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PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA: Esparto.

Andrés Rodríguez González Agosto 30th, 2017

PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA
Esparto, atocha, atochin, alfa, ariza, atochón, espartera, limpiasantos.

Macrochloa tenacissima

Es un endemismo ibero-norteafricano.

Planta herbácea, del grupo de las Gramíneas, perenne, que forma un penacho de hojas muy denso. Tiene hojas envainadas, con vaina recia y dura que presenta frecuentemente margen algodonoso, ásperas por el envés a causa de la gran cantidad de sílice presente en su epidermis, estrechas y largas pudiendo llegar a alcanzar más de un metro de largo. Se enrollan sobre sí mismas.

Tallos floridos fuertes y rígidos de hasta 1.5m. Las espigas son de entre 15-60 cm de largas, densas, a veces con fascículos de pelos en los nudos del raquis, con numerosas espiguillas de hasta 8 cm, con pedúnculos tomentosos y gruesos de hasta 10 mm de longitud, formadas por una sola flor.
Fruto de hasta 10 mm, de forma alargada, cuyo peso oscila entre 3-4 mg.

Florece y fructifica de marzo a mayo.

Vive en terrenos secos sobre suelos pobres, calcáreos, de media y baja montaña desde nivel del mar hasta los 1500 m  que se denominan espartales y atochares. Posee una amplia tolerancia a la sequía y a las elevadas temperaturas. Abundante en zonas semiáridas donde la precipitación anual es inferior a 350 mm. No soporta el excesivo riego y los terrenos encharcados.
Pocas veces se habla de los cultivos no destinados al consumo directo como alimento, pero hay unos cuantos como el algodón, tabaco, cáñamo, lino… esparto. Un cultivo que en España gozó de un momento relativamente bueno, pero desde la mitad del siglo XX, su uso ha ido decayendo por la incorporación de nuevos materiales de fibras plásticas.
Se ha usado desde hace más de 5000 años según restos arqueológicos, sus hojas han sido tejidas para elaborar todo tipo de cordelería y cestería: esteras, cestos, cinchos para elaboración del queso, cubiertas de garrafas (para mantener el agua fresca), alforjas, espuertas, serones, cuerdas, hiscales y las tradicionales alpargatas.  Hay lugares de España como Murcia, donde se llaman “esparteñas”. La cuerda de esparto es otro de los usos que siguen vigentes hoy.  Gracias a la resistencia de sus fibras, se ha utilizado desde la popular escoba para barrer hasta en cordelería naval. Un uso curioso en España hasta la aparición de materiales más modernos fue en las bateas mejilloneras en las costas gallegas. También sus hojas han sido usadas en la industria papelera. La dureza de su fibra le viene de su rusticidad, ya que se adapta para limitar su consumo de agua hasta épocas del año más lluviosas. Consigue reabsorber todos los pigmentos fotosintéticos, sus hojas se enrrollan, protegiéndose de la alta radiación y reduciendo su evaporación al máximo. También influye en este proceso que todas sus hojas nacen de un único punto  o pie ayudando a la planta a conservar mejor la poca humedad existente en la base.
La recolección se realiza durante prácticamente los últimos 4 meses del año, preferiblemente cuando no haya lluvias. Recolectarlo es duro y requiere de útiles adecuados y manos expertas. Para la extracción de las hojas de esparto se usaba un palo en el que se enrollaban las hojas y, al tirar, se sacaban las más tiernas de toda la mata, pero no suelen obtenerse muchas así. También se hacía arrancando las hojas del pie, respetando así el tallo de la planta en el que volverán a salir hojas. Este ciclo puede estar en producción durante 40 años. Después se podía trabajar verde o seco, aunque los elementos realizados con las hojas verdes eran de peor calidad. Para utilizar el esparto seco se debía dejar reposar en agua durante 15 días y después se podía machacar o no, con un mazo redondo. El esparto machacado era de mayor calidad
El secado se hacía naturalmente al sol y dependiendo del color final del mismo, había que dejarlo desde unos días, hasta 3 o 4 semanas con el fin de blanquearlo. Otra forma era el esparto cocido. Se dejaba en agua macerando durante 2 o 3 semanas y posteriormente se procedía al secado anteriormente citado. De esta última forma se conseguía separar la fibra para poder hilarlo posteriormente.

Además, en la actualidad, se utiliza más como restauradora de ambientes alterados y degradados y como especie ornamental en el diseño de parques y jardines, debido a que sus escasos requerimientos y amplia tolerancia a sequías y a elevadas temperaturas. Se adapta para vivir en condiciones extremas de temperatura, desde los -15ºC (las plantas jóvenes son más susceptibles a las heladas) hasta calores dignos de desierto. Crece a pleno sol.
Las semillas suelen tener un poder germinativo no muy alto. No más de la mitad de las semillas germinan y posteriormente, de las que germinan, en campo tampoco aguantan un alto porcentaje, debido principalmente a que las durísimas condiciones de clima a las que son sometidas las aguantan bien las plantas adultas. Las jóvenes son mucho más sensibles y llegan a buen término muy pocas. Una vez establecida, se puede recolectar esparto durante decenios. Es una planta muy longeva que puede estar en “producción” más de 40 años.
Ahora mismo con la quema de residuos agrícolas y forestales cada vez más en duda y controlado resultaría difícil quemar un campo de esparto, pero sí es cierto que quemándola al final de su ciclo, la planta rebrota de sus cenizas y volvería a entrar en otro ciclo de producción renovado.
La madrileña estación de Atocha, debe su nombre a la virgen del mismo nombre y esta, a su vez, a encontrarse en una ermita en el Prado de Atocha, es decir en un terreno donde la especie dominante era la planta Esparto.

Bibliografía
www.agromatica.es
www.asturnatura.com

Esparto

Andrés Rodríguez González Agosto 29th, 2010

Plantas de la Serranía de Ronda

ESPARTO
El Esparto o Atocha tiene de nombre científico Stipa tenacissima, es una planta de la familia de las gramíneas (la misma del trigo, cebada, avena, maíz, arroz y otras plantas muy importantes en la alimentación humana), es propia de ambientes esteparios y terrenos erosionados de las regiones de clima mediterráneo, en la Península es frecuente en el este, centro y sur. Es una hierba perenne de hasta 1 m de altura que forma cepellones. Aguanta un clima duro en el que se den inviernos fríos y veranos cálidos. El esparto es originario de la región iraní, es decir, de los desiertos ubicados entre el el Mar Negro y el Mar Caspio; se debía extender por todo el Mediterráneo a la Península Ibérica en el periodo Terciario cuando se dio una gran sequía. Vive en los suelos con gran proporción de cal y de sales magnésicas, sólidas y potásicas, con presencia constante de sal, se da bien en zonas próximas a la costa, lo que hace el esparto más flexible y resistente. Antiguamente se cultivaba con fines medicinales para producir Espasmos. En la actualidad su principal valor es ecológico ya que es una especie que impide la erosión de un ecosistema muy frágil como es el estepario mediterráneo..
Sus hojas son en forma de hilo, muy duras y resistentes, se enrollan en forma cilíndrica, se usan como fuente de fibras para la industria papelera. Sus fibras cortas son muy apropiadas para la producción de papeles finos de impresión por su suavidad y elasticidad. Los papeles resultantes muestran buena formación, alta opacidad, volumen específico, buena porosidad y estabilidad dimensional frente a los cambios de humedad. Es la mejor fibra para imprimir.
Son varias plantas gramíneas las que se designan con el nombre vulgar de Esparto, por ejemplo el Esparto Basto de Aragón (Lygeum spartum), también recibe ese nombre las fibras obtenidas de ellas.


Con las fibras de esparto se fabrican sogas, cestos, alpargatas y estropajos. En la construcción se ha usado para dar consistencia a la escayola. Ha sido parte importante de la economía de muchos pueblos, especialmente en la zona de Almería. El esparto comienza a ser aprovechable a los quince años. Durante los tres primeros años de vida es una planta delicada que se resiente de los fríos excesivos y de los calores. El esparto puede criarse o por siembra o por plantación, en éste caso se arranca una mata entera que se divide en cuatro o seis trozos y se introducen en hoyos previamente preparados. Se hace en otoño, con las primeras lluvias.
Entre los pocos cuidados que requiere el esparto está el de la “escarda” que es limpiar la planta de raigones antiguos. El esparto puede teñirse de varios colores, los más frecuentes son el azul, rojo, negro, morado y amarillo. La mejor época para su recolección es en la segunda mitad de agosto. Para la recolección la herramienta empleada en muchos lugares era la “cogedera”, una especie de clavo de acero. Al mismo tiempo que la cogedera, agarran por las puntas al esparto que se va a arrancar y lo arrollan al palo con una vuelta, después, teriando, arrancan el esparto que queda colgado en el palo.  El esparto arrancado se ata en “manojos”. Cuando han reunido 12-18 manojos se forma un haz. Algunos esparteros golpeaban con una vara las puntas de las fibras de esparto para evitar que se produjeran pinchazos en las manos. El esparto verde pesa más, sin embargo se paga más barato.
Una vez arrancado se orea al sol durante un mes, así, el esparto pierde peso y adquiere su color dorado. Con él se hacen pleitas y trenzados continuos. El siguiente paso al que se somete el esparto es humedecerlo en el río. Después se seca durante 15 días. Del mismo modo tampoco era conveniente que se pasara de seco, porque perdía el color, por eso cada dos o tres días se le daba la vuelta a los manojos que estaban en la era. Una vez que el esparto estaba seco, se acumulaba en los desvanes de las casas. El último proceso de convertir el esparto es el “machacado o picado” que consiste en colocar un manojo de esparto sobre unas piedras planas y se golpeaba varias veces dando vueltas al manojo, a fin de que al trabajarlo no cortase las manos y estuviera suave.


Con el esparto se han hecho varios tipos de cuerdas y sogas. Para recoger alimentos se han hecho los “cenachos”, se han hecho con esparto los contenedores de botijos que se llevaban al campo.  También se han fabricado “esteras” que se ponían en los pisos de las habitaciones durante el invierno ya que el esparto impide que pase el frío y la humedad del suelo. Esas esteras dividian las habitaciones de cortijos y covachas habitadas (aun se conservan en las Cuevas del Moro, en Río Verde). Las esteras igualmente se ponían en las entradas de las casas, a modo de felpudo, para no manchar el interior de la casa con el barro de las calles cuando llueve. Los pastores han hecho el queso mediante “la quesera”. También han hecho una especie de mandilillos para los machos que impedían cubrir a las hembras. Se han hecho con esparto bozales para los perros así como también “jaquimas” para las caballerías, y hasta la  “panera” para guardar el pan también se ha hecho con esparto.
Es muy abundante en la Sierra de Las Nieves donde su extracción estaba regulada mediante contratos.