Archive for Febrero, 2008

Evolución historica de los pinsapos de la Serranía de Ronda (y IV)

Andrés Rodríguez González Febrero 10th, 2008

Autores Andrés Rodríguez, Ana Ayora y Manuel Aviles.

Publicado en Javega en 1992.

Evolución histórica del pinsapar


La escasa extensión que ocupan los pinsapos, unas 2.400 Has. (consideradas ampliamente), el riesgo de incendios forestales en las zonas donde habitan, su valor ornamental y, sobre todo, el hecho de que la Serranía de Ronda en sentido amplio, incluyendo la Sierra de Grazalema, sea el área geográfica por la que se extienden, hacen que el pinsapo sea una especie digna de las mayores medidas de protección.
Actualmente las tres masas de Andalucía se encuentran en diferente grado de conservación. Los pinsapos de Grazalema y la Sierra de las Nieves están en expansión desde hace unos 40 años, habiendo aumentado su superficie, según los cálculos más optimistas, en 1.800 Has. En la Sierra de las Nieves están en expansión en las zonas de Tolox, Yunquera y la Nava de San Luis, mientras que en los montes propios de Ronda están estabilizados sobre terrenos fuertemente erosionados. En los Reales de Genalguacil el bosque está estable, dividido en tres manchas pequeñas, una en cada uno de los términos de Genalguacil, Casares y Estepona. Los enemigos naturales del pinsapo son las condiciones meteorológicas adversas, como las sequías prolongadas que impiden la germinación abundante, así como un hongo que afecta a las raíces y un insecto perforador de las yemas (Dioryctria mendicella), que es especialmente peligroso para los abetos cuando éstos están debilitados por la sequía.
Se conocen abundantes referencias a la evolución del pinsapar en los tiempos más recientes, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la actualidad. Por ellos conocemos que el pinsapar atravesó una situación caótica que lo llevó al borde de la extinción desde finales del siglo pasado hasta aproximadamente 1950.
Se tiene constancia documental que en el año 1833 existía un guarda en la Sierra de las Nieves, pero sus funciones debían de ser más que de preservar los pinsapos, vigilar que los concesionarios de las explotaciones de la nieve, el esparto y los pastos de la Sierra cumplieran correctamente los contratos. Existe en el Archivo Municipal de Ronda documentación al respecto. Por ejemplo en 1835 el arrendamiento de los pastos y la explotación de la nieve fue contratada en mil quinientos reales de vellón anuales a pagar al municipio. Fue a raíz de la visita de Boissier en 1837 y sobre todo con la descripción del pinsapo como nueva especie en 1838, cuando comienzan las primeras iniciativas a favor de la conservación de los pinsapos así como las primeras denuncias sobre el lamentable estado en que se encontraban. Unos de los primeros en formular estas denuncias fue Antonio Laynez, que calculó para la Sierra de las Nieves, 26.000 los ejemplares existentes, casi todos viejos y con poca regeneración, por lo que se mostraba pesimista respecto a su futuro; citaba como problemas principales los incendios y los explotadores de pozos de nieve, llamados neveros, que desmochaban los pinsapos. Cada árbol según Laynez valía unos 30 reales, pero se sacaban pocos por las dificultades de comunicación, sólo se usaban en algunas fábricas de hierro situadas en las proximidades. Diez años más tarde, el gran botánico Laguna denunciaba la falta de medidas de protección del pinsapar y la ausencia de árboles jóvenes a causa de los presión ganadera. Según este autor los rodales de pinsapos menos malos podían reunir de 10-12 ejemplares. La mayoría estaban aislados, es digno de mencionar la cita que Laguna hace de un Tejo, situado en la Cañada del Cuerno, gigantesco, con una circunferencia de tronco de cinco metros veinticinco cm. al que se le calculaba una edad de 700 años. Cuando en 1933 Caballos y Vicioso visitan la zona, comentan que este ejemplar había desaparecido hacía pocos años. Quizá un pequeño Tejo que existe actualmente en esta zona sea un heredero del gigante citado por Laguna.
Por este autor conocemos que los pinsapares de Grazalema y Sierra Bermeja estaban en una situación tan dramática como el de Ronda. También propuso medidas de protección para los quejigos de montaña situados por encima del pinsapar, en el Cerro de las Plazoletas, próximos al punto culminante de la Serranía, e Torrecilla, de 1.919 metros.
Importante efecto negativo sobre el Pinsapar tuvo también el desarrollo del cultivo de la vid. En muchas zonas, la roturación de terrenos desplazó el pinsapar. La aparición de la filoxera en 1878 y la consiguiente destrucción de los cultivos de vid permitió la regeneración del pinsapar en ciertas zonas sobre todo en los bosques de Yunquera. El pinsapar de Grazalema también atravesaba una situación de grave deterioro y todo ello a pesar de que la madera de pinsapo es de mala calidad. Quizás por esa causa, según Juan Gavala y Laborda (1917), esta especie haya sobrevivido, a pesar de la explotación irracional de que ha sido objeto. Este autor comenta que fueron cortados por un explotador de montes 15.000 pinsapos que por las dificultades de transporte nunca llegaron a salir del pinsapar. Años más tarde, en 1 930, Ceballos y M. Martín Bolaños realizan un llamamiento para la protección del pinsapar. Estos mismos autores, son los que al estudiar las hojas de los pinsapos de Ronda, Yunquera y Sierra Bermeja no encuentran diferencias, contrariamente a lo expresado por otros autores. También en este mismo año, conocemos por el botánico catalán Cuatrecases, que elementos culturales de la ciudad de Málaga solicitan que el Pinsapar de Ronda sea declarado Parque Nacional.
Existen llamamientos a favor de la conservación de pinsa¬pos y quejigos de montaña en el extranjero, como la formulada por Ducamp y Barbey.
Beneficioso para el pinsapar fue que los últimos neveros que actuaban en Ronda y Yunquera dejaron de hacerlo hacia 1931. El trabajo del nevero consistía en recoger nieve, aplastarla en pozos hasta convertirla en hielo, que tapado con aulagas y tierra aguantaba hasta la primavera. Entonces a lomos de mulos y por la noche, lo llevaban hasta sitios tan distantes como Olvera y Málaga. Ceballos y Vicioso en su detallado estudio de la vegetación de la Provincia de Máaga de 1933 no olvidan comentar la triste situación del pinsapar, las zonas donde han desaparecido y muestran su escepticismo respecto a la conservación de lo que queda, dado la negativa actuación del hombre al respecto, con acciones como incendios y pastoreo abusivo. Poco después, en 1935, Laza Palacios comenta los estragos causados por los rebaños del Cortijo de la Nava sobre los Pinsapos, además de los destrozos brutales de leñadores y carboneros. El pinsapo joven, cuando es ramoneado por las cabras, desarrolla una mata espinosa, semiesférica y pinchuda, que con los años llega a extenderse sobre una superficie considerable. Así el ganado no puede acercarse y el pinsapo es capaz de desarrollar una buena guía terminal y dar lugar a una árbol esbelto.
La disminución de la ganadería y las primeras medidas de protección que se llevaron a cabo sobre el pinsapar de Grazalema, contribuyeron a que la expansión del pinsapar sea una realidad. Afortunadamente a esas primeras medidas proteccionistas han seguido otras en el pinsapar de la Sierra de las Nieves y los Reales de Genalguacil. El problema más importante al que se enfrenta en la actualidad e pinsapar son los incendios forestales, algunos de enorme magnitud como los ocurridos en Sierra Bermeja en 1971, que duró 14 días y asoló aquella Sierra, dejándola seriamente dañada, o el ocurrido en Yunquera en 1979 que quemó dieciocho mil pinsapos. El último incendio de magnitud tuvo lugar entre los días 7 y 1 2 de Agosto de 1991. Afectó principalmente a los pinares que circundan el pinsapar, perdiéndose algunos ejemplares de los mismos. En la actualidad se está realizando el seguimiento de la evolución de la zona incendiada, estudiándose los efectos que ha causado esta catástrofe ecológica. Parece que se está produciendo una positiva regeneración del pinsapar en los aledaños de la zona siniestrada, pero habrá que esperar unos cuantos años para ver cómo responde la Naturaleza a las irresponsabilidades humanas.

 

BIBLIOGRAFÍA
Bel Ortega, C. y García Lázaro, A. (1990). Guías naturalistas de la provincia de Cádiz. II. La Sierra Norte, Ed. Diputación Provincial, Cádiz.
Calera González, A. y Montilla Castillo, D. (1991). «El pinsapar». Educo, 27: 27-32.
Ceballos, L. y Martín Bolaños, M. (1928]. «Notas sobre el aspecto botánico-forestal de las Serranías de Ronda y Grazalema. El pinsapo y el abeto de Marruecos. Flora y mapa forestal». Servicio Forestal: 16-101.
Ceballos, L. y Martín Bolaños, M. (1930). Vegetación forestal de la pro¬vincia de Cádiz. Ed. Instituto Forestal de Investigaciones y Experiencias, Madrid.
Ceballos, L. y Vicioso, C. (1933). Estudio sobre la vegetación y la flora forestal de la provincia de Málaga. Ed. Instituto Forestal de Investi¬gaciones y Experiencias, Madrid.
Cuatrecasas, J. (1930). Una visita al pinsapar de la Sierra de las Nieves». Butlleti del Institució Catalana de Historia Natural.
Cávala Y Laborde, J. (1917). Descripción geográfica y geológica de la Serranía de Grazalema. 8o/. I..GM.E., Tomo XXXIX: 3-143.
Laguna, M. (1868). El pinsapar de Ronda. Revista Forestal, Tomo I.
Laínez, A. (1 868). Memoria del reconocimiento del pinsapar. Citado por Laguna (1868).
Laza Palacios, M. (1935). Algunas observaciones geobotánicas en la Serranía de Ronda. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, Tomo XXXVI.
Marín, F. y otros (1984). Espacios naturales de la Serranía de Ronda. En Enciclopedia de la provincia de Málaga, Tomo IV. Ed. Andalucía, Granada.
Oria De Rueda, JA; López Quintanilia, J. y García Viñas, J.L. (1991). Conservación y manejo de los abetales mediterráneos. Quercus, 61: 31-35.
Quintero Ariza, J.M. y Salado Natera, R. (1936). El pinsapar, estudio de un bosque autóctono. Premio Rodríguez de la Fuente. Chiclana.

Evolución histórica de los pinsapos de la Serranía de Ronda (III)

Andrés Rodríguez González Febrero 10th, 2008

Publicado en Javega en 1.992

Autores Andrés Rodríguez, Ana Ayora y Manuel Aviles

 

Biología del Pinsapo
El pinsapo pertenece al grupo de las gimnospermas o plan¬tas sin flores, y se encuentra incluido en la familia de la Pináceas, subfamilia Abietoideas. Es un árbol de porte mediano o elevado, que puede alcan¬zar los 25-30 m. de altura. La forma de la copa es cónica, muy perfecta, con ramas desde la misma base del tronco cuando se encuentra suficientemente aislado. La copa es muy densa y oscura, observándose individuos azulados (glaucos) mezclados con la masa principal. Las raíces son gruesas y largas, a veces con un recorrido somero por los suelos pedregosos sobre los que habitan. El tronco es recto y cilíndrico, con la corteza lisa en los pies jóvenes y agrietada en los más viejos, de color pardo grisáceo con tonos blanquecinos. En rodales muy espesos, los troncos pueden presentar grandes tramos sin ramas y bases muy ensanchadas. Las ramas son verticiladas por tres, arrancando casi horizontales del tronco y algo descendentes en el extremo. Los nudos dan dos brotes laterales y otro normalmente hacia abajo. Las hojas son aciculares (en forma de agujas), rígidas y relativamente punzantes, variando entre subcónicas, algo aplanadas o muy agudas, según la edad. Una acícula de pinsapo puede llegar a durar hasta 1 5 años, edad máxima entre todas las gimnospermas, que alcanzan una media de 11 a 13 años. La inserción de las hojas en las ramillas es helicoidal, quedando en una disposición radiada, lo que les permite acumular gotas de lluvia hasta reunir una cantidad de agua equivalente al peso de la propia ramilla, que con sus hojas adopta una forma cilíndrica. La longitud de las hojas varía entre 7 y 1 2 mm. pudiendo llegar en vaguadas y jardines a 20 mm. (Oria de Rueda y Cois, 1991). En los pies jóvenes y en las formas más aplanadas suelen observarse dos bandas claras en el envés de la hoja, que están constituidas por dos hileras de estomas. A veces son cuatro las bandas, y en ocasiones raras es toda la hoja la que presenta el color glauco característico de los pinsapos azulados. En la hoja típica, casi cilíndrica, los estomas no forman bandas diferenciadas sino que se reparten por toda la superficie. Las yemas son ovoides, algo apuntadas, con la base cubierta de resina. La flor masculina se encuentra entre las hojas y es del mismo tamaño que ellas. Su color varía de verde a rojo púrpura cuando maduran, siendo de color pardo después de la polinización. Se encuentran situadas más bien en la parte alta del árbol, agrupadas en los extremos terminales de las ramas. Las flores femeninas o conos femeninos son verdes primero, y pardoverdosas después de la fecundación. Tienen forma cilíndrica oblonga, con una longitud que oscila entre los 3 y 5 cm. de diámetro. Son sentadas y erectas y no muy numerosas, estando situadas en la parte superior de la copa, en ramas cercanas a la guía.
Las plantas son oblongocilíndricas o cilíndricas, con el extremo no agudo. Durante su desarrollo son pardoverdosas y en la madurez pardas. Tienen de 10a 16 cm. de longitud y de 3 a 5 cm. de diámetro. Las escamas tienen forma de cuña en la base, siendo anchas y redondeadas en un extremo. El piñón es triangular, anguloso y con forma de cuña, puede medir de 6 a 8 mrn. de largo, y tiene un ala membranosa ancha de 12 a 16 mm. siendo su peso total de 50 mg.
La floración se produce entre abril y mayo, madurando los piñones entre los meses de septiembre y octubre. Inmediatamente después se desintegra la piña. La fructificación será más abundante cuanto más húmedo haya sido el ciclo meteorológico del año anterior. La regeneración natural será buena siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones: diseminación abundante seguidas de varios años lluviosos con veranos suaves y cortos; suelo poco degradado y con un mínimo de cobertura vegetal, siempre con especies que no presenten agresividad; situación a abrigo de los vientos. Coloniza fácilmente los matorrales bajos cuando no forman rodales, y especialmente los aulagares siempre que sean densos y hayan formado una espesa capa muerta, y por supuesto se hallen acotados al ganado. El número de pinsapos por Ha. que se considera óptimo oscila éntre los 2.000 árboles, cuando tiene unos 20 años de edad, y los 300-500 en las masas adultas.
El problema de la reforestación del pinsapo está aún por resolver. La germinación en vivero es fácil, pero cuando los nuevos plantones se traspasan a la sierra, con pocas excepciones, mueren en el primer o segundo verano, cualquiera que sea la cantidad de sombra, la inclinación de la pendiente o la cantidad de suelo. En vivero o en jardín crece sin dificultad cuando se le proporciona agua suficiente en verano.

Ruta por el Río de El Burgo. Una nueva ruta por la Sierra de Las Nieves.

Andrés Rodríguez González Febrero 9th, 2008

Se propone la realización de una ruta de tipo Circular de unos 20 Kms. de distancia, la dificultad se puede clasificar de media. Se recomienda llevar bocadillos y agua.

Los Sauces
 Es una ruta perfecta para aficionados a bicicleta de montaña.
Desde el pueblo de El Burgo nos dirigimos por la carretera hacia Yunquera, cuando llevamos recorridos unos 2 Kms hemos de abandonarla para tomar un ancho carril a la derecha junto al punto kilométrico 27. Tras pasar junto a un vivero desmantelado y recorrer unos 3 Kms. de carril llegamos al “Refugio de La Fuensanta”, un antiguo molino que se alimentaba de un magnífico manantial, junto a él existe una antigua Área de Acampada (ya no funciona como tal) en las frescas chopaledas que lo rodean. Es digno de realizar una parada y disfrutar del entorno. Andando también podriamos llegar al Refugio por otro camino, cuando cruzamos el río de El Burgo sale un camino a la derecha que será el de nuestro regreso, ese no lo tomamos, sino otro que también parte a la derecha muy cerca del anterior, es el “Camino del Convento”.
Desde el refugio continuamos por el ancho carril en dirección oeste entre pinares de repoblación y escasas encinas, un crucero de piedra marca un camino que no debemos tomar, continuamos por el carril principal, a la izquierda queda el Cortijo de La Regertilla, algo más de 3 Kms adelante el carril se bifurca en dos, como referencia sirva que existe otro crucero de piedra de imitación románica, por la derecha será el camino que sigamos para el regreso, por ahora continuamos por el carril de la izquierda que nos lleva hacia el Area Recreativa de Los Sauces, poco más adelante un arroyo cruza el camino como referencia de que vamos bien nos pueden servir las curiosas formas que presentan los pliegues de las rocas, en época de lluvias se forma una espectacular cascada llamada Chorrera de Los Perdigones.
El suave ascenso continua hasta llegar a una zona llana donde encontramos otro crucero de piedra, entonces el camino se abre en trés. Por la derecha se va al cortijo de El Palancar y el Peñón de Ronda, es por el camino del centro por donde bajamos hasta el Area Recreativa de Los Sauces, allí se encuentra la tapia y la cancela  que da acceso al Convento de Las Nieves, al ser propiedad privada es necesario un permiso para poder acceder a él. Del Área Recreativa de Los Sauces parten diferentes caminos hacia el pinsapar, en verano no es el momento más adecuado para hacer estas rutas por el peligro de incendios forestales, esperaremos a la llegada del otoño.
El camino de regreso lo haremos en dirección contraria por donde hemos llegado hasta encontrar el segundo crucero de piedra, el carril se abre en dos, por la derecha bajariamos a la Fuensanta, por donde vinimos, tomamos entonces el de la izquierda que en continuo ascenso nos llevará hasta el Puerto de La Mujer. Desde aquí se tienen preciosas vista sobre el Valle de Lifa adonde se dirige una vereda y es posible llegar hasta Ronda.
No abandonamos el carril que traíamos y comenzamos un descenso teniendo siempre a nuestra izquierda el río Turón también llamado de El Burgo. De cuando en cuando en el cauce del río se aprecian diversas represas o azudes que tienen la función de frenar las impetuosas aguas del río. El río nace de la unión del arroyo de La Higuera y el de Lifa, recoge las aguas de buena parte de los arroyos que nacen en los pinsapares de la Cañada de Las Animas y el Peñón de Ronda. En tiempos pasados la fuerza torrencial del Turón originaba grandes destrozos en las huertas y molinos llegando a principios del siglo XX a originar perdidas de vidas humanas. Algunas surgencias alimentan al río garantizando un cauce continuo incluso en pleno verano, la principal surgencia aparece cerca del carril, en un punto marcado por la presencia de unos contenedores de basura, es el momento de disfrutar del agua. Del Azud parte una acequia de riego, siguiendola también llegaríamos al pueblo.
En los bordes del camino se ven unas altas y delgadas chimeneas que surgen del suelo, es un sistema de alivio de la presión de la tubería de agua que, de otra forma, se podría romper a causa de la fuerte presión.
Los pinares de las laderas van dejando paso a cultivos de almendro y olivares. Junto al río encontramos sauces, chopos, algunos eucaliptos, higueras, grandes zarzales y adelfas. En las huertas destacan sobre todo los hermosos nogales y gran variedad de frutales.
Desde el Puerto de La Mujer recorreremos unos 7 Kms, siempre en descenso, hasta llegar al pueblo de El Burgo.

Paisajes calizos

Evolución histórica de los pinsapos de la Serranía de Ronda (II)

Andrés Rodríguez González Febrero 8th, 2008

Publicado en Jabega 1992

Autores Andrés Rodríguez, Ana Ayora y Manuel Avilés.

Posición Taxonómica
Diversas pruebas botánicas como la forma de las hojas, los haces conductores y canales resiníferos acreditan la antigüedad y escasa evolución de esta especie que se considera como la más primitiva de las cuatro especies auténticamente mediterráneas.
Un ancestro del pinsapo actual poblaba las Cordilleras Norteafricanas y Béticas durante e Terciario, hace unos veinte millones de años, cuando las Cordilleras Béticas estaban unidas con el continente africano. Su aislamiento comenzó en e Mioceno, hace unos quince millones de años, cuando las Cordilleras Béticas y el Rif marroquí quedaron aislados de la zona argelina. El abeto ancestral quedó dividido en dos poblaciones, en la isla el antecesor del pinsapo y en el continente africano el antecesor del abeto argelino. Hace unos diez a cinco millones de años, en el Plioceno se formó el Estrecho de Gibraltar y es cuando se unen los territorios marroquí y argelino, quedando los pinsapos divididos en dos grupos, unos en el sur andaluz y otros en el Rif marroquí. Al final del último período glacial, hace unos quince mil años, el pinsapo no podía estar en las alturas actuales, de mil a mi ochocientos metros, debió estar en una franja costera que tendría una temperatura de 8 a 9,5 grados centígrados, más baja que la actual. Hace diez mil años, en el Holoceno, con temperaturas similares a las actuales, pudieron los pinsapos alcanzar sus cotas actuales, pero como los cambios de vegetación son más lentos que los climáticos, hace relativamente pocos milenios debió e pinsapar establecerse en las cotas actuales. Para la Ciencia, el descubrimiento del Pinsapo se debe a los farmacéuticos malagueños Félix Haenseler y Pablo Prolongo que en sus herbarios mostraron ramas de Pinsapo al gran botánico Edmond Boissier cuando visitó la ciudad de Málaga en el año 1837, y le acompañaron en una visita a la Sierra de las Nieves. Boissier en 1838 publica la descripción botánica en una revista científica de Ginebra y le da el nombre de Abies pinsapo. Ya en el siglo actual el botánico francés Trabut describió una nueva especie Abíes marocanna, a través de una ramita enviada desde Marruecos por el botánico Joly. En 1927 los botánicos españoles Luis Caballos y Manuel Martín Bolaños, después de un viaje al Atlas marroquí llegan a la conclusión de que el abeto de Marruecos es una variedad del Pinsapo andaluz y no tiene categoría de especie diferente. Esta conclusión es la aceptada en la actualidad, sin embargo el otro abeto próximo, en Argelia, de nombre Abíes numídíca sí es considerado una especie diferente.


Distribución: Requerimientos climáticos y ecológicos
En la Península Ibérica el pinsapo se da espontáneamente en la Serranía de Ronda, repartido en tres masas boscosas relativamente grandes: Sierra de las Nieves, Sierra del Pinar y Sierra Bermeja. El pinsapar de la Sierra de las Nieves se encuentra situado en los términos municipales de Ronda, Tolox, Yunquera y Parauta, sobre calizas triásicas y estratos cristalinos, ocupando una extensión aproximada de 1.000 Has., en altitudes entre 1.000 y 1.800 m. Según Caballos y Martín Bolaños, en 1 828 este pinsapar ocupaba una extensión en la zona de los montes propios de Ronda de unas 400 Has. Existe un pinsapar joven y vigoroso, que se extiende continuamente, en la finca denominada Nava de San Luis, en la Sierra de Alcor (Marín y cols., 1984). La Sierra de las Nieves es un área protegida que goza desde 1989 de la catalogación como Parque Natural, con una extensión de 16.564 Has. En los terrenos de la Sierra de las Nieves pertenecientes al municipio de Ronda, los pinsapos se extienden por tres cañadas, la del Cuerno, la de Enmedio y la de las Animas, con árboles viejos y poca regeneración, debido sin duda a la intensa presión ganadera que hasta hace pocos años sufría la zona. Los pisos de vegetación en la Sierra de las Nieves están claramente marcados por la altitud. En las zonas más elevadas se encuentran sabinas enanas, por debajo los quejigos de montaña, y más bajo aún está el pinsapar, hasta aproximadamente los 1.000 m. Mucho mejor aspecto, con gran cantidad de árboles jóvenes y de edad intermedia, presentan los bosques de pinsapos en los términos de Tolox, Yunquera y Parauta. Pequeñas manchas de pinsapos y árboles sueltos se encuentran en los términos de Istán, Monda, Tolox y Parauta, algunos a menos altitud, a veces a 500 m. y mezclados con diferente substrato arbóreo, de alcornocales, pinos, quejigos, algarrobos y gran cantidad de matorral. Algunas de estas manchas han sido arrasadas por el incendio de agosto de 1991. Mucho mejor aspecto, con gran cantidad de árboles jóvenes y de edad intermedia, presentan los bosques de pinsapos en los términos de Tolox, Yunquera y Parauta. Pequeñas manchas de pinsapos y árboles sueltos se encuentran en los términos de Istán, Monda, Tolox y Parauta, algunos a menos altitud, a veces a 500 m. y mezclados con diferente substrato arbóreo, de alcornocales, pinos, quejigos, algarrobos y gran cantidad de matorral. Algunas de estas manchas han sido arrasadas por el incendio de agosto de 1991. Otro bosque importante está en la Sierra de Grazalema, sobre calizas liásicas y jurásicas, entre los 1.000 y 1.650 m. de altitud. El bosque principal ocupa unas 200 Has. siendo un bosque muy estable y bien conservado, protegido desde hace más tiempo que el pinsapar de la Sierra de las Nieves. Los terrenos fueron adquiridos por el ICONA en 1975, siendo dos años más tarde (1977) declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera un área de 32 km2 de la Sierra de Grazalema. Desde 1984 cuenta con la catalogación de Parque Natural, con una extensión de 47.000 Has. Existen ejemplares sueltos y pequeños bosques de pinsapos en la Sierra de Lijar en Algodonales, en la Sierra del Labradillo, en la Sierra de la Silla de Benaocaz y Ubrique, en la Sierra de los Pinos en Cortes de la Frontera, en Sierra Margarita y en la ladera sur de la Sierra del Pinar. (Bel y García, 1990). El tercer bosque importante se encuentra situado en Sierra Bermeja, en los términos de Genalguacil, Estepona y Casares. Se asienta sobre rocas peridotíticas, entre los 1.300 y 1.400 m. de altitud, ocupando una extensión de apenas 50 Has. protegidas en el marco del Paraje Natural de los Reales de Sierra Bermeja, cuya extensión tota es de 1.236 Has. En total los pinsapares andaluces ocupan una extensión de unas 1.300 Has. (aunque según otras fuentes esta cifra se sitúa en torno a las 2.400 Has.), en zonas climáticamente pertenecientes a piso mediterráneo húmedo, con precipitaciones que rondan anualmente los 1.000 l/m2, aunque hay puntos, como la Sierra del Pinar en Grazalema, que superan los 2.200 l/m2 (¡más de 2 toneladas de agua por m2!), con un máximo en el año 1963 de 4.373 l/m2. Estos niveles de precipitaciones que necesitan los pinsapos explican su ausencia en Sierra Nevada, donde la cantidad de precipitaciones es bastante menor. En cuanto a las temperaturas requeridas, en ia zona la media anual se aproxima a los 1 2° C, con mínimas de hasta -12° C. El pinsapo es relativamente poco exigente en cuanto al tipo de suelo, las masas más importantes se encuentran sobre calizas mesozoicas en Ronda y Grazalema, pero también se asientan sobre peridotitas, como es el caso de Sierra Bermeja, y sobre gneises, en Istán y Benahavís. Prefiere las umbrías en exposiciones norte, este y noreste, sobre laderas y barrancos a veces con pendientes de 100%. Soporta las más elevadas luminosidades de todos los abetos, la provincia de Cádiz presenta, con 3.150 horas de so al año, el índice heliográfico más alto de toda a Península. Es un árbol que además presenta una e evada resistencia al viento. (Quintero y Salado, 1986). Los bosques de pinsapos en estado más natural son densos, con árboles de troncos rectos y elevados que no dejan pasar los rayos solares, haciendo así que el interior del pinsapar permanezca oscuro y húmedo, con el suelo cubierto de una espesa capa de pequeñas hojas en descomposición y con poca presencia de matorral dada la poca luz existente, abundando sin embargo los musgos y los líquenes, muchos de ellos en los troncos de los árboles.

Evolución histórica de los pinsapares de la Serranía de Ronda (I)

Andrés Rodríguez González Febrero 8th, 2008

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS PINSAPOS DE LA SERRANÍA DE RONDA 

(Este artículo fue publicado en Jábega en 1992)
Autores: Andrés Rodríguez González, Ana Ayora Vivas y Manuel Avilés Arias.

 
El pinsapo es una especie residual de los abetos meridionales, que ha permanecido en algunas zonas del sur por gozar de unas condiciones climáticas peculiares. En la actualidad persisten en tres pequeños núcleos de la Serranía de Ronda: la Sierra de las Nieves, la Sierra del Pinar y Sierra Bermeja.
Este artículo nos introduce en la evolución y vicisitudes de estos núcleos a lo largo de la historia, a la vez que analiza las características biológicas de esta especie, y plantea sus necesidades ambientales como ineludibles para la pervivencia de la especie.
Introducción
Alrededor del Mar Mediterráneo existen una serie de abetos, que son los siguientes:
 •         Abíes nebrodensis, del que sólo quedan unos 30 ejemplares en Sicilia.
 •         Abies equi-trojani, Abies numidica y Abies pinsapo, ocupan áreas poco extensas.
 •         A. cephalonica y A. cilicica ocupan áreas de más extensión. El primero en Grecia y el segundo en Turquía y el Líbano.
              Este último tiene el honor de ser el primer abeto protegido por el hombre. Existieron guardabosques y medidores de
       madera fenicios hace más de tres mil años.
 •        Otros abetos mediterráneos son A. borissi-regis, A, bor-mulleriana y A. nordmanniana. (Oria de Rueda y Cois., 1991).
El interés de los pinsapos radica en ser una especie relíctica, un residuo de los abetos meridionales, parte de los cuales desaparecieron al retirarse los glaciares del cuaternario, pero que por unas condiciones climáticas peculiares, algunos han permanecido en nuestra zona. Su distribución actual es en tres núcleos pequeños de la Serranía de Ronda y otros más al sur, una variedad de pinsapos existente en Xauen (Marruecos).
La presencia de árboles aislados y pequeños rodales de pinsapos, indica que debieron formar un bosque único, que en tiempos relativamente recientes quedó relegado en la Serranía de Ronda a tres masas boscosas que son: Sierra de las Nieves, Sierra del Pinar y Sierra Bermeja, que desde no hace muchos años gozan de medidas de protección.
Su interés fundamental es ser una especie única en el mundo y, tampoco debemos olvidar que por su porte es apreciado en jardinería aunque carece de importancia económica por las dificultades que presenta su repoblación y la pésima calidad de su madera.
El nombre de Pinsapo puede tener varios orígenes, uno que derive de la palabra Pinus, acuñada por Teofrasto, el fundador de la Botánica en el siglo IV antes de Cristo, que significa pino silvestre, y de la palabra Sappus, quizá de origen romano y que puede significar abeto. Según esto el nombre de Pinsapo puede significar Pino-Abeto.
El segundo origen que se especula tuviera la palabra Pinsapo parece deberse a la palabra Pinus y a la griega Abíos que significa Longevo, saludable, y también a la palabra latina Avus, que significa abuelo.
Otras posibles etimologías la hacen derivar de las palabras Pinus y Sapo que significa jabón, parece ser que de la corteza del Pinsapo se extraía una sustancia usada como jabón, así el nombre significaría Pino Jabonero. Por último otros autores indican que Pinsapo significaría Pino Fálico por lo erecto y erguido de su porte, ya que el vocablo árabe Zupp (Sap) significa falo, pene, porte. (Calera y Montilla, 1991).

Calendario Natural de febrero

Andrés Rodríguez González Febrero 1st, 2008

Calendario Natural

Sequía en enero.

Caen cuatro gotas y ya pensamos que la sequía se ha solucionado. Pues no es así. Y si no que se lo cuenten a los catalanes que están preparando el puerto de Barcelona para recibir agua que llegará transportada por buques cisterna procedentes de las desaladoras de Almería. Es como el famoso trasvase que se paralizó pero ahora por mar y al revés, desde el sur al norte.
En esa ciudad llevan años haciendo campañas informativas y de concienciación para intentar reducir el consumo de agua, en los últimos siete años el consumo se ha reducido en un 12,4 por ciento. Pensemos que se gastan unos 50 litros si se lava el coche con cubo y 500 l si se hace tirando agua con la goma.
A pesar de las medidas de ahorro emprendidas en la ciudad de Barcelona, un año pésimo como el que llevamos, les fuerza a conseguir agua a cualquier precio. Sin embargo las desaladoras no son la solución definitiva, se pueden utilizar para parchear un problema puntual, pero en una sequía derivada del cambio climático como la que padecemos, sencillamente no sirven, el problema es más grave, sus efectos secundarios son muy perjudiciales. Como ejemplo puede servir que las desaladoras de la Costa del Sol contaminan como 48.000 coches, los bosques de toda la provincia de Málaga absorben menos de la mitad del CO2 emitido.
La solución a la sequía no son nuevos pozos, nuevas construcciones de embalses (en Andalucía ya no es posible ninguno más) o las desaladoras, es moderar el consumo y evitar el derroche, por ejemplo el que suponen los campos de golf.

Pinsapo en la entrada de Ronda

En las elecciones próximas la economía vuelve a ser lo más importante. Como solo le damos importancia a las cosas de las que carecemos y al tema medioambiental se le da muy poca, podríamos pensar que la Naturaleza marcha muy bien. Pero no es así. La Naturaleza reacciona lentamente ante las agresiones, por eso no nos damos cuenta de la gravedad de la situación. Solo veremos el problema cuando la situación sea irreparable.
Que se preparen los alérgicos, muchas plantas están a punto de producir flores adelantándose la primavera considerablemente con lo que las reacciones alérgicas van a ser muy intensas. Como las gripes de este año que duran semanas y hasta meses, han conseguido colapsar las urgencias hospitalarias.

En Ronda resulta que ahora tenemos suelo industrial, hasta hace pocas fechas uno de los grandes problemas de esa ciudad era tener un Polígono Industrial muy pequeño, con difíciles accesos y que no servía para atraer la industria a nuestra ciudad. Se llegó a diseñar un nuevo polígono cerca de la carretera de circunvalación, en las proximidades del nuevo recinto ferial. Determinados políticos lo vendieron como un logro importante y hasta la pusieron  precio a las parcelas. A otros listillos les sirvió para montar alguna agencia inmobiliaria que compraba aquel suelo como rústico y lo vendía como industrial. El suelo del actual polígono se recalificaría y pasaría a urbano, ya teníamos la expansión de la ciudad solucionada por la zona del El Fuerte.
Bueno, pues de lo que se dijo nada de nada, el Polígono Industrial sigue donde estaba. La razón es la nueva normativa de la Junta que prohibe la construcción de núcleos diseminados, excepto cuando no exista suelo urbano. Hecha la ley, hecha la trampa, en Ronda como no se va a liberar para urbano ese suelo del polígono, pues será posible la construcción de nuevos proyectos urbanísticos en los alrededores de la ciudad. Hasta diez proyectos presuntamente especulativos me han comentado que se han presentado.Y mientras el número de viviendas nuevas no ocupadas crece y los precios siguen por las nubes, ¿como se explica esto?, lo de siempre, alguien hace caja.

Almendro en flor 

Las Cabañuelas indican que los primeros días del mes de febrero serán de frío intenso. Locos podrían ponernos los vendavales que serán fuertes algunos días de la primera quincena, alternarán con días de calma y manteniendo las frías temperaturas. Es posible que los vientos de mitad de mes vengan acompañados de lluvias formando temporales.  Continuará el viento y el frío con nubosidad que dejará paso hacia finales de febrero de más frío aún pero con una importante y notoria ausencia de lluvias.

La sequía sigue.

« Prev