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La revista Puente Nuevo como uno de mis Tesoros Vitales

Andrés Rodríguez González Noviembre 21st, 2021

Puente Nuevo como uno de mis Tesoros Vitales

“No se puede amar aquello que no se conoce, ni defender lo que no se ama”. Leonardo Da Vinci .

Las personalidades con tendencias depresivas, mi caso, debemos tener recursos que nos den fuerza y ánimos para seguir vivos. Esos recursos son mis “Tesoros Vitales”. Con los años, me he ido siendo consciente de ello, los he buscado, encontrado y seleccionado. Los uso porque me aportan paz interior y felicidad.

Algunas personas que son conscientes de los intento trasmitir en este texto, les llaman Aficiones. Prefiero llamarles “TESOROS”. Tesoros Vitales.

Empiezo con mi tesoro oculto y privado: La Familia, como es privado y puedo hacerlo, no voy a habla de él, simplemente lo cito.

Maestro. Se podría describir como un tesoro perdido porque ya no ejerzo esa profesión que tuve el acierto de convertir en mi vocación. La administración educativa, manejada por políticos incultos y liberados vagos, decidieron que de trabajador de la enseñanza, Maestro o profesor, como quieran ustedes llamarme, me convirtieron en “Educador”. Sin darse cuenta, o tal vez, sin querer darse cuenta que los maestro antiguos ya educabamos siendo justos en el reparto de notas, no faltando a clase, respetando a los alumnos y sus peculiaridades, tratándolos con el afecto que necesitan y practicando la enseñanza a través del entorno más cercano al alumno, que es el más les motiva para aprender. Creo que me repuse a ese y a otros ataques sufridos. En el cómputo general que se hace hacia el final de la vida, como es mi caso, los aspectos positivos de mi trabajo superan ampliamente a los negativos.

Desde niño me ha dado cuenta que el contacto directo con el suelo, la tierra y el agua me equilibra y me da bienestar interior. Es por ello que tengo a mi jardín y el huerto como dos de mis tesoros vitales importantes.

Las rocas (popularmente piedras) y el suelo son la base y sustento de los ecosistemas y, por lo tanto de la vida. Las plantas, los animales y el resto de los seres vivos no están nunca aislados, entre ellos y la base geológica se establecen una serie de Interacciones que son estudiadas por la ciencia de la Ecología (no confundir con el movimiento social Ecologismo). Comprender el funcionamiento de los seres vivos en el lugar que habitan, las relaciones que se establecen entre ellos y con el medio ambiente, es otro de mis tesoros. Especialmente de un grupo de insectos que siempre me ha apasionado, las Hormigas. La Ecología de las Hormigas en concreto.  Un tesoro que me permite seguir relacionado con la Universidad de Córdoba, mi lugar de formación científica. Con el Departamento de Ecología realizamos en la actualidad estudios comparativos de las hormigas de Talasamtam, un Parque Nacional de Marruecos y las del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves.

Recientemente y dentro del bienestar que me proporciona el trabajo manual, he descubierto otro de mis tesoros, tallar, grabar y pintar piedras en lo que he denominado Taller de Andrés Pasolargo.

Uno de mis tesoros más antiguos, queridos y que más me aportan, son la Sierra de Las Nieves y La Navas de los Pinsapos. Allí practico mi deporte favorito, Andar, además de Fotografía de Naturaleza y Estudio de árboles Singulares especialmente Pinsapos. Los Árboles representan la sensibilidad, el aporte de oxígeno, un pilar básico en mi vida, el templo de mi religión. Estudio árboles singulares de la comarca Serranía de Ronda, mi amigo Juan Carlos Guerrero los graba con drón , estudio los árboles y arbustos de Las Navas, resalveo encinas y participo en repoblaciones en el Corredor Verde del Pinsapo entre los parques Sierras de Grazalema y Sierra de las Nieves.

Muchas de mis actividades son recogidas en un trabajo que realizo desde el año 2.007 que es mi blog www.laserranianatural.com Gran parte de mis estudios sobre las Serranía de Ronda son publicados en el blog. Me permite cultivar y desarrollar una de mis mejores cualidades o tal vez la única que poseo, la capacidad de observación. No sé si sumar también la curiosidad o considerarla sólo coma característica de que sigo vivo.

Un tesoro importante son mis raíces, por eso mantengo fuertes lazos afectivos con mi pueblo de origen, Garbayuela y la Siberia Extremeña comarca donde está enclavado. El libro “Garbayuela a vista de gato cerero”, junto a mis aportaciones para que la comarca haya sido declarada como Reserva de la Biosfera, la cofundación de la Asociación Cultural Fuentelamora y la participación en actividades y eventos diversos, son una realidad actual y una muestra del amplio espectro de nuevas colaboraciones ilusionantes que se avecinan, seguro que harán que me implique cada día con más fuerza en mi comarca de nacimiento.

Un último y no menos importante a pesar de ser citado al final es la  Escritura. Dice Rafael Soler: “Existen dos tipos de escritores, los que escribimos para que nos quieran y los que no saben que escriben para que los quieran”. Desde hace muchos años he tenido muy claro que soy un escritor no profesional que escribe para que me quieran. Aprendí del escritor Gabi Martinez que “para escribir bien es necesario leer mucho y escribir mucho”. A lo que Javier Cercas, en otro consejo, añadió “Y no tener prisa en publicar”. La urgencia en ver mi nombre impreso es un viejo vicio heredado de mi pasado en la Facultad que lleva aparejada la competitividad del curriculum, unido a uno de mis grandes defectos, la necesidad de reconocimiento. Viejos vicios no superados del todo.

Mi necesidad de compartir mis escritos, junto al tiempo proporcionado por la grave pandemia del Covid en la que aún vivimos, han tenido el efecto de hacer que escriba casi convulsivamente en tiempos recientes con la consiguiente elaboración de producciones literarias. En autoedición, que bien a ser que yo soy el que sufraga los gastos ocasionados en la imprenta, estoy publicando una serie de Cuadernillos de la Serranía de la que llevo tres números, Felipe el Siete (reedición del único premio literario que he conseguido), la Tragedia del Tajo de 1917, las Orquídeas del término municipal de Ronda (autor Gonzalo Astete) y dos títulos más en elaboración, Diario de un pastor de la Serranía y la Alameda del Tajo en Ronda. También reciente es mi libro “Diario de Un Cuentista Confinado”, una colección de relatos escritos cada del confinamiento.

Dentro de mis tesoros, la colaboración con el Centro Andaluz  es uno de los más importantes. Desde su nacimiento ha colaborado y participado  en sus actividades. Publique un libro titulado MacPherson y los Orueta en el que se resaltaba la importancia de la Serranía de Ronda en el conocimiento geológico español y europeo. He preparado conferencias  y presentado a insignes ponentes  como Julio Marvizón, el “hombre del tiempo en Andalucía” y sobre todo, he escrito artículos en casi todas las revistas que ha editado el Centro Andaluz de Ronda.

Soy consciente de mis limitaciones y del agobio que puede suponer tanta actividad. Y que debo limitarme y ajustarlas a mis capacidades y edad. Debo seleccionar y el criterio para hacerlo es el afectivo.  Me voy limitando a realizar solo aquello que me aporta bienestar anímico, con lo que tenga alguna relación afectiva y sienta que me lo agradezcan.

Familia, trabajos con las manos, naturaleza, árboles, escritura, las bases de los pilares que forman mis Tesoros Vitales.

“Mis Dioses son los Árboles, mi Tribu habita en los bosques de Pinsapos, mi Cielo es la Naturaleza”.