Archive for the tag 'Juan Tebar.'

Efemerides Marzo 2.010

Andrés Rodríguez González Marzo 7th, 2010

Año de la Biodiversidad.
Como cada año, el día 22 de Marzo se conmemora el Día Mundial del Agua.
El año 2.010 ha sido dedicado a la preservación de la Biodiversidad. Este término fue acuñado por mi admirado Edward O. Wilson a finales de los años 80 para designar la variedad de seres vivos de un ecosistema, actualmente se ha popularizado la palabra y sirve para describir la riqueza biológica de la Tierra, que con ser enorme y fascinante, se desarrolla en una frágil y delgada capa que va desde los 10 Km de altura en la atmósfera hasta los 11 Km de profundidad de las grandes fosas marinas. De entre los 5 a 100 millones de especies que pueblan la Tierra, una única especie tiene la capacidad de destruir el planeta y a las demás: la nuestra, la especie humana. Y en ello estamos. ¿Lo conseguiremos?.

Desde esta humilde página realizada desde la Serranía de Ronda, hago un llamamiento a la sensibilidad general para preservar nuestra riqueza natural.

Como ilustración he colocado esta magnífica foto de mi amigo, el gran fotografo de Naturaleza Juan Tebar.

Enhorabuena, Juan Tebar

Andrés Rodríguez González Octubre 26th, 2009

Juan Tébar Carrera, nacido en Cádiz en 1966, ha sido elegido European Wildlife Photographer of the Year por la Gesellschaft Deutscher Tierfotografen. Fotógrafo Europeo de Vida Salvaje del año 2.009. Se trata de la máxima distinción del continente. Es el primer español que la obtiene. El día 23 de octubre recibió el premio en la localidad germana de Lünen. La imagen de un buitre leonado que se alimenta de los restos del interior de  una cabra muerta se ha seleccionado entre más de 7.000 instantáneas de 527 fotógrafos de 25 países.

Juan Tébar es autor de Las Aves de la Bahía de Cádiz; Sierra de Grazalema: Agua, Fuego, Tierra y Aire; Los Alcornocales,Parque Natural; Guadalquivir: el Río de la Vida; Andalucía Viaje al Asombro y Reserva de la Biosfera de Grazalema: XXX Aniversario, entre otros libros, y miembro de reconocido prestigio de la Junta Rectora de la Reserva de la Biosfera de Grazalema.

Gran amigo desde que nos conocimos cuando yo trabajaba en el Parque Natural Sierra de Grazalema, le ha pedido colaboración para ilustrar la página www.laserranianatural y siempre ha sido generoso.

Él sabe que me alegro infinitamente de sus éxitos, pero de todas formas es necesario decirlo: Enhorabuena Juan, te lo mereces, eres un genio.

La imagen que ilustra la entrada es un aguila perdicera alimentando a su pollo.

Fauna de la Serranía: Buho Real

Andrés Rodríguez González Junio 11th, 2009

 www.laserranianatural.com
Búho Real. Nombre científico Bubo bubo
El superdepredador nocturno mayor de Europa.


Su nombre en latín está basado en la onomatopeya de los sonidos que emite, y ya desde la Edad Media se le conocía como Bubo en los bestiarios.
Muy perseguido por el hombre, el Búho Real sólo habita actualmente en las comarcas más remotas, donde aun así es bastante escaso. Su persecución está motivada en gran parte por la superstición popular que asocia su canto a noticias infaustas. El lúgubre ulular que resuena durante la noche no es tranquilizador. A ello se une su figura enorme e inquietante, con sus intensos ojos anaranjados que miran fijamente. Evita la presencia humana, suele vivir en bosques, acantilados y roquedos.
Es animal solitario excepto enj época de cria. Casi en pleno invierno, la pareja de Buhos Reales desarrolla una parada nupcial poco conocida. El macho canta para defender su territorio con grito parecido a una U larga. Al atardecer las dos aves se elevan, planeando a bastante altura. Entre cortados rocosos fabrican un hueco redondeado donde la hembra pone de 2 a 4 huevos color blanco sucio que incuba durante el día unos 32 a 35 días. Los pollos, de colorido claro, se desarrollan y vuelan unos 70 días después, se mantienen unidos hasta el otoño, en que tienden a dispersarse.
El Búho Real es un formidable cazador que se alimenta casi exclusivamente de presas vivas, de naturaleza variable según las regiones; pero en todas ellas se ha mostrado siempre como un excelente destructor de roedores y córvidos. Mata incluso a otros búhos y aves de presa. Sus presas pueden estar tanto en el suelo como en pleno vuelo. Incluso es capaz de matar zorros y cervatillos de hasta 10 kg de peso
Se identifica por su colorido, por encima, pardo leonado rayado de pardo oscuro; garganta blanca y vientre leonado, ambos con marcas pardas; “orejas” pardo oscuro; pico negro; patas emplumadas, rojizas; iris anaranjado; la hembra es más corpulenta que el macho. Se alimenta principalmente de mamíferos, roedores sobre todo, y aves; ocasionalmente ranas, peces y pollos de aves. Vive en montañas y riscos. Su territorio puede llegar a ocupar los 80 km² si la comida es escasa, y lo defienden con fuerza de otros búhos. Normalmente no cambiarán de territorio salvo causas mayores, como falta de alimento o si son expulsados por otro búho.
Es un ave de gran tamaño, de hecho es el ave de presa nocturna mayor de Europa. Se distribuye también por África y Asia.

El sentido de la vista lo tienen muy desarrollado, pueden ver en la oscuridad casi total gracias  a tener en los ojos gran cantidad de “Bastones”, un tipo de células fotorreceptoras que captan estímulos luminosos de baja intensidad. La colocación de los ojos en la zona frontal de la cabeza (como la especie humana) proporciona una visión estereoscópica que les permite “afinar” hasta casi la perfección en sus cacerías nocturnas.
De día pasan la mayor parte del tiempo quietos en los árboles, y por la noche salen a cazar. Si el alimento escasea pueden cazar por el día también.
Debido a su majestuosidad y a su fácil cría en cautividad es usado con relativa frecuencia en cetrería. Pueden vivir hasta 20 años ya que no tienen depredadores naturales. En cautividad algunos han durado hasta 60 años.

En la Serranía de Ronda existen varios topónimos que hacen referencia a ésta interesante ave.

La fotografía que ilustra es de Juan Tebar, como todas las suyas, magnífica.

Naturalistas Históricos en la Serranía de Ronda: Juan Tebar

Andrés Rodríguez González Junio 1st, 2009

Naturalistas Históricos de la Serranía: Juan Tébar.

Es, sin duda, uno de los fotógrafos de Naturaleza más importantes de España y, en mayo pasado, tenemos la oportunidad de disfrutar de sus imágenes en una extraordinaria exposición montada en el Palacio de Congresos de Ronda.
Juan Tébar nace en Cádiz en 1966. Desde muy temprana edad se interesa por la fotografía de naturaleza, fue precisamente en su Cádiz natal donde inicia su carrera como fotógrafo ante la observación de las inmensas posibilidades plásticas que ofrecen las marismas y salinas de la Bahía de Cádiz, estuario al que está  intensamente unido sentimental y profesionalmente. El tratar de captar el aspecto en continuo cambio de las marismas, la luz que junto al agua modela los esteros, fueron su primera fuente de inspiración. Aquellas primeras imágenes siempre están presentes en su obra, cada vez que puede vuelve a realizar fotografías del estuario, imágenes que nunca son iguales, siempre busca algún nuevo matiz, a veces son las aves de la Marisma las que lo aportan, otras veces es la marea que al subir lo inunda todo, otras imágenes las obtiene desde el aire, a cierta altura, y en cada una es capaz de captar sutiles diferencias que a muchos nos pasarían desapercibidas. En la exposición montada en Ronda no podía faltar la Bahía de Cádiz, tenemos una preciosa imagen de los anárquicos esteros, imagen de una enorme fuerza tomada desde el aire para aproximarse a los detalles que, curiosamente, solo de lejos somos capaces de ver.


Otra fuente de inspiración extraordinaria para él es la Sierra de Grazalema, esos farallones rocosos que también le cultivan. Toda la Naturaleza le interesa, desde los paisajes marismeños hasta las montañas de la Sierra de Las Nieves. A veces es el pinsapar nevado, o un paisaje adehesado, otras los profundos surcos de un campo de cereales, una tormenta a punto de descargar, o un buitre dándose un banquete en el vientre abierto de una cabra. Pero no solo encuentra el contraste adecuado para  encauzar su pasión en zonas cercanas a su Cádiz natal, también ha buscado la belleza por los húmedos acantilados del Atlántico Norte y entre las aves marinas que los habitan. En su búsqueda de la perfección y la belleza plástica le han hecho viajar a  Irlanda del Sur, Escocia, Islas Orcadas, Islas Shetland, Islas Lofoten, Normandía y Noruega. Además ha tenido la oportunidad  de viajar a Kenia y Tanzania.
Juan nunca renuncia a una buena imagen si hay que aplicar tesón y técnica; siempre afirma que un buen trabajo fotográfico se gesta mucho tiempo antes de disparar la cámara, planificando al detalle la empresa fotográfica a realizar, de modo qué, no trunquemos los sutiles y delicados procesos de la Naturaleza, consiguiendo plasmar con la cámara la esencia misma de la vida.


Sus imágenes de fauna y flora salvajes escudriñan tanto el comportamiento único de las mismas como su sencilla belleza, haciendo especial hincapié en la acción. Pocos fotógrafos son capaces, como él, de captar los momentos precisos en los que un águila pascadora atrapa un pez, un Martín pescador se zambuye en el agua o una lechuza captura un ratón.
Desde 1985 ha obtenido importantes premios tanto a nivel nacional como internacional. Es autor de once libros con textos y fotografías originales. Ha fotografíado todos los carnívoros ibéricos y todas las aves de la Península. Incluidas otra de sus grandes especialidades, las aves marinas.
Ha recorrido el Parque Nacional de Doñana fotografiando sus amenazados linces ibéricos;  Asturias y Cantabria a través del Parque Nacional de Picos de Europa y la Reserva Nacional de Caza del Saja-Besaya; Covadonga; Galicia, desde la Costa de la Muerte, Cabo Vidio, Cabo Bustos, Estaca de Bares, Cabo Vilano, As Catedrais, Islas Cies, Islas de Ons, Onza y el Cangrejo; los Pirineos; el gran humedal de la Laguna de Gallocanta  y sus grullas invernantes; el Parque Regional de Gredos; las Dehesas de Extremadura y, por supuesto otras zonas más cercanas como la Laguna de Fuente de Piedra con sus flamencos, el Parque Natural Sierra de las Nieves, el Parque Natural de los Alcornocales, el Parque Natural Torcal de Antequera y el Acantilado y pinar de Barbate.
Fuera de España ha fotografiado la Fauna y paisajes africanos en Serengueti, Masai Mara, Parque Nacional de Nairobi, Lago Nakuru y Samburu.


De sus muchas exposiciones, si Juan Tebar tuviera que seleccionar una de ellas, eligiría la que realizó hace pocos años en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, quizás por ser el primer andaluz que allí ha expuesto.
Sus reportajes y fotos han sido publicadas en las mejores revista de naturaleza, desde National Geographic España hasta Quercus.
Recientemente ha expuesto en la Diputación de Cádiz al otorgársele el galardón de Personaje del Año en esa provincia.

Fauna de la Serranía: El Martín Pescador

Andrés Rodríguez González Mayo 27th, 2009

Fauna de la Serranía de Ronda
Andrés Rodríguez González    www.laserranianatural.com

Martín Pescador

Esta interesante ave tiene el dorso del cuerpo, la cabeza y las alas de un bonito color azul turquesa con destellos verdosos y metalizados. El vientre y bajo los ojos son de color naranja, mientras que las zonas de la garganta, orejas y orificios nasales son blancas,  pero no deja de sorprender que según incida la luz puede variar el color del plumaje, de cualquier forma, es inconfundible. Su pico es largo y constituye una parte importante de la longitud total del cuerpo, es de color negro con aspecto anaranjado en la zona más cercana a la cabeza de la mandíbula inferior. Desde una punta de un ala a la otra, abiertas, puede llegar a más de siete centímetros y su peso medio es de 35 gramos. Las patas son muy cortas, y al igual que los pies son de color rojo vivo. El macho y la hembra son practicamente iguales, solo en las hembras, la zona de color anaranjado de la mandíbula inferior es más amplia.

Sorprendentemente, a pesar de su espectacular plumaje, su mimetismo con el entorno es grande. El plumaje castaño del pecho hace que sea difícil de ver desde la otra orilla, y su espalda y alas azuladas se confunden con el agua del río si se le ve de espaldas.
Pone de 5 a 7 huevos esféricos, muy pequeños (de unos 22 por 18 milímetros), brillantes y blancos, al final de una galería excavada en las márgenes del río, a poca altura sobre el nivel del agua. Macho y hembra colaboran en la construcción de la galería, unas veces desde cero y otras modificando una madriguera abandonada de otros animales, a veces de ratas. El nido puede alcanzar una profundidad de un metro, pero con frecuencia mide bastante menos.
Realizan dos puestas al año, reutilizando en muchas ocasiones el mismo nido, que limpiarán de restos de pescado e insectos antes de la segunda puesta. Aunque varían según las regiones, la primera suele ser en abril y la segunda en  junio, aunque se han descrito puestas en meses tan tardíos como octubre.
Tanto el macho como la hembra incuban los huevos durante un periodo que suelen durar entre 19 y 22 días. Los pollos nacen desnudos de plumón, con una piel rosa azulada. A los 23 días ya están listos para salir del túnel, pero aún permanecerán dos o tres días más en un posadero cercano al nido hasta que se decidan a echar a volar.
La tasa de mortalidad en los primeros días es muy alta. Ya sea porque son capturados por depredadores, o porque se ahogan en sus primeros intentos de pesca, no suelen sobrevivir más de dos pollos de cada puesta.
Vive a lo largo de los lagos y ríos de Europa, Africa y Asia. En la mayor parte de su área de distribución es una especie sedentaria, pero en las zonas frías del norte se ve obligado a emigrar hacia el sur en invierno. Se encuentra ausente en algunas áreas montañosas.
Su alimentación básica la componen los pequeños peces que divisa desde las ramas bajas de un árbol o un arbusto. A continuación, se zambulle rápidamente con el pico por delante y los ojos cerrados, y captura a su presa con una altísima tasa de éxito. Tras la captura, retorna a su puesto anterior, donde la traga de una pieza. En otras ocasiones maniobra velozmente sobre la superficie del agua, buscando un lugar más propicio para sumergirse. Ocasionalmente, si la zona de pesca no dispone de posaderos adecuados, el Martín Pescador se suspende en el aire al acecho, aleteando vigorosamente y manteniendo la cabeza, con una técnica que recuerda a la utilizada por el cernícalo.
Casi toda su alimentación es a base de pescado pero puede completarla con insectos acuáticos y renacuajos.Es frecuente que emita un sonido chirriante al pescar.
Debido a su método de pesca, el martín pescador común necesita de la presencia de densa vegetación fluvial junto al agua, además de que ésta sea pura y cristalina, por lo que tolera bastante mal la contaminación del agua. Ésta, además de las olas de frío ocasionales que congelan la superficie de los ríos impidiéndole pescar, son las principales causas de mortandad en esta especie.

Las fotos son de Juan Tebar, magníficas, como todas las suyas.

Abejaruco

Andrés Rodríguez González Mayo 1st, 2009


 

Fauna de la Serranía

ABEJARUCO. (El ave que tiene todos los colores).
El abejaruco europeo o abejaruco común (Merops apiaster) es un ave de la familia Meropidae con un plumaje tan característico que resulta inconfundible por la multitud de colores que presenta, el pecho es azul, vientre verdoso, cabeza canela, cuello amarillo y la lista negra que adorna su ojo, presenta un pico típicamente de un insectívoro, largo, fino y algo curvo.


Foto de Juan Tebar

Su tamaño es generalmente de 25 a 29 cm de largo con una envergadura entre alas de unos 40 cm. Pesa entre 50 y 70 gramos.
Desde el año 1890, cuando se realizó un estudio sobre la coloración de esta ave, se sabe que todos los colores excepto el rojo están presentes en su plumaje, pero presenta la particularidad de que el iris de los ejemplares adultos, el color rojo también se encuentra.
Pueden vivir entre cinco y diez años. Es una especie sin variedades conocidas.
Posee un agudo sentido de la vista que le permite distinguir las abejas a gran distancia, se dice que hasta a veinte metros. Se coloca en posaderos, generalmente ramas horizontales de árboles desde donde localiza a los insectos que pasan cerca, se lanza sobre ellos y los captura con el pico.
Su alimentación preferida son las abejas, pero también captura cualquier insecto volador como mariposas, moscas, avispas y abejorros grandes. Las presas con aguijón después de capturarlas, las mata y las golpea hasta que se desprende el aguijón. Esta especie ha gozado de mala fama como si fuera responsable de la mortandaz de las colmenas, pero no es cierto, más bien elimina a las abejas más débiles y enfermas. Además, su dieta no es insectívora, las abejas son solo una parte pequeña de sus presas.
Es un ave migradora. Llega a la península Ibérica a finales de marzo o principios de abril, permanece hasta finales de septiembre. No gusta de zonas montañosas de cierta altura.
Junto a otras dos especies como son el Martín Pescador y la Oropéndola, forman el triplete de aves con más colorido. Otra característica interesante del Abejaruco es la alta capacidad de colonizar zonas nuevas como trincheras de ferrocarril y carreteras.
Gusta de vivir en zonas abiertas como cultivos donde existan cortados donde pueda anidar. Su vuelo es muy característico y acrobático. En los alrededores de Ronda se pueden ver en la zona de Acinipo y los Llanos de Aguaya. Suelen desplazarse formando bandadas y anidan en taludes de tierra donde excavan un agujero de hasta dos metros de longitud al final del cual forma una pequeña cámara donde deposita entre cuatro y seis huevos que incuba unos 20 días. Los pollos son alimentados por ambos padres, abandona el nido hacia las tres semanas después de nacer.


foto de Juan Tebar

Es un ave gregaria y sociable. Suele posarse a descansar en los cables de tendido eléctrico, casi nunca en el suelo. Posee un vuelo acrobático, con aleteos rápidos y planeos.

Premio para Juan Tebar

Andrés Rodríguez González Enero 28th, 2009

Juan Tebar, además de un amigo que colabora con La Serranía Natural, es uno de los mejores fotógrafos de Naturaleza de España.

Me alegro de sus éxitos y por ello, quiero mostraros un correo que he recibido enviado por él:

“… me han elegido “Highly Commended” en la sección de aves en el 3ª edición del International Nature Photography Competition ASFERICO (Italia) y me invitan a la ceremonia de entrega de premios que se celebra en la localidad italiana de Marano Lagunare (cerca de Venecia) el próximo 4 de abril.

Te envío la foto premiada.

Saludos

Juan”

Ciervo

Andrés Rodríguez González Noviembre 9th, 2008

Fauna Serranía de Ronda

Ciervo. Cervus elaphus.

Se han descrito dos subespecies de ciervos en la península ibérica: el Cervus elaphus hispanicus, circunscrito casi exclusivamente a las Marismas del Guadalquivir y el Cervus elaphus bolivari, que ocupa el resto de la península ibérica. Ambas razas presentan la singularidad respecto del ciervo europeo de carecer de largas crines colgadas del cuello.
El Ciervo o Venado es un animal robusto, esbelto, muy tímido y miedoso. Su corpulencía puede variar de modo considerable, siendo la hembra más pequeña que el macho, del que difiere también por el color de la piel.
El ciervo es una especie muy antigua, se estima que hace unos 400.000 años tanto el ciervo como su cornamenta comenzaron a configurarse con sus actuales características, posteriormente evolucionó la forma de la cuerna hasta hacerse más compleja en la corona de puntas que caracteriza a los machos adultos. Es más activo durante el amanecer y atardecer, siendo su periodo de menos actividad el centro del día. Son animales que se mueven continuamente de forma que raramente pasa más de un día en un mismo lugar. El macho  suele vivir en solitario, mientras que las hembras, junto con los ejemplares más jóvenes, se organizan en rebaños que pueden ir  desde 3 ó 4 ejemplares a más de 20, normalmente dirigidos por una hembra adulta, que coordina el rebaño manteniendo una rígida jerarquía en la que participan tan solo las hembras más veteranas. Este rebaño matriarcal posee un territorio de verano y otro de invierno y ambos son defendidos de la intrusión de otros grupos. En su desplazamiento, los rebaños adoptan una ordenación lineal que en los grupos de hembras está encabezado por la hembra adulta dominante, seguida del resto, que se sitúan en función de la edad; mientras que en el período de celo el grupo está cerrado por el macho dominante, posiblemente con la función de mantener reunido el grupo.

Puede vivir un máximo de 20 años, pero la media suele ser en torno a los 10 años.
Es una de las especies cinegéticas más importantes en España, por lo que no se encuentra en peligro.
El celo se manifiesta por medio de la Berrea, uno de ls espectáculos más increibles que podemos vivir en la Serranía. La berrea ocurre a finales de verano, en septiembre-octubre. En esta época, que se puede prolongar durante aproximadamente un mes, el macho se dedica exclusivamente a saciar su apetencia sexual, olvidándose incluso de comer, por lo que puede perder muchos kilos, entregándose a duros combates con otros machos contendientes. A diferencia del macho la hembra de ciervo, durante todo el año, incluida la época de celo, tiene como principal ocupación conseguir alimento y solo reposa, normalmente pocas horas, en el corto período de tiempo que transcurre entre la ovulación y la cópula.
La gestación dura unos 8 meses. El parto ocurre en mayo a julio, en apenas 10 minutos se produce el nacimiento de una cría o excepcionalmente dos, que tienen lugar con un intervalo mínimo de dos años, de modo que la hembra que cría un año no lo hace el siguiente, la lactancia es exclusivamente leche materna durante unos 3 meses. A partir del 4º mes de vida continúa alternando la leche con alimento sólido. Durante el primer año de vida de la cría y parte del segundo, hasta que la madre no entra de nuevo celo la cría acompaña a la madre, Posteriormente las hembras suelen mantenerse en el mismo territorio que la madre, mientras que los machos jóvenes se desplazan en busca de nuevos territorios, efectuando desplazamientos en torno a los 20 Kms.  La madurez sexual se alcalza a los 2 ó 3 años. Los machos a los 3 aunque con difíciles posibilidades de copular. Su alimentación es exclusivamente de hierba.

La foto es de Juan Tebar. Otras de sus muchas obras de arte se pueden ver en www.juantebar.com

Lechuza

Andrés Rodríguez González Septiembre 19th, 2008

Lechuza  (Tyto alba)
Es una rapaz nocturna de tamaño mediano  que se reconoce con facilidad debido a su color blanco, a su cara en forma de corazón y a su vuelo rápido y silencioso. A diferencia de otras especies no tiene “orejas”. Sus ojos son de color negro y el pico, poco visible, de color marfil. Las extremidades inferiores son largas y poseen los tarsos emplumados. Las uñas son de color oscuro. Aunque en el campo las partes ventrales son aparentemente blancas, en realidad la coloración de los individuos varía desde el blanco puro hasta el color grisaceo moteado. Estas diferencias pueden deberse a la edad, al sexo y a la subespecie a la que pertenece.


La Lechuza Común es una especie de espacios abiertos. Llanos, campos de cultivo y barbechos, son sus áreas de campeo.  Para descansar y criar elige agujeros amplios, bien sean naturales o creados por el hombre. Así, podemos encontrarla en grietas y oquedades de barrancos y roquedos, a veces en agujeros de árboles y muy frecuentemente en iglesias, casas viejas y graneros.
Es una especie muy ligada a las zonas humanizadas pues en éstas contienen oquedades cercanas a áreas abiertas provistas de abundantes presas como los ratones. La Lechuza Común puede encontrarse en toda la península Ibérica, así como en las islas. Los ejemplares reproductores ibéricos se comportan de modo sedentario y se suponen pertenecientes a Tyto alba alba (de color general blanco y levemente moteados). Durante los inviernos más duros, se unen a nuestra población ejemplares procedentes del norte de Europa pertenecientes a la subespecie guttata (más oscura y con grandes motas en las partes ventrales).
La imposibilidad para adjudicar una subespecie a muchos ejemplares debido a su coloración intermedia, así como la existencia de pollos extremadamente oscuros en puestas de progenitores claros hacen pensar en la existencia de  hibridación entre ambas subespecies.


Es una especie que mantiene un territorio fijo durante todo el año. El tamaño de dicho territorio depende de la cantidad de sitios de descanso y de la disponibilidad de presas. La mayoría de los adultos permanecen emparejados en invierno.
Tiene dos fases de actividad, la primera poco después de la puesta de sol, y la otra antes del amanecer. La caza la realizan desde algún posadero o bien mediante  vuelos bajos por su territorio. La mayoría de las presas las consigue en el suelo. A menudo siguen rutas regulares, por los límites de los bosques, riberas, setos entre cultivos y franjas de vegetación entre cultivos donde encuentran la mayor densidad de roedores. Su vuelo es completamente silencioso.
Su alimentación se basa principalmente en topillos y ratones, puede complementar su dieta con pequeñas aves. Puede especializarse en otras presas si son abundantes, por ejemplo ranas o gorriones que capturan en dormideros nocturnos.
La puesta la hacen más por la disponibilidad de presas que por el momento del año, casi siempre se realiza sobre una capa de egagrópilas hacia los meses de marzo-abril, llevándose a cabo a veces una segunda y tercera puesta más tarde. Ésta consta de 4 a 7 huevos blancos elípticos, puestos con intervalos de 2 o 3 días, que sólo incuba la hembra y lo hace desde el primer huevo. Los huevos eclosionan a los 32-34 días, y los pollos estarán recubiertos de un primer plumón los primeros 15 días, siendo sustituido por otro más largo. A esta edad ya tragan las presas enteras y a los 50-60 días están completamente desarrollados.
Dado que existe una diferencia de edad de 2-3 días entre los pollos, el canibalismo entre hermanos es frecuente si la comida escasea.
Quizás debido a que son animales que habitan la noche son muchas las supersticiones que existen sobre las rapaces nocturnas. El Buho real (Bubo buho) y la Lechuza común (Tyto alba) son las dos especies sobre las que más fantasias se han creado, dependiendo siempre de la zona geográfica y de las diferentes culturas.
A la lechuza se la ha relacionado con la noche, el frío, la muerte y la videncia en el Antiguo Egipto. En el simbolismo cristiano se consideraba que era una animal con temor a la luz y, por lo tanto, podía actuar como emisaría o agente del diablo. Para los ermitaños era símbolo de soledad. En la cultura popular, por su canto, se la relacionaba con historias de fantasmas.
Afortunadamente, ya no se les ve como animales malignos, sino como una especie que elimina gran cantidad de ratones y, por lo tanto, es importante su conservación.


Las fotos que ilustran el texto son de Juan Tebar. Ver muchas más en www.juantebar.com.

Aguila Culebrera

Andrés Rodríguez González Septiembre 19th, 2008

Águila culebrera
Es una rapaz grande que alcanza una envergadura alar máxima de 180 cm.  La gran cabeza, en la que destacan sus grandes ojos amarillos, recuerda algo a las lechuzas. Las alas son largas y anchas. La cola es relativamente larga y recta. Vuelos batidos lentos y profundos. Para cazar se cierne con las patas colgando. Existen ejemplares de coloración variada, desde muy blancas a muy oscuras. En vuelo llaman la atención sus partes inferiores claras. Las oscuras puntas de las alas se destacan netamente de la cara inferior de las alas. Sólo a corta distancia se aprecia el azul pizarra de los pies y del pico.
Su área de distribución es muy amplia, en teoría por toda Europa; en dirección sur termina en el norte de África; hacia el este, en cambio, se extiende hasta muy adentradas las estepas asiáticas, bastante más allá de la India. El águila culebrera precisa de campiñas abiertas y soleadas, con árboles diseminados o monte bajo. En la Europa central fue abundante en época medieval, sus tierras llenas de pastizales y con pocos árboles le eran propicias, pero la aparición de los abonos químicos, la desaparición de los reptiles, los museos de coleccionismo y la sustracción de sus huevos fueron la causa de su extinción casi total.


Se distribuye por toda la Península Ibérica, aunque resulta menos común en el litoral cantábrico y en las extensas llanuras cultivadas de las dos Mesetas. Las culebreras son aves estrictamente migratorias, que pasan los inviernos en las sabanas próximas al ecuador, donde son nativas. Nos abandona en septiembre y vuelve entre marzo y abril para criar. Un escaso número de individuos invernan en el sur peninsular.
En la época de celo el macho hace oír su voz, que suena como un lamento en el territorio de su nido y ejecuta repetidos vuelos en picado.
El nido lo suelen disponer en árboles bajos, en nuestra zona encinas y, más raramente, pinos, en regiones sin árboles o sobre los arbustos que crecen en las grietas de las paredes de rocas escarpadas. Lo construyen ellas mismas. Algunas veces se acomodan en uno de otras aves, que suele resultar pequeño para las grandes dimensiones del águila culebrera.
La hembra incuba en mayo y junio, durante aproximadamente 35 a 40 días, un único huevo blanco, cuya longitud supera los 70 m y, frente a cualquier emergencia, se mantiene casi siempre sobre el nido.
El polluelo permanece entre 60 y 80 días en el nido, siendo abrigado al principio todavía por su madre, mientras el padre procura traer alimento para ambos.
Los jóvenes son de una tonalidad de color mucho más pálida que los adultos, y presentan una cabeza temporalmente casi blanca.
El águila culebrera se alimenta sobre todo de serpientes. Además, según las oportunidades, come lagartos, ranas, aves que viven en el suelo, caracoles o insectos. Las  jóvenes águilas, ya en temprana edad, puede devorar serpientes que pesan mucho más que ellas. La parte de serpiente no deglutida le cuelga del pico durante largo tiempo, siendo igualmente engullida, una vez que la digestión va progresando. Las águilas culebreras se atreven con serpientes de hasta dos metros de longitud, a cuyo alrededor bailotean dando aletazos, de tal manera que la serpiente no encuentra refugio posible frente a los picotazos posiblemente mortales del águila. Después, el águila la agarra por la nuca y la lucha llega a su fin. Normalmente, las águilas vencedoras emprenden el vuelo con la serpiente balanceándose pendiente de su pico, para devorarla en la copa de algún árbol. Si la serpiente es pequeña, se la tragan en vuelo.
La foto que ilustra el texto es de Juan Tebar. Ver en www.juantebar.com.

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