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ÁRBOLES NOTABLES DE LA SERRANIA DE RONDA: ÁRBOL DEL FUEGO de los Descalzos Viejos

Andrés Rodríguez González Junio 20th, 2021

ÁRBOLES NOTABLES DE LA SERRANIA DE RONDA

ÁRBOL DEL FUEGO, árbol de la Llama. Brachychiton acerifulius

Si tenemos la suerte de verlo florecido durante la primavera, no dudaremos que es una de los árboles ornamentales más bellos y justificaremos su fama como tal.  Antes del nacimiento de sus hojas, ya presenta unas increíbles y bellas flores de color dorado, que parecen llamas de un fuego. De ahí el nombre con el cual se conoce.

Destaca sobre todo por la gran belleza que poseen sus flores, además son muy abundantes y de gran tamaño, lo que unido a que cuentan con una tonalidad dorada, le aportan una bien merecida fama de árbol ornamental.

Su altura oscila entre los ocho y  quince metros, pero se conocen ejemplares de hasta cuarenta metros de alto en su hábitat de origen. Además suelen ser bastante longevos.

Es un árbol peculiar en muchas de sus particularidades. Se puede considerar que es una planta semiperinnifolia, sólo pierde las hojas los años que florece y solo florece cuando alcanza los siete u ocho años de edad. Otra particularidad es que sus hojas varían en cuanto a su longitud, además puede perderlas cuando sobreviene un periodo seco, pero las recupera cuando se acerca el periodo de lluvias. Desde luego las sequias son muy perjudiciales para este árbol, en ellas puede experimentar un envejecimiento precoz e incluso morir.

También cabe señalar que sus flores tienen una forma acampanada, normalmente con cinco pétalos. Tanto los frutos como las semillas cuentan con unas características también particulares, de las que hablaremos con mayor detalle más adelante.

Sus raíces tienen un tono gris y buscan suelo adecuado para desarrollarse, pero sin afectar a la superficie donde se encuentre plantado, es por ello que no levantan el asfalto, ni el acerado ni destrozan el alcorque como otros árboles. Otro motivo que los hace especialmente indicados para su plantación como ornamentos y sombra en calles y plazas.

Los troncos son cilíndricos y rectos, su corteza es lisa pero también puede presentar zonas agrietadas como consecuencia de las ramas que se han  desprendido. A veces presentan engrosamientos que son almacenes de agua para épocas de sequía.

Las hojas son simples, cambian de forma según los ejemplares y la edad dentro del mismo árbol. Las juveniles son lobuladas, tiene cinco grandes lóbulos, otras veces siete. Las de los árboles maduros suelen ser simples o trilobuladas. Otras veces enteras.

Los frutos tienen forma de vaina, son de color negro de hasta diez o doce centímetros. Al madurar se abren y dejan sueltas abundantes semillas de color amarillo cubiertas por pelos irritantes al tacto. Las semillas son comestibles, las comen tostadas los aborígenes australianos.

Suele ser utilizado como ejemplar ornamental dentro de jardines, parques, plazas y también en paseos públicos a causa, no solo de la hermosa tonalidad de su floración, sino también por la forma piramidal que su copa suele adquirir al pasar el tiempo.

El árbol de fuego no solo es conocido por su gran belleza, sino que además destaca por contar con propiedades medicinales, suele usarse con el fin de combatir distintas afecciones en el aparato respiratorio, diversos estudios avalan su uso como tratamiento complementario para enfermedades severas como lo es, por ejemplo, la tuberculosis, también para el tratamiento de diferentes virus y tiene uso frecuente como tratamiento para dolencias reumáticas, para lo cual se aplica en las áreas afectadas, un tipo de maceración de su corteza. En su zona de origen se hierve su flor para preparar infusiones o un té con el fin de tratar tanto problemas respiratorios, además,  resulta muy eficaz para controlar los caracoles y las babosas, que suelen ser plagas habituales en agricultura y ganadería.

Por suerte, el árbol de fuego no presenta un gran riesgo de enfermarse por la presencia de plagas. Sin embargo, en ciertos casos es posible que presente una mayor vulnerabilidad frente a determinados insectos, aunque los mismos podrían ser tratados fácil y eficazmente usando plaguicidas comerciales.

El árbol de fuego se ha extendido por todo el mundo debido a su hermosura, por ser un ejemplar longevo y de crecimiento rápido.

Prefiere los suelos sueltos, profundos y fértiles independientemente de su naturaleza; sin embargo, no suele ser capaz de resistir en suelos salinos. Lo más conveniente suele ser cultivarlo en un terreno arenoso o que sea arcilloso en su defecto, si necesita un buen drenaje que permita regular la humedad a lo largo de los primeros años después de su plantación. Durante el verano requiere de un riego abundante; aunque entre sus principales ventajas destaca que tiene un bajo mantenimiento, dado que prácticamente no es necesario podarlo y basta con eliminar sus ramas estropeadas, muertas o enfermas.

A fin de asegurar su conservación, es preciso brindarle determinados cuidados, comenzando con las condiciones climáticas. En este sentido, resulta esencial asegurarse que reciba luz solar frecuentemente y no cultivarlo dentro de un clima frío o templado, ya que de lo contrario podría morir. Tendrá que estar ubicado en un área espaciosa y dentro de un saludable terreno, el cual le permita que crezca naturalmente sin ninguna clase de dificultades.

Bibliografía

https://www.jardineriaon.com/

http://arboles-con-alma.blogspot.com/