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PLANTAS DE LA SERRANIÍA DE RONDA. Olivillo

Andrés Rodríguez González Febrero 27th, 2019

PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA.

Olivillo. Phillyrea angustifolia

También llamada Olivilla y labiérnago blanco.

El nombre del género, Phillyrea, deriva del griego y era la denominación que recibía una planta de hojas muy parecidas a las del olivo; el epíteto específico, angustifolia, hace referencia a sus hojas particularmente estrechas.

Es un arbusto o pequeño arbolillo que siempre se mantiene verde y puede llegar a tener hasta de 5 m de altura. Presenta un porte abierto y denso, con ramas delgadas, más o menos erectas y en general flexibles. Su tronco es corto, al ramificarse pronto, hace que la copa tienda a estar a poca altura del suelo. La corteza es más o menos lisa y de un color pardo grisáceo que se va oscureciendo cuando el ejemplar se hace adulto. Tiene hojas simples, opuestas, lanceoladas, habitualmente tres veces más largas que anchas, de 3-8 cm de longitud por hasta 1 cm de anchura, casi sin rabillo y en general con el margen entero o con apenas algunos dientecitos muy espaciados, son de cierta consistencia, verdes por el haz y más pálidas por el envés. Esta especie es ‛dioica’, por lo tanto, presenta individuos con flores hermafroditas y otros cuyas flores son aparentemente hermafroditas pero que solo funcionan como masculinas (androdioica). Las flores, diminutas y muy perfumadas, nacen en primavera en cortos ramilletes junto a la base de los rabillos de las hojas. Cada una consta de 4 pétalos blanco verdosos que están soldados en la base para formar un tubo muy corto. En general, el aspecto del labiérnago recuerda al del acebuche o al del olivo; sin embargo, difiere claramente de estos por sus pequeños frutos carnosos (llamados técnicamente drupas), de menos de 1 cm, de color negro azulado en la madurez y con una forma redondita al principio que luego se vuelve algo picuda en su ápice. Cada fruto contiene un huesecillo.

Vive en zonas boscosas y de matorral donde no haga mucho frío, el labiérnago tolera bien las altas temperaturas estivales o la sequía, pero muy mal el frío. Es relativamente escaso en la Serranía por esa causa. Es indiferente al tipo de suelo y puede vivir en terrenos de arenosos a arcillosos, así como en sustratos pobres en nutrientes y materia orgánica.

Es una especie propia del matorral mediterráneo. Por su agradable y persistente follaje de color verde intenso, habitualmente se cultiva como planta ornamental. Como aguanta bien la poda, con ella se pueden formar setos. Por otro lado, debido a su resistencia al estrés hídrico, se considera una especie particularmente interesante para repoblar lugares muy expuestos al sol y para su introducción en zonas degradadas.

Su madera tiene fama de ser algo quebradiza, por lo que no es apreciada en carpintería. Sin embargo, es bastante buena como leña, pues produce una llama muy activa, y también da un excelente carbón.

La corteza del labiérnago se ha empleado para curtir cueros por su contenido en taninos, mientras que sus hojas servían antiguamente para teñir el cabello.

Antes se han utilizado las hojas y los frutos en infusión por sus propiedades astringentes y refrigerantes, así como para mitigar úlceras e inflamaciones bucales. También parece tener propiedades diuréticas y que se ha empleado contra las fiebres intermitentes. Asimismo, las flores se han utilizado para hacer cataplasmas contra el dolor de cabeza.

Los frutos son dispersados principalmente por aves frugívoras, como las ‛currucas’, y secundariamente son transportados por hormigas. Las aves tienen una doble misión: transportar las semillas y aumentar su capacidad germinativa. Para la segunda función, el paso por su aparato digestivo es primordial dado que los ácidos gástricos actúan reduciendo el grosor de las duras cubiertas de las semillas. Una vez expulsadas, estas tienen una mayor permeabilidad y germinan mejor.

Es una buena planta melífera, ya que produce un néctar muy atractivo para las abejas, aunque no se conoce ninguna miel monofloral de labiérnago.

Bibliografía

http://www.arbolappcanarias.es

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: Labiérnago, agracejo

Andrés Rodríguez González Octubre 10th, 2017

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Labiérnago, agracejo Phillyrea latifolia

Matorral que a veces alcanza tamaño de un pequeño árbol de hasta ocho metros de altura.
Es perennifolio, es decir que sus hojas siempre están presentes. Posee hojas simples, opuestas, lanceoladas o elípticas, lampiñas (sin pelillos) por ambas caras y de borde levemente aserrado.
Sus flores son pequeñas, poco vistosas, amarillentas, semejantes a las del olivo, en pequeños grupos que nacen de las axilas de las hojas. El fruto asemeja una aceituna esferoidal menor de 7 mm, de color negro en la madurez.
Vive por todo el sur de Europa, suroeste de Asia y noroeste de África. En la Península aparece en condiciones de clima mediterráneo algo suavizado: litoral levantino, costa atlántica portuguesa, Andalucía, Cantabria y País Vasco. En la comarca aparece en laderas con mucho matorral orientadas al sur sobre todo en la parte oeste y en el Valle del Genal. Tolera bien la sequía siempre que la temperatura veraniega no suba en exceso, huye de los fríos invernales y es indiferente al tipo de sustrato. Aparece mezclado con encinar y con alcornocal.
Es muy apreciada por el ganado y los cérvidos que suelen comer sus hojas y tallos tiernos por lo que a veces, los ejemplares se encuentran muy ramoneados en sus partes bajas.
La madera es dura, de color blanco a amarillento, aunque escasamente utilizada porque los ejemplares de porte elevado son escasos.
La Phillyrea angustifolia es llamada popularmente “olivilla”. Dificilmente se encuentra ejemplares de más de 3 m de altura y  casi siempre la vemos de porte arbustivo. El ejemplar fotografiado llama la atención precisamente por su altura y porte que le hacen parecer un árbol.
Bibliografía
www.arbolesibericos.es