Coscoja

Andrés Rodríguez González Agosto 13th, 2008

La coscoja, chaparro, carrasquilla (Quercus coccifera) es un arbusto de la familia de las Fagaceas, del  género Quercus.
Tiene de hoja perenne y verde todo el  año, es de escasa altura, no suele superar los dos metros, muy al contrario que sus parientes las encinas, los alcornoques o las quejigos que son árboles de gran porte. La Coscoja suele ramificarse abundantemente desde la base, de forma que las ramillas se entrelazan formando una estructura prácticamente impenetrable. Tiene hojas sencillas, alternas,  rígidas que caen rápidamente, su margen es ondulado y armado de dientes espinosos. Su color es verde intenso.

Las flores masculinas son muy pequeñas, poco visibles, con un número de estambres entre 4 y 10; se agrupan en espigas cortas, de color amarillento, delgadas, que cuelgan en grupos. Las femeninas nacen en la misma planta, solitarias o agrupadas por dos o tres. El fruto es una bellota con una sola semilla separable en dos mitades longitudinalmente. Cada mitad se llama Cotiledón. Florece en primavera, las bellotas maduran a final del verano o en otoño del año siguiente. Son amargas y de mal sabor, quizás por ello tan solo se las comen los cerdos y ovejas cuando no tienen otras bellotas a su alcance.

En la Comarca se cría en las laderas secas y soleadas, formando parte importante del matorral que sustituye al encinar cuando estos se erosionan por incendios y talas. Se desarrolla en cualquier tipo de suelo siempre que el clima no sea excesivamente frío, por ello, no suele crecer por encima de los mil metros de altitud.
El nombre científico de esta especie, coccifera deriva del verbo latino  fero que significa “llevar” y del sustantivo coccum, “cochinilla”, “kermes” ya que una especie de estos parásitos se desarrolla en estos arbustos.
De los insectos Kermes (nombre árabe), en concreto de la hembra, que se desarrolla en las ramillas de las coscojas en las zonas más secas y cálidas, se fabricaba un tinte llamado grana de quermes, que se empleaba antiguamente como colorante y de él deriva el color carmesí. Algunos historiadores, nos relatan que en tiempos de los romanos se pagaba un crecido tributo por este tinte, que servía para teñir la púrpura más exquisita, que usaban los miembros del Senado. La madera se ha usado como leña para encender  los fuegos y también para cisco de calidad.
En la foto se puede apreciar como el color verde intenso de la coscoja destaca sobre el follaje oscuro de la encina.

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