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Hormigas Argentinas en la Serranía de Ronda (II)

Andrés Rodríguez González Julio 26th, 2009

PROBLEMAS QUE OCASIONAN
Las hormigas de Argentina fueron importadas accidentalmente por los envíos del café en 1891 de New Orleans. Han invadido desde entonces el sur, el este y el oeste de Estados Unidos. Las hormigas de Argentina también están distribuidas en América del Sur, Australia, África y Europa.  Son consideradas una verdadera plaga en Californía. Expulsan o matan a las hormigas nativas de un territorio nuevamente invadido. También roban las semillas de campos y graneros  y roen la fruta de maduración. Estas hormigas pueden atacar aves de corral y matar a polluelos. Incluso han devorado colmenas. Los lagartos de cuernos eran una vez abundantes en California meridional hasta que llegaron las  hormigas argentinas, como estos lagartos comen solamente hormigas nativas de California, estos lagartos han desaparecido muriendo de hambre. Este acontecimiento demuestra el equilibrio delicado de nuestro ambiente. Las agresivas hormigas cuestan a la economía del estado de Texas unos mil millones de dólares al año porque dañan el equipamiento eléctrico. También son una amenaza seria para las crías de ganado. A pesar de ser solo una especie entre las más de 175 especies de hormigas de California, cuando invaden una zona se apoderan de todos los recursos (literalmente hablando) hasta el punto que expulsan o matan a todas las demás especies de hormigas, no importa su tamaño ni agresividad, ellas siempre vencen.
Recientemente se ha descrito el primer caso de anafilaxis causado por una picadura de Solenopsis. invicta en un obrero del puerto de Málaga al manipular madera tropical.
Para que nos podamos hacer una idea de cómo las Hormigas Argentinas pueden ser una plaga tomamos el caso de Taiwán que se enfrenta a una plaga de hormigas rojas que se hizo visible en las afueras de la capital y que podría costar a la isla de China miles de millones de dólares en pérdidas si no se la erradica pronto. Las primeras se dectaron en 2.004, se cree arribaron en cargueros procedentes de Latinoamérica, de inmediato estas hormigas comenzaron a devastar cultivos en el norte y centro de la isla. El insecto es capaz de poner hasta 60.000 huevos al día  y amenaza con devastar la isla en el plazo de tres a cinco años, según los expertos. Estos insectos atacan granjas, jardines, casas, bosques de bambú, parques urbanos, vías de trenes, equipos eléctricos y electrodomésticos, por los que penetra en las ciudades.
Unos investigadores de Texas han encontrado una manera curiosa atacar a las dañinas hormigas invasoras, consiste en lanzarles microscópicas moscas parasitarias. Se trata de la mosca Phorid, que proviene de América del Sur, de donde también provienen las hormigas. En sus regiones de origen las hormigas son controladas por unas 23 especies de moscas phorid. Las moscas colocan sus huevos sobre las hormigas. Posteriormente salen gusanos en el interior de la hormiga que devoran su cerebro, la hormiga caminará desorientada durante dos semanas mientras el gusano sigue alimentándose de ella.  Un mes después de la colocación del huevo, de la cabeza de la hormiga emerge una nueva mosca, lista para atacar a otra hormiga. Pero no es suficiente dado el billonario número de hormigas argentinas que existen en el mundo.
La proliferación de estas colonias de hormigas en los países de clima mediterráneo tiene varias consecuencias: por una parte, exterminan a las especies autóctonas, y, por otra, inciden en el ecosistema, ya que consumen granos vegetales, lo que afecta a la alimentación de otras especies animales, que no se acercan donde están. Además, su presencia puede afectar la polinización de algunas plantas. Tienen la posibilidad de alterar la biodiversidad también a nivel planetario. En España las primeras noticias de la difusión de las hormigas argentinas, que no produjeron alarma, llegaron hacia 1890 y cuatro años después fueron detectadas en Portugal, Valencia y después en Cataluña.
Un estudio de la Universidad de Girona, en España, estableció que mantienen un sistema de vida cooperativo y no admiten peleas internas.

Las otras hormigas compiten, luchan por el control del alimento y la zona. Una curiosidad que las hace aún más temibles es que las argentinas se agrupan en supercolonias que colaboran entre sí, es la clave de su éxito, quedó demostrada cuando los científicos “mezclaron” hormigas argentinas del norte de Italia con otras del sur de España. Se reconocieron como hermanas. Es un fenómeno lleno de incógnitas que concita cada vez más estudios sobre la cuestión.
En Europa su presencia se extiende sobre 6.000 kilómetros, bordeando la costa del Mediterráneo y el Atlántico. ¿Cuál es la razón de tanto éxito?, se preguntan científicos de varios países. “Los hormigueros dejaron de lado sus diferencias para crear la unidad cooperativa más grande jamás descubierta”,  “la colonia europea de hormigas argentinas representa la mayor unidad de organismos cooperando descubierta en la historia”. Siempre hemos pensado que el hombre y las ratas éramos las únicas especies capaces de poblar el mundo entero, sin embargo esto no es así. Los humanos nos peleamos entre nosotros, las hormigas argentinas, en cambio colaboran entre ellas. De acuerdo con un grupo de científicos de Japón y España, encabezados por Eiriki Sunamura de la Universidad de Tokyo, las hormigas argentinas que habitan en América, Europa y  Japón pertenecen a la misma colonia y no pelean entre sí. Todo indica que la gran familia de hormigas argentinas lucha hombro con hombro por la dominación del planeta, junto con los seres humanos.
En los tres últimos siglos se ha producido una explosión en la dispersión de especies de hormigas plaga, principalmente por el desarrollo de los transportes y la degradación del medio ambiente. Muchas de estas invasiones han sido de poca importancia, con especies que han ido sólo ligadas a medios humanizados, o que han sido capaces, quizá después de un inicio más agresivo, de adaptarse a las comunidades. Pero otras son o han sido invasiones más graves con eliminación de especies nativas. Algunos ejemplos son: Solenpsis invicta, Monomorium pharaonis, Wasmannia auropunctata o Linepithema humile. Estas especies tienen una serie de características comunes que favorecen su dispersión y asentamiento.
Habitualmente el efecto más inmediato de estas hormigas plaga es el desplazamiento de especies nativas. Pero, ¿qué interés puede tener la desaparición de unas especies de hormigas, si después de todo van a ser reemplazadas por otras? La importancia de las hormigas en los ecosistemas ha sido de sobra reconocida. En primer lugar, están distribuidas prácticamente por todo el mundo, los únicos lugares libres de hormigas nativas son la Antártida, Islandia, Groenlandia y algunas remotas islas de los océanos Atlántico e Índico. En segundo lugar, forman un grupo dominante en la mayoría de los ecosistemas, tanto por la densidad de individuos, como por la biomasa animal. En algunos bosques tropicales, pastizales, etc. se ha calculado que más del 10% de la biomasa animal total la constituyen las hormigas. Esto hace que su papel dentro de los ecosistemas sea fundamental. Por ejemplo: en la mayoría de los hábitats terrestres están entre los depredadores principales de otros invertebrados; las hormigas cortadoras de hojas son los mayores herbívoros de Centro y Sudamérica; en los desiertos las hormigas granívoras compiten activamente con los mamíferos por las semillas; son presas de muchos vertebrados y otros invertebrados; se estima que las semillas de aproximadamente el 35% de plantas herbáceas son dispersadas por hormigas; es el grupo que en mayor medida renueva el suelo, tanto por la tierra que mueven como por proporcionarle gran cantidad de nutrientes.
Cualquier tipo de afección sobre un ecosistema, incluida la introducción de especies de hormigas exóticas, puede ocasionar insospechadas alteraciones. En este caso, no sólo se deben temer los efectos no calculados, sino que al conocer el papel que cumplen en los ecosistemas muchas especies de hormigas, se puede llegar a intuir qué sucederá tras su desaparición.
La hormiga argentina se está extendiendo por todo el mundo, sobre todo por zonas de clima tipo mediterráneo (principalmente entre 30-36º de latitud). En Europa, las primeras citas datan de 1904, y en España de 1923, aludiendo a su carácter de plaga agrícola, ya que, aunque omnívora, establece con frecuencia una relación simbiótica con pulgones y cochinillas, de manera que se alimenta de su secreción y a cambio los protegen de depredadores y parasitoides, con lo que las poblaciones de estos insectos crecen de gran manera y causan problemas a los cultivos. Esta especie causa problemas tanto en lugares humanizados como en medios naturales. En el primer caso, la hormiga argentina se comporta como plaga doméstica (sobre todo por atacar las despensas) o problema sanitario, al haberse detectado que actúa como vector de microorganismos patógenos en hospitales.
Como plaga en ambientes naturales, altera de forma importante las especies en los lugares que coloniza. Las primeras perjudicadas son las otras hormigas, pero igualmente afecta al resto de la comunidad de invertebrados y por consiguiente a los animales que se alimentan de ellos. Por otra parte, también produce ataques directos a vertebrados, especialmente a animales de movilidad limitada. Por ejemplo, Miguel Delibes fue testigo en Doñana de cómo mataron y devoraron a los pollos de un nido de golondrinas. La leyenda urbana comenta algunas antiguas dramáticas referencias de daños a niños en sus cunas que no ha sido posible demostrar.

Este jardin bicentenario es uno de los lugares donde se han encontrado las Hormigas Argentinas

Los efectos sobre la flora tienen lugar de diferentes formas. Por un lado, por la relación que establece con pulgones y cochinillas que perjudica a las plantas y, por otro, por perturbar y eliminar a polinizadores y dispersores de semillas, con lo que se producen cambios importantes en la comunidad vegetal. En Sudáfrica se ha encontrado que la dispersión de las semillas de numerosas especies depende de la fauna nativa de hormigas, por lo que tras la introducción de la hormiga argentina se han producido extinciones locales de muchas de las plantas como consecuencia del desplazamiento de los formícidos nativos.
En Doñana se localizaron algunos puntos fuertemente infectados por esta especie, lo que llevó a un grupo de la Universidad de Córdoba, formado por los Drs. Joaquín Reyes, Luis Arias de Reyna de la Universidad de Córdoba y Soledad Carpintero de la Pablo de Olavide de Sevilla a estudiar la distribución de estas especies en el Parque Nacional. Se han localizado hormigas argentinas principalmente en zonas humanizadas, por ser el hombre su principal agente de dispersión, aunque también se han introducido en ambientes relativamente alejados de la influencia directa humana. Las poblaciones de hormiga argentina suelen iniciar su colonización como plaga doméstica. Aquí crecen de forma rápida y van introduciéndose en el terreno, hasta que se estabilizan cuando se ven limitadas por las condiciones desfavorables del medio. A medida que la población de hormiga argentina va creciendo, va desplazando o eliminando en el Parque Nacional a las especies nativas de formícidos, tanto las terrícolas como las arborícolas. La hormiga argentina altera la densidad y también el comportamiento de las otras especies en mayor o menor medida según su categoría en la jerarquía de dominancia. De esta manera, eliminan en primer lugar a las especies dominantes (aquellas agresivas, territoriales…) y toleran algún tiempo más a las especies subordinadas (de comportamiento cauteloso, pequeñas colonias…), como la endémica Cataglyphis floricola, aunque su desaparición de lugares infectados es sólo cuestión de tiempo. En distintos experimentos se encontró cómo la hormiga argentina es capaz de desplazar o eliminar a las especies nativas gracias a fenómenos de competencia, tanto por explotación (por ejemplo siendo muy tolerante a los cambios de temperatura), como por interferencia, mostrándose muy agresiva y poseyendo un elevado contingente de obreras, clave para su dominancia.