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Opinión: Que el Dios de las ciudades nos asista.

Andrés Rodríguez González Julio 16th, 2012

Antonio Garrido Domínguez es un conocido autor rondeño, persona de ideas muy claras que no duda en manifestar con fina ironía y recia contundencia, ha escrito numerosos libros, relatos y colaboraciones. Le he pedido permiso para trascribir el texto que sigue, permiso que me ha sido concedido con amables palabras. Acompaño el artículo con una imagen de una Abeja libando en flor de Lavanda, un ejemplo de trabajo para la comunidad y no para beneficio individual, con la esperanza de que algunos tomen nota.

Que el Dios de las ciudades nos asista
Por Antonio Garrido Domínguez
Se veía venir desde hace unos años. Desde que algún famoso le dio con toda intención por comprar unos terrenos, no para su recreo, sino para sus negocios, en suelos de El Castillo; que los tiempos cuentan mal para tenerlo en los bancos, y cuando se gana mucho hay que emplearlo bien, sobre todo si te dejan. Ese centro de interpretación, de visitantes, plazas hoteleras,  o como puñetas se le llame, que para despistar y no alarmar en demasía, se le viene dando cada vez  un nombre diferente, es, como nos imaginábamos desde la compra dicha,  una realidad, está hecho, con PGOU o sin él, no vayamos a engañarnos.  Estos “emprendedores” que vienen a cargarse, es la palabra, la belleza natural de nuestra ciudad, podían haber intentado lo mismo en la Giralda, o en la Torre del Oro, o en la Catedral de Sevilla, que más espacio permite, pero claro, allí no les dejan.  Sí en Ronda, donde somos unos benditos. Podían proyectar lo mismo en terrenos del cuartel de la Concepción, que no sabemos a qué lo vamos a destinar, o en montones de sitios, que los hay. Es  el Tajo o nada. Buen lugar, ¡vive Dios! Y, sí, ya sabemos la historia, muy manida, de que no sé cuántos puestos de trabajo, cuántos beneficios para la ciudad, y, claro,  sin dañar lo más mínimo al paisaje, que la verdad uno no sabe cómo se puede hacer eso, a no ser que se construya, hoy que tantos medios hay, sobre una de esas nubes otoñales que tanto gustan de visitarnos en dicha estación.
Es una maldición, (y no la de Ridruejo, que la pedía para los que dañaran la pureza arquitectónica y paisajística de nuestra ciudad, fueran particulares, miembros del consistorio o de quienes se tratara, que esa sería la justa) sino otra, la que se está derrumbando con todo su peso sobre nuestra ciudad. Desde unas semanas, por citar otra gorda,  anda dañando el sentimiento  y la vista de quien lo contempla ese horroroso teatro para las aves, apretado contra las murallas,  desdibujando y mandando al otro barrio a un paseo y a un entorno tan encantador como original.
Y como entre desatinos, locuras,  y barbaridades contra nuestra ciudad sin descanso nos movemos, se anuncia ahora, en voz baja, no vaya a escandalizarse nadie, la instalación de un restaurante en la Casa del Gigante. ¡Qué mejor lugar para ello, un palacio nazarí! Lo que decimos: no una maldición, sino una verdadera plaga la que está descargado, y lo malo es que no parece cuándo vaya a parar. Que el dios de las ciudades nos asista, aunque hay cosas contra las que, por mucho empeño que ponga,  poco podrá hacer el pobre mío.

Del Incendio de Valencia al intento de especulación “retrasado” en Ronda.

Andrés Rodríguez González Julio 8th, 2012

 Del Incendio de Valencia al intento de especulación “retrasado” en Ronda.
Una vida humana perdida. Tristeza, desolación e impotencia son las sensaciones que trasmiten los medios de comunicación respecto a los sentimientos que quedan tras los dos incendios en Valencia. Han sido veinte las localidades afectadas cuyos términos municipales han sido total o parcialmente arrasados por los incendios que desde el pasado jueves han devorado el interior de la provincia, actualmente controlados. Cincuenta mil hectáreas quemadas, en las instituciones, en los partidos políticos, en los ayuntamientos afectados y en la opinión pública arrecia el debate sobre si era posible evitar una catástrofe semejante, con ecosistemas destruidos y la muerte de un piloto de helicóptero que participaba en las labores de extinción cuyo cuerpo ha sido encontrado en el embalse de Forata. Otros dos pilotos resultaron heridos al caer también su aeronave mientras luchaban contra el incendio de Cortes de Pallás. El Gobierno y la Generalitat Valenciana quieren acelerar la aprobación de un plan para las zonas afectadas. Para quienes les crean, será el único alivio para los que han visto cómo ha desaparecido su paisaje natural, en los pequeños pueblos que vivían del monte, de su explotación y de los que lo visitaban haciendo turismo rural o deportes de montaña. Se han quedado sin nada, en estos tiempos de crisis, pocos creen en promesas de políticos, el terremoto de Lorca está demasiado cerca en el recuerdo. Por el momento, no existe una cifra oficial sobre la superficie que podría haberse visto afectada, que se calculará una vez las llamas sean controladas totalmente. Se mantiene la cifra de 48.580 hectáreas. Pero otras fuentes señalan que la cifra total podría estar en torno a los 55.000 hectáreas. La cifra de desalojados asciende a 3.000 personas de forma preventiva, aunque la mayoría han podido ir regresando a sus casas. El último desalojo se ha producido en el pueblo de Yátova, donde un centenar de vecinos ha tenido que abandonar sus casas. El ministro de Medio Ambiente ha tardado casi una semana en ir a ver los efectos del incendio. Sin comentarios.


El Centro de Recepción de Turistas Toletum, en Toledo, fue inaugurado por todo lo alto con asistencia de las más altas autoridades en 2007. Su construcción y equipamientos costaron ocho millones de euros. Cerró sus puertas hace varios meses. La empresa concesionaria de Toletum ha anunciado que el centro cerraba “por falta de viabilidad económica”. Toletum fue un proyecto promovido por el Ayuntamiento en la última legislatura del PP, inaugurado en diciembre de 2007 por el actual alcalde del PSOE. El grupo municipal popular ha denunciado ahora que el alcalde de Toledo, ha dejado “morir” al Centro de Recepción de Turistas Toletum porque “nunca le gustó” y nunca apostó por su viabilidad. Es decir, la lucha política habitual. Como hasta ahora ha ocurrido en este país, se inicia el montaje con la construcción de un equipamiento que resulta muy costoso, unas veces es la iniciativa privada a cambio de una concesión por muchos años, otras se gastan subvenciones de dinero público y muchas veces se utilizan ambas, iniciativa privada y aportación pública. Son muy conocidos los casos del aeropuerto de Ciudad Real, cuya construcción costó 1.100 millones de euros y cerró por falta de vuelos y pasajeros en octubre de 2011, o el de Castellón que cuesta mantenerlo treinta y cinco millones al año, según la consellería de Turismo, con fondos de los Presupuestos de la Generalitat Valenciana. Después se concede la explotación a una empresa privada ya que las entidades públicas, según los políticos, parecen incapaces de gestionar. No se exige a los funcionarios que hagan sus funciones correctamente, es políticamente más rentable que la gestión la lleve a cabo la iniciativa privada. Si a ello añadimos una absoluta falta de previsión en la necesidad del equipamiento más una mala gestión por parte de la empresa (privado no siempre significa eficacia), obtenemos que un proyecto que se nos vende con ilusión y generador de puestos de trabajo, termina en cierre en medio de estériles polémicas políticas. Pero el objetivo de algunos se ha cumplido, entre tanto, han ganado mucho dinero con la construcción del equipamiento: Una nueva modalidad de “pelotazo”, como antes lo fueron los campos de golf con las urbanizaciones adyacentes y en enladrillamiento de la costa española.
Cuando Toletum abrió sus puertas en diciembre de 2007, su objetivo era ser “la puerta principal de entrada a la ciudad de Toledo, un primer lugar de encuentro en el que todos los visitantes y turistas puedan recibir información completa sobre la oferta turística de la ciudad y ser el punto de partida para iniciar la visita a Toledo”, según anunció entonces la Administración. Lo que suena casi igual al palabrerío que acompaña al proyecto del Centro de Recepción de Turistas de Ronda y sus multiples “acuerdos” con entidades rondeñas. “La creación de Toletum surge como acción del programa de mejora de accesibilidad dentro del Plan de Excelencia Turística de Toledo y proporcionará un nuevo impulso turístico a la ciudad”, según constaba en el proyecto cuando fue presentado públicamente. Que traducido significa que algún o mucho dinero público se invirtió en el proyecto. El caso de este centro de recepción de visitantes que debe cerrar sus puertas por falta de viabilidad económica no es nuevo. Recientemente, la Generalitat catalana se ha desvinculado de 10 centros de recepción turísticos que costaron 6,8 millones de euros y que fueron impulsados por el anterior gobierno catalán. Nuevos ejemplos de luchas políticas enmascarados en más recortes económicos.
El caso de Ronda puede ser similar, pero con un agravante, la ubicación de la propuesta, en la ladera del Castillo que da a la calle Prado (Camino desde El Barrio a la Hoya de Los Molinos) afecta de lleno a la consideración de protección de esos terrenos como Bien de Interés Cultural y otras figuras de protección. El procedimiento para llegar a la situación actual es el siguiente: Alguien bastante conocido en Ronda, adquiere unos terrenos a alto precio (bajo antes de que él lo adquiriera, alguien, se cuenta que cercano a él, actúo de intermediario e hizo mucho dinero), después se busca como ganar dinero con esos terrenos, informados en el Ayuntamiento y ante los problemas que esa zona tiene para poder construir en ella cualquier cosa, se decide montar un centro de recepción de turistas que en realidad es un centro comercial. A continuación se intenta “conveniar” con el Ayuntamiento y conseguir la aprobación de las administraciones implicadas. Se parte de dos premisas, el visto bueno de la administración local y un documento de una Consejería con algo tan poco concreto como una calificación de que el proyecto  “es viable”. Al parecer, existen nexos de unión respecto a las relaciones de la propiedad con algunos políticos locales, respecto al otro documento, basta la firma de cualquier funcionario para decir que algo que le presenten “puede ser viable”. Cualquier cosa sirve para dar un aire de legalidad a lo que no la tiene. El resto es lo mismo de siempre: la venta de “creación de puestos de trabajo”, “la bondad del proyecto”, “obtención del visto bueno de asociaciones locales estableciendo convenios con ellas”, “la puerta principal de entrada a la ciudad de Ronda”, “un primer lugar de encuentro en el que todos los visitantes y turistas puedan recibir información completa sobre la oferta turística de la ciudad”, “el punto de partida para iniciar la visita turística”, “aparcamiento para residentes en la ciudad” …etc, etc y todo para conseguir los fines propuestos en un principio: Ganar dinero.
El tapón del tráfico que se formará en la calle Marbella es incuestionable, que a afectará negativamente al paisaje, también; que este inventó se está montando para que alguien gane mucho dinero y paliar la fuerte inversión que antes realizó, también. Que puede afectar a la declaración de Ronda como Patrimonio de la Humanidad, evidentemente.
Afortunadamente existen organizaciones y políticos que no se dejan convencer por los nuevos cantos de sirena, en el caso de Ronda, la postura contraria a la ubicación del posible Centro de Recepción de Turistas por parte del Consejo Asesor de Medio Ambiente de Ronda es casi unánime. Dos entidades de más de una veintena participantes. Un posicionamiento serio y coherente que se ha mantenido siempre. Con argumentos y alternativas sólidas acompañados con la postura razonada y bien argumentada de los técnicos municipales mostrándose contraria también a la alternativa propuesta, no sólo por cuestiones técnicas, sino por su ubicación.