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Esparto

Andrés Rodríguez González Agosto 29th, 2010

Plantas de la Serranía de Ronda

ESPARTO
El Esparto o Atocha tiene de nombre científico Stipa tenacissima, es una planta de la familia de las gramíneas (la misma del trigo, cebada, avena, maíz, arroz y otras plantas muy importantes en la alimentación humana), es propia de ambientes esteparios y terrenos erosionados de las regiones de clima mediterráneo, en la Península es frecuente en el este, centro y sur. Es una hierba perenne de hasta 1 m de altura que forma cepellones. Aguanta un clima duro en el que se den inviernos fríos y veranos cálidos. El esparto es originario de la región iraní, es decir, de los desiertos ubicados entre el el Mar Negro y el Mar Caspio; se debía extender por todo el Mediterráneo a la Península Ibérica en el periodo Terciario cuando se dio una gran sequía. Vive en los suelos con gran proporción de cal y de sales magnésicas, sólidas y potásicas, con presencia constante de sal, se da bien en zonas próximas a la costa, lo que hace el esparto más flexible y resistente. Antiguamente se cultivaba con fines medicinales para producir Espasmos. En la actualidad su principal valor es ecológico ya que es una especie que impide la erosión de un ecosistema muy frágil como es el estepario mediterráneo..
Sus hojas son en forma de hilo, muy duras y resistentes, se enrollan en forma cilíndrica, se usan como fuente de fibras para la industria papelera. Sus fibras cortas son muy apropiadas para la producción de papeles finos de impresión por su suavidad y elasticidad. Los papeles resultantes muestran buena formación, alta opacidad, volumen específico, buena porosidad y estabilidad dimensional frente a los cambios de humedad. Es la mejor fibra para imprimir.
Son varias plantas gramíneas las que se designan con el nombre vulgar de Esparto, por ejemplo el Esparto Basto de Aragón (Lygeum spartum), también recibe ese nombre las fibras obtenidas de ellas.


Con las fibras de esparto se fabrican sogas, cestos, alpargatas y estropajos. En la construcción se ha usado para dar consistencia a la escayola. Ha sido parte importante de la economía de muchos pueblos, especialmente en la zona de Almería. El esparto comienza a ser aprovechable a los quince años. Durante los tres primeros años de vida es una planta delicada que se resiente de los fríos excesivos y de los calores. El esparto puede criarse o por siembra o por plantación, en éste caso se arranca una mata entera que se divide en cuatro o seis trozos y se introducen en hoyos previamente preparados. Se hace en otoño, con las primeras lluvias.
Entre los pocos cuidados que requiere el esparto está el de la “escarda” que es limpiar la planta de raigones antiguos. El esparto puede teñirse de varios colores, los más frecuentes son el azul, rojo, negro, morado y amarillo. La mejor época para su recolección es en la segunda mitad de agosto. Para la recolección la herramienta empleada en muchos lugares era la “cogedera”, una especie de clavo de acero. Al mismo tiempo que la cogedera, agarran por las puntas al esparto que se va a arrancar y lo arrollan al palo con una vuelta, después, teriando, arrancan el esparto que queda colgado en el palo.  El esparto arrancado se ata en “manojos”. Cuando han reunido 12-18 manojos se forma un haz. Algunos esparteros golpeaban con una vara las puntas de las fibras de esparto para evitar que se produjeran pinchazos en las manos. El esparto verde pesa más, sin embargo se paga más barato.
Una vez arrancado se orea al sol durante un mes, así, el esparto pierde peso y adquiere su color dorado. Con él se hacen pleitas y trenzados continuos. El siguiente paso al que se somete el esparto es humedecerlo en el río. Después se seca durante 15 días. Del mismo modo tampoco era conveniente que se pasara de seco, porque perdía el color, por eso cada dos o tres días se le daba la vuelta a los manojos que estaban en la era. Una vez que el esparto estaba seco, se acumulaba en los desvanes de las casas. El último proceso de convertir el esparto es el “machacado o picado” que consiste en colocar un manojo de esparto sobre unas piedras planas y se golpeaba varias veces dando vueltas al manojo, a fin de que al trabajarlo no cortase las manos y estuviera suave.


Con el esparto se han hecho varios tipos de cuerdas y sogas. Para recoger alimentos se han hecho los “cenachos”, se han hecho con esparto los contenedores de botijos que se llevaban al campo.  También se han fabricado “esteras” que se ponían en los pisos de las habitaciones durante el invierno ya que el esparto impide que pase el frío y la humedad del suelo. Esas esteras dividian las habitaciones de cortijos y covachas habitadas (aun se conservan en las Cuevas del Moro, en Río Verde). Las esteras igualmente se ponían en las entradas de las casas, a modo de felpudo, para no manchar el interior de la casa con el barro de las calles cuando llueve. Los pastores han hecho el queso mediante “la quesera”. También han hecho una especie de mandilillos para los machos que impedían cubrir a las hembras. Se han hecho con esparto bozales para los perros así como también “jaquimas” para las caballerías, y hasta la  “panera” para guardar el pan también se ha hecho con esparto.
Es muy abundante en la Sierra de Las Nieves donde su extracción estaba regulada mediante contratos.

Acebo

Andrés Rodríguez González Abril 13th, 2010

Árboles, arbustos y matas de la Serranía.
Acebo. De nombre científico Ilex aquifolium y perteneciente a la familia de las Aquifoliaceae, es una especie de crecimiento muy lento.
Matorral o arbusto que difícilmente llega a formar un pequeño árbol de unos 6 ó 7 metros de altura. Tiene un tronco recto, porte piramidal, que se ramifica desde la base y que puede llegar a vivir 500 años, aunque normalmente no llega a los 100. Se la puede llamar agrifolio, cardón, cardonera, aquifolio, cebro.
Tiene una corteza que mantiene lisa durante toda su vida. Al principio es de un color verdoso y a partir del segundo o tercer año va tomando un tono gris oscuro intenso definitivo. Sus hojas son persistentes, simples, alternas, con forma ovalada y, como cualidad más característica, con un borde fuertemente espinoso en los ejemplares jóvenes y en las ramas más bajas en los adultos, careciendo de espinas las hojas de las ramas superiores. Duran unos cinco años y son de color verde muy brillante por el haz y verde amarillento mate por el envés, totalmente lampiñas y muy rígidas y coriáceas.
Unas plantas son masculinas y otras femeninas, en las plantas masculinas, las flores aparecen en grupos axilares de color amarillento. En las femeninas, aisladas o en grupos de tres y son pequeñas y de color blanco o levemente rosado, y se componen de cuatro pétalos y cuatro sépalos parcialmente fusionados en la base. Para conseguir reproducir esta planta debemos tener ejemplares de los dos sexos para que exista fecundación.
Los ejemplares femeninos producen frutos carnosos de color rojo brillante o amarillo vivo, que madura muy tarde, hacia octubre o noviembre, y que permanece mucho tiempo en el árbol, a menudo durante todo el invierno. Contiene en su interior 4 ó 5 “huesecillos” o semillas, que no germinan hasta el segundo año, en caso de ser ingerida por algún ave como los mirlos. Brota bien de cepa y escasamente de raíz.
Se encuentran Acebos en el oeste de Asia y Europa formando parte, con ejemplares sueltos, del sotobosque de robledales y hayedos especialmente. Es decir en zona norte de España. En los Montes de Cortes y La Sauceda es posible encontrarlo. Como requiere siempre de ambientes húmedos y umbríos, se cría en el interior de los bosques o en las laderas de umbría, tajos y hoces de montaña. Asciende hasta más allá de los 2000 metros y siempre en suelos frescos y sueltos, preferentemente silíceos.
Tiene el acebo una madera muy dura y compacta muy estimada en ebanistería, marquetería y tornería. Toma muy bien los tintes, por lo que se hacen perfectas imitaciones del Ébano. De la corteza cocida y fermentada, se obtiene la “liga” que se usa para cazar pájaros, y también contiene un alcaloide, la “ilicina”, de propiedades similares a la quinina.
El acebo tiene desde antiguo un gran uso en jardinería por su especial belleza en las hojas y frutos, además de ser un excelente seto ya que tolera bien la poda, por lo que existen gran cantidad de variedades. Se usa tradicionalmente, en origen en el centro de Europa, como adorno navideño, ya que suele tener frutos en esa época, lo que le ha acarreado no pocos daños a la especie, hasta el punto de estar en peligro de extinción en algunas zonas. Hoy es especie protegida en amplias zonas de varios países europeos.

El hecho de fructificar en invierno le da a esta planta un valor ecológico muy importante, al ser una buena fuente de alimento para muchas especies, especialmente de pájaros, en la estación más dura por la escasez de recursos. Estos mismos frutos se consideran purgantes y vomitivos para los humanos, por lo que se ha usado en medicina tradicional. Así mismo, las hojas son diuréticas y, meceradas en vino se emplean como tonificantes.
Existen muchas variedades en jardinería con hojas de diversos colores. Como el que presentamos en la foto obtenido en jardines de Ronda. Requiere cuidados muy simples y se trata generalmente de una planta bastante agradecida, necesita un lugar que no tenga una exposición excesiva al sol, ya que el acebo prefiere la semisombra. El suelo ha de tener un buen drenaje y es preferible que sea ácido. A pesar de que necesita un buen riego, esta especie vegeta bien en terrenos secos. Lo más adecuado es elevar la cantidad de agua en verano y moderarla durante el resto del año. Necesita un abono rico en nitrógeno para fortalecer su crecimiento. No admite bien los trasplantes, pero sí la poda.
Aunque su valor más conocido está relacionado con la decoración de jardines y con los adornos navideños, el acebo también es conocido por sus aplicaciones medicinales: su corteza y sus hojas se utilizaban antaño como un remedio para calmar la fiebre y también como purgante y tranquilizante, pero el veneno de sus frutos obliga a que tengamos especial cuidado con él. Los niños, por ejemplo, se pueden sentir atraídos por el rojo intenso de sus bayas e intoxicarse. Por otra parte, en algunos países se le atribuyen propiedades mágicas, de ahí su tradición y simbolismo. De hecho, para los celtas, el acebo era un arbusto sagrado que utilizaban en el solsticio de invierno (Navidad actual) para atraer suerte y prosperidad.

Árboles, arbustos y matas de la Serranía: Mirto

Andrés Rodríguez González Junio 11th, 2009

Mirto Común o Arrayán
“La planta desodorante”


Myrtus
es un género de la familia Myrtaceae. Es oriundo de la Europa meridional y el norte de África.
El nombre de Arrayán proviene del árabe ar-Rayhan o Rihan que significa “el aromático”. El nombre latino “Myrtus” procede del griego “myrtos” que significa “Perfume”. El Mirto o Arrayán contiene, tanto en sus hojas como en sus frutos, una esencia aromática fuertemente antiséptica, el Mirtol. Es fácil de identificar ya que al restregar las hojas aparece un aroma muy característico.

Son arbustos siempre verdes con ramas marrones, hojas opuestas, puntiagudas, ovales lanceoladas, bastante coriáceas y relucientes. Por lo tanto, son de hoja perenne, densos y muy ramosos, lo que los hace ideales para setos bajos, aunque las matas aisladas pueden llegar hasta los 5 metros de altura. Las flores son blancas, fragantes, con numerosos estambres. Crecen aisladas y el fruto es una  Baya de forma ovoide de un centímetro de largo, de color azul oscuro. 
El mirto común, se halla extendido por toda la región mediterránea en solanas secas y bosques de pinos. Se crían en amplias zonas alrededor del Mediterráneo siempre qu tengan climas suaves donde la sequia del verano no sea excesivamente acusada y requiere suelos húmedos y frescos. En la Serranía es raro encontrarlo de forma natural, pero es frecuente en jardines. Su cultivo es a menudo ornamental.
El aceite de sus hojas, flores y frutos es aromático por lo que es empleado en perfumería. Se recolecta en primavera. El aceite aromático de las semillas se ha empleado contra enfermedades respiratorias, con efectos balsámicos y hemostáticos. Según el “Libro de la Almohada” de Ibn Wafid de Toledo las hojas de mirto frescas, machacadas y puestas a macerar en aceite de oliva durante tres semanas al sol, impiden la caída del cabello. El fruto es tipo Baya, se usan como condimento, también se pueden obtener de esta planta elementos para curtir la piel. Posee una sustancia antibiótica. También se ha usado como astringente, antiséptico, desodorante y anticatarral. Su madera es dura y moteada y se puede usar para artículos torneados y ebanistas.


La propagación se hace con facilidad por semillas que se obtienen de sus bayas en el mes de septiembre, puede hacerse también con facilidad por esquejes. Es una planta fácil de cultivar y es muy agradecida. Ha dado nombre a conjuntos arquitectónicos como el Patio de los Arrayanes, en la Alhambra de Granada.
Se elabora con el fruto de esta planta un Licor de Mirto. El Licor de Mirto, en Italia se denomina a veces simplemente Mirto o Mirto Rosso, es muy popular y tradicional de la isla de Cerdeña. Se obtiene por la maceración alcohólica de las bayas del mirto o de una mezcla de bayas y hojas de la misma planta. Debido a sus propiedades digestivas se suele servir tras una comida y tiene que ser bien frío. En tiempos lejanos se ha usado como desodorante, según el gran botánico Quer, las hojas aplicadas en sobacos e inglés se utilizaron para combatir el mal olor.
En la antigüedad se la consideraba el símbolo del amor y la belleza.

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