Sapo Común

Andrés Rodríguez González Octubre 7th, 2009

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Sapo común Bufo bufo (L. 1758)
Es el anfibio más conocido y popular. No aparece incluida en el catálogo andaluz de
especies amenazadas (Ley 8/2003, de 28 de Octubre, de la flora y la fauna silvestres),
al estar considerada como No Amenazada. Sin embargo la realidad es que cada día
escasean más. El Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España, editado en
2002, lo cataloga como “Preocupación menor”, e indica igualmente que a pesar de su
regresión generalizada en algunas zonas de nuestro país, no es una especie
amenazada, debido a su extensa área de distribución, elevado número de individuos y
no tratarse de una especie endémica española.
Debido a su aspecto francamente feo, desde la antigüedad ha estado asociado a multitud de leyendas negras que no le han perjudicado mucho. Sus requisitos ecológicos como aguas limpias, frescas y con cierta profundidad, han hecho que se encuentre en retroceso o incluso que desaparezca de muchos lugares donde anteriormente habitaba, además, los atropellos constituyen otro factor muy negativo para su supervivencia.
El tamaño de este animal es grande, con longitudes medias en los machos entre 6 y 8 cm., y de 7 a 12 cm. en las hembras, aunque en ocasiones pueden observarse tallas que superan los 20 cm. en las hembras. Su aspecto es el de un animal robusto, con una cabeza no muy grande en relación al tamaño del cuerpo, algo aplastada, ancha y con una desarrollada ceja. El hocico es corto y redondeado. Las glándulas parótidas son alargadas, muy desarrolladas, y los tímpanos, de la mitad de tamaño que las pupilas, son poco visibles. La pupila es horizontal, y el iris de un color rojizo, característica esta suficiente para diferenciarlo de otros sapos parecidos como el sapo corredor. Su piel es rugosa con abundantes verrugas distribuidas por todo el cuerpo. El diseño de la piel es muy variable, aunque dominan los tonos de fondo marrón o rojizo, salpicados de manchas irregulares más claras de color crema o amarillento. Dependiendo de las regiones pueden ser desde casi completamente negros a otros diseños pálidos, incluso verdosos. El vientre es blanquecino salpicado de manchas oscuras. Las patas anteriores son cortas con cuatro dedos y dos tubérculos en las palmas. Las posteriores son más largas y tienen cinco dedos con membranas interdigitales poco desarrolladas. Habitualmente se desplaza andando, aunque tiene capacidad para el salto, una de las características que nos sirven para diferenciarlo del sapo corredor. No existen muchas diferencias entre machos y hembras, aparte del tamaño y además de la presencia de dedos con un palmeado más extenso entre ellos en las patas traseras. Las hembras tienen una talla muy superior a los machos, se puede apreciar claramente en la época de celo cuando es frecuente encontrarse con una pareja apareandose. Las patas delanteras de los machos son más largas y  durante el celo muestran unas callosidades oscuras en los tres primeros dedos de las manos y una especie de dedo rudimentario que le permiten agarrar fuertemente a la hembra durante el apareamiento. Sus larvas son muy pequeñas, de unos 35mm. Son de color negro, y a simple vista es fácil confundirlas con las del sapo corredor.

Viven en una amplia extensión, por toda Europa hasta el círculo Polar Ártico por el norte y hasta Asia y Japón por el este, aunque en estas zonas no está muy claro si se trata de la misma especie u otra diferente. También aparece en el noroeste de África. En España continental se encuentra en todas las provincias, y tradicionalmente se han contabilizado tres subespecies diferentes, una en el tercio norte occidental, otra es un endemismo de la sierra de Gredos y la otra que ocuparía el resto de las regiones y alcanza el mayor tamaño de todos. Actualmente no está muy clara su separación en 3 subespecies, pues las diferencias genéticas existentes entre ellas no son muy significativas y se considera más bien que son sólo diferentes razas geográficas.
Se trata de una especie muy versátil, poco exigente a la hora de seleccionar el hábitat, por lo que podemos encontrarla en bosques, terrenos de labor, alta montaña y todos aquellos lugares que dispongan de aguas con corrientes lentas o aguas calmas de una profundidad por encima de los 50 cm. que necesita para reproducirse. Incluso está presente en lugares en principio  aparentemente poco aptos por su aridez y elevadas temperaturas, como zonas de media altura de las montañas. El sapo suele estivar  durante la época más calurosa del año, y también hiberna, sobre todo en hábitats situados a gran altitud. Busca para ello lugares con cierta humedad, como tocones, majanos, grutas o madrigueras. Tienen una actividad muy terrestre y se les puede encontrar bastante alejados del agua, a la que sólo acuden para reproducirse o para hidratarse.
Son animales predominantemente crepusculares y nocturnos, si bien en tiempo lluvioso y con  temperatura suave se les puede encontrar a plena luz del día.


Los sapos se alimentan de escarabajos, hormigas, larvas de insectos ciempiés y lombrices. Los grandes ejemplares de sapo común también pueden alimentarse de crías de ratón recién nacidas. Son atacados por mamíferos carnívoros, como turones, ginetas y tejones. Su principal mecanismo de defensa es la huida, ayudados por una piel abundantemente cubierta de mucosidad y su capacidad para saltar. Otro de sus mecanismos para defenderse consiste en inflarse para aumentar de tamaño e impresionar a sus posibles enemigos.

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