PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: Álbahaca

Andrés Rodríguez González Septiembre 5th, 2020

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA

Álbahaca. Ocimum basilicum 

Es una hierba que tiene usos ornamentales, medicinales y culinarios. Un cultivo habitual de jardines de primavera y verano, pues crece mejor con temperaturas cálidas que también se cultiva en macetas en el interior de las casas siempre en zonas con luz natural. Entre sus muchas propiedades ayuda a ahuyentar mosquitos y otros insectos, protegiendo así a personas y plantas decorativas y florales, como los geranios. También se utiliza en la industria cosmética e incluso se emplea en la elaboración de dulces.

La llamamos comúnmente planta aromática o especia, pero la albahaca es una hierba de la familia de las lamiáceas, que son plantas con flores de las que hay cientos de géneros y varios miles de especies diferentes. Pertenece al género Ocimum, típico de climas tropicales.

Aunque la gran mayoría de denominaciones en distintos idiomas provienen de la palabra griega “basilikón”, adaptado por el latín a basilius. En castellano perduró la herencia árabe, como otras muchas hierbas y especias , así Albahaca o Albahega derivan del hispano árabe alḥabáqa, que a su vez proviene del árabe clásico ḥabaqah.

Se asocia con la cocina mediterránea, pero sin embargo tiene su origen en la India, allí se suele consagrar a la deidad de Vishnu y se emplea en la medicina ayurvédica, junto a la muy similar albahaca sagrada o tulsi. Es también un ingrediente insustituible de la rica cocina tailandesa y vietnamita. Es originaria de climas tropicales, desarrollándose probablemente primero en zonas de África y, sobre todo, del sudeste asiático. A Europa llegaría desde la India gracias a las rutas comerciales hace más de dos mil años, asentándose pronto su cultivo en zonas mediterráneas. En el siglo XVI se reintroduce en Europa donde se creía que era la planta del diablo y se usaba para ahuyentar las brujas. La historia de la albahaca se pierde un poco en el tiempo, pues las diversas fuentes indican que ya se conocía y se cultivaba varios milenios atrás.

Tradicionalmente la albahaca se planta en balcones y ventanas en las casas de pueblo y, según Font i Quer, se creía que colocar conchas de caracol en el tiesto ayudaba a vivificarla.

La albahaca posee características únicas, como sus hojas que son muy aromáticas, presentando pequeñas flores en verano. En la actualidad se conocen más de 40 especies. Es una planta perenne anual, que no alcanza una gran altura aunque en ocasiones puede llegar a superar los 130 cm. Sus finos tallos se cubren de hojas que suelen ser ovaladas, más anchas o más finas, en ocasiones dentadas, con diferentes tonalidades de verde hasta el morado intenso, casi negro. Las flores se desarrollan a partir de espigas en la parte superior, tubulares y de color blanco o violáceo, de pequeño tamaño. Existen multitud de variedades de albahaca, siendo la llamada de hoja de lechuga la más habitual en los comercios de nuestro país, de hoja más ancha y sabor fresco y dulzón. También abundan en regiones mediterráneas plantas de hojas más alargadas y finas, así como la albahaca morada o púrpura, con las hojas ligeramente dentadas.

Cultivar y cuidar una planta de albahaca en casa es cada vez más habitual. Aunque sembrarla es fácil, se encuentra en macetas en la mayoría de floristerías. Es una de las aromáticas que mejor se adaptan al interior de las viviendas domésticas, tanto sembrada desde semillas como a partir de plantas ya crecidas. Necesita buen sustrato, humedad constante sin encharcamientos, y varias horas de luz directa del sol, siempre protegidas del frío o los cambios bruscos de temperatura. Conviene vigilar que la maceta no sufra la visita de orugas o caracoles, muy aficionados a devorar las hojas. Hoy la producción de albahaca está extendida en todo el mundo gracias a que se desarrolla bien en cultivos protegidos e invernaderos, pues necesita climas cálidos y tropicales para crecer en plenitud. No aguanta bien las heladas ni los ambientes muy secos.

Los antiguos egipcios recurrían a sus fragrantes propiedades para embalsamar a los muertos, en la Antigüedad Clásica se asociaba con significados fúnebres y también de poder y vigor o, incluso, de fecundidad. Son muy utilizadas en nuestra dieta mediterránea para condimentar ensaladas, salsas, postres e innumerables recetas. Se puede utilizar en la cocina de muchas formas. En fresco, colocada en una maceta el alféizar de la ventana de la cocina, se pueden cortar las hojas, grandes o pequeñas y añadirlas a los platos totalmente frescas. Muy utilizada para elaborar salsa “pesto”. En recetas de pasta y ensaladas, con ingredientes como tomate, limón o aceite de oliva, resulta delicioso su sabor penetrante, que algunos consideran picante.

También tiene propiedades medicinales, por contener un aceite esencial rico en estragol, cineol y eugenol, flavonoides y saponósidos. Se considera digestiva, aperitiva, carminativa y antiespasmódica. Favorece la digestión, disminuyendo los gases, la pesadez abdominal, la flatulencia y los calambres gastrointestinales. Alivia las náuseas y el mal sabor de boca. Como diurético actúa frente a la retención de líquidos y la oliguria. Suaviza la garganta en toses espasmódicas e irritativas. Contribuye a calmar las jaquecas, sobre todo las de origen digestivo o hepático, y los dolores espasmódicos de la menstruación. Se le atribuye asimismo el poder de estimular la producción de leche materna. En casos de fiebre alta, se recomienda hervir hojas de albahaca con cardamomo y beberla como infusión. Además, es ligeramente sedante y se ha empleado para calmar los nervios y la irritabilidad. A nivel externo se ha empleado como antiséptica, analgésica y cicatrizante sobre dolores artríticos y musculares, contracturas, heridas leves, eccemas, forúnculos y granos. También se ha integrado en lociones y champús para fortalecer el cabello. Su aceite esencial es un excelente relajante muscular y se aplica en áreas contracturadas y tensas, como cervicales, cuello, nuca o espalda. Se combina con aceite esencial de romero y aceite de almendras dulces y se aplica en masaje suave, dos veces al día. La albahaca, combinada con otras plantas en infusión, puede prevenir las molestias propias de la digestión. Una excelente fórmula de herbolario contra gases y flatulencias es la que combina albahaca con plantas carminativas como el orégano, el poleo blanco y la manzanilla, a partes iguales. Para prepararla se emplea una cucharada sopera rasa de la mezcla por vaso de agua. Se calienta el agua, se infunden las plantas durante cinco minutos y se cuela. Se toma después de las comidas principales. Es buena para la vista debido a su contenido en Vitamina D.

El aceite esencial no debe ingerirse, sobre todo en el embarazo y la infancia.

En Asia estas variedades se multiplican, con especies de sabores más intensos y peculiares, algunas incluso ligeramente picantes, muy usadas en salsas especiadas como los currys de la India. Es muy popular la albahaca tailandesa, algo más leñosa y con un color verde más claro, con matices violáceos. Su sabor es anisado, con toques de regaliz, y toques picantes cuando se consume fresca.

Además de sumar sabor y aroma sin tener que recurrir a salsas calóricas, exceso de sal o azúcares añadidos, destaca por su contenido en flavonoides, potentes antioxidantes que protegen frente a los radicales libres y previenen el envejecimiento prematuro.

Destaca su contenido en vitamina C, betacarotenos y ciertos minerales, aunque normalmente consumimos tan poca cantidad de esta hierba que sus nutrientes son apenas un añadido más dentro de una dieta saludable. Sin duda, el mayor beneficio que nos aporta es el placer culinario, que puede tener efectos relajantes o como estimulante del apetito, según las sensaciones que inspire su aroma en cada persona.

Tal y como sucede con cualquier hierba fresca, una vez cortada es muy delicada y conviene usarla rápidamente. Si la compramos en porciones, hay que fijarse en la fecha de envasado además de la de consumo preferente, y comprobar el estado de las hojas y el extremo de los tallos. Cuanto más verde, brillante y tersa, mejor.

No hay que lavarla hasta el momento de utilizarla, pero sí alargaremos su conservación si envolvemos las hojas, con sus tallos, en hojas de papel de cocina muy húmedas, colocadas dentro de una bolsa de cierre hermético dentro de la nevera.  Para disfrutar al máximo de sus propiedades aromáticas lo mejor es añadirla siempre al final, o en los últimos instantes de cocción, o directamente antes de servir. Se pueden consumir las hojas enteras, directamente crudas -lavadas y secas con mucha delicadeza-, o también picadas, cortadas en tiras o machacadas, si se busca liberar sus aceites y jugos naturales.

Otra posibilidad es emplearla para infusionar y aromatizar caldos, agua fresca, sopas, salsas o aceite de oliva virgen extra, en cuyo caso sí podemos aplicarle calor, suave. Los tallos son comestibles aunque amargan un poco, al igual que las flores, de aroma más sutil, además de decorativas.

Se pueden congelar las hojas crudas en cubiteras cubiertas de agua o de aceite, y es posible secarlas con deshidratadora, en el horno a potencia mínima o dejándolas colgadas al aire, en un ambiente seco y cálido. La albahaca seca se convierte así en una especia de larga conservación, aunque pierde parte de sus aromas y también ese frescor característico.

Bibliografía

https://www.cuerpomente.com/

https://okdiario.com/

https://www.directoalpaladar.com/

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