FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA: RANITA MERIDIONAL.

Andrés Rodríguez González Febrero 3rd, 2021

FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA

RANITA MERIDIONAL. Hyla meridionalis

Los anfibios se dividen en dos grandes grupos, los Anuros que carecen de cola en estado adulto y los Urodelos, con cola en estado adulto. Las ranas se distinguen de los sapos debido a varias características. Los sapos suelen ser más torpes y terrestres, de piel más rugosa y nocturnos. Las ranas, por el contrario, son muy ágiles, más acuáticas y de piel más lisa y fina, además de más diurnas.

La ranita meridional pertenece a una familia de anfibios tropicales distribuidos por Australia, Nueva Guinea y América tropical. De las más de seiscientas especies de esta familia tan sólo dos, la ranita meridional y la ranita de San Antonio, están presentes en Europa.

La ranita meridional es una ligera excepción a la regla general, ni es tan acuática ni vive en tierra. Sus dedos especiales le permiten explotar un nicho ecológico diferente para los anfibios, la vida arborícola. Como todos los anfibios pierde agua por la piel por lo que siempre se encuentran cerca de la humedad que proporciona el agua, y están más activos de noche que hace menos calor.

La Ranita es un anfibio anuro de pequeño, menor de 6,5 cm de longitud total, con aspecto de pequeña rana. Es una rara un tanto rara, no es muy acuática ni vive en tierra, es una de las escasas especies de anfíbios trepadores  y arborícolas por tener sus dedos con discos adhesivos que les permiten adherirse a la vegetación y trepar por ella.

Es inconfundible en su estado adulto por su piel lisa y verde brillante, sus largos dedos acabados en discos adhesivos y por presentar una franja oscura desde los orificios nasales y los ojos hasta la base de las extremidades anteriores.

Suelen vivir en zonas de juncales, zarzales, eneas, cañaverales y arbustos que rodean a charcas, lagunas y cursos fluviales. Puede alejarse algo del agua, siempre que exista suficiente vegetación protectora. Los adultos comen arañas, insectos y otros invertebrados como babosas y caracoles. De noche caza a la carrera y de día al acecho. Las larvas son herbívoras.

Se reproducen sobre todo en charcas temporales y prados encharcados. El celo tiene lugar principalmente de marzo a mayo, aunque en primaveras lluviosas se puede alargar hasta el verano. Los machos forman ruidosos coros en las charcas para atraer a las hembras. Los machos forman coros numerosos que alternan sus cantos o los solapan, pero también se observan machos silenciosos que se sitúan próximos a los que emiten llamadas nupciales e intentan interceptar a las hembras atraídas por el canto de éstos. Durante el acoplamiento la hembra puede depositar varios cientos de huevos que simultáneamente, en el momento de la puesta, fertiliza el macho. Pocos días después nacerán las larvas, que se tardarán unos tres meses en convertirse en pequeñas ranitas. Sus larvas solo llegan hasta 4 cm de longitud total, poseen una cola cuya cresta dorsal resalta por ser muy alta, comenzando a la altura de los ojos y acabando en una punta aguda. Sus renacuajos pueden confundirse con las larvas jóvenes de sapo de espuelas, por su aspecto globoso y la alta cresta caudal, aunque estas últimas alcanzan mayor tamaño y poseen la boca con un pico mayor y numerosos pequeños dientes.

Es de costumbres principalmente crepusculares y nocturnas, aunque durante el periodo de reproducción se vuelve más diurna. Exceptuando la época de reproducción, en la que acude al agua, es una especie muy trepadora, que permanece la mayor parte del tiempo encaramada a la vegetación y fuera del agua. En épocas de sequia y veranos suele refugiarse en grietas o bajo piedras.

No está presente en zona de montaña.

Especie muy similar a Hyla arborea. Se distingue de ésta por tener la banda lateral oscura únicamente desde la narina hasta detrás del tímpano. El cuerpo es más estilizado.

Bibliografía

https://www.malaga.es/

http://www.vertebradosibericos.org/

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