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Fauna de la Serranía: Rata Común

Andrés Rodríguez González Marzo 23rd, 2010

RATA COMÚN Rattus novergicus
La Rata Común o de alcantarilla, es también conocida como Rata Parda por la coloración de su pelo. Es un roedor de mayor tamaño que su congénere la Rata Negra o Campestre (Rattus rattus) de la que también se diferencia por su mayor peso, mientras que esta especie puede alcanzar los 600 gramos de peso, la rata campestre no suele sobrepasar los 250 gramos. Otra circunstancia diferenciadora es que la rata de alcantarilla ocupa medios más urbanos y más humanizados que su congénere la rata campestre o negra,  de la que también se diferencia por el menor tamaño de sus orejas (más grandes en la rata campestre y más cortas y gruesas en la rata parda) y por la longitud de la cola, de modo que mientras que en la rata campestre, la longitud de la misma supera notoriamente la de la cabeza más el cuerpo, en la rata parda o de alcantarilla no alcanza nunca esta longitud. Los ejemplares urbanos, por lo general, son de más tamaño que los ejemplares silvestres.
La rata de alcantarilla es originaria de China y de la zona este de Rusia, de donde comenzó a extenderse en épocas relativamente recientes, de modo que en los siglos XVI y XVII ocupaban Centroeuropa y en el siglo XVIII llegó a Francia. Se dice que en el año 1750 llegó a Paris, y de Francia pasó a España en el siglo XIX. También se ha dicho, aunque no es un dato que haya sido contrastado científicamente, que vino acompañando al ejercito de Napoleón en su invasión de España. Actualmente ocupa prácticamente todo el planeta y no hay lugar ni isla habitada que se vea libre de la presencia de esta rata, que se sirve del hombre y de los barcos para viajar y expandirse por el mundo. En España la rata de campo ocupa todo el territorio nacional, incluidas las Baleares y Canarias, aunque en cotas no muy altas, ya que a partir de los 1.000 metros de altitud su presencia se hace escasa, llegando incluso a desaparecer.
La rata común es buena nadadora y buceadora, pero trepa mal, por lo que en aquellos edificios en que coexisten ambas especies, la rata campestre suele ocupar las partes altas del edificio (desvanes, solanas y altillos), mientras que la común ocupa las partes bajas (sótanos, cloacas, alcantarillas, desagües, corrales; etc.); aun cuando lo normal es que la rata común, por su mayor tamaño y agresividad, desplace a la rata campestre. Con poco más de un siglo de presencia de nuestra geografía, es el roedor más abundante de las ciudades, donde se considera que en algunas de ellas hay más ratas que habitantes humanos.


La fotografía de una rata muerta junto a unas tijeras de podar permite hacernos una idea del tamaño. Observese la larga longitud de la cola.

La rata parda o común, es una especie comensal del hombre, por lo que se ve fundamentalmente asociada a la presencia humana, viviendo principalmente de sus desechos y basuras, aunque también hay poblaciones silvestres. En cualquier caso el agua es fundamental en su ecología, de la que ingiere de 17 a 38 ml. diarios de agua, encontrando su óptimo entre las alcantarillas, de donde adquiere uno de sus nombres comunes, así como en lugares húmedos y bordes de cursos de agua (riberas) con vegetación densa.
La rata común o parda, a diferencia de la rata campestre, es buena excavadora y cuando construye sus habitáculos, acondiciona una o varias entradas de 6-9 cms. de diámetro, normalmente localizables en pendientes del terreno, entre la vegetación. Suelen presentar montones de la tierra extraída en la boca, contando con un sistema de túneles de gran longitud, varias cámaras dormitorio en las que acondiciona camas con pelos, lana, papeles y materia vegetal. Estos refugios subterráneos, también cuentan con túneles ciegos, cuya finalidad es la de distraer a los depredadores que los visiten.
Territorialmente la rata común es muy agresiva y de agrupación social más organizada que la rata campestre. Los miembros del grupo se identifican y reconocen por el olor corporal del grupo, común a todos ellos, al tener un olfato muy desarrollado; también tiene un oído muy fino, siendo la vista su peor sentido, no diferenciando los colores.
Come de todo y es muy oportunista, presenta una dieta muy variada, aun cuando en las ciudades se suele alimentar de basura y desperdicios, mientras que los ejemplares más silvestres prefieren cereales y frutos, aunque la carne también forma parte importante de su dieta. Tiene desarrollada la especie una especial cautela y recelo hacía los alimentos nuevos o desconocidos, por lo que los venenos no suelen ser muy efectivos para combatir a la rata común.  Se ha comprobado que ante un alimento nuevo la colonia manda a un individuo dominado a que pruebe el cebo, la muerte tras la ingesta pone en alerta a toda la colonia, que relaciona el consumo del cebo con la muerte y evita el cebo, por lo que los tratamientos suelen perder eficacia. De hábitos esencialmente crepusculares y nocturnos, puede también verse durante el día, particularmente cuando no es molestada, ni existen gatos en las inmediaciones que las persigan.