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Fauna de la Serranía de Ronda: Collalba negra

Andrés Rodríguez González Julio 1st, 2015

Fauna de la Serranía de Ronda. Aves de la Serranía

Collalba negra (Oenanthe leucura)

Aves encuadradas en el Orden Passeriformes y familia Turdidae
Por su tonalidad general negra o muy oscura, y su cola parcialmente blanca, es un pájaro inconfundible. Su distribución mundial se limita al noroeste de África y la Península Ibérica, donde ocupa zonas áridas, desprovistas de vegetación y pedregosas, de las regiones más cálidas y secas.
Bastante común en el Levante y el sureste peninsular pero más escasa en sierras y montañas de la mitad sur, sin embargo se ve con relativa frecuencia en las zonas elevadas y pedregosas de la Sierra de Las Nieves, como la Meseta de Quejigales.
La negra tiene unos 18 cm de longitud y una envergadura  de entre 26-29 cm, es decir es un  pájaro relativamente grande, de aspecto inconfundible por su coloración. Se trata de un ave muy oscura, con plumaje negro lustroso en los machos y marrón oscuro en las hembras. Sobre este fondo destacan el obispillo y la base de la cola que son blancos. Gusta de posarse en lugares prominentes. Su vuelo es directo, con ágil batido de alas.
Su canto es melodioso y poco sonoro formado por un gorjeo largo y suave. El reclamo es muy similar al de otras collalbas.

La Collalba gris (Oenanthe oenanthe) es de menor tamaño (Longitud 14-16 cm.

Envergadura 26-32 cm). De aspecto elegante y con un diseño de la cola muy llamativo y característico, se encuentra ampliamente distribuido por Europa y Asia. En la Península Ibérica resulta común en la mitad norte, mientras que en la mitad sur se halla más localizado y se restringe a zonas de alta montaña. Es un habitante típico de espacios abiertos, también es factible verla en la Meseta de Quejigales, como su pariente la Collaba negra.
Es un pájaro con un diseño de la cola muy característico. Los machos muestran el dorso gris azulado, en el que destacan las alas negras, las partes inferiores de color ocre y el antifaz negro. Las hembras tienen las partes superiores más ocráceas y no disponen de antifaz. En ambos sexos resulta muy llamativo el diseño de la cola, de color blanco, que finaliza con una T invertida negra, típica de todas las collalbas.
Muy terrestre, gusta de andar y saltar sobre el suelo, y también de posarse, con porte erguido, en piedras, rocas y otros promontorios del terreno. Su vuelo es directo, con un rápido batido de alas.
Su canto es bastante sonoro y característico, está constituido por una sucesión de estrofas breves, que intercalan frases ásperas con motivos más melodiosos. Como reclamo emite un chasquido corto y diferenciable.

Bibliografia
www.seo.org