Andrés Rodríguez González Mayo 25th, 2010
FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA
Por Andrés Rodríguez González.
Lagarto Ocelado (Timon lepidus).
Es un reptil propio de Europa suroccidental y noroeste de África. Es de color verde a oscuro y presenta dos franjas de ocelos azules en el dorso. Durante décadas fue considerado como perteneciente al género Lacerta.
Es robusto, muy vistoso y de gran tamaño, que en ocasiones llega a superar los 24 cm entre el hocico y la cloaca, y los 70 cm de longitud total. La coloración y el diseño varían con la edad y la procedencia geográfica, aunque en la mayor parte del área de distribución los adultos presentan el dorso recubierto de escamas amarillas y negras que pueden formar ocelos. En el sureste de la Península Ibérica los lagartos presentan una coloración grisácea característica, mientras que en el noroeste suelen presentar coloraciones más contrastadas y verdosas. Los flancos presentan manchas azules.
Su área de distribución ocupa el noroeste de Italia (región de Liguria), el sur de Francia (zona mediterránea, incluido el valle del Ródano), la práctica totalidad de la Península Ibérica, donde sólo falta en las zonas más húmedas de la cornisa cantábrica y en las áreas de alta montaña. Se trata de un reptil característico de las regiones europeas occidentales. Es una especie característica de las regiones de clima mediterráneo. Dentro de éstas, sin embargo, se considerada una especie ecléctica que puede encontrarse bajo condiciones muy diferentes. Por ejemplo, en el sur de la distribución se le puede ver desde los arenales costeros, hasta los ambientes de montaña por encima de los 2.400 metros. Son habitantes habituales de los claros del bosque mediterráneo, de los bordes de caminos y zonas agrícolas, de los pedregales, de los bosques de galería del sur de la península, e incluso viven en varios islotes costeros, en parques urbanos o incluso en áreas intermareales de la costa gallega y portuguesa.
En general, es una especie a la que le no gustan las áreas con altos valores de cobertura arbustiva, por lo que es rara en el matorral cerrado. Prefiere sin duda las zonas de vegetación aclarada, siempre y cuando dispongan de numerosos refugios que no necesariamente tienen por que ser pedregosos, por ejemplo, las zonas adehesadas son sistemas especialmente apreciados por los lagartos ocelados, donde alcanzan valores de densidad elevados.
La dieta de los lagartos ocelados es probablemente la mejor conocida de los reptiles ibéricos. A grandes rasgos puede decirse que los lagartos ocelados son insectívoros que ocasionalmente consumen otras presas, como vertebrados, frutos o carroña. A diferencia de otros lacértidos, suelen buscar activamente su alimento seleccionando presas por su tamaño o por su categoría taxonómica, siendo por lo general los escarabajos de tamaño medio o grande las presas más comunes en su dieta. La dentición de los adultos, que dispone de dientes puntiagudos, les permite comer presas duras, especialmente en las zonas más áridas de su distribución.
Es una especie ovípara en la que las hembras realizan por lo general una única puesta al año. El número de huevos en cada puesta varía entre 7 y 25, dependiendo en buena medida del tamaño de la hembra. Los huevos disponen de una cáscara de consistencia apergaminada que le permite un importante intercambio de agua y gases con el medio que le rodea.
La época de celo y puesta varía dependiendo de la región y la altitud, aunque por lo general los cortejos empiezan alrededor del mes de abril, y las primeras cópulas tienen lugar en la segunda mitad de mayo. Las puestas tienen finalmente lugar por lo general en la primera mitad de junio, y los nacimientos tienen lugar entre finales de agosto y principios de octubre.
Por su tamaño, por la diversidad de hábitats en el que puede encontrarse y por su amplia área de distribución, el lagarto ocelado forma parte de la dieta de la mayor parte de los depredadores ibéricos de mediano y gran tamaño. El lagarto ocelado es una presa habitual de los depredadores especializados en reptiles, como el águila culebrera, la culebra bastarda o el meloncillo. También aparece asiduamente en la dieta de todas las grandes y medianos carnívoros y rapaces, y se ha descrito su consumo en muchas otras especies, como cigüeñas, garzas, culebra de herradura o incluso alcaudones.
Se mantiene inactivo durante los meses de invierno. Al llegar la primavera los machos se muestran territoriales y agresivos. Durante la cópula el macho muerde el costado de la hembra e introduce uno de sus hemipenes en la cloaca de esta.
Algunas poblaciones se consideran amenazadas. Desgraciadamente se ha podido constatar en las últimas décadas un proceso de franco declive generalizado en las poblaciones de esta especie. En determinados lugares es apreciado por su carne que, dicen, es suave y recuerda a la de ciertos pescados.
Las fotos son de Juan Luis Aguayo.
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