Archive for Octubre, 2013

24 Paisaje Serranía de Ronda: Ojo de Dios

Andrés Rodríguez González Octubre 4th, 2013

24 Paisaje Serranía de Ronda: Ojo de Dios

Con Vicente Astete

El triangulo que se ve en la fotografía como si estuviera dibujado sobre la roca es conocido como el Ojo de Dios.

Se encuentra en el una de las paredes del Tajo del Canalizo, en el Cerro de los Frailes, sus coordenadas son:

36º39´13´´N

5º12´49´´O

La elevación es de 830 metros sobre el nivel del mar.

Frente a él, en la otra parte de la ladera que es menos pronunciada y por donde discurre el camino de Alpandeire a Ronda por Encinas Borrachas, se encuentra el Cortijo de Las Rozas.

CABAÑUELAS OCTUBRE 2013

Andrés Rodríguez González Octubre 3rd, 2013

CABAÑUELAS OCTUBRE 2013

La Luna de Octubre, siete lunas cubre y si llueve, cubre nueve.

Presento la previsión de las Cabañuelas para el mes de octubre según los cálculos de mi pueblo, Garbayuela, en Extremadura, comarca de la Siberia aplicados a la Serranía de Ronda.

En general el mes será otoñal pero sin muchas lluvias ni frío.

La primera quincena será de vientos y nubes relativamente abundantes, pero de pocas precipitaciones. En la segunda quincena el tiempo se presenta más seco aún que en la primera quincena y por supuesto, más fresco, especialmente por las noches.

Las piñas de Pinsapo siguen su proceso de maduración, cuando el otoño avance cambiarán de color, se abrirán y dejarán salir unos pequeños piñones con un ala membranosa que, ayudados por los fuertes vientos, les facilitarán la dispersión.

Efemérides para octubre 2013

Andrés Rodríguez González Octubre 1st, 2013

El incidente del equinoccio de otoño: Lo que pudo ser el fin del mundo

El teniente coronel ruso Stanislav Petrov  estaba en su puesto de mando de la base de Serpujov-15, como era su deber, a las doce y quince minutos del viernes 26 de septiembre de 1983. De repente la pantalla se iluminó en rojo indicando que un misil intercontinental había sido lanzado desde su base en Estados Unidos. Pocos segundos después eran cinco los misiles que, según indicaba la pantalla, se dirigían hacia la Unión Soviética. En cuarenta minutos impactarían en la URSS. Los datos siempre habían sido fiables y eran suministrados por un satélite ruso a este Punto Central de Mando de los Sistemas de Detección de Ataques con Misiles situado a un centenar de kilómetros al sur de Moscú.

En un primer momento sospechó que se trataba de una falsa alarma, debida a algún error informático. Si Estados Unidos hubiera decidido atacar, no lo hubiera hecho con un solo misil, pensó el teniente coronel ruso. Además, la fiabilidad del sistema de satélite utilizado entonces había sido cuestionado. Pero las alarmas que siguieron advirtiendo de cuatro nuevos misiles resultaban muy clarificadoras. «Les dije a los hombres bajo mi mando que volviesen a sus tableros de control, pero por el momento no tomamos ninguna decisión».

Durante aquellos angustiosos momentos el destino de la Humanidad pendió de este ingeniero informático que decidió guiarse por su instinto y no informar al secretario general del PCUS Yuri Andropov, al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor ruso. El protocolo indicaba que una vez detectado un misil que se dirgía a suelo soviético, el jefe de la base debería informar a sus superiores e inmediatamente se iniciaba el mecanismo de respuesta.

Petrov desobedeció las órdenes y esperó. Pasaron los minutos y todo siguió tranquilo. Ningún misil cayó en territorio soviético. Con su sangre fría había evitado un ataque nuclear contra los Estados Unidos que habría desencadenado la peor pesadilla de la Guerra Fría.

Fue uno de los mayores héroes de la historia de la humanidad pero él personalmente lo perdió todo con aquella decisión. Petrov fue expulsado del Ejército soviético como castigo y sufrió una crisis nerviosa que le obligó a recibir atención psiquiátrica.

La decisión de Petrov se mantuvo en secreto en la URSS hasta que su historia salió a la luz en 1993. El exmilitar vive actualmente en el pueblo ruso de Friasino como un pensionista marcado para siempre por la enfermedad. Aquel 26 de septiembre arruinó su carrera y su salud con una decisión que salvó al mundo del holocausto nuclear. Tuvo que esperar a 2004 para recibir el premio «World Citizen Award». La ONU le rindió un homenaje dos años después.

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