herbazales son lugares elegidos por la tarabilla para establecerse. No se la suele ver en bosque muy cerrados, ni en zonas de cultivo.

El nido es de materia herbácea revestida de pelo y plumas colocado cerca del suelo. La puesta suele ser de cuatro a cinco huevos con dos nidadas anuales desde los meses de abril y mayo hasta julio. La incubación la lleva a cabo solo la hembra y el macho aporta alimento. Tras unas dos semanas de incubación nacen los pollos, que permanecerán en el nido otras dos semanas, alimentados por ambos congéneres.

El comportamiento de esta especie es muy peculiar, ya que se mueve de forma continua, se desplaza de posadero en posadero en busca de alimento, con vuelos cortos y emitiendo su característico sonido. Las parejas de tarabillas suelen desplazarse por la misma zona, de modo que no suelen separarse mucho el macho y la hembra.

La alimentación de la tarabilla es a base de larvas, insectos, arañas, gusanos y orugas, y en menor medida, semillas. Desde su posadero, que suele ser muy variado, desde postes de la luz, vallas y arbustos hasta muros de piedra, es capaz de alcanzar insectos en vuelo y regresar a su posadero de nuevo.

 

 

 

La tarabilla común tiene en Europa una amplia distribución pero no alcanza a la zona más septentrional del Continente. Sus límites al Norte son Dinamarca, Alemania Oriental, Sur de Polonia y Rusia y falta completamente en Escandinavia e Islandia. En la Península Ibérica y en Baleares parece ser en gran parte una especie sedentaria sujeta probablemente a trashumancias invernales, pero con regreso a su lugar de origen. El seguimiento de los ejemplares anillados ha puesto de manifiesto como la mayor parte de las recuperaciones se efectuaron al año siguiente en el mismo lugar.

La tarabilla común es una especie sedentaria en la Serranía de Ronda. No es así con la Tarabilla norteña que solo se ve cuando va y regresa a sus territorios habituales. Se la detecta más fácilmente en las zonas abiertas con abundancia de piedras y matorral espinoso. Como en el llano de las Navas de los Pinsapos que es donde se hizo la foto que acompaña el texto.

 

Bibliografía

https://seo.org/

https://sierradebaza.org/

 

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: RUISEÑOR

Andrés Rodríguez González Mayo 11th, 2021

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

RUISEÑOR Luscinia megarhynchos

Ave de pequeño tamaño (aproximadamante 17 cm), de pico fino y cola larga. No existe dimorfismo sexual, es decir que los machos y las hembras son iguales. Es un pájaro que se esconde perfectamente en la espesura vegetal que raramente abandona, pero resulta muy fácil de detectar por su inconfundible canto, muy sonoro, emitido incansablemente durante el día y la noche. Los ruiseñores son, sin duda, las aves cantoras más melódicas, afamadas y sobresalientes.

Se distingue de los carriceros y del ruiseñor bastardo por su cola rojiza.

El nombre del ruiseñor, hace referencia a su capacidad de cantar de noche. En inglés el nombre se podría traducir como “galán nocturno que canta”.

El color predominante en el cuerpo y en las alas es pardo ocre uniforme, excepto en la cola, que posee un distintivo tono pardo rojizo. Las partes inferiores, mucho más claras, tienen color blanco crema. Los jóvenes volantones, previamente a la muda parcial de su plumaje que tiene lugar antes de que comience la migración, exhiben un plumaje pardo que muestra plumas manchadas en su extremo con motas amarillentas.

Los machos profieren un canto muy elaborado e inconfundible por su musicalidad y variedad. Casi siempre comienzan con pitídos suaves, que van emitiendo con intensidad y frecuencia crecientes, para romper con sonoras notas. Cada nota la repiten de tres a ocho veces in crescendo, hasta que cambian de nota, o bien producen un chasquido o gorjeo con el que rematan la melodía bruscamente. El ruiseñor común canta tanto en primavera en sus zonas de reproducción, como en invierno en África. Tras llegar a los territorios de cría, los machos cantan de día y de noche. Durante el día establecen “combates” sonoros con otros congéneres de su mismo sexo, y por la noche continúan cantando, pero ya más pendientes de atraer a las hembras.

Vive en zonas de maleza, que sean frescas como márgenes de arroyos y ríos con bosques en galería. También en grandes zarzales y hasta en parques, jardines y huertos de frutales.

Llega en primavera y permanece durante el periodo reproductor.  Es muy territorial,  los machos suelen llegar antes que las hembras a los territorios de cría y marcan sus zonas de reproducción con el canto. Puede empezar a reproducirse en abril, si la primavera es calurosa. Hacen el nido en el suelo o sobre ramas caídas, siempre entre la maleza. Realizan una sola puesta de 4 a 6 huevos.

Se alimenta de insectos, captura sus presas entre hojarasca o al vuelo.

La foto es del gran naturalista José María Canca Guerra, a quien agradezco que me haya permitido usarla.

Bibliografía

https://seo.org

https://www.malaga.es/

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA LAVANDERA BLANCA

Andrés Rodríguez González Noviembre 21st, 2019

LAVANDERA BLANCA. Motacilla alba

Pájaro con una longitud de 18 cm y una envergadura de 28 cm.

Es fácil de identificar por su aspecto, tiene tonos blancos, negros y grises. Su dorso es gris ceniza, vientre blanco, alas negras y con bandas blancas cuando están plegadas.  Muy característica es su larga cola de color negro, con plumas externas blancas, patas y pico negros. La cabeza tiene muchos contrastes, la cara es blanca rodeada arriba y abajo de negro.

Su plumaje invernal es similar, aunque el color negro en la cabeza está más reducido, y muestra garganta blanca y banda pectoral negra.

Ambos sexos son parecidos, pero la hembra tiene la nuca gris. Los jóvenes resultan más uniformes, sin negro en la cabeza y con banda pectoral grisácea.

Un hábito destacado de esta ave es el continuo balanceo de la cola. En invierno se vuelve muy gregaria y se reúne en dormideros.

El reclamo, a menudo emitido en vuelo, se compone de dos notas agudas, fuertes y secas. El canto consiste en una sucesión de notas similares al reclamo, aunque con gorjeos que recuerdan a una golondrina.

Como especie reproductora ocupa latitudes templadas y frías de Eurasia y, marginalmente, Alaska y Groenlandia. En invierno se extiende por África y el sur de Asia, al norte del ecuador. Presenta una variabilidad geográfica muy grande, con 11 subespecies reconocidas, consideradas en ciertos casos por algunos autores como especies separadas.

En España se observa mayoritariamente la subespecie alba, aunque también hay presencia invernal escasa de una variedad que se da en las Islas Británicas, sobre todo en el norte y oeste del territorio ibérico.

La lavandera blanca solo cría en la Península, de forma abundante en el norte y de modo más escaso y localizado hacia el sur, faltando en ciertos sectores de La Mancha, Extremadura y Andalucía. En invierno resulta más numerosa y está más extendida, ocupando también Baleares y Canarias.

Se considera que las aves españolas son sedentarias, aunque realizan movimientos trashumantes y altitudinales de corto y medio alcance. Las poblaciones del norte, centro y este de Europa invernan en la cuenca mediterránea y en África, con pasos destacados a través de nuestro país: el otoñal en octubre y noviembre, y el primaveral entre febrero y abril. La invernada también resulta muy notable, sobre todo en las zonas menos frías del sur y del este. Además muestra una marcada segregación longitudinal; es decir, las aves del oeste de Europa tienden a invernar en el oeste de España, y lo mismo sucede para las del este.

La población reproductora española, relativamente pequeña, se estima en unas 350.000 parejas, quizás muchas más. En Europa se calcula que hay unos 20 millones de parejas, la mayoría en la banda central entre Francia y Rusia. La población invernal española no ha sido evaluada nunca, pero seguramente está formada por millones de aves, pues se conocen dormideros que concentran decenas de miles de lavanderas blancas.

En nuestro país, los resultados de los estudios realizados entre 1998 y 2005 por el programa SACRE reflejan una tendencia estable, sin apenas oscilaciones. A escala europea se cita un declive del 14% entre 1980 y 2003, con tendencia a empeorar a partir de 1990, cuando la reducción asciende al 26%.

En época de cría ocupa ambientes muy variados, en muchos casos con influencia humana y próximos al agua, tales como ríos, arroyos, charcas, pastizales, huertos, regadíos y parques. En la mitad sur peninsular, la asociación al agua resulta más marcada. Respecto a la altitud, nidifica entre el nivel del mar y los 1.600 metros en Gredos, aunque resulta más escasa por encima de los 1.000 metros. Generalmente evita áreas muy secas y bosques densos. En invierno utiliza medios similares, pero con cierta preferencia por cultivos y pastizales. En esta época suele formar dormideros en árboles, muchas veces dentro de zonas urbanas, y en vegetación palustre.

La dieta consta de una gran variedad de insectos terrestres y acuáticos, aunque destaca el consumo de larvas y adultos de moscas y mosquitos. La técnica más empleada para capturarlos consiste en la búsqueda y el picoteo en el suelo y en aguas someras, con ocasionales persecuciones andando y en vuelo. Se alimenta en solitario o en pequeños grupos.

El periodo de cría se extiende entre abril y agosto, puede efectuar hasta tres puestas. En esta época se trata de un ave monógama y muy territorial. El nido, construido por ambos sexos, consiste en un cuenco de ramas y hierba seca, ubicado en un hueco de taludes fluviales, rocas, puentes, edificios o muros. Pone de cuatro a seis huevos, blanquecinos y con finas motas, que son incubados por ambos sexos durante unos 12 días. Tras 10-15 días de cuidados por parte de ambos padres, los pollos abandonan el nido, aunque son cebados al menos una semana más.

Bibliografía

https://www.seo.org/