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Autillo

Andrés Rodríguez González Agosto 13th, 2008


AUTILLO

El autillo es la rapaz nocturna más pequeña de la Peninsula. Su envergadura total es de apenas 50 cm. Es bastante frecuente en toda la península Ibérica y en las islas Baleares.

El plumaje del autillo tiene tonos pardos y grises. Es como difuminado. Junto a su maestría en esconderse y su escaso tamaño, esa tonalidad hace que sea prácticamente invisible. Sólo de noche el reclamo del macho, insistente y acompasado denota su presencia.

Posee unos penachos de plumas en la parte superior de la cabeza, que parecen unas orejas.

Es un cazador nocturno que apresa básicamente insectos, como abejorros, mariposas nocturnas, saltamontes e incluso arañas. Raras veces caza ratones y aves menores.

Le gusta vivir en los olivares, los cultivos de frutales, los parques y los bosques frondosos con árboles huecos.

Como todos los búhos, el autillo vive en pareja de por vida. A los dos les gusta posarse juntos, mordisqueándose el plumaje mutuamente, mientras profieren débiles silbidos.

También la nidada es criada al estilo de los búhos, principalmente en huecos de árboles, pero también en cajas adecuadas. Raras veces lo hacen en nidos de urracas, hoyos en el suelo, entre cantos rodados o en graneros.

 

Aunque no todos los ejemplares migran, la mayoría suelen desplazarse a África en el mes de septiembre, retornando en marzo para criar. Ponen entre 2 y 5 huevos a finales de mayo, con posibilidad de otras puestas.

Sólo la hembre incuba y cubre con sus alas a los polluelos, siendo alimentada en este período por el macho. Con dos o tres ratones basta para alimentar a esta pequeña familia durante una noche.

En la incubación la hembra emplea unos 24 ó 25 días, y los polluelos permanecerán en el nido durante sólo 18 días. Después de aprender a volar los jóvenes permanecen en familia hasta agosto.

Como todos los búhos, los autillos tienen tres plumajes, al nacer el primer plumón, que siempre es de un blanco inmaculado, después le sigue el plumaje lanoso de la transición que en unas pocas semanas es sustituido por el plumaje definitivo de adulto, que se renueva cada año.

La foto de ilustración ha sido realizada por un magnífico fotógrafo de naturaleza, Juan Tebar que amablemente nos la ha cedido para la ocasión. Parte de sus trabajos pueden verse en www.juantebar.com